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DETERMINACION NO INVASIVA DE LA IMPEDANCIA ARTERIAL
EVALUACION DE LAS ALTERACIONES CIRCULATORIAS DE LA HIPERTENSION
ARTERIAL MEDIANTE LA DETERMINACION NO INVASIVA DE LA IMPEDANCIA
ARTERIAL
JORGE DIEGO ESPINOSA1,
GERARDO VELIKOVSKY2, SEBASTIAN GRAF2, LAURA BRANDANI1, JUAN BARRA2,
HUGO BAGLIVO1, RICARDO PICHEL2, RAMIRO SANCHEZ1, RICARDO ARMENTANO2
1 Instituto de Cardiología
y Cirugía Cardiovascular, Fundación Favaloro; 2 Instituto de
Investigación en Ciencias Básicas, Fundación Universitaria Dr.
René G. Favaloro
Key words: arterial compliance, arterial hypertension,
peripheral resistance, wave reflection
Resumen
Los
efectos de la hipertensión sobre las arterias de conducción se han
transformado en un motivo de considerable atención. Estos efectos
pueden ser evaluados mediante tres componentes: resistencia
periférica, compliance arterial y reflexión de la onda de pulso. El
incremento de la resistencia periférica y de la rigidez arterial
generan alteraciones en las condiciones de carga del ventrículo
izquierdo y cambios morfológicos de las ondas de presión y flujo.
Esto puede provocar a largo plazo cambios estructurales del
ventrículo izquierdo, incremento del consumo de oxígeno y
disminución de la perfusión coronaria. El análisis de la función
arterial requería hasta hace un tiempo de mediciones invasivas. El
objetivo de esta revisión es poner de manifiesto una metodología no
invasiva, al alcance de un centro de diagnóstico, que posibilite
determinar los parámetros constitutivos de la impedancia arterial
para la evaluación de las alteraciones hemodinámicas inducidas por
la hipertensión.
Abstract
Vascular
dysfunction in hypertension evaluated by non invasive assessment of
arterial
impedance. The effects of high blood pressure on arterial vessels has
become an important topic of research. These effects can be evaluated
by analyzing three major components: systemic vascular resistance,
arterial compliance and wave reflection. The increase in systemic
vascular resistance and arterial stiffness produces modifications of
left ventricular afterload and morphologic changes of pressure and
flow waves. These effects can eventually cause structural changes of
the left ventricle, an increase in oxygen consumption and a decrease
in coronary perfusion. Until recently, invasive methods were the only
means to evaluate arterial function. The aim of this review is to
assess the usefulness of non invasive methods to determine the
components of arterial impedance in order to evaluate the hemodynamic
changes due to high blood pressure.
Dirección postal: Dr. Jorge Diego Espinosa, Belgrano 1736,
1093 Buenos Aires, Argentina. Fax: 54-1-381-1001
Recibido: 7-V-1997 Aceptado: 14-IV-1998
El sistema vascular está compuesto por un número importante de
segmentos vasculares, las grandes arterias, las arterias musculares
pequeñas, las arteriolas, los capilares, las vénulas y las venas.
Cada uno de estos segmentos se diferencian entre sí por su forma
estructural y por la distribución de los factores físico-químicos
relacionados con el funcionamiento del sistema vascular.
Hoy en día coexisten una variada gama de enfoques para la evaluación
de las alteraciones inducidas por diferentes arteriopatías, entre
ellas la hipertensión arterial. Uno de los enfoques preferidos es el
que reúne el concepto de impedancia arterial debido que, a diferencia
de los restantes, presenta un enfoque totalizador del estado
hemodinámico del árbol arterial, y sobre todo, de la carga
hidráulica, es decir la oposición que ofrece el sistema vascular a
la eyección del ventrículo izquierdo.
Este concepto tiene en cuenta dos importantes características de la
circulación sanguínea: una ligada a la macrocirculación, a las
propiedades mecánicas de la pared arterial y a las características
geométricas del territorio; y otra ligada a la resistencia al flujo
en la microcirculación y a las propiedades reológicas de la sangre1.
La impedancia arterial (Z) se define como el cociente entre las ondas
de presión (P) y flujo (Q):
Para evaluar la impedancia arterial en su totalidad es necesario
medir las señales de presión y flujo a la salida del ventrículo
izquierdo, recurriendo a métodos invasivos que utilizan sensores de
alta respuesta en frecuencia. Luego se debe hacer un análisis
armónico de las señales para obtener posteriormente un diagrama de
módulos y un diagrama de fases2-4.
No obstante se puede realizar una caracterización del fenómeno
modelizando al sistema arterial mediante una ecuación diferencial
(ecuación característica), como si fuese un sistema mecánico o
eléctrico de segundo orden, incluyendo además la evaluación de los
parámetros asociados a la propagación de la onda del pulso de
presión arterial. Esto último es necesario ya que el sistema
arterial es un sistema de constantes distribuidas por lo que no
quedaría caracterizado evaluando sólo su ecuación característica.
Los coeficientes de la ecuación característica del sistema,
representan conceptos físicos de real importancia como son la
disipación de energía, el almacenamiento de energía potencial y el
almacenamiento de energía cinética.
La disipación de la energía está generalmente asociada a fenómenos
viscosos, y por lo tanto, a la disipación de calor por fricción.
Esta propiedad se denomina resistencia. En el caso del sistema
arterial esta resistencia está concentrada en el lecho
arteriolo-capilar y son dos las magnitudes físicas que tienen una
acción destacada sobre ella: la viscosidad de la sangre y la
dimensión de los vasos.
El almacenamiento de energía potencial se lleva a cabo en las grandes
arterias. Estas tienen la propiedad de almacenar una parte del flujo
eyectado por el ventrículo izquierdo y luego devolverlo a la
circulación en la fase diastólica. Esta propiedad recibe el nombre
de capacidad.
La energía del fluido en movimiento está gobernada por el principio
de inercia y se manifiesta, preponderan-temente, en la masa de la
sangre y en la masa de las paredes de las arterias. Por lo tanto, es
allí donde se encuentra concentrado el fenómeno de almacenamiento de
energía cinética.
No obstante, para caracterizar al sistema arterial no alcanza con
evaluar solamente los parámetros que caracterizan las propiedades
antedichas (resistencia, capacidad e inercia) sino que es necesario
tener presente el concepto de onda reflejada que se desprende de
considerar la existencia de ondas propagándose en dicho sistema.
Debido a ello se analiza la onda propagada descomponiéndola en dos
ondas que tienen sentidos de propagación opuestos (onda incidente y
onda reflejada). El fenómeno queda caracterizado por la velocidad de
propagación de la onda y por el coeficiente de reflexión que
cuantifica la proporción de la onda incidente que es reflejada en
distintos puntos del árbol arterial.
En el análisis conjunto de la hemodinámica arterial las propiedades
inerciales del flujo sanguíneo y la masa de las paredes de las
arterias pueden considerarse despreciables respecto de la
viscosidad5-7 con lo cual no serán tratadas en este trabajo. La
inercia sanguínea tiene efectos importantes en los regímenes no
laminares circulatorios, es decir en fenómenos turbulentos en
regiones situadas muy cerca de la válvula aórtica, y su interés
está más allá del enfoque aquí presentado.
Bajo estas circunstancias, se pretende en este trabajo presentar una
revisión sobre la metodología que permite la caracterización de la
impedancia arterial mediante tres componentes principales: resistencia
periférica, compliance y cuantificación de la onda reflejada.
Dicha metodología se realiza en forma totalmente no invasiva y sirve
para evaluar las alteraciones hemodi-námicas inducidas por la
hipertensión como así también las alteraciones de la interacción
entre el ventrículo izquierdo y el sistema arterial. Esta se validó
previamente en nuestro laboratorio8, 9 bajo experimentación animal.
Además, cuando se aplicó en humanos con técnicas no invasivas,
permitió detectar en pacientes hipertensos10-13 las mismas
alteraciones hemodinámicas que han sido encontradas mediante
cateterismo cardíaco14.
A continuación, se detallarán los aspectos teóricos de los tres
componentes principales que se evalúan en la metodología descripta,
y las ecuaciones para su cálculo.
Resistencia
La resistencia arterial puede ser representada utilizando la
fórmula de Poiseuille,
donde h es la viscosidad de la sangre, l la longitud del vaso, N es
el número de vasos y r el radio del vaso. En cada una de estas
variables se encuentra un abanico de factores fisiológicos (Fig. 1),
como lo son el fibrinógeno, el plasma y las características
reológicas de los eritrocitos representados en el coeficiente
viscoso, y los factores de vasoconstricción y vasodilatación
representados en el radio, el cual elevado a la cuarta potencia tiene
un efecto modulador de gran importancia sobre la circulación.
Para el cálculo práctico de la resistencia periférica Rp se deben
conocer la presión media (Pm) y el flujo medio (Qm) con lo cual la
resistencia periférica queda determinada por el cociente.
Se ha informado que la resistencia periférica está aumentada en
la hipertensión. Estudios experimentales recientes han determinado la
localización precisa de los sitios responsables en mayor medida del
aumento de la resistencia vascular periférica en la hipertensión
arte-rial15-17. Estas investigaciones determinaron que los mecanismos
responsables del incremento de la resistencia vascular en la
hipertensión arterial son tres:
1) la disminución del diámetro interno de las arterias pequeñas y
de las arteriolas;
2) la reducción del número de arteriolas y capilares;
3) el incremento de la masa muscular de las arterias y las arteriolas.
Habitualmente, la disminución del diámetro fue considerada la causa
más importante del incremento de la resistencia. Sin embargo,
recientemente se ha determinado que la influencia del diámetro
vascular sobre la resistencia periférica lo es a corto plazo, en
tanto que la reducción del número de vasos y el incremento de la
masa vascular son reguladores responsables del aumento de la
resistencia a largo plazo16.
Recientes estudios con técnicas microscópicas in vivo demostraron
que la reducción microvascular existe en etapas tempranas de la
hipertensión arterial en varios tejidos. Aún se desconoce la
naturaleza de los medidores fisiológicos de la dicha reducción
microvascular en la hipertensión. Una posibilidad es que dicha
reducción represente una respuesta adaptativa al incremento de la
presión o del flujo microvascular15. Otra posibilidad es que ésta
pueda ser el resultado de una disminución en la capacidad de formar
nuevos vasos sanguíneos en un estado de hipertensión.
Compliance arterial
La conversión de un flujo pulsátil en un flujo con una menor
variación dinámica, o dicho de otro modo con menor cantidad de
componentes de alta frecuencia, es la principal función de la aorta y
los grandes vasos. Es por ello que, en analogía a los filtros
eléctricos donde se filtran las altas frecuencias de señales
eléctricas, se dice que estos vasos actúan como un filtro
hidráulico pasabajos.
Si bien la resistencia periférica produce el mayor efecto sobre la
carga ventricular, una disminución en la elasticidad vascular modula
el acoplamiento ventrículo-arterial óptimo18. La compliance arterial
definida como el cambio de volumen de un vaso por unidad de cambio de
presión arterial19 permite conocer en cuánto es distensible una
arteria y por lo tanto su capacidad para amortiguar la onda del pulso
arterial. Esta relación volumen-presión no es lineal con la
presión, siendo este efecto más marcado en las grandes arterias que
en las pequeñas arterias19, 20. Por esta razón no es posible
caracterizar la respuesta elástica de la pared de los grandes vasos
con un único módulo de elasticidad.
La pared vascular es un material complejo21 constituido esencialmente
de elastina, cuyo comportamiento es puramente elástico; colágeno,
cuyo rol principal consiste en proteger los vasos sanguíneos contra
una eventual ruptura en caso de gran presión transmural; músculo
liso, de comportamiento netamente viscoelástico; y una fina capa
endotelial, formada por células epiteliales diferenciadas, que ejerce
una importante influencia sobre el resto de la pared.
La composición de la pared arterial difiere dependiendo de su
localización dentro del árbol arterial; las grandes arterias
contienen altas proporciones de elastina y las arterias periféricas
más proporción de fibras colágenas y células musculares lisas.
Cox ha demostrado22 que las propiedades mecánicas pasivas se deben a
la diferente proporción de fibras de colágeno que soportan la
tensión parietal a diferentes niveles de presión transmural. En
estudios realizados en nuestro laboratorio se evaluó, en animales
conscientes, la relación dinámica entre el diámetro y la presión
aórtica determinándose la contribución de las fibras de elastina y
colágeno al módulo elástico de la pared arterial y las propiedades
de viscosidad e inercia de la misma23-26. La pared arterial responde a
la presión en dos fases estructurales diferentes, cuando la presión
es baja la distensibilidad es alta y se produce a través de las
fibras de elastina27 y cuando la presión es alta la distensibilidad
es baja debido a un aumento en el reclutamiento de las fibras de
colágeno.
Un método para el cálculo de la compliance es mediante una fórmula
derivada de la ecuación de Bramwell-Hill28-30:
donde Dm es el diámetro arterial medio, r es la densidad de la
sangre y VOP es la velocidad de la onda del pulso.
La compliance arterial se encuentra disminuida en la hipertensión
arterial31-34. Esta disminución depende de dos factores: cambios
estructurales de la pared arterial, que aumentan su rigidez; e
incremento de la presión, que estira mecánicamente la pared de la
arteria. Ambas causas le restan capacidad de deformabilidad a la
misma, provocando una disminución en la eficiencia del
amortiguamiento de la pulsatilidad de la presión arterial.
Propagación de la onda de pulso (Caracterización de la onda
reflejada)
La propagación de las ondas de presión y de flujo a través de un
vaso sanguíneo está gobernada por las leyes de los sistemas
distribuidos que consideran una velocidad de propagación no infinita.
La sangre expulsada en cada latido por el ventrículo izquierdo genera
ondas de presión y flujo, que son transmitidas hacia todo el árbol
arterial. La velocidad con la cual estas ondas viajan, o VOP y los
cambios en sus formas y amplitudes están determinados por la
viscosidad de la sangre, la elasticidad de los vasos, la distribución
de las ramificaciones y la diferencia de longitudes y
distensibilidades a lo largo de todo el sistema.
Para determinar VOP se mide el tiempo transcurrido entre los comienzos
de dos señales de presión y la distancia que separa los dos sitios
de medición. Existen muchos trabajos sobre el tema28, 29, 32, 35, 36
por lo cual no se profundizará sobre el mismo.
El flujo de sangre eyectado por el ventrículo izquierdo en cada
latido produce una onda de presión arterial incidente que se propaga
hacia la periferia. También desde la periferia del árbol arterial se
origina una onda retrógrada denominada onda reflejada, que se suma a
la onda incidente37. En algunos casos la amplitud de estas ondas
reflejadas puede ser de elevada magnitud como sucede en lugares
cercanos a los sitios de reflexión38.
La reflexión se genera en puntos donde hay ramificación de arterias
y cambios abruptos en las dimensiones del vaso (desadaptación de
secciones), como por ejemplo en las terminaciones arteriales. Por lo
tanto, no existe un sitio puntual de reflexión sino que la onda
reflejada sería la resultante de múltiples reflexiones originadas en
diferentes sitios de la periferia del árbol arterial39.
Teniendo en cuenta las características presentadas anteriormente, una
onda de presión P, en cualquier punto, es la suma de una onda
incidente (Pi) y una onda reflejada (Pr). Para cuantificar este
fenómeno se utiliza el coeficiente de reflexión (G) que se define
como la relación entre la onda incidente y la onda reflejada. El
módulo de dicho coeficiente se calcula como el cociente de la
amplitud de la onda reflejada sobre la amplitud de la incidente:
Del análisis de la propagación y reflexión de una onda
electromagnética en un sistema de parámetros distribuidos, se puede
expresar el coeficiente de reflexión según la siguiente ecuación:
donde Rp es la resistencia periférica o carga del sistema y Rc es
la resistencia característica, la cual representa el valor de
resistencia que se necesitaría en la carga para que no se produzcan
reflexiones. Bajo estas circunstancias, la resistencia característica
representa, en nuestro sistema, exclusivamente las propiedades
intrínsecas del sistema arterial. Se calcula mediante la siguiente
ecuación40.
en donde d es la densidad de la sangre, VOP la velocidad de la onda
del pulso y D es el diámetro de la arteria.
Bajo circunstancias normales, en animales experimentales y sujetos
humanos jóvenes la onda reflejada, cuantificada por el coeficiente de
reflexión, retorna a la aorta ascendente desde la periferia del
árbol vascular después que la eyección ventricular ha concluido. El
pie de la onda secundaria, entonces, aparece en la aorta ascendente,
para corresponder en altas frecuencias a la incisura producida por el
cierre de la válvula aórtica. El momento del ciclo cardíaco en el
que se produce la reflexión es el ideal, puesto que el aumento de la
presión en aorta ascendente causada por la reflexión de la onda
ocurre en la diástole y no en la sístole. Tal aumento de la presión
diastólica y su consecuente incremento en la presión de perfusión
de las arterias coronarias en el ventrículo izquierdo, sin aumentar
la postcarga del mismo, es una situación altamente ventajosa.
Finalmente podría sugerirse que la onda reflejada optimiza la
interacción ventrículo-arterial en individuos normales38, 41, 42.
En individuos de edad avanzada se produce un arribo temprano de la
onda reflejada. Esto se ve al comparar las ondas de presión de
sujetos jóvenes y sujetos de edad avanzada con la misma presión
arterial media43 (Fig. 2). En esta figura se observa que la onda de
pulso de los pacientes adultos y ancianos presenta un aumento del pico
de presión sistólica, un aumento en la presión sistólica media y
un aumento en la presión de fin de sístole (tipo A), todo
acompañado de una disminución de la presión diastólica media.
El aumento en la presión sistólica implica una mayor demanda de
oxígeno del miocardio, produce un incremento de la postcarga
ventricular izquierda, disminuye la eyección ventricular y puede
generar hipertrofia ventricular izquierda como una consecuencia
secundaria a largo plazo41, 42. La disminución de la presión
diastólica, tiende a decrementar la cantidad de sangre perfundida al
miocardio.
Es importante remarcar que en ambos casos la presión arterial media
(PAM) es la misma y por tal motivo la resistencia periférica podría
encontrarse similar en los dos sujetos, lo que indica que tales
características son predominantemente un efecto de las grandes
arterias.
El tiempo de aparición de la onda reflejada depende de un conjunto de
factores entre los cuales se encuentra la longitud de las arterias y
la VOP. Cuando el crecimiento del individuo ha cesado, lo que implica
que no existen cambios en las longitudes anatómicas, se observa en
los humanos un progresivo aumento de la VOP con la edad19, 30, 32, 38.
Algunos investigadores le han atribuido este aumento en la
transmisión de la onda del pulso a los efectos del incremento en la
tensión parietal que podría causar la ruptura de la lámina
elástica de la pared arterial38. Los efectos del aumento de la VOP
sobre la onda reflejada de presión aórtica pueden observarse
utilizando drogas que aumenten o disminuyan la PAM. La disminución de
la PAM retrasa la aparición de la onda reflejada, mientras que un
aumento de la misma produce una aparición temprana de la onda.
La onda reflejada temprana es claramente un fenómeno indeseable en
sujetos adultos, especialmente si éstos presentan hipertensión. Por
lo tanto, es de esperar que mediante el tratamiento farmacológico se
logre un retardo o reducción de la misma.
Métodos de evaluación no invasiva
A fin de evaluar los parámetros constitutivos de la impedancia
arterial se mencionarán a continuación los métodos no invasivos
más utilizados en la clínica actual.
La metodología tratada en este trabajo no es privativa de un tipo de
tecnología determinada. Por el contrario, con este enfoque se
propone, con casi las mismas variables que un centro de exploración
funcional vascular utiliza para el diagnóstico circulatorio
(dimensiones arteriales, flujos medios, etc.) ir más allá de los
parámetros habituales a fin de evaluar magnitudes tales como
compliance, resistencia característica y coeficiente de reflexión.
La exactitud de las variables depende de la técnica empleada. A
continuación describiremos brevemente algunas de las metodologías
que se utilizan teniendo en cuenta que para la obtención de los
componentes de la impedancia arterial basta con obtener las siguientes
mediciones: 1. dos señales de presión; 2. diámetro arterial; 3.
velocidad del flujo arterial.
1. Las dos señales de presión deben estar separadas por una
distancia superior a 10 cm (para minimizar el error); pudiéndose, por
ejemplo, tomar carótida y radial o braquial y radial como sistema de
medición. Para ello deben utilizarse dos tonómetros, dos sensores de
estado sólido o dos sensores mecanográficos transcu-táneos. Estas
son técnicas de sensado del pulso transcutáneo que permite registrar
la onda de pulso de las arterias superficiales44. El tonómetro se
aplica sobre el centro de la arteria con suficiente fuerza como para
aplanar el vaso. Si esta posición es mantenida cuidadosamente, la
fuerza del contacto normal entre la piel y la superficie del
tonómetro (un área pequeña localizada directamente por encima de la
arteria) es aproximadamente igual a la presión instantánea
intraluminal y se puede obtener un registro continuo del pulso (Fig.
3).
En base a estos registros se calcula la velocidad de la onda del pulso
a partir de la medición del tiempo entre las dos señales de presión
y la distancia entre transductores.
2. La medición del diámetro arterial puede obtenerse con un
ecógrafo vascular, con un sistema elemental de Doppler pulsado.
El sistema de Doppler pulsado permite medir el diámetro arterial y la
velocidad del flujo sanguíneo dentro de la arteria. El principio del
diseño está basado en el fenómeno conocido como efecto Doppler, que
consiste en la variación de frecuencia que sufre una onda, en la
recepción, al impactar con un objeto en movimiento. En el Doppler
pulsado la onda de ultrasonido reflejada posee una frecuencia que
depende de la velocidad de los glóbulos rojos encontrados en su
trayecto, por lo que obteniendo la frecuencia de la onda reflejada se
puede calcular la velocidad del flujo arterial.
Para la obtención del diámetro este sistema se basa en la
determinación de la distancia entre el transductor y las paredes del
vaso. Esto se logra sabiendo la velocidad de propagación del
ultrasonido en el tejido biológico y el tiempo transcurrido entre la
emisión y la recepción (tiempo de tránsito).
3. La velocidad del flujo arterial se puede obtener mediante Doppler
vascular, utilizando el principio antedicho; por un sistema de
medición de flujo que se encuentre incorporado a un tonómetro, que
utiliza el mismo principio; o con un pletismógrafo.
La velocidad del flujo arterial multiplicada por el área del vaso,
calculada a partir del diámetro del vaso, da como resultado el
débito sanguíneo o flujo arterial.
Evaluación de los parámetros que constituyen la función
arterial en la hipertensión arterial
Recientes estudios han demostrado que la morbi-mortalidad
cardiovascular de los pacientes hipertensos se relaciona
principalmente con las lesiones en las grandes arterias y que estos
parámetros no invasivos de enfermedad vascular arterial pueden ser
más precisos y reproducibles que los índices ecocardiográficos, en
la evaluación del riesgo cardiovascular45, 46. Asimismo ha quedado
demostrado que, en los pacientes con hiper-tensión esencial, las
alteraciones vasculares no sólo afectan los vasos de resistencia,
sino también las grandes arterias las cuales pierden su
elasticidad47.
La resistencia periférica, la compliance y la cuantificación de la
onda reflejada son parámetros que constituyen la función arterial y
se pueden obtener muy fácilmente a partir de mediciones de señales
de presión, diámetro medio y flujo medio. Por medio de dichos
parámetros se puede evaluar el comportamiento de la función arterial
en diferentes poblaciones48.
Los resultados preliminares obtenidos, que se observan en diferentes
poblaciones, son concordantes con recientes estudios14, 49, 50 en las
cuales la resistencia periférica, el coeficiente de reflexión y la
VOP se encuentran incrementadas y la compliance arterial disminuida en
pacientes hipertensos respecto de los normales. Es importante destacar
que los estudios, contra los cuales se hace la comparación, fueron
realizados mediante sensores de presión y flujo colocados por
cateterismo en la aorta ascendente, mientras que la metodología
presentada en este trabajo es no invasiva.
También es importante resaltar que estos parámetros ya se encuentran
alterados en los pacientes con hipertensión limítrofe, hecho que fue
demostrado por otros investigadores cuando evaluaron la compliance de
los pacientes jóvenes con hipertensión limítrofe46, 51, lo cual nos
lleva a pensar que pueda haber ya alteraciones estructurales en la
pared arterial que antecedan al desarrollo de la hipertensión
establecida14, 52, 53. Las variaciones en la presión arterial pueden
ser las causantes de las alteraciones vasculares y predisponer a una
degeneración de la pared arterial. Estas alteraciones en la presión
arterial actúan sobre los principios básicos de la fatiga de
material, en donde existen una fatiga y una fractura de las fibras
elásticas, que luego producen dilatación, espesamiento y, por
último, ruptura de la pared arterial19.
Sin embargo, otros autores refieren que estas modificaciones
estructurales podrían deberse a alteraciones en la pared del vaso o a
las variaciones regionales en la activación del músculo liso
vascular14, 52, 53.
Estas alteraciones en los pacientes hipertensos producen un desajuste
del acoplamiento ventrículo-aórtico, generado por el incremento de
la onda reflejada que, al viajar a mayor velocidad, aumenta la
presión sistólica provocando una mayor postcarga y disminuyendo la
presión diastólica, lo que reduce la presión de perfusión
coronaria.
Es decir que, tanto en los hipertensos establecidos como en los
limítrofes se observan alteraciones en la resistencia periférica, el
coeficiente de reflexión, la VOP y la compliance arterial10, 11.
En el caso de la ateroesclerosis estos métodos también serían
aplicables, pero se deben evaluar las arterias humeral, carótida y
femoral, estas dos últimas como lugares privilegiados para la
formación de placas.
Es posible, además, obtener en cada caso la onda incidente y
reflejada, datos de suma utilidad para el análisis de las estenosis
arteriales.
Se sugiere que las alteraciones encontradas en la función arterial de
los pacientes hipertensos podrían ser debidas a cambios estructurales
más que a alteraciones reversibles por efecto del aumento de la
presión arterial13, 54. Esto se fundamenta en que las modificaciones
también se registraron en los hipertensos limítrofes, en los cuales
los valores de la presión arterial no están muy incrementados con
respecto al grupo control.
Para poder discriminar si los cambios desarrollados en compliance son
específicamente parietales o presión dependiente, las comparaciones
entre grupos hiperten-sos y normotensos, deben llevarse a cabo
evaluando la compliance isobáricamente, es decir a un mismo nivel de
presión. En estudios realizados por nuestro grupo se demuestra que
los cambios observados en compliance isobárica representan un 34% de
las alteraciones elásticas de los hipertensos55, como así también
se pudo discernir el grado de influencia sobre la pared arterial de
distintos tratamientos antihipertensivos56.
En síntesis, esta metodología permite evaluar la función arterial
de los pacientes hipertensos, individualizar pacientes con
alteraciones precoces y evaluar la acción de diferentes drogas
antihipertensivas sobre el sistema arterial y el estado de carga que
éste le impone al ventrículo izquierdo.
Recientemente se ha desarrollado una técnica que permite la
obtención de un rulo presión diámetro en forma continua. Para ello
es necesaria la adquisición de imágenes de un ecógrafo vascular
conjuntamente con la adquisición de una señal de presión y un
procesamiento posterior. La obtención del rulo presión-diámetro
permite obtener la compliance y otras variables que caracterizan a la
pared arterial como lo es el índice de viscosidad. En un futuro, el
desarrollo de esta técnica permitirá una caracterización más
profunda del sistema arterial y una comprensión mayor de la
estructura parietal en estudios de diagnóstico y terapéutica
antihipertensiva.
Con los conocimientos y técnicas actuales, la metodología que
consiste en caracterizar la impedancia arterial en tres componentes
fundamentales (resistencia periférica, compliance y onda reflejada)
brinda una herramienta de gran potencialidad para la evaluación de
las alteraciones circulatorias del sistema arterial inducidas por la
hipertensión arterial con un requerimiento relativamente sencillo de
equipamiento y al alcance de un centro de diagnóstico.
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Fig. 1.– Relación de la resistencia periférica con los parámetros
circulatorios, (Ley de Poiseuille).
Fig. 2.– Onda de pulso en sujetos normales y pacientes ancianos.
Fig. 3.– Esquema del transductor de presión apoyado sobre una
arteria superficial y trazado temporal de la señal de presión.
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