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El poder de los medios en
la divulgación de la información sobre cáncer
Christiane Dosne Pasqualini
Instituto de Investigaciones Hematológicas, Academia Nacional
de Medicina, Buenos Aires, Argentina.
El problema de la causa y del tratamiento del cáncer no está
resuelto y no cabe duda que está siempre expuesto al riesgo del
sensacionalismo. Recientemente, en la primera página de su edición
del domingo 3 de mayo, The New York Times publicó un artículo de
Gina Kolata, conocida periodista en ciencia, titulado A cautious awe
greets drugs that eradicate tumors in mice (Un cauteloso asombro
despiertan drogas que erradican tumores en ratones). Se trata de los
trabajos del grupo que dirige Folkman en Harvard University Children
Hospital en Boston, iniciados hace 30 años, que demuestran que la
combinación de angiostatina y endostatina consigue bloquear la
neovascularización con una casi total desaparición del tumor en
ratones. Estos resultados fueron publicados hace unos meses en Nature1
junto con una amplia discusión de Kerber2. Resulta difícil
extrapolar estas observaciones al hombre, por muchas razones. Entre
otras, porque la angiostatina y la endostatina son dos proteínas
naturales que se producen en pequeñas cantidades y que se deben
administrar en altas dosis en forma casi continua, y principalmente
porque estas dos substancias no están disponibles todavía para uso
humano.
Esta noticia sensacionalista, a pesar de muchas expresiones sobre su
limitación, tuvo enorme repercusión y fue criticada y discutida y
también encomiada durante la semana siguiente no solamente en los
periódicos de muchos países sino también en Nature3 y en Science4.
En casi todos los medios se citó la frase entusiasta de James Watson
«Judah (Folkman) va curar el cáncer en dos años» y la de Richard
Klausner, director del National Cancer Institute «estas drogas son
las más prometedoras hasta ahora y como tal son mi primera prioridad
para ensayos clínicos».
Tales noticias tienen variada repercusión y sirven de ejemplo tanto
para lo bueno como lo malo del periodismo. Para el enfermo de cáncer
le significa una gran angustia, a la vez que esperanza sin forma ni
tiempo. De hecho, hubo múltiples llamadas telefónicas reclamando las
drogas en cuestión sin poder comprender que todavía no resultaban
accesibles. Para el lector en general, noticias sobre cáncer siempre
despiertan interés al brindar una esperanza más contra una
enfermedad tan temida. A las empresas que apoyan estas investigaciones
y piensan sintetizarlas y producirlas para uso experimental y
eventualmente para su aplicación humana significó un notable aumento
del valor comercial de sus acciones. Para nosotros, los investigadores
en oncología, personalmente, creo que el resultado es positivo. Por
lo pronto, se pone de relieve lo que estamos haciendo y de paso se
recalca el valor de la investigación básica, cuyos resultados
habitualmente no trascienden a la sociedad en general.
En nuestro país esta noticia tuvo una especial repercusión –en
diarios, revistas y televisión– porque existen por lo menos tres
grupos de investigadores que hacen experimentos relacionados con los
de Folkman, algunos de los cuales incluso fueron citados en sus
trabajos. Se trata de experimentos sobre la angiogénesis en relación
con el crecimiento tumoral muy desarrollados en el Instituto de
Oncología Angel H. Roffo5 y en nuestro laboratorio en relación con
la resistencia concomitante antitumoral6, 7. Una de las primeras
hipótesis para explicar dicho fenómeno consistió en la ausencia de
neovascularización del segundo implante tumoral8 –hipótesis
anterior a la postulación de Folkman, lo que el mismo reconoció
posteriormente en una carta al primer autor.
En mi opinión, lo más interesante de los resultados de Folkman es el
hecho que con el bloqueo de la vascularización tumoral con la
combinación de angiostatina y endostatina no se ataca directamente a
las células tumorales las que no desaparecen sino que después de
cierto tiempo de tratamiento llegan al estado latente o dormido. Es
decir, que se habría conseguido retroceder en el proceso de
transformación neoplásica. De acuerdo a una de las hipótesis sobre
la etiología del cáncer más de moda en este momento –y la que
más me entusiasma– el cáncer sería la resultante de una cascada
de eventos génicos que llevan a la transformación celular: el clon
neoplásico se mantendría en estado de tumor dormido, o cáncer in
situ, el cual necesitaría un «estímulo inmunológico» para
neovascularizarse y formar un tumor. Se ha sugerido que una solución
podría ser la de conseguir que estas células «en estado de tumor
dormido» aprendan a convivir silenciosamente con las células
normales de su microambiente9, 10.
De todas maneras, hay que entender que el afán del investigador es
«saber más» y eso en oncología básica significa entender «por
qué se transforma una célula» y «por qué crece un tumor».
Además, el que trabaja en cáncer sufre de una cierta deformación
profesional que podría caer dentro de la terminología de wishful
thinking, desea que el resultado sea satisfactorio y no puede perder
de vista la eventual aplicación de su resultado para beneficio del
paciente con cáncer.
Bibliografía
1. Boehm T, Folkman J, Browder T, O’Reilly MS. Antian-giogenic
therapy of experimental cancer does not induce acquired drug
resistance. Nature 1997; 390: 404-7.
2. Kerbel RS. A cancer therapy resistant to resistance. Nature 1997;
390: 335-6.
3. Wadman M.Cancer ‘cure’ article stirs up hot debate. Nature
1998; 393: 104-5.
4. Marshall E. The power of the front page of The New York Times.
Science 1998; 280: 996-7.
5. Klein S. Inmunorregulación del crecimiento de tumores mamarios
murinos. Medicina (Buenos Aires) 1996; 56 (Supl I): 32-44.
6. Ruggiero RA, di Gianni PD, Franco M, Bustuoabad OD. Resistencia
concomitante antitumoral. Medicina (Buenos Aires) 1996; 56 (Supl I):
57-64.
7. Bustuoabad OD, di Gianni PD, Genovese JA, Falcó R, Franco M,
Ruggiero RA. Rol del tejido conectivo en la relación tumor-huésped.
Medicina (Buenos Aires) 1996; 56 (Supl I): 25-31.
8. Bustuoabad OD, Genovese JA, Pasqualini CD. Abrogation of
concomitant immunity in mice. Com Biol 1984; 2: 423-31.
9. Pasqualini CD. Visión retrospectiva de la inmunidad tumoral.
Medicina (Buenos Aires) 1996; 56 (Supl I): 3-12.
10. Pasqualini CD. El dilema de la terapia del cáncer y la relación
oncólogo-paciente. Medicina (Buenos aires) 1998; 58: 113-6.
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