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REUNION ANATOMOCLINICA
CIRROSIS POSTHEPATITIS, ESTENOSIS AORTICA, BACTERIEMIA ESTAFILOCOCICA
Reunión anatomoclíncia efectuada en el Instituto de
Investigaciones Médicas Alfredo Lanari el 20-IX-1996
Editores: Dres. Hernán
Lago y Alejandro Grinberg
H.C. 89639. L. M.: Fecha de ingreso: 23/4/96; Fecha de defunción:
8/5/96. Sexo femenino. Edad 72.
Paciente con antecedentes de cirrosis hepática por virus C, ascitis e
hipertensión portal que ingresa en el IDIM por vez primera en
diciembre de 1995 con dolor y distensión abdominal; comienza 48 hs
antes de la consulta con aumento del diámetro abdominal y dolor
continuo.
Su enfermedad debuta en junio de 1995 cuando consulta en la guardia
del Hospital de Clínicas con un episodio de hemorragia digestiva
alta. Ingresa con melena, hematemesis y compromiso hemodinámico; se
reponen dos unidades de glóbulos rojos y expansores plasmáticos
desarrollando disnea.
Una fibroendoscopia digestiva alta muestra várices esofágicas grado
III, gastropatía hipertensiva y duodenitis leve; se colocan bandas
elásticas controlando la hemorragia.
Tiene además antecedentes de enfermedad coronaria (sufrió un infarto
agudo de miocardio en 1991) y estenosis aórtica de moderada a severa
con angina crónica estable en clase funcional II. Diabética de tipo
II en tratamiento con hipoglu-cemiantes orales. En 1974 se realizó
mastectomía derecha por carcinoma intraductal y diez años después,
por la aparición de nódulo en la otra mama, mastectomía izquierda y
radioterapia. En 1991 la resección de una adenopatía supraclavicular
no evidenció enfermedad residual.
Examen físico: normotensa, afebril, orientada en tiempo y espacio,
soplo sistólico eyectivo aórtico 3/6, abdomen globuloso con
esplenomegalia, onda ascítica positiva e hígado palpable sólo en
inspiración profunda. El examen neurológico era normal.
Laboratorio: hematocrito 37%; glóbulos blancos 4.200 por mm3; tiempo
de protrombina 65%; KPTT 34 seg, glucemia 234 mg/dl; uremia 60 mg/dl;
ionograma plasmático normal con sodio urinario bajo; amoniemia 80
ng/dl; fosfatasa alcalina 137 UI/l; GOT 16 UI/l; GPT 15 UI/l; GGT 21
UI/l; bilirrubina total 0.65 mg/dl; albuminemia 3.2 g/dl; PO2 81 mmHg
respirando aire ambiente; PCO2 34 mmHg; pH 7.51; bicarbonato
plasmático 27.3 mEq/l; a/A 0.75; se drenan dos litros de líquido
ascítico con 1.320 hematíes por mm3, 320 otras células con 91% de
linfocitos. Sedimento urinario patológico con 8-10 leucocitos y 1-2
piocitos por campo; inicia tratamiento antibiótico con
ciprofloxacina, suspende su tratamiento habitual con diuréticos y se
expande con coloides.
ECG sin cambios agudos y con hipertrofia ventricular izquierda,
ecocardiograma doppler: cavidades cardíacas de dimensiones normales,
buena función sistólica sin alteraciones de la motilidad global y
segmentaria, estenosis aórtica moderada a severa. Area valvular
calculada 0.77 cm2. Insuficiencia aórtica leve a moderada y estenosis
mitral leve.
A fines del mes de diciembre en un urocultivo desarrolla un
estafilococo meticilino resistente, siendo los cultivos de sangre y
líquido ascítico negativos. Se trata con buena respuesta egresando
el 15/01/96.
Reingresa en abril del mismo año con fiebre, escalofríos e
hipotensión arterial; 24 hs antes aparece diarrea sin moco, pus ni
sangre. Debilidad en miembros inferiores y deterioro del estado
general. Se realizan cultivos se inicia tratamiento con vancomicina.
Laboratorio: hematocrito 42%; glóbulos blancos 6.900; urea 89 mg/dl;
glucemia 360 mg/dl; sodio 117 mEq/l; potasio 4.8 mEq/l; sodio urinario
bajo; tiempo de protrombina 35%; KPTT 39.5 seg; sedimento urinario con
abundantes leucocitos y piocitos; amoniemia 160 ng/dl; tiempo de
protrombina 16%; KPTT 54 seg; tiempo de trombina 16 seg; fribrinógeno
100%.
Evoluciona somnolienta con inversión del ritmo del sueño y
asterixis. En 3/3 hemocultivos y un urocultivo desarrolla un
estafilococo meticilino resistente. Logra completar 14 días de
antibióticos pero deteriora aún más su estado general y fallece.
Discusión radiológica
Dra. Marcela C. Abruzzi: La placa de tórax de su primera
internación muestra relación cardiotorácica conservada, ausencia de
silueta mamaria de ambos lados, aorta calcificada, arco medio
prominente e imagen nodular que se proyecta en el campo pulmonar
superior derecho.
Discusión clínica
Dr. Guillermo Liberé: Esta es una paciente crónicamente
enferma con varios padecimientos, muchos en estado avanzado. Era
portadora de cirrosis hepática secundaria a virus C con hipertensión
portal y hemorragia por várices esofágicas que fueron tratadas
exitosamente en el Hospital de Clínicas con bandas elásticas. Tenía
un síndrome ascítico-edematoso que requirió varias paracentesis
evacuadoras, inclusive en algún momento desarrolló síndrome
hepatorrenal.
Desde el punto de vista cardiológico tenía enfermedad aórtica con
estenosis en grado crítico, había desarrollado insuficiencia
cardíaca y por lo tanto, su pronóstico de sobrevida era inferior a
los 2 años. Tenía angina crónica estable en clase funcional II. En
estos pacientes, en el 75% de los casos, el angor es por la estenosis
aórtica, pero el 50% coexiste la enfermedad coronaria. Dado que esta
mujer era además diabética, aumenta sensiblemente su riesgo de
enfermedad coronaria con compromiso de dos o tres vasos.
Durante la internación sufrió varios episodios de edema agudo de
pulmón, la valvulopatía evolucionó desfavorablemente a juzgar por
los ecocardiogramas que se hicieron desde 1995 hasta su muerte.
La condición clínica endeble se podía evidenciar cuando sufre una
fractura medial de cadera y, por su estado crítico, se decide no
intervenirla quirúrgicamente.
Tuvo en algún momento de su evolución una infección urinaria a
estafilococo meticilino-resistente y en su última internación
ingresó séptica, con hemocultivos y urocultivo con el mismo germen.
Desarrolló encefalopatía portosistémica; tenía múltiples factores
favorecedores, como la infección y deshidratación. Tenía amoníaco
alto, no siendo este el único factor implicado en el desarrollo de la
encefalopatía habiendo otros falsos neuro- transmisores, aumento de
la glutamina, pérdida de mediadores del ciclo de Krebs, aumento de
aminoácidos aromáticos y alteración de la barrera hematoence-
fálica.
Dado el mal estado general de la paciente y el mal pronóstico, en un
determinado momento se dejaron de tomar conductas activas;
posteriormente fallece por paro cardiorrespiratorio.
Dra. Fernanda Dorado: Esta paciente inicia, como suele
observarse, después de un largo período asintomático, las
complicaciones habituales de la hipertensión portal. Presenta
hemorragia digestiva alta por ruptura de várices esofágicas, que es
un evento muy grave en pacientes cirróticos con mortalidad cercana al
30% y, por lo general menos del 40% sobreviven al año del episodio
hemorrágico.
Fue tratada con ligadura por bandas elásticas, que es un método
endoscópico nuevo con algunas ventajas sobre la esclerosis
convencional y con menor porcentaje de complicaciones, ya que no
produce injuria esofágica transmural como sí lo hace la esclerosis.
Se sabe que los pacientes cirróticos tienen riesgo aumentado de
procesos infecciosos simultáneos como sucedió con esta enferma.
Está descripto que por lo general se benefician con la
administración profiláctica de norfloxacina, la cual produce una
decontaminación intestinal selectiva conservando la flora anaerobia.
Esta paciente aparentemente no recibió profilaxis que, de todas
formas, no la hubiera beneficiado, ya que desarrolló infecciones por
un estafilococo meticilino-resistente.
Es interesante destacar que a pesar de tener ascitis, no presentó
cuadros de peritonitis bacteriana espontánea; tampoco se encontraba
dentro del grupo de mayor riesgo, porque la concentración de
proteínas del líquido ascítico no era inferior a 1g/dl como suele
verse en pacientes con peritonitis bacteriana espontánea.
Es claro que tiene riesgo aumentado de desarrollo de hepatocarcinoma.
Se los suele seguir con ecografías abdominales y niveles de
alfa-fetoproteína. La ecografía no mostró imágenes nodulares, ni
presentó hipoglucemia sintomática independiente del grado de
cirrosis, como a veces se observa en el hepatocarcinoma.
El episodio que motivó su última internación ya fue descripto; la
sepsis evolucionó al desarrollo de encefalopatía hepática y no creo
que necesitemos de hemorragia de las várices para explicar el deceso.
Dr. Julián Bastaroli: Presentaba predominantemente una
estenosis aórtica de grado severo con un área valvular calculada en
los ecocardiogramas de 0.72 cm2 y esto tiene que haber originado la
sobrecarga sistólica que era evidente en los ECG. Se menciona
también la existencia de un infarto agudo de miocardio en 1991; no es
demasiado claro en el ECG salvo que la falta de R en precordiales
derechas corresponda a fibrosis septal. El ECG muestra marcada
hipertrofia ventricular con ya algún grado de bloqueo de rama
izquierda, el cual se asocia frecuentemente a este grado de
hipertrofia, además, tenía agrandamiento auricular izquierda con
segmento PR algo prolongado.
Los ecocardiogramas mostraron también el resultado del mecanismo
compensador de esta sobrecarga sistólica que es la hipertrofia
marcada del septum y de la pared del ventrículo izquierdo, a expensas
de la distensibilidad del miocardio, lo cual seguramente ha llevado al
aumento de la presión media en la aurícula izquierda y al edema
agudo de pulmón que desarrolló en reiteradas oportunidades.
La causa más común de estenosis aórtica en este grupo etario es la
degeneración calcificativa de la válvula, que predomina también en
mujeres. Esta degeneración es basal, afecta la superficie aórtica de
las valvas respetando los bordes libres, es decir, no hay fusión
comisural y se produce por desgaste del tejido conjuntivo por
traumatismo funcional.
En el anciano también se relativiza la triada diagnóstica
característica de angor, síncope e insuficiencia cardíaca. El angor
porque generalmente está asociado a algún grado de compromiso
coronario que esta paciente probablemente tuviera y los episodios
sincopales pueden tener múltiples causas a esta edad. De cualquier
manera cuando están presentes cualquiera de los tres síntomas la
sobrevida es de alrededor de 5 años a partir del diagnóstico.
Otro punto controvertido en alguna consulta fue que esta paciente
tenía hipertensión sistólica con valores de 180 mmHg; en los
ancianos esto puede suceder, en una persona joven con estenosis
aórtica la presión diferencial no suele ser mayor de 50 mmHg por
descenso de la presión arterial sistólica.
Dr. Héctor Calbosa: Creo que la paciente tiene una afección
infecciosa asociada a su enfermedad de base, que es la infección
urinaria. Es la segunda causa infecciosa para que en individuos con
falla hepática se desarrolle encefalopatía, la primera es sin duda
la neumonía.
Queda un grupo de enfermos con hipertensión portal severa que
desarrollan bacterio-ascitis o peritonitis espontáneas que no parece
ser el caso.
Ella tuvo dos infecciones urinarias por distintos gérmenes:
enterococo y estáfilo. La ultima se generalizó con hemocultivos
positivos y creo que esta fue responsable de la descompensación
final.
Dr. Gustavo L. De Feo: Quería ofrecer una visión un poco
distinta del origen de la sepsis en esta enferma y lo hago sustentado
en el hecho que en la primera internación tenía un urocultivo
meticilino-resistente. Pienso que se debería buscar la siembra
hematógena desde esa época como probabilidad, porque un estafilococo
en orina, meticilino o no meticilino resistente es casi sinónimo de
siembra hematógena.
Los focos habituales que se tienen que buscar son los que dan
bacteriemia persistente y en ese sentido la endocarditis bacteriana
debe estar puesta a la cabeza de las alternativas diagnósticas y, en
segundo lugar la osteomielitis. La osteomielitis se buscó en un
centellograma óseo corporal total, que sólo mostró focos de
hipercaptación en la cadera afectada por el traumatismo, y la
endocarditis se buscó con hemocultivos que pudieron estar
influenciados por el tratamiento con el que la enferma llegó al
Instituto. Venía recibiendo ceftriaxona para el tratamiento de una
potencial peritonitis espontánea y esto es una conocida causa de
endocarditis que cursa con hemocultivos negativos. Llama la atención
los casi cuatro meses de evolución de la enfermedad que no es lo
habitual en una endocarditis por estafilococo. Otra causa a mencionar
dentro de las bacteriemias persistentes son los múltiples
procedimientos hospitalarios y la posibilidad que alguna venoclisis
fuera fuente de aquella bacteriemia.
Dr. Aquiles J. Roncoroni: La paciente había tenido cáncer en
las dos mamas ¿no es así?
Dr. Oscar Rivero: La paciente fue sometida a una mastectomía
izquierda en 1974 y luego derecha 10 años más tarde; la resección
de un ganglio apareció libre de neoplasia. Se determinó un marcador
mamario que fue normal, pero un marcador de patología ovárica que es
el CA 125 dio sustancialmente elevado, 312 UI/ml (VN 30 UI/ml). Se
sabe que en las poblaciones preme-nopáusicas existen muchos
diagnósticos diferenciales al tumor de ovario como son las lesiones
hepáticas y las alteraciones de las serosas; en las poblaciones
postmenopáusicas las alternativas son menores. En este caso un CA 125
alto puede tener una explicación multifactorial.
Dr. M. Andrés Nicastro: La cirrosis tiene una evolución
característicamente lenta, siempre tuvo tiempo de protrombina y KPTT
normales, pero con albúminas superiores a 2.5 g/dl, se deteriora el
complejo de protrombina recién cuando la albúmina baja de 2.5 g/dl,
salvo que ocurra algún evento agudo, y esto sucede con hemorragias,
infecciones o depleción de volumen por diuréticos. Creo que esto le
pasó a esta paciente; en sus últimos días cursó una infección y
probablemente sufrió necrosis de nódulos de regeneración
hepáticos. Tiene descenso de todos los complejos de protrombina
incluido el factor V, lo que indica daño hepatocelular con factor
VIII elevado como se ve habitualmente por liberación, ya sea del
hepatocito o como reactante de fase aguda.
El otro hecho que se comentó es la posibilidad de un hepatocarcinoma
que no se haya visto en la ecografía y tiene un dato importante en
contra que es el tiempo de trombina normal; los cirróticos que
desarrollan un hepatocarcinoma prolongan el tiempo de trombina y esto
se debe a que así como se sintetiza alfa-fetoproteína, también se
sintetiza fibrinógeno fetal con un gran contenido de ácido siálico
y alteraciones de la polimerización.
Pienso que la insuficiencia hepática final puede estar relacionada
con necrosis de los nódulos de regeneración en un hígado
cirrótico, pero carecemos de un hepatograma de los últimos días.
Dr. Aquiles J.. Roncoroni: Creo que la enferma tiene cirrosis
con insuficiencia hepática y que desarrolló una encefalopatía
quizás relacionada a la sepsis. Pienso que la endocarditis bacteriana
es posible, pero me llama la atención la negatividad de los
ecocardiogramas. Puede tener un hepatoma a pesar de lo que se dijo en
contra de esto. En definitiva, creo que se va a encontrar una cirrosis
hepática y que el evento final fue una sepsis con compromiso renal.
Discusión anatomopatológica
Dr. Juan A. Costa: La necropsia mostró un corazón de 340 g
con petequias en pericardio visceral y 500 ml de líquido
sanguinolento en el saco pericárdico. El ventrículo izquierdo tenía
paredes engrosadas, 20 mm de promedio, y la cavidad moderadamente
disminuida; la aurícula izquierda estaba algo dilatada; en el lado
derecho no había lesiones. Las válvulas mitral y aórtica tenían
esclerosis con calcificaciones y moderada estenosis; en la cara
auricular de la mitral (Fig. 1) y el borde libre de las sigmoideas
aórticas (Fig. 2) se observaron vegetaciones pardo-rojizas, friables,
que, histológica-mente, estaban formadas por fibrina, células
sanguíneas y colonias de gérmenes cocoides Gram positivos; estos
gérmenes se observaron también en las petequias pericárdicas que
eran, en realidad, microabscesos. En el miocardio se observaron áreas
de cardiofibrosis y las ramas coronarias principales tenían lesiones
de aterosclerosis.
Un médico: ¿Se trata de una endocarditis aguda o de una
subaguda?, ya que las válvulas tienen daño previo.
Dr. Juan A. Costa: Se trata de una endocarditis infecciosa por
un germen agresivo en válvulas propias con calcificaciones.
Anteriormente se clasificaban las endocarditis en agudas y subagudas
considerando el daño valvular previo, la virulencia del germen
causante y el curso clínico. Hoy en día se las llama endocarditis
infecciosas haciendo referencia a si las válvulas son propias o
protésicas y al germen causante1.
La aorta y sus grandes ramas también tenían lesiones
ateroscleróticas. Los riñones pesaban 140 g el derecho y 160 g el
izquierdo, en este último había una lesión cortical cavitada de 4
cm de diámetro mayor que se extendía a grasa perirrenal, pero
siempre dentro de la cápsula (Fig. 3); histológicamente es un
absceso antiguo, la más vieja de las lesiones infecciosas, y con los
mismos gérmenes observados en las lesiones cardíacas que, de acuerdo
a los hemocultivos realizados en vida, son estafilococos; en ambos
riñones se encontraron, además, microabscesos. El bazo pesaba 500 g
y medía 17 cm de polo a polo, y tenía infartos de diferentes edades
debidos a embolias sépticas. Los pulmones mostraban lesiones de
pequeño tamaño, predominantes en lóbulos inferiores, que
corresponden a bronconeu-monía con hemorragias; se hallaron también,
en vasos pequeños, trombos fibrino-plaquetarios sugerentes de
coagulación intravascular. El cerebro pesaba 1.300 g y presentaba
petequias corticales, en la convexidad, en la sustancia gris y en la
sustancia blanca, correspondían a microabscesos y, en el tálamo
derecho había pérdidas de sustancia de límites «cartográficos»,
de 3 a 5 mm de diámetro y correspondían a reblandecimientos
isqué-micos. El hígado de 1.200 g, con superficie multinodular y
consistencia aumentada, presentaba alteración difusa de la
arquitectura con micronódulos separadas por finas bandas fibrosas
(Fig. 4); era llamativa la extensa trombosis de las venas porta, la
esplénica en casi todo su trayecto y algunas de las ramas
mesentéricas (Fig. 5). El estudio microscópico confirmó el
diagnóstico de cirrosis hepática; la trombosis de la porta y sus
ramas no era séptica y más parece relacionada, como las trombosis
pulmonares, a coagulación intravascular; como consecuencia de estas
trombosis había áreas pequeñas de necrosis en la mucosa de íleon y
colon derecho. Había ascitis y la serosa peritoneal tiene cambios
inflamatorios de moderada intensidad. Como hallazgos se encontraron
divertículos colónicos no complicados, hiperplasia nodular de
tiroides con vieja hemorragia en uno de los nódulos y pérdida de
lípidos adrenales compatible con shock terminal. No se hallaron
evidencias del carcinoma mamario u ovárico por lo que estoy de
acuerdo con la interpretación del Dr. Rivero sobre los valores
elevados de CA 125.
En resumen, se trata de una sepsis por estafilococo meticilino
resistente que dio origen a un absceso renal izquierdo y a lesiones de
endocarditis en válvulas mitral y aórtica con embolias sistémicas.
La cirrosis puede haber jugado un papel en la peritonitis que se
complicó con la sepsis y también facilitando la sepsis como
discutiera la Dra. Dorado. Como consecuencia del shock hay necrosis
hepatocitaria que explicaría los cambios del hepatograma y de los
factores de coagulación.
Diagnóstico anatómico (A 3088)
1. Sepsis por estafilococo: absceso cortical renal (4 cm),
izquierdo. Endocarditis bacteriana en válvula mitral y aórtica.
Embolias sépticas en bazo, riñones, corazón y sistema nervioso
central.
Hemopericardio (500 ml). Estenosis calcificada de válvulas aórtica y
mitral. Hipertrofia ventricular izquierda (20 mm), concéntrica. Areas
de cardiofibrosis. Atero-sclerosis de aorta y ramas. Areas de
bronconeumonía terminal. Signos de shock: pérdida de lípidos
adrenales, mínimos focos de necrosis hepatocitaria. Dilatación
acinar y citoesteatonecrosis pancreática. Reacción glial y edema
cerebral. Edema pulmonar agudo (focal).
2. Antecedentes de hepatitis C: cirrosis hepática micronodular (1.200
g); esplenomegalia congestiva (500 g). Trombosis de vena porta,
esplénica y ramas mesentéricas. Cambios inflamatorios peritoneales
difusos. Ascitis.
3. Enfermedad diverticular (colon), no complicada. Hiperplasia nodular
adenomatosa de tiroides. Cistitis aguda, moderada.
Bibliografía
1. Braunwald E (ed). Heart Disease, 4th edition. Philadelphia:
Saunders, 1992. Vol. 2, pp 1078-1105.
Fig. 1.– Válvula mitral: vegetaciones.
Fig. 2.– Válvula aórtica: vegetaciones (flecha)
Fig. 3.– Riñón izquierdo: absceso cortical (flecha).
Fig. 4.– Hígado: Cirrosis. Trombosis de ramas portales (flecha).
Fig. 5.– Cabeza de páncreas (P), duodeno (D) y vena esplénica
trombosada (vE). Vista posterior.
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