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ROTURA DE ANEURISMA DE LA ARTERIA ESPLENICA
ABDOMEN AGUDO HEMORRAGICO POR ROTURA DE ANEURISMA DE LA ARTERIA
ESPLENICA LA TOMOGRAFIA DE ABDOMEN EN EL DIAGNOSTICO
Gustavo Stork1, Guillermo
Pezzutti1, Sergio Recio1, Pablo Marchan2, Luis Caviglia1
1Servicios de Cirugía General; 2Diagnóstico por Imágenes,
Hospital Municipal de Agudos Dr. Leónidas Lucero, Bahía Blanca
Resumen
El
motivo de esta presentación es aportar a la bibliografía tres nuevos
casos de aneurisma de la arteria esplénica cuya presentación
clínica es por shock hipovolémico, y mostrar la utilidad para el
diagnóstico de la tomografía computada helicoidal de abdomen con
contraste endovenoso con bomba. Los tres casos aquí presentados
ingresaron a nuestro hospital con cuadro clínico de abdomen agudo
asociado a shock hipovolémico no traumático. En dos de los tres
casos se utilizó la tomografía computada de abdomen con contraste
endovenoso para el diagnóstico preoperatorio, y en uno de ellos la
tomografía computada helicoidal de abdomen con contraste con bomba de
infusión en fase arterial, la cual demostró ser útil para este, y
por ende se constituiría en un método muy útil ante la falta de la
arteriografía en los centros encargados de la atención.
Palabras clave: aneurisma de la arteria
esplénica
Abstract
Hemorrhagic
acute abdomen due to rupture of splenic artery aneurysm. Tomography
contribu- tion in the diagnosis. Three new splenic artery aneurysm
rupture cases are presented insisting on the usefulness of abdominal
helicoidal computed tomography (AHCT) with intravenous contrast pump.
The three patients presented were hospitalized showing acute abdomen
associated with non-traumatic hypovolemic shock. In two of the three
cases, abdominal computed tomography was used to arrive at the
pre-surgical diagnosis. In one of them the abdominal computed
tomography with intravenous contrast pump was used, which showed high
specificity for the diagnosis, thus becoming a useful methodology
whenever arteriography is not available.
Key words: splenic artery aneurism
Dirección postal: Dr. Gustavo Stork, Alsina 543,
8000 Bahía Blanca, Argentina
Fax: (54-0291) 15-4050239 e-mail: storkgus@hotmail.com.
Recibido: 21-XI-2000 Aceptado: 1-II-2001
Los aneurismas de las arterias viscerales son una forma poco
frecuente de enfermedad vascular. Los aneurismas de la arteria
esplénica son los más frecuentes (60%) y estos cobran mayor
importancia a su vez cuando la forma de presentación es por rotura,
lo cual ocurre entre el 3 y el 10% de los casos y hace que la
mortalidad por la enfermedad aumente notablemente, y por esa razón el
diagnóstico y la terapéutica deben implementarse en forma inmediata.
En este trabajo aportamos tres nuevos casos a la bibliografía y
mostramos el aporte de la Tomografía Computada Helicoidal de Abdomen
con Contraste Endovenoso con Bomba Infusora ( TCHACBI) en el
diagnóstico.
Casos clínicos
Caso Nº 1
Paciente femenina de 22 años de edad que ingresó al Servicio de
Medicina de Urgencia de nuestro hospital por presentar dolor abdominal
difuso de 5 hs de evolución, descompensación hemodinámica e
incontinencia de esfínteres.
Examen físico: TA 60/0 mmHg, FC 140x minuto regular, palidez
generalizada y mala perfusión periférica.
Abdomen globoso y tenso con dolor y reacción peritoneal generalizada.
Diagnóstico: * lavado peritoneal diagnóstico ( L.P.D) revela sangre
fresca en el peritoneo.
Tratamiento: * Reanimación hemodinámica con cristaloides, coloides y
sangre.
* Cirugía: laparotomía mediana supra-infraum-bilical. Se halló
sangre libre en la cavidad y tumoración ovoidea y lisa de 8 x 8 cm en
la región de la cola del páncreas con perforación de 1 cm
directamente comunicado con la cavidad peritoneal por la que fluye
sangre con ritmo arterial. Se realizó clampeo distal del páncreas
logrando la hemostasia. Al abrirse la tumoración se observa que la
misma es de tipo quístico, multiloculada de paredes lisas, y con
orificios vasculares que hacen pensar en su origen aneurismático.
Se efectuó esplenopancreatectomía distal con inclusión del
aneurisma, lavado y drenaje de la cavidad.
La paciente cursó en el postoperatorio con neumonía de base derecha
que se resolvió con tratamiento antibiótico.
Fue dada de alta hospitalaria en el décimo día del postoperatorio.
Caso Nº 2
Paciente masculino de 76 años de edad que ingresó al Servicio de
Medicina de Urgencia de nuestro hospital con dolor abdominal en
hipocondrio y flanco izquierdo, de tipo cólico, irradiado a
hipogastrio de 24hs de evolución. Refería como antecedente de la
enfermedad actual haber padecido el día anterior un episodio de
lipotimia.
Examen físico: Hipotensión ortostática, FC 90 x minuto regular.
Abdomen plano, blando con dolor y reacción peritoneal en el flanco
izquierdo.
Diagnóstico: * Ecografía abdominal: informa líquido libre
intraabdominal.
* TC de abdomen (con contraste endove-noso): informa líquido libre
intraabdominal, bazo heterogéneo con hematoma subcapsular, y extensas
calcificaciones en paredes arteriales.
* Punción abdominal (bajo guía tomográfica en FID): se obtuvo
sangre fresca.
Tratamiento: * Reposición de la volemia con cristaloides y sangre.
* Cirugía: laparotomía mediana suprainfraum-bilical. Se halló
sangre libre en la cavidad, observándose formación aneurismática
dependiente de la arteria esplénica, en el hilio, con gran hematoma
subcapsular esplénico y desgarro del polo inferior del bazo por donde
emanaba sangre fresca. Se realizó esplenectomía con ligadura de la
arteria esplénica proximal al aneurisma, lavado y drenaje de la
cavidad.
El paciente evolucionó sin complicaciones, siendo dado de alta
hospitalaria en el quinto día de postoperatorio.
Caso Nº 3
Paciente masculino de 51 años de edad que ingresó al Servicio de
Medicina de Urgencia de nuestro hospital por haber padecido lipotimia
y dolor abdominal difuso, de dos horas de evolución. Refería como
antecedente de la enfermedad actual dolor epigástrico los días
previos.
Examen físico: TA 90/60 mmHg, FC 100 x minuto regular, palidez
generalizada, lento retorno capilar y estado soporoso.
Abdomen globoso, blando, depresible y doloroso a la palpación en
epigastrio.
Diagnóstico: * Ecografía abdominal: mostró líquido libre en
cavidad abdominal.
*TC de abdomen (TCHACBI) mostró una formación redondeada de 32 mm de
diámetro que se contrastaba de manera intensa ubicada en la
proyección de la arteria esplénica, con igual densidad que la aorta
y que presentaba un defecto de relleno que se continuaba con una
colección intraperitoneal. La imagen descripta podría corresponder a
aneurisma de la arteria esplénica (Fig. 1).
Tratamiento: * Reanimación hemodinámica con cristaloides y sangre.
* Cirugía: laparotomía mediana supra-infraum-bilical. Se halló
sangre libre en la cavidad abdominal, observándose un gran hematoma
retroperitoneal que infiltraba la raíz del mesocolon transverso.
Guiados por la imagen tomográfica, se ingresó a la transcavidad de
los epiplones abordando dicho hematoma, y se identificó aneurisma de
la arteria esplénica roto de uno 4x4 cm de diámetro en el sector
proximal de la misma, próximo al tronco celíaco. Se realizó
ligadura aneurismática y esple-nectomía, lavado y drenaje de la
cavidad.
El paciente evolucionó sin complicaciones, siendo dado de alta
hospitalaria en el sexto día del postoperatorio.
Discusión
Los aneurismas de la arteria esplénica constituyen hasta un 60%
del total de los aneurismas de las arterias viscerales1. La incidencia
de los mismos no es bien conocida debido a que la mayoría de estos
son asintomáticos y el diagnóstico se hace generalmente en forma
incidental2, 3 . Estos se informan como descubrimientos casuales en el
0.78% de los arteriogramas y se pueden encontrar en el 0.1 al 10.4% de
las necropsias1.
Casi todos los trabajos publicados en la bibliografía sobre
aneurismas rotos de la arteria esplénica son a propósito de casos o
series de pequeño número de los mismos, alcanzando a ocho pacientes
el número mayor publicado4.
Hasta en un 22% de los casos la forma de presentación puede ser por
rotura1 y constituye esta la forma de presentación más frecuente5,
6.
Cuando se produce la rotura, esta puede hacerse al tubo digestivo, al
páncreas, a la vena esplénica o directamente a la cavidad
peritoneal, lo cual es la forma más frecuente y además tiene una
altísima mortalidad. En otros casos puede la hemorragia confinarse en
principio al saco epiploico, lo que da como resultado un período de
estabilización clínica y, lo que es más importante la oportunidad
para la intervención quirúrgica. Por último la hemorragia escapa
del saco epiploico, ya sea a través del hiato de Winslow o por rotura
de la parte fláccida del epiplón menor, hacia la cavidad peritoneal
libre, que es el llamado “fenómeno de doble rotura”1-7-8.
La mortalidad por rotura puede alcanzar hasta un 25-30%1, aunque
actualmente se reporta una mortalidad mucho más baja4.
El promedio de edad en el cual se hace el diagnóstico es en la sexta
década1-2-3-4-7, aunque puede presentarse a cualquier edad (límites
entre dos y noventa y tres años)1.
Es más frecuente en el sexo femenino, y particularmente en mujeres
multíparas1-2-3.
Las manifestaciones clínicas de los aneurismas de la arteria
esplénica no complicados son inespecíficas, caracterizándose por
dolor vago en hipocondrio izquierdo ocasionalmente irradiado a la
escápula o al flanco homolateral, pudiendo palparse una masa
abdominal o en oportunidades auscultarse un soplo.
Debido a que la mayoría de los aneurismas de la arteria esplénica
son asintomáticos, el diagnóstico se hace en general en forma
incidental1-2-3, o guiado por síntomas inespecíficos a través de
una Rx simple de abdomen (donde se puede observar calcificaciones
semicirculares o en forma de anillo) una ecografía abdominal o una TC
de abdomen. Finalmente la arteriografía es fundamental para el
diagnóstico exacto, para evaluar la existencia de otros aneurismas de
arterias viscerales, y para guiar la terapéutica1-2-5-9-10.
Actualmente la angioresonancia constituye un método útil para el
diagnóstico, siendo menos cruento y sin irradiación.
Cuando los aneurismas de la arteria esplénica generan síntomas lo
hacen debido a su rotura1-2-4-5.
De lo mencionado surge una consideración importante en lo que al
diagnóstico se refiere. Existen tres grandes grupos:
1) aneurismas que son hallados durante la necropsia (que son los
mínimos).
2) aneurismas que se hallan de manera casual o a través de un método
complementario de diagnóstico realizado por otro motivo por haber
presentado el paciente síntomas vagos, todos estos constituyen el
grupo de los “pacientes programados “ (que lo siguen en frecuencia
a los anteriores) y finalmente...
3) aneurismas que se presentan por rotura, que son los “ pacientes
de emergencia” y que se constituyen como la forma más frecuente de
hallar y donde se van a plantear dificultades para el diagnóstico
debido a que en general se cuenta con escaso tiempo, e incluso en
muchas oportunidades este diagnóstico va a hacerse durante una “
laparotomía exploradora”.
Cuando un paciente concurre a la atención médica padeciendo rotura
de aneurisma de la arteria esplénica generalmente se encuentra con un
cuadro de abdomen agudo asociado o no a shock hipovolémico, sin que
halla mediado traumatismo abdominal alguno, y en algunos casos con el
antecedente de haber sufrido horas previas episodio de lipotimia “fenómeno
de rotura en dos tiempos”.
Cuando la rotura del aneurisma se hace directamente en la cavidad
peritoneal generalmente es muy difícil de compensar al paciente
hemodinamicamente, por lo cual las medidas diagnósticas
preoperatorias generalmente pueden ser el L.P.D (Lavado Peritoneal
Diagnóstico) que nos muestre sangre fresca, o la Ecografía Abdominal
en la sala de guardia que nos informa líquido libre intraabdominal, y
con ello se decide la laparotomía exploradora, la cual permitirá
hacer el diagnóstico intraoperatorio, como ocurrió en al primero de
nuestros casos.
En cambio cuando la rotura es en dos tiempos, en general se forma un
gran hematoma en la transcavidad de los epiplones y este mismo es el
que contiene temporariamente la hemorragia, hasta que con el paso de
las horas se hace intraperitoneal, y es en este tiempo en el cual se
logra compensar hemodinamicamente al enfermo, realizar los métodos
complementarios de diagnóstico y llevar al paciente a cirugía.
Si el médico tiene la sospecha de rotura de aneurisma de arteria
visceral por el interrogatorio y el examen físico y cuenta en el
centro de atención con la posibilidad de realizar una arteriografía
este sería el método por elección ya que nos confirmaría el
diagnóstico, nos mostraría la ubicación topográfica del mismo, nos
descartaría la existencia o no de otros aneurismas viscerales, y
además en algunos casos se podría intentar la embolización
endovascular, transitoria o a veces definitiva del mismo9-10.
Pero creemos que en algunos centros donde no se cuenta con este
método, la TCHACBI es de gran utilidad, como se muestra en el tercer
caso aquí presentado.
Como está bien documentado la TC de abdomen tiene alta precisión
para evaluar las lesiones retroperi-toneales11-12, la que en el caso
de la rotura de aneurisma de la arteria esplénica esta puede mostrar
un hematoma retroperitoneal, heterogeneidad del bazo, hematomas en
este, además de mostrar, si existe, el líquido intraperitoneal. Si
bien la especificidad de estos datos es escasa, sumados a los
antecedentes y el examen físico ayudará a la toma de decisiones.
En el tercer caso que se presenta en nuestra serie, se realizó TC
helicoidal de abdomen y pelvis con bomba infusora de contraste de 125
ml a un ritmo de 3ml por segundo en fase arterial. En este caso la
especificidad del método fue muy alta.
Por lo expuesto es que queremos hacer hincapié en el hallazgo
tomográfico del tercer caso presentado, ya que el mismo nos permitió
a los cirujanos actuantes hacer el diagnóstico preoperatorio con
bastante especificidad, abordar el hematoma antes mencionado, hallar
el aneurisma roto de la arteria esplénica próximo a la aorta y
realizar con éxito su tratamiento.
A pesar de que sabemos que este es un solo caso, lo cual no nos
permite sacar conclusiones, creemos que cuando el estado del paciente
lo permite y no se cuenta con la arteriografía en el centro que le
toca tratar a estos pacientes es fundamental la realización de una
TCHACBI en fase arterial la cual en muchos casos nos será de gran
ayuda para el diagnóstico y para guiar la terapéutica. Proponemos un
algoritmo de diagnóstico para los centros que no cuentan con la
arteriografía (Fig. 2).
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Fig. 2.– Algoritmo de estudio de aneurisma de la arteria
esplénica para centros que no cuentan con arteriografía de urgencia.
Fig. 1.– Imagen tomográfica que muestra aneurisma de la arteria
esplénica roto (señalador)
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