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Adenosina y
miocardio atontado
LA ACTIVACION DE LOS RECEPTORES A1 DE ADENOSINA ATENUA EL
ATONTAMIENTO DE MIOCARDIO EN EL CONEJO
Martín
Donato#, Celina Morales, VerOnica D’Annunzio, Omar ScapIn, Ricardo
J. Gelpi*
Laboratorio de
Fisiopatología Cardiovascular, Departamento de Patología, Facultad
de Medicina, Universidad de Buenos Aires y Fundación Grupo de
Estudios Multicéntricos en Argentina (GEMA), Buenos Aires
# Becario de ANPCyT (Agencia de Promoción Científica y
Tecnológica)
* Miembro de la Carrera del Investigador del CONICET (Consejo Nacional
de Investigaciones Científicas y Técnicas)
Resumen
Los
corazones expuestos a un período prolongado de isquemia (³ 30
minutos) presentan un menor tamaño de infarto cuando son
reperfundidos en presencia de adenosina. Sin embargo, cuando el
período de isquemia es menor, estas áreas de infarto son poco
significativas, quedando en forma transitoria un cuadro de disfunción
ventricular postisquémica. El objetivo del presente trabajo fue
determinar el efecto de la adenosina, (administrada solamente en la
reperfusión) sobre las alteraciones sistólicas y diastólicas
presentes en la disfunción ventricular postisquémica así como
también determinar sí en dicho efecto están involucrados los
receptores A1. Corazones aislados e isovolúmicos de conejo, fueron
sometidos a isquemia global de 15 minutos y reperfusión de 30
minutos. Durante la reperfusión se evaluó la función ventricular.
En el grupo control, la presión desarrollada (PDVI) se recuperó
hasta un 56±2% a los 30 minutos de la reperfusión, mientras que con
la administración de adenosina alcanza un 75±3% (P<0.05 vs.
control). Sin embargo, cuando se administró la adenosina junto con el
bloqueante selectivo del receptor A1 (DPCPX) la PDVI alcanzó un
50±2% (P<0.05 vs. control). La presión diastólica final (PDFVI)
(rigidez diastólica) en el grupo control, aumentó un 293±4%, a los
30 minutos de la reperfusión, mientras que con la administración de
adenosina, la PDFVI alcanzó un 15±8% (P<0.05 vs. control). La
reperfusión en presencia de adenosina más DPCPX no logró atenuar el
aumento de la rigidez diastólica, alcanzando un 493±9 % (P<0.05
vs. control). La adenosina atenuó las alteraciones sistólicas y la
rigidez diastólica de la disfunción postisquémica. Este efecto
protector fue abolido por el bloqueante de los receptores A1,
sugiriendo un rol de estos receptores en la protección inducida por
adenosina.
Palabras clave:injuria por reperfusión, miocardio
atontado, adenosina, función ventricular
Abstract
The
activation of A1 adenosine receptors attenuates myocardial stunning in
the rabbit. Hearts exposed to a prolonged period of ischemia (³
30 minutes) present smaller infarct size when reperfused in the
presence of adenosine. However, when the period of ischemia is
shorter, the infarct areas are not very significant, but a
postischemic ventricular dysfunction persists. The objective of this
study was to determine the effect of adenosine, (administered only
during reperfusion) on systolic and diastolic alterations present in
postischemic ventricular dysfunction, as well as to determine whether
A1 receptors participate in this effect. Isolated isovolumic rabbit
hearts were subjected to 15 minutes of global ischemia followed by 30
minutes of reperfusion. Before ischemia and during reperfusion
ventricular function was evaluated. In the control group, the left
ventricular developed pressure (LVDP) reached 56 ± 2% of recovery at
30 minutes of reperfusion. The administration of adenosine improved
LVDP 75 ± 3% (P<0.05 vs. control). However, when adenosine was
given in presence of an A1 receptor selective antagonist (DPCPX), LVDP
reached 50 ± 2% (P<0.05 vs. control). In the control group, left
ventricular end diastolic pressure (LVEDP) (diastolic stiffness),
increased 293 ± 4%, at 30 minutes of reperfusion. Only a 15 ± 8%
(P<0.05 vs. control) increase in LVEDP was observed with adenosine.
Reperfusion with adenosine plus DPCPX did not attenuate an increase of
493 ± 9% (P<0.05 vs. control) in diastolic stiffness. Adenosine
administered from the beginning of reperfusion attenuated both
systolic alterations and diastolic stiffness in postischemic
dysfunction. This effect was abolished by DPCPX, suggesting an
important role for the A1 receptors in adenosine protection.
Key words:reperfusion injury, myocardial stunning,
adenosine, ventricular function
Dirección postal: Dr. Ricardo J. Gelpi,
Departamento de Patología, Facultad de Medicina, Universidad de
Buenos Aires, Uriburu 950 - Piso 2, 1114 Buenos Aires, Argentina. Fax:
(54 11) 4962-4945 e-mail: rgelpi@fmed.uba.ar
Recibido: 26-XII-2000 Aceptado:
13-VI-2001
El miocardio “atontado” puede ser definido como una disfunción
ventricular postisquémica reversible sistólica y diastólica, y con
reserva contráctil conservada1. Esta disfunción puede ser
evidenciada tanto en el ámbito experimental como clínico1. En
relación con esto, algunos trabajos experimentales2-4 demostraron que
la disfunción ventricular puede ser atenuada realizando
intervenciones farmacológicas antes del período de isquemia. Sin
embargo, es de suma relevancia, para una potencial aplicación
terapéutica, encontrar esta protección y conocer los mecanismos
involucrados cuando se aplican procedimientos durante la reperfusión
temprana.
La adenosina ha sido relacionada con un efecto protector sobre el
daño producido por la isquemia y la posterior reperfusión en el
corazón4. Así, Zhao y col.5 demostraron, en corazones de conejo
crónicamente instrumentados, que la adenosina reduce el tamaño de
infarto a través de la activación de los receptores A1, y que este
efecto protector es ejercido principalmente durante la isquemia. De la
misma manera, Olafsson y col.6, y Homeister y col.7 mostraron que la
administración intracoronaria de adenosina durante la reperfusión
temprana, en corazones de perros crónicamente instrumen-tados,
disminuye el tamaño de infarto. Utilizando una especie con escasa
circulación colateral, como el conejo, y un modelo de corazón
aislado, Janier y col.8 encontraron mejoría en la función
ventricular sistólica y diastólica cuando la adenosina fue dada
durante todo el experimento, es decir, desde antes de la isquemia y
hasta el final de la reperfusión, pero esta protección estuvo
atenuada cuando la droga estuvo presente solamente en la reperfusión.
Por último, algunos autores9-10 mostraron que la adenosina,
administrada sólo en la reperfusión, disminuye el tamaño de infarto
y mejora la función sistólica por un incremento del flujo coronario,
actuando sobre los receptores A2 vasculares.
Sin embargo, estas investigaciones5-10 utilizaron tiempos prolongados
de isquemia, con infartos que comprometen gran porcentaje de la pared
ventricular. Por otro lado, no han evaluado las alteraciones
diastólicas de la disfunción postisquémica y existen discrepancias
acerca de cual es el mecanismo de protección.
Sólo unos pocos estudios,11-14 utilizaron tiempos más cortos de
isquemia (£15 minutos), pero los resultados obtenidos son
contradictorios y además no han estudiado los mecanismos
involucrados.
Trabajos clínicos han intentado detectar el efecto protector de la
adenosina. Estos estudios fueron realizados en pacientes sometidos a
terapia de reperfusión con trombolíticos15, angioplastia16, y
además durante cirugía de revascularización17. Sin embargo, los
resultados no son concluyentes.
De esta manera, el objetivo del presente trabajo fue detectar si el
efecto protector de la adenosina sobre la disfunción ventricular
postisquémica sistólica y diastólica incluye la participación de
los receptores A1, como posibles mediadores de este efecto.
Hemos utilizado isquemia global lo que nos independiza de las
complicaciones del uso de la isquemia regional, tales como la
contracción ventricular asincrónica y la circulación colateral18.
Otra ventaja de este modelo es la similitud del corazón de conejo con
el corazón humano, en lo que respecta a la ausencia de la enzima
xantina oxidasa19 y a la escasa circulación colateral,20 dos
variables que pueden modificar la evolución de la enfermedad
isquémica.
Material y métodos
Modelo experimental:
Se utilizaron conejos con un peso de 1.8 a 2.0 Kg, que se
anestesiaron con tiopental sódico (35 mg/Kg) y ketamina (75 mg/Kg).
Se abrió el tórax rápidamente y se aisló la arteria aorta, para
luego colocar una cánula en la mencionada arteria. Una vez removido
el corazón, se lo colocó en un sistema de perfusión según la
técnica modificada de Langendorff.
El corazón fue perfundido con solución de Ringer, compuesta de la
siguiente manera: ClNa 118 mM, Cl2Ca 2 mM, ClK 5.9 mM, SO4 Mg 1.2 mM,
CO3HNa 20 mM y dextrosa 11.1 mM, la misma fue termostatizada a
36.5±0.03 º C y equilibrada con una mezcla de 95% O2 – 5% CO2,
para obtener un pH de 7.45 ± 0.02. Se suturaron dos electrodos para
estimular al corazón y así poder mantener la frecuencia cardíaca
constante en un valor de 175 lat/min. El corazón se dejó estabilizar
durante 20 minutos.
En el ventrículo izquierdo se colocó un balón de látex atado a uno
de los extremos de un tubo rígido de polietileno, pasándolo por el
anillo mitral a través de un ojal practicado en la orejuela
izquierda. El otro extremo del tubo se conectó a un transductor de
presión Deltram II (Utah Medical System), el cual nos permitió
registrar la presión intraventricular izquierda. El globo de látex
se llenó con solución acuosa hasta lograr una presión diastólica
final del ventrículo izquierdo (PDFVI) de 8-12 mmHg, y se mantuvo
este volumen constante durante todo el experimento. Considerando que
la rigidez ventricular diastólica se expresa a través de la
relación dP/dV, entonces, en el corazón isovolúmico la presión
diastólica final es índice de rigidez ventricular.
También se registró la presión de perfusión coronaria (PPC) a
través de otro transductor de presión conectado a la línea de
perfusión. El flujo coronario, controlado con una bomba
peristáltica, se reguló para conseguir una PPC de 74 ± 2 mmHg.
Debido a que la resistencia vascular está definida por la relación
entre la presión y el flujo, en un corazón perfundido a flujo
coronario constante, la presión de perfusión coronaria indica la
resistencia vascular coronaria.
La presión intraventricular izquierda y la PPC se registraron en una
computadora PC con plaqueta conversora analógica-digital que permite
registros en tiempo real. Se calculó la presión desarrollada del
ventrículo izquierdo (PDVI), que se obtuvo restando la PDFVI a la
presión ventricular sistólica pico. La fase de relajación fue
evaluada utilizando la constante de tiempo de decaimiento de la
presión ventricular durante la fase de relajación (t, Tau)21.
Durante el período isquémico los corazones se mantuvieron en
normotermia mediante inmersión en una cámara termostatizada
conteniendo solución acuosa.
Protocolo experimental:
Se realizaron cinco grupos experimentales (Fig. 1).
Grupo 1(n=6): Este grupo se realizó con el objeto de verificar que la
dosis de adenosina seleccionada (0.3 mg/kg/min) es suficiente para
activar los receptores purinérgicos. Para esto se evaluó la
respuesta inotrópica positiva a un bolo de isoproterenol (0.057
µg/kg) en ausencia y en presencia de adenosina.
Grupo 2 (n=4): Se realizó un segundo grupo con el objeto de verificar
que la dosis seleccionada de DPCPX (200 nM) es suficiente para
bloquear los receptores purinérgicos. Para verificar esto se evaluó
la respuesta inotrópica positiva a un bolo de isoproterenol (0.057
µg/kg) en ausencia y en presencia de adenosina junto con DPCPX.
Grupo 3 (n=14): se indujo una disfunción ventricular postisquémica
sistólica y diastólica (“miocardio atontado”) mediante un
periodo de 15 minutos de isquemia seguido por 30 minutos de
reperfusión. Se utilizó isquemia global, la cual fue inducida
disminuyendo abruptamente el flujo coronario total aportado por la
bomba de perfusión.
Grupo 4 (n=14): en este grupo de animales se repitió el protocolo del
grupo 1, pero se agregó adenosina (0.3 mg/kg/min)4 a la solución de
Ringer, desde el inicio de la reperfusión continuándose hasta el
final de la misma.
Grupo 5 (n=10): se repitió el protocolo del grupo 1, pero se agregó
adenosina (0.3 mg/kg/min) y DPCPX (200 nM), un bloqueante selectivo de
los receptores A1, desde el inicio de la reperfusión continuándose
hasta el final de la misma.
Análisis estadístico: Los resultados fueron expresados como la
media ± error standard (ES) y los datos se analizaron por análisis
de varianza seguido por la prueba de Bonferroni para comparaciones
múltiples. Se consideró una diferencia significativa cuando el valor
de p fue menor de 0.05.
Resultados
En la Tabla 1 se observa la respuesta inotrópica positiva a un
bolo de isoproterenol (0.057 µg/kg) en ausencia y en presencia de
adenosina, y durante la administración de DPCPX (200 nM). Se puede
observar que la respuesta inotrópica positiva al agonista ß,
evaluada a través de la presión desarrollada, se encuentra
disminuida cuando el isoproterenol es administrado en presencia del
nucleósido. Dado que la adenosina atenúa la actividad de la enzima
adenilciclasa, y que por el contrario el isoproterenol tiene la
capacidad de estimularla, estos datos demuestran que la dosis de
adenosina seleccionada es suficiente para activar al receptor A1. De
la misma manera, la falta de atenuación a la respuesta inotrópica
positiva provocada por un nuevo bolo de isoproterenol, esta vez en
presencia de adenosina y DPCPX, sugiere que la dosis del bloqueante A1
seleccionada es suficiente para impedir la activación del receptor de
adenosina.
Los datos promedios de la presión desarrollada del ventrículo
izquierdo (PDVI), se observan en la Fig. 2. En el grupo control, sin
intervención farmacológica, la presión desarrollada se recupera
durante la reperfusión hasta un 59±0.1% a los 15 minutos, alcanzando
un 56±2% a los 30 minutos de la reperfusión. Con la administración
de adenosina al comienzo de la reperfusión el valor de la presión
desarrollada a los 15 y 30 minutos de la reperfusión fue de 76±7%
(p<0.05 vs. grupo control) y 75±3% (p<0.05 vs. grupo control),
con respecto a su valor control. Sin embargo, cuando se administró la
adenosina junto con el bloqueante selectivo del receptor A1 (DPCPX) la
presión desarrollada alcanzó un 49±9% (p<0.05 vs. grupo
control), y un 50±2% (p<0.05 vs. grupo control) a los 15 y 30
minutos del mencionado período, respectivamente. Como se observa, la
adenosina administrada desde el inicio de la reperfusión atenuó la
disfunción postisquémica sistólica, y dicha protección fue abolida
con la administración de DPCPX.
En la Fig. 3 se puede observar el comportamiento de la presión
diastólica final (panel superior) y de la presión de perfusión
coronaria (panel inferior). Se observa que, en el grupo control, la
PDFVI aumentó un 293±4%, a los 30 minutos del mencionado período.
Con la administración de adenosina desde el comienzo de la
reperfusión, la presión diastólica final no aumentó
significativamente, alcanzando un 15±8% (p<0.05 vs. grupo control)
a los 30 minutos. La reperfusión en presencia de adenosina más DPCPX
no logró atenuar el aumento de la rigidez diastólica, alcanzando a
los 30 minutos del mencionado período un 493±9% (p<0.05 vs grupo
control y grupo con adenosina). La PPC, en el grupo control,
inmediatamente después del período de isquemia, comienza a elevarse
progresivamente hasta alcanzar un 127.4±3% a los 30 minutos del
período de reperfusión. En el grupo que recibió el nucleósido
desde el inicio de la reperfusión, se observa la caída de la
presión de perfusión coronaria, hasta un 75±4%, al minuto del
mencionado período y, luego de 30 minutos de reperfusión alcanzó un
91±6%. El grupo tratado con el bloqueante A1 mostró un
comportamiento similar al miocardio atontado alcanzando un 124±6%,
hacia los 30 minutos de la reperfusión.
El análisis de la relajación isovolúmica mostró que en el grupo
con disfunción postisquémica hay un enlentecimiento transitorio de
la velocidad de relajación al principio de la reperfusión que se
refleja en un aumento de los valores de la constante de tiempo de
caída de la presión (t) desde 27±1 mseg en situación control hasta
52±7 mseg, al minuto de la reperfusión, para normalizarse
progresivamente durante el transcurso del mencionado período. La
administración de adenosina ya sea sola o en combinación con DPCPX
no modificó las alteraciones de esta fase de la diástole.
Discusión
En el presente trabajo se muestra evidencia experimental de que la
administración de adenosina exógena, desde el inicio de la
reperfusión, en un modelo de corazón aislado con isquemia global,
protege al miocardio de las alteraciones sistólicas y del aumento de
la rigidez diastólica presentes en la disfunción postisquémica.
Esta protección fue atenuada cuando la adenosina se administró
conjuntamente con un bloqueante de los receptores A1 de adenosina,
sugiriendo la participación de los mencionados receptores en esta
protección. Sin embargo, la adenosina no mejoró las alteraciones del
componente activo diastólico evaluado a través de la relajación
isovolúmica. La administración del bloqueante selectivo de los
receptores A1, además de eliminar el efecto protector de la
adenosina, deprimió el estado contráctil por debajo de los valores
del grupo control. Esto está de acuerdo con los hallazgos previos de
Zhao y col.,5 quienes demostraron la importancia de la adenosina
endógena en la modulación del daño producido por la isquemia.
Además, un trabajo reciente de Peart y col.13 en el que se
administró solamente DPCPX en la reperfusión en un modelo de
corazón aislado de ratón muestra resultados similares a los
nuestros. Sin embargo, estos autores evaluaron sólo los efectos de la
adenosina endógena, sin administración exógena de la droga y en una
especie diferente.
Si bien varios estudios previos5-8 pusieron en evidencia el efecto
protector de la adenosina sobre el daño isquémico cuando es
administrada en la reperfusión, el nuestro extiende ese concepto de
protección en varios aspectos importantes.
En primer lugar, la mayoría de los trabajos5-7 utilizaron modelos de
isquemia regional, en donde el estado contráctil puede ser
influenciado por la presencia de circulación colateral y por la
contracción ventricular asincrónica22. Además, si la isquemia
regional es provocada en organismos intactos, la función sistólica
es modificada también por variaciones en la pre y la poscarga. Por lo
tanto, la administración de adenosina, puede provocar una mejoría de
los parámetros eyectivos, debido a una disminución de la poscarga en
lugar de un efecto directo sobre el miocardio. Otra variable a
considerar en estos modelos es que los cambios en las condiciones de
carga del corazón disminuyen el consumo de oxígeno y por lo tanto
mejoran la relación aporte-demanda durante la isquemia. Al utilizar,
en nuestro estudio, un modelo de corazón aislado e isovolúmico, con
isquemia global y flujo coronario constante eliminamos la influencia
de los factores mencionados.
En segundo lugar, analizamos los dos componentes de la fase
diastólica: la relajación isovolúmica y la rigidez ventricular. Es
conocido que en la disfunción postisquémica existe durante la
reperfusión una alteración de las dos fases de la diástole23 que se
manifiesta según evaluemos la reperfusión precoz o tardía: mientras
que en la reperfusión precoz existe un enlenteci-miento transitorio
de la relajación que se normaliza en función del tiempo, en la
reperfusión tardía se observa un marcado aumento de la rigidez
ventricular pero con relajación normal. Es interesante observar que
la adenosina atenuó el aumento de la rigidez ventricular diastólica,
pero no modificó las alteraciones tempranas de la relajación
isovolúmica. En nuestro conocimiento un solo trabajo8 mostró
mejoría del estado contráctil y atenuación del aumento de la
rigidez diastólica durante la reperfusión, en un modelo de corazón
aislado e isovolúmico, administrando la adenosina antes, durante y
después del período de isquemia. Sin embargo, la protección
encontrada, cuando la intervención se realizó solamente en la
reperfusión, fue menor. Además, utilizaron un tiempo prolongado de
isquemia (30 minutos) por lo que es válido pensar que la adenosina
actuó disminuyendo el tamaño de infarto, y de esta manera
indirectamente mejoró la función ventricular.
Una tercera diferencia con trabajos previos5-10 es el tiempo de
isquemia utilizado. Algunos autores usaron tiempos prolongados (³ 30
minutos), donde existen áreas de infarto que comprometen gran
porcentaje de la pared ventricular. Nosotros, hemos utilizado un
modelo experimental con 15 minutos de isquemia global, en donde el
tamaño de infarto es poco significativo. En nuestro conocimiento solo
dos trabajos11-12 utilizaron tiempos cortos de isquemia, y
administraron, en la reperfusión, adenosina exógena y una agonista
selectivo A1, respectivamente. Sin embargo, estos estudios, que no
encontraron protección, utilizaron una especie diferente como el
perro, y un modelo de isquemia regional, que como ya ha sido
mencionado dificulta la evaluación de la función ventricular. En un
trabajo previo de nuestro laboratorio,14 mostramos el efecto protector
de la adenosina administrada en la reperfusión, pero no estudiamos
los mecanismos involucrados. Son varios los mecanismos que se pueden
postular para explicar el efecto protector de la adenosina durante la
reperfusión. En primer lugar, algunos autores9-10 sugieren la
posibilidad de que la adenosina mejore la función sistólica por un
incremento del flujo coronario, actuando sobre los receptores A2
vasculares, (“fenómeno de Gregg”). Este no sería el caso en
nuestro modelo experimental, debido a que nosotros trabajamos con
flujo coronario constante y por otro lado cuando bloqueamos el
receptor A1 de adenosina durante la reperfusión el efecto protector
desapareció, por lo tanto este receptor jugaría un rol clave en el
mecanismo intrínseco de la protección mediada por adenosina. En
segundo lugar, es conocido que la reperfusión provoca un
significativo deterioro de la respuesta vasodilatadora en el lecho
previamente isquémico, con liberación de endotelinas, una de las
más potentes sustancias vasoconstrictoras, que tendrían un
importante rol en la reducción del flujo sanguíneo24. Velasco y
col.25 describieron que la adenosina puede disminuir durante la
reperfusión temprana, la liberación de endotelinas contribuyendo a
mejorar la función ventricular. Por último, es conocido que el
precondicionamiento isquémico involucra una serie de acontecimientos
intracelulares preisquémicos que, se inician con la activación del
receptor A1 y que tienen como uno de sus efectores finales a los
canales de K+ ATP sensibles de la mitocondria26. Si bien la
participación de este mecanismo específico durante la reperfusión
no ha sido estudiada, nuestros datos sugieren que por lo menos el paso
inicial de esta forma de protección está presente cuando la
adenosina es administrada tempranamente en la reperfusión.
En resumen, hemos mostrado en un modelo experimental con estricto
control de variables e isquemia global, que la administración de
adenosina, durante la reperfusión, protege al miocardio de las
alteraciones postisquémicas sistólicas y del aumento de la rigidez
diastólica, sin modificar la relajación isovolúmica. Esta
protección, que incluye el estado contráctil y la rigidez
diastólica, está directamente relacionada con la activación de los
receptores A1 purinérgicos. Si bien la extrapolación de datos
obtenidos en animales de experimentación a pacientes debe ser
realizado con extrema cautela, el hecho de que la administración de
la adenosina posterior al período de isquemia tenga un efecto
protector, podría representar una interesante propuesta terapéutica.
Sin embargo, se deben considerar sus efectos hipotensores debidos a la
activación del receptor A2, la fugacidad de la acción de este
compuesto y la aparición de tolerancia cuando es administrado en
forma crónica27.
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Tabla 1.– Efecto de un bolo de isoproterenol en presencia y en
ausencia de adenosina (G1) y durante la administración de DPCPX (G2),
sobre la presión desarrollada del ventrículo izquierdo (PDVI). *:
p<0.05 vs control. G1: Grupo 1; G2: Grupo 2
G1 Control Isoproterenol Isoproterenol +
adenosina
PDVI (%) 100 133±5* 112±6
G2 Control Isoproterenol Isoproterenol +
adenosina + DPCPX
PDVI (%) 100 129±10* 134±9*
Fig. 2.– Se representan los valores de presión desarrollada del
ventrículo izquierdo (PDVI), en los tres grupos estudiados, en
situación control y durante 30 minutos de reperfusión, después de
15 minutos de isquemia; obsérvese que la adenosina atenuó las
alteraciones sistólicas de la disfunción postisquémica. Este efecto
fue abolido con la administración de DPCPX. *: p< 0,05 vs control
Fig. 3.– Se muestran los valores de presión diastólica final
del ventrículo izquierdo (PDFVI) (panel superior) y de la presión de
perfusión coronaria (PPC) (panel inferior), en los tres grupos
estudiados, en situación control y durante 30 minutos de
reperfusión, después de 15 minutos de isquemia, se observa que la
adenosina atenuó el aumento de la rigidez diastólica, y de la
presión de perfusión coronaria. *: p< 0.05 vs control.
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