Actualizado 17 de septiembre, 2024
Aunque el accidente cerebrovascular (ACV) es altamente prevenible y tratable, ha habido un rápido aumento en la carga global de ACV entre 1990 y 2021, debido tanto al crecimiento de la población como al envejecimiento de las poblaciones en todo el mundo, así como a un aumento considerable en la exposición de las personas a factores de riesgo ambientales y conductuales. En la revista Lancet se publican los hallazgos de este importante nuevo análisis del Estudio de la Carga Global de Enfermedades, Lesiones y Factores de Riesgo (GBD).
A nivel global, el número de personas que sufrieron un nuevo ACV aumentó a 11.9 millones en 2021 (un aumento del 70% desde 1990), los sobrevivientes de ACV llegaron a 93.8 millones (un aumento del 86%) y las muertes relacionadas con el ACV alcanzaron los 7.3 millones (un aumento del 44%), convirtiendo esta condición en la tercera causa principal de muerte en todo el mundo (tras la enfermedad cardíaca isquémica y COVID-19). Más de tres cuartos de los afectados por ACV viven en países de ingresos bajos y medianos (LMIC).
Además, las estimaciones sugieren que, a nivel mundial, la cantidad total de discapacidad, enfermedad y muerte prematura—una medida conocida como años de vida ajustados por discapacidad (AVAD)—perdidos por ACV aumentó un 32% entre 1990 y 2021, pasando de alrededor de 121.4 millones de años de vida saludable perdidos en 1990 a 160.5 millones de años en 2021, convirtiendo al ACV en la cuarta causa principal de pérdida de salud en todo el mundo, después de COVID-19, la enfermedad cardíaca isquémica y los trastornos neonatales.
Entre 1990 y 2021, la carga global de ACV vinculada a un alto índice de masa corporal (IMC; aumento del 88%), altas temperaturas (aumento del 72%), altos niveles de azúcar en sangre (aumento del 32%), dietas ricas en bebidas azucaradas (aumento del 23%), baja actividad física (aumento del 11%), alta presión arterial sistólica (aumento del 7%) y dietas bajas en ácidos grasos poliinsaturados omega-6 (aumento del 5%) aumentó considerablemente.
El estudio revela diferencias sorprendentes en la carga total de ACV (medida por tasas estandarizadas por edad de incidencia, prevalencia, muertes y AVAD) entre las regiones del mundo y los niveles de ingresos nacionales en 2021. En América del Norte y Australasia, que tienen los niveles más bajos de carga de ACV, y en América Latina de ingresos medianos—las tasas estandarizadas por edad de incidencia y prevalencia fueron más bajas en Nueva Zelanda (68 y 707 por cada 100 000 personas, respectivamente), las tasas de mortalidad más bajas en Canadá (20/100000 personas) y las tasas de AVAD más bajas en Australia (435/100 000) en 2021.
Los autores del artículo señalan que la mitad de toda la discapacidad y las vidas perdidas por ACV en el mundo (81 millones de años de vida saludable perdidos) en 2021 fueron resultado de ACVs hemorrágicos—la forma más letal, principalmente debido a la hipertensión—aunque son aproximadamente la mitad de comunes que los ACVs isquémicos (4.1 millones de nuevos ACVs hemorrágicos frente a 7.8 millones de nuevos ACVs isquémicos). Los más afectados fueron las personas de 70 años o menos y aquellos que viven en países de bajos ingresos, donde la proporción de ACVs que son hemorragias intracerebrales es el doble que en los países de altos ingresos (37% frente a 18%).
En 2021, los cinco principales factores de riesgo globales para el ACV fueron la alta presión arterial sistólica, la contaminación del aire por partículas, el tabaquismo, el alto colesterol LDL y la contaminación del aire en los hogares, con variaciones considerables según la edad, el sexo y la ubicación.
Por primera vez, el estudio sugiere que la contaminación del aire por partículas en el ambiente es un factor de riesgo importante para la hemorragia subaracnoidea, contribuyendo al 14% de la muerte y discapacidad causadas por este subtipo de ACV grave, a la par con el tabaquismo. Por otro lado, se ha avanzado considerablemente en la reducción de la carga global de ACV debido a factores de riesgo vinculados a una dieta deficiente, contaminación del aire y tabaquismo, con la pérdida de salud debida a dietas ricas en carne procesada y bajas en vegetales disminuyendo en un 40% y un 30%, respectivamente, la contaminación del aire por partículas en un 20%, y el tabaquismo en un 13%. Esto sugiere que las estrategias para reducir la exposición a estos factores de riesgo en las últimas tres décadas, como las zonas de aire limpio y las prohibiciones de fumar en público, han tenido éxito.
GBD 2021 Nervous System Disorders Collaborators . Global, regional, and national burden of disorders affecting the nervous system, 1990-2021: a systematic analysis for the Global Burden of Disease Study 2021. Lancet Neurol 2024;23:344-81.