Colchicum autumnale – Hans-Simon Holtzbecker (m. 1671)
Colchicum autumnale. Del Gottorfer Codex (1649 al 1659). Hans-Simon Holtzbecker (m. 1671). Gouache sobre pergamino.
Fuente: https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gc23_colchicum_autumnale.jpg
Libro encargado a Holtzbecker por el Duque de Gottorp para ilustrar las flores del jardín de su castillo (Palacio de Gottorp, Schleswig, Alemania). Son cuatro volúmenes, 365 páginas ilustran 1180 plantas (50 × 38 cm). El Codex se encuentra en la Royal Collection of Graphic Art de la SMK – National Gallery of Denmark, Copenhague, Dinamarca. La restauración para exhibir y digitalizar las páginas puede apreciarse en: https://www.youtube.com/watch?v=JLtWrWT0mAs. El artista era nativo de Hamburgo y se le atribuyen cuatro florilegios, uno de ellos, el Moller Florilegium, se remató en Christie’s, Londres, por 551 500 libras (GBP) en 1999.
El bulbo del cólquico (syn: mataperros, azafrán bastardo, etc.), se usó desde tiempo inmemorial para tratar la inflamación, los dolores articulares, y la gota. Ahora sus usos son más amplios (Dasgeb B, Kornreich D, McGuinn K, Okon L, Brownell I, Sackett DL. Colchicine: an ancient drug with novel applications. Br J Dermatol 2018; 178: 350-6. doi:10.1111/bjd.15896). Más aún, se han publicado los resultados del Colchicine Cardiovascular Outcomes Trial (COLCOT), que probó dosis bajas de colchicina en la prevención secundaria después del infarto de miocardio (Tardif J-C, Kouz S, Waters et al. Efficacy and safety of low-sose xolchicine after myocardial infarction. N Engl J Med 2019; 381: 2497-505). Como sugiere una editorialista, mantengamos la cautela. (Newby LK. Inflammation as a treatment target after acute myocardial infarction. N Engl J Med 2019; 381: 2562-63). Y más cuando leemos la declaración de conflictos de interés.
El agente activo del cólquico es la colchicina, remedio o veneno, según la dosis. La colchicina bloquea las mitosis en metafase porque cuando se une a las tubulinas, altera su conformación e impide el ensamblaje de los microtúbulos y el huso mitótico. Este efecto sobre las células fue descubierto por R. Pernice, patólogo siciliano que publicó su trabajo en una inalcanzable revista siciliana. Al lector curioso puede interesarle el editorial de Gerald Weissmann titulado Medea and the Microtubule: Research has been translational ever since colchis, erudito, entretenido y pleno de información. (Faseb J 2009; 23: 2761-94).