Actualizado 18 de abril, 2021
Un artículo publicado en JAMA el 16 de abril trata sobre la renovación del aire en ambientes internos y la transmisión de SARS-CoV-2 (1).
COVID-19 se transmite por aerosoles espirados por personas infectadas. Las gotitas de >100 μm se depositan por acción de la gravedad a menos de 2 m de su origen. Pero los aerosoles más pequeños (<5 μm) pueden permanecer en suspensión por horas y ser el origen de brotes de COVID en restaurants, gimnasios, escuelas, y en el transporte público, más probables cuanto más tiempo se haya compartido, con una ventilación escasa. Una buena ventilación (que es fundamental) y/o la filtración de aire, puede remover partículas de aire de ambientes internos, y por lo tanto reducir la intensidad y duración de la exposición a los aerosoles contaminantes. Los ambientes con pobre ventilación se han asociado estrechamente, con la transmisión de sarampión, tuberculosis, rinovirus, influenza, y también de SARS-CoV-2. En ambientes cerrados, con 3 o más personas, la transmisión de SARS-CoV-2 ocurre aun a más de 2 m de distancia: es la “transmisión aerógena alejada”. El control de esta transmisión por aerosoles se hace mediante uso de máscaras, distanciamiento, y por ventilación y filtración del aire. Se debe recordar que los métodos de ventilación y filtración de aire habituales en edificios de vivienda, negocios u oficinas no fueron diseñados para control de infecciones. Para reducir la transmisión aerógena de COVID en estos ambientes son necesarios 4 a 6 cambios de aire por hora, que se pueden conseguir por una combinación de ventilación externa, recirculación de aire a través de filtros de una eficiencia mínima de MERV 9-12 (los filtros Minimum Efficiency Reporting Value, o MERV 9-12, retienen partículas de 1-3 μm; los MERV 13-16 retienen partículas entre 0.3 y 1.0 μm), o pasaje del aire a través de filtros portátiles HEPA (high-efficiency particulate air). La condición estándar requerida en un filtro HEPA es que remueva un 99.95% de las partículas de 0.3 μm de diámetro del aire filtrado. La potencia de filtración se mide en intercambios de aire por hora. La eficacia de filtración se mide por el tamaño menor de los aerosoles que el filtro llega a retener, por ejemplo 0.3 μm (300 nm). El diámetro de los virus varía entre 50 y 140 nm. Se debe tener en cuenta el tamaño del ambiente, la cantidad de personas, el tiempo de contacto, y la presencia de uno o más infectados, que potencia el problema. (1) Allen JG, Ibrahim AM. Indoor Air Changes and Potential Implications for SARS-CoV-2 Transmission. JAMA Published online April 16, 2021. doi:10.1001/jama.2021.5053