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- Transmogrificación
placentaria del pulmón
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- Juan
Antonio Barcat
Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari.
- Las cosas comunes ocurren comúnmente
- pero mucha gente tiene enfermedades raras1.
- El ejercicio de la medicina depara lícitos placeres. Uno de
ellos es diagnosticar enfermedades, síndromes o lesiones raras;
aumenta el placer si éstas tienen nombres altisonantes o
exóticos, y aumenta más aún si éstos son desconocidos por
quienes nos escuchan. Los nombres pueden ser epónimos, como:
síndrome de Ekbon, síndrome de Gélineau, enfermedad de
Brill-Zinsser, o proceder de lenguas extrañas o muertas, como:
ainhum, purupuru, picnodisostosis. Hay especialidades, como la
dermatopatología que, si no engaña el examen superficial del
índice de un texto, prometen placeres casi cotidianos como
diagnosticar pustulosis palmaris et plantaris, nevus
fusco-caeruleus ophtalmomaxillaris o enfermedad de Tangier. Los
médicos, en particular los patólogos, tenemos ahora la
oportunidad de diagnosticar la lesión o entidad cuyo nombre da
título a esta nota. Veamos de qué se trata. La descripción que
sigue es el resumen de dos artículos que aparecieron, con pocos
meses de diferencia, en las más miradas revistas de patología2,
3. Son siete pacientes, cinco hombres y dos mujeres, de 24 a 44
años de edad, que consultaron por disnea, dolor torácico o
ambos, que fueron tratados y, al parecer, curados con lobectomías
o neumonectomías. Cuatro tuvieron neumotórax, en tres la brusca
disnea se debió a éste, en uno fueron repetidos; tres enfermos
tuvieron infecciones pulmonares recurrentes. Las radiografías y
las tomografías computadas del tórax mostraron quistes de
variado tamaño, unilaterales, generalmente limitados a un
lóbulo, cualquiera de ellos indistintamente; sólo en un caso se
describen en todo un pulmón. Como consecuencia de la
hiperinflación del lóbulo o pulmón afectado se observaron
desplazamiento mediastinal y compresión del pulmón
controlateral. En cuatro de los enfermos se sabía, por
radiografías anteriores, que tenían quistes gigantes o quistes
de crecimiento lento o enfisema bulloso desde cinco y aún diez
años antes de la intervención quirúrgica. Las intervenciones
fueron cuatro lobectomías y tres neumonectomías; una de las
neumonectomías fue motivada por una complicación operatoria, no
queda claro si en las otras dos la lesión afectaba todo el
pulmón. Macroscópicamente los lóbulos resecados estaban
hiperinflados y eran esponjosos o quísticos, el tamaño de los
espacios aéreos iba de pocos milímetros hasta 20 cm; en tres los
quistes eran grandes, uni o pauciloculares, bien separados del
remanente de parénquima pulmonar; en los restantes el tejido
esponjoso se fusionaba gradualmente con éste. Los espacios
quísticos o de la esponja estaban ocupados por aire y, por tejido
gelatinoso descripto como: espumoso, vesicular, similar a uvas,
crema de leche batida o esponjoso. Este aspecto se debía a que,
en las paredes de los quistes o surcando los espacios aéreos
existían papilas o una fronda de estructuras que semejaban
vellosidades placentarias, normales o molares, pero sólo
parecían serlo en el examen microscópico con poco aumento.
Observadas con mayor detalle las papilas o vellosidades estaban
cubiertas por epitelio cuboide o plano de células inconspicuas, a
veces estaban desnudas y cubiertas por fibrina; el tallo o núcleo
de las papilas estaba formado por tejido conectivo laxo o mixoide,
con células mesenquimáticas indiferenciadas y surcado por
capilares o vénulas; en algunas papilas se acumulaban macrófagos
vacuolados en el estroma del tallo o tenían acúmulos linfoides o
tejido adiposo. En algunas papilas el tallo estaba edematoso, en
otras calcificado o esclerosado. Las técnicas de
inmunoperoxidasas mostraron que las células epiteliales se
marcaban con los antisueros anti-citoqueratinas y no con los
antisueros anti-gonadotrofina coriónica humana; las células
mesenquimáticas se marcaban con anti-vimentina, en los vasos
sanguíneos el endotelio se marcaba con anti-factor VIII y el
músculo liso con anti-actina. La microscopía electrónica,
utilizada en algunos casos, mostró que las células del
revestimiento de las papilas eran neumonocitos tipos I y II. En
ambos artículos se señala, aunque no claramente y en todos los
casos, la asociación de esta lesión con enfisema en el
parénquima pulmonar adyacente, enfisema bulloso o panacinar o,
simplemente, enfisema. Las estructuras papilares, de tan
superficial parecido a las vellosidades placentarias, dan unidad a
los casos y se interpretan como distorsionados remanentes de
septos alveolares o interlobulares edematosos o esclerosos.
Los autores de ambos trabajos acuerdan que esta entidad puede
tratarse de una variedad histológica del enfisema bulloso
localizado o del enfisema bulloso gigante o del pulmón
evanescente. No concuerdan en cómo denominarla. En el primer caso
publicado de esta particular lesión, un resumen de T. McChesney,
uno de los autores del primero de los artículos que comentamos,
la llamó transmogrificación placentaria del pulmón; otro de los
autores, K. M. Müller publicó otro caso con A. Theille y la
llamó linfangiodisplasia. Ahora, cuando suman dos casos a los
suyos y publican el conjunto, deciden llamarla lesión bullosa
placentoide del pulmón. Los autores del segundo artículo toman
el nombre acuñado y desechado por T. McChesney a quien
transmogrifican en las referencias donde pasa a ser Chesney TMC.
El verbo transmogrificar no existe en castellano. Un diccionario
de inglés, americano, dice:
"transmogrificar... origen desconocido, (1656) [el más
temprano registro de su uso]: cambiar o alterar grandemente y, a
menudo, con efecto grotesco o humorístico..."4 Otro,
británico esta vez, dice: "transmogrificar... (jocoso).
Transformar especialmente de manera mágica o sorprendente...
etimología dudosa; tal vez a través del nombre como corrupción
de transmigración (de las almas)5". Transmigrar, en
castellano, significa, en su segunda acepción: "Pasar una
alma de un cuerpo a otro, según opinan los que creen en la
metempsicosis" (DRAE). ¿De quién será el alma que hace ver
vellosidades placentarias, en dañados pulmones de adultos, donde
hay sólo septos alveolares o interlobulares alterados? Estemos
atentos y, si se brinda el motivo, diagnostiquemos
transmogrificación placentaria de pulmón. Puede hacerse con
métodos clínicos y quirúrgicos accesibles; el aspecto
macroscópico y la microscopía de rutinarios cortes coloreados
con hematoxilina y eosina son suficientes. El valor de las
técnicas más complejas ya debe haber sido ponderado por nuestros
lectores. Se trata de reconocerla e impresionar al prójimo. Otra
cosa, empero, es entender la evanescente enfermedad bullosa del
pulmón. Ese es el problema. ¿Cuán asociada está a otras formas
de enfisema?6 ¿Es sólo enfisema paraseptal?6, 7. Las preguntas
pueden seguir, esta nota debe terminar. El lector interesado puede
leer con beneficio el artículo de Stern y colaboradores8.
Después de leerlo compartirá la confusión con los autores y el
suscrito. Pero acordará en vaticinar que la tomografía computada
de alta resolución puede consolidar la materia de que tratamos.
Bibliografía
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- 1. Hope RA, Longmore JM, Hodgetts TJ, Ramrakha PS. Oxford
Handbook of
Clinical Medicine, 3rd. edition. Oxford: Oxford University Press,
1993; 694.
2. Mark EJ, Muller KM, McChesney T, Dong-Hwan S, Honig C, Mark MA.
Placentoid bullous lesion of the lung. Human Path 1995; 26: 74-9.
3. Fidler ME, Koomen M, Sebek B, Greco MA, Rizk CC, Askin FB.
Placental transmogrification of the lung. A histologic variant of
giant bullous emphysema. Clinicopathological study of three
further cases. Am J Surg Path 1995; 19: 567-70.
4. Mish FC (ed). Merriam-Webster's Collegiate Dictionary, 10th
edition.
Springfield: Merriam-Webster, 1995; 1255.
5. Fowler HW, Fowler FG (eds) (revised by McIntosh E.). The
Concise Oxford
Dictionary of Current English, 4th edition (1951). Oxford: Oxford
University Press, 1963; 1357.
6. Thurlbeck WM. Chronic airflow obstruction in lung disease.
Philadelphia:
Saunders, 1976; 160-70.
7. Heard BE, Khatchatourov V, Otto H, Putov NV, Sobin L. The
morphology of emphysema, chronic bronchitis and bronchiectasis:
Definition, nomenclature, and classification. J Clin Path 1979;
32: 882-92.
8. Stern EJ, Webb WR, Weinacker A, Müller NL. Idiopathic giant
bullous emphysema (vanishing lung syndrome): imaging findings in
nine patients. AJR 1994; 162:
283-9.
Dirección postal: Donato Alvarez 3140, 1427 Buenos Aires
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