|
|
GENETICA MOLECULAR DE LA HEMOFILIA A
Carlos D. De Brasi, Irma R.
Slavutsky, Irene B. Larripa.
Departamento de Genética, Instituto de Investigaciones
Hematológicas, Academia Nacional de Medicina, Buenos Aires.
Resumen
Desde el
aislamiento del gen del factor VIII (FVIII) de coagulación, se ha
elucidado una gran variedad de mutaciones causales de la hemofilia A
(HemA). La imposibilidad de monitorear todas estas mutaciones, hace
que en el laboratorio sólo debamos abocarnos a aquellas más
prevalentes. Este es el caso de la inversión del intrón 22 sólo
detectada por técnicas de biología molecular, que constituye la
causa del 50% de las HemA severas. En este artículo, se discuten las
ventajas e inconvenientes del uso diagnóstico de polimorfismos
genéticos ligados y se refieren los aspectos moleculares de la
enfermedad, tanto de la proteína como del gen del FVIII. Finalmente,
se analizan las prospectivas futuras que están ofreciendo las nuevas
tecnologías. La ingeniería genética aporta actualmente, dos tipos
de estrategias terapéuticas en hemofilia: el uso de factores de
coagulación de origen recombinante, que evita los riesgos de
infección grave que introducen los concentrados plasmáticos y la
terapia génica, que aunque muy promisoria, aún se encuentra en etapa
pre-clínica de experimentación.
Abstract
Molecular
genetics of hemophilia A. Hemophilia A (HemA), an X linked genetic
disease, is the most common coagulation disorder with an incidence of
about 1-2 in 10,000 males and is caused by mutations in the factor
VIII (FVIII) coagulation gene. Firstly, some clinical aspects of the
HemA are presented: the current methods to assess both the amount and
activity of FVIII, the severity range observed and the presence of
inhibitor antibodies against the therapeutic FVIII. Follows a
discussion of the relationship of the structural domains of the FVIII
protein (Figure 1), the aminoacidic sequence and their functions. An
activation-inactivation model of the successive peptide bonds
cleavages of the FVIII is also presented (Figure 2). After the cloning
of the FVIII gene in 1984, almost all types of HemA causing mutations
have been characterized. However, the size and complexity of this gene
prevented a screening of the full range of mutations for an accurate
molecular diagnosis. Moreover, most of the patients with moderate and
mild disease have missense mutations whereas approximately half of
severe patients have nonsense, frameshift, and some missense
mutations. There are also less frequently mutations such as deletions
and insertions leading to severe phenotype and mutations affecting
mRNA splicing and duplications causing both severe and mild HemA. In
order to give genetic counselling in HemA families, studies at the DNA
level using intragenic and/or extragenic polymorphism analysis have
been used. But this approach is not entirely satisfactory because it
fails in several situations. Most of the causing mutations described
above are private, and they have been found in only a few unrelated
families. Recently, a common molecular inversion of the FVIII gene was
identified in 50% of unrelated patients with severe HemA. The
inversion is mediated by the presence of three copies of a particular
DNA sequence (termed F8A gene). One copy is located within intron 22
of the FVIII gene and the other two » 500 kb upstream. An homologous
recombination mechanism was proposed for the inversion between an
intragenic copy of the F8A gene and either the distal (80% of the
inversion) or the proximal copy (20%). Both of these inversions lead
to severe HemA because no intact FVIII is produced and can be easily
diagnosed by Southern blot analysis. This inversion originate almost
exclusively in male germ cells, because pairing Xq with its homologous
in female meiosis would probably inhibit the proposed intrachromosome
recombination. The molecular analysis of the inversion of intron 22 is
now considered at the first line for families with severe HemA
patients. In recent years the treatment of patients with hemophilia A
and B has been intravenous injection of FVIII or FIX concentrates,
respectively. This regimen of regular injection of plasmatic proteins
bears a high risk of infection by contaminating viruses (HIV, HBV,
etc). Future treatment for patients with hemophilia may include the
use of either gene therapy or recombinant coagulation factors. Both
strategies would completely avoid the infection risk offering a safe
and effective treatment for the disease. Recombinant factors, obtained
by genetic engineering methods, provide a renewable and unlimited
source of FVIII or FIX. The clinical trials of recombinant factors
have already started in mid-1995 giving positive results. On the other
hand, gene therapy for hemophilia is now in the pre-clinical stage but
offers the prospect of a cure for the disease, thus potentially
freeing patients from regular injections of the lacking protein.
However, experiments in animal models suggest that it may be difficult
to obtain adequate therapeutic levels of factors for long periods of
time. Recently, a retroviral-mediated gene delivery of human FVIII in
mice has been reported using the ex vivo strategy of gene therapy.
Therapeutic levels of FVIII in the circulation were obtained for >
1 week and it was also observed that the capacity of primary cells to
delivery FVIII in blood was strongly dependent on the site of
implantation. Although much work remains to be done, these positive
results are encouraging for the future of gene therapy for this
relatively common genetic disease.
Dirección postal: Lic. Carlos De Brasi, Departamento de
Genética, Instituto de Investigaciones Hematológicas, Academia
Nacional de Medicina, Pacheco de Melo 3081,
1425 Buenos Aires, Argentina.
La hemofilia, enfermedad
hereditaria ligada al sexo, es la coagulopatía congénita severa más
común, afectando aproximadamente a 1- 2 de cada 10000 varones en
todas las poblaciones humanas. La enfermedad se presenta en forma
extendida en la filogenia animal y ha sido observada en caninos y en
equinos (7).
La hemofilia es el clásico ejemplo de un rasgo recesivo ligado al
sexo (20). Está casi exclusivamente limitada a varones cuyos hijos
son sanos y sus hijas son portadoras obligadas. Sobre una base
estadística las portadoras transmiten el trastorno a la mitad de sus
hijos y la condición de portadoras a la mitad de sus hijas. Se han
reportado algunos casos de hemofilia en mujeres homocigotas (por
isodisomía o como fruto de unión consanguínea) o dobles
heterocigotas (cuando ambos alelos del par X están afectados por
distintas mutaciones). En todos los casos publicados las mujeres
homocigotas con hemofilia no presentaron mayor severidad clínica que
los varones hemicigotas (21).
La hemofilia puede ser dividida en dos clases diferentes aunque
indistinguibles clínicamente: la hemofilia A (HemA), caracterizada
por un defecto de la globulina antihemofílica llamada factor VIII de
coagulación (FVIII) (menos de 2 Unidades Internacionales/dl) y la
hemofilia B (HemB) con deficiencia del factor IX (FIX). La Hem.A se
presenta con una frecuencia cinco veces mayor que la Hem.B (21).
Aspectos Clínicos
Existen 2 ensayos de laboratorio que permiten evaluar al FVIII en
plasma: el FVIII:C que mide la actividad específica del FVIII y el
FVIII:Ag que mide la cantidad de FVIII por métodos inmunoquímicos.
Los pacientes con HemA pueden clasificarse de acuerdo a la severidad
clínica de la enfermedad y a los valores del ensayo de FVIII:C en:
HemA severa, moderada y leve donde el ensayo de FVIII:C comparado con
controles de coagulación normal es: <1%, 1-5% y 5-25%
respectivamente. Valores de FVIII:C entre 25-50% se los clasifica como
trastornos subhemofílicos y rara vez presentan sintomatología.
La heterogeneidad fenotípica observada en HemA puede ser medida no
sólo en términos de severidad clínica sino también por la
presencia o ausencia de inhibidor (anticuerpos contra el FVIII). Por
el momento la presencia de inhibidor puede ser superada utilizando
mayor cantidad de FVIII para correjir a valores de FVIII:C acordes con
la gravedad del episodio sufrido por el paciente. El inconveniente que
surge por la presencia de inhibidor será superado definitivamente
cuando se conozcan los epitopes del FVIII que inducen tolerancia en el
proceso de maduración normal del sistema inmune y puedan así
diseñarse estrategias específicas para su inducción tardía.
Estructura y función del Factor VIII
El FVIII es sintetizado en hepatocitos y células endoteliales como
una proteína de cadena única con una secuencia líder hidrofóbica
N-terminal de 19 aminoácidos (Aa) seguida por 2332 residuos que
constituyen la proteína secretada. La estructura primaria del FVIII
muestra 3 tipos distintos de dominios incluyendo una región
triplicada de aproximadamente 330 Aa (dominios A), una región única
de 980 Aa (dominio B) y una región carboxi-terminal duplicada de 150
Aa (dominios C), quienes están en el orden: NH2.A1-A2-B-A3-C1-C2.COOH
(Figura 1) (4, 5).
Se han encontrado homologías de secuencia entre el FVIII, el FV y la
ceruloplasmina sugiriendo que estas 3 proteínas podrían estar
relacionadas evolutivamente. Además, las repeticiones de dominios
homólogos internos reflejarían presumiblemente procesos de
duplicación o triplicación de algún gen ancestral más pequeño (4,
6). Los dominios A son homólogos al dominio A triplicado encontrado
en ceruloplasmina, quien muestra la estructura sin interrupción
A1-A2-A3 (4). Los dominios C son homólogos a una proteína
(discoidina) encontrada en el moho y también a una proteína de
unión al glóbulo graso de la leche recientemente descripta (7).
El procesamiento intracelular da origen a las formas circulantes del
FVIII consistentes en cadenas pesadas heterogéneas (990-120 KDa) y 2
cadenas livianas (80 KDa). Los extremos N-terminal de las especies de
cadena pesada se extienden por 740 residuos comprendiendo los dominios
A1 y A2 y terminan en extensiones de longitud variable en el dominio
B. La cadena liviana comienza con el residuo glutamato 1649 y se
extiende hasta el extremo C-terminal en la Tyr2332. Los heterodímeros
del FVIII están unidos en forma no covalente por cationes divalentes
y circulan en plasma unidos al factor de von Willebrand (vWF). En esta
forma el FVIII es un pro-cofactor sin actividad funcional. La
conversión a la forma activa requiere el clivaje de dos uniones
peptídicas Arg372-Ser373 y Arg1689-Ser1690. Una tercera unión
Arg740-Ser741 es también hidrolizada para liberar la cadena B pero se
ha demostrado que este clivaje no es esencial para la activación. Las
peptidasas trombina y factor Xa pueden hidrolizar estas uniones
Arg-Ser. La proteína C activada (PCA), inactiva el FVIII por un
único clivaje en Arg336-Met337 (Figura 2) (8).
El conocimiento de las correlaciones entre estructura y función es
todavía incipiente. La región acídica Val1670-Glu684 y la Tyr1680
sulfatada está involucrada en la unión con el vWF (9). El clivaje de
la unión Arg1689-Ser1690 en la activación, libera a este segmento y
simultáneamente desarma el complejo entre el FVIII y el vWF. La
región C-terminal de la cadena liviana está involucrada en la unión
a fosfolípidos, esencial para la actividad del co-factor (9). Las
regiones involucradas en la interacción con la enzima, FIXa y el
sustrato, FX, en la formación del complejo "tenaza" son
aún desconocidas.
Mutaciones en el gen del FVIII
El gen de FVIII tiene 186 kb de longitud, es uno de los genes más
largos caracterizados hasta el presente, contiene 26 exones (con un
rango de longitudes que va desde 69 a 3106 pares de bases, pb) y 25
intrones (algunos tan largos como 32,4 kb) y está localizado en la
región distal del brazo largo del cromosoma X a nivel de la banda
Xq28 (Figura 1). Este gen produce un mRNA de 9 kb (6, 4).
La HemA no presenta ninguna alteración visible con métodos
citogenéticos, y además el análisis a nivel molecular ha sido muy
difícil debido al gran tamaño del gen, a su compleja organización
genómica y a la heterogeneidad mutacional detectada en los distintos
individuos. Después del clonado del gen del FVIII (10, 11), numerosos
estudios detectaron mutaciones causales en HemA severa, moderada o
leve, incluyendo casi todo tipo de mutaciones (12, 13, 14, 5, 15, 16,
17, 18, 19). En una clasificación general, las mutaciones o lesiones
en el ADN pueden dividirse en dos tipos según las consecuencias que
pudieran acarrear: mutaciones causales de enfermedad (en este caso
ocasiona la expresión de la HemA con distinto grado de severidad) y
polimorfismos genéticos (variantes genotípicas normales).
Estos últimos, los polimorfismos, cuando están ligados
genéticamente al gen responsable de la enfermedad (lo suficientemente
cercanos físicamente para que la probabilidad de una recombinación
entre ellos, sea despreciable), pueden aportar información de gran
utilidad para el consejo genético en una amplia variedad de
situaciones:
- cuando aún no se conoce el gen que origina la enfermedad;
- cuando conociendo el gen, la heterogeneidad de la naturaleza de las
mutaciones causales hace imposible un screening que las abarque a
todas (éste es el caso de la HemB, de la HemA moderada y leve, y del
50% de la HemA severa);
- como trazador de un cromosoma específico en una familia, para poder
rastrear el origen de una determinada mutación.
Por todo lo expuesto, para el caso de la HemA, el consejo genético se
nutre tanto de la información aportada por el análisis de
polimorfismos asociados, como por el estudio directo de las mutaciones
causales sobre el gen del FVIII.
Polimorfismos genéticos ligados
El análisis de polimorfismos ligados genéticamente al locus del
FVIII, con RFLPs (polimorfismos de longitud de fragmentos de
restricción) intragénicos, extragénicos y VNTRs (también son
polimorfismos de longitud pero con un número variable de repeticiones
en tandem de una secuencia corta específica) permite estudiar las
familias afectadas, sólo si se dispone del/los paciente/s y algunos
otros miembros clave. Estos estudios de pedigree son también llamados
análisis por "Gene Tracking" (arrastre con el gen) pues se
pretende diagnosticar indirectamente la presencia del gen del FVIII
lesionado mediante la presencia de un polimorfismo ligado, que en esa
familia resulta marcador del alelo del FVIII afectado. Estos análisis
por Gene Tracking pueden resultar no informativos en cerca del 30% de
los casos (por ejemplo con posibles portadoras que resulten
homocigotas para el polimorfismo), además hay un margen de error
significativo en la asignación de estatus debido a la posible
introducción de una mutación de novo en el individuo afectado y, por
último, la posibilidad de mosaicismos puede interferir para un
correcto diagnóstico (20, 21, 22, 23, 24, 14, 25, 26).
Mutaciones causales de la hemofilia A
Cuando se encuentra una mutación en un gen, las evidencias de
causalidad se proporcionan por distintas fuentes: (a) la ocurrencia de
la mutación en una región de función o estructura de importancia
conocida, (b) ocurrencia de la lesión en un residuo conservado
evolutivamente, (c) la ocurrencia previa e independiente de esa
mutación en la enfermedad, (d) la ausencia de esa mutación en
muestras estadísticamente significativas de controles normales, (e)
la aparición de novo y subsecuente co-segregación de la lesión
génica y el fenotipo afectado a través de un pedigree familiar.
Sustituciones nucleotídicas puntuales
Constituyen en conjunto, el tipo de mutación más frecuente en HemA
considerando todo el rango de severidad. Los métodos de biología
molecular usados para detectar mutaciones puntuales abarcan un rango
muy amplio que va desde el análisis por Southern blot, hibridación
con oligonucleótidos discriminantes (ASO), electroforesis en gel con
gradiente desnaturalizante (DGGE) y secuenciación del ADN.
Como era de esperarse, todas las mutaciones nonsense (aparición de un
codón stop produciendo la interrupción temprana de la síntesis del
FVIII) observadas fueron encontradas en pacientes con HemA severa (5).
En cambio, todas las mutaciones puntuales encontradas en HemA moderada
o leve resultaron del tipo missense (aparición de un codón
correspondiente a un Aa distinto), aunque estas mutaciones también se
encontraron en pacientes con el fenotipo severo.
Es interesante observar que el fenotipo clínico de la HemA en
distintos pacientes con la misma mutación puntual, no siempre resulta
igual. Hasta 1991 ya se habían reportado más de 4 casos de este
tipo. En uno de ellos, una mutación missense en el codón 1689 (sitio
de uno de los clivajes activadores del FVIII) afectaba severamente a 1
paciente y sólo moderadamente a otros 2. Un caso similar se vió en
el codón 2209 causando HemA severa y moderada. Individuos con
mutaciones en los codones 162, 372 (Arg®His) y 2307 (Arg®Gln)
exhiben el fenotipo moderado y leve, mientras que la sustitución
Val®Leu en el residuo 326 produce el fenotipo severo y moderado. Las
razones de estas diferencias son desconocidas pero podrían deberse a
efectos epistáticos de otro loci sobre la expresión del gen del
FVIII. Alternativamente, estos pacientes podrían tener otra mutación
o variante polimórfica, no detectada, que afectara al gen del FVIII.
Otras explicaciones menos probables surgen de las diferencias en los
ensayos de los diferentes laboratorios y de las diferencias entre los
estilos de vida de los pacientes que pudieran afectar la función
coagulatoria. Cualquiera sea la explicación, sólo las mutaciones
missense están involucradas ya que las nonsense siempre resultan en
HemA severa.
Por otra parte, se ha encontrado inhibidor en pacientes con mutaciones
puntuales, como era de esperar la mayoría de estas (10/12)
correspondían a mutaciones nonsense. Las restantes 2 mutaciones
encontradas en pacientes con inhibidor curiosamente resultaron
missense, quizás por alteración de un epitope requerido para el
estado de tolerancia inmunológica (5).
Aproximadamente el 5% de los pacientes con HemA muestran un exceso de
antígeno (FVIII:Ag³100%) junto a una reducida actividad específica
(FVIII:C£25%). Estos casos son llamados: Material con Reacción
Cruzada positivo (CRM+). El estudio de las mutaciones puntuales que
pudieran observarse en estos pacientes CRM+ resulta fundamental para
distinguir entre las mutaciones que afectan la estabilidad del FVIII
plasmático y aquellas que tienen un efecto crítico en su
funcionalidad. Se han observado mutaciones productoras del fenotipo
CRM+ por afectar sólo la función del FVIII, por ejemplo, mutaciones
en ambas Arg (372 y 1689) involucradas en el clivaje de activación y
la sustitución Arg®Gln en 2209 entre otras. En cambio la
sustitución Tyr®Phe en 1680 afecta la unión del FVIII al vWF y por
ende la estabilidad de la molécula en plasma resultando el fenotipo:
FVIII:C=14% y FVIII:Ag=25%
Aproximadamente el 40% de las mutaciones puntuales son transiciones de
dinucleótidos CpG a CT o CA. Este doblete es conocido como
hipermutable a consecuencia de la desaminación de la 5-metil
citosina. Por esta alta probabilidad de mutación, las transiciones
CpG muestran sitios recurrentes dentro del gen del FVIII y en la
mayoría de los casos se ha llegado a demostrar por análisis de
haplotipos con RFLPs (para determinar consanguineidad como eventual
causa de la recurrencia) que se trataba de eventos mutacionales con
distinto origen.
Deleciones
Las deleciones observadas exhiben un rango que va desde 1 hasta 200 kb
(15, 16). El 95% de las deleciones se asocia con el fenotipo severo,
estudiando las excepciones se observó que en su mayoría no
modificaban el marco de lectura del gen, ya sea por supresión de un
número múltiplo de 3 en la secuencia codificante o bien por
interesar secuencias intrónicas (5). Por otra parte, no se han
encontrado evidencia de puntos calientes para las deleciones. Los
pacientes con HemA severa causada por deleciones tienen 5 veces más
riesgo de desarrollar inhibidor que aquellos con otro tipo de
mutación.
Inserciones
Hay pocos ejemplos de inactivación insercional del gen del FVIII y
todos ellos conducen a HemA severa. Dos de ellos involucran la
inserción en el exón 14 de secuencias ajenas al gen del FVIII como
el elemento L1 (secuencias repetitivas humanas que representan
retro-transposones no virales) (27). La inserción de 1 nucleótido A
en una cadena de Aes es otra mutación que se da con cierta frecuencia
y la explicación del mecanismo es consistente con el modelo de
corrimiento del apareo en la horquilla de replicación (16).
Duplicaciones
Las duplicaciones son inusuales y el ejemplo mejor caracterizado de
una duplicación parcial del gen del FVIII lo reportó Gitschier en
1988 (13). En este caso se vió la duplicación de 23 kb del intrón
22 insertado entre los exones 23 y 24. Hoy se piensa que este alelo
con la duplicación constituye un estado intermedio inestable en la
deleción del gen del FVIII.
Mutaciones que afectan el splicing
Se han detectado mutaciones puntuales que afectan el splicing de ARNm
(maduración por remoción de secuencias intrónicas que sufre el ARN
en el núcleo celular), sin embargo como el FVIII es transcripto en
tejidos de difícil acceso, la confirmación formal se buscó por
caminos alternativos. Por esta causa, se utilizó el método de
transcripción ectópica para demostrar el splicing aberrante que
producían ciertas mutaciones.
Las mutaciones que producen defectos en el splicing pueden dividirse
en: (a) Mutaciones en los dinucleótidos GT o AG de los sitios donor o
aceptor de splicing respectivamente, (b) Mutaciones que afecten las
secuencias consenso extendidas de los sitios aceptor o donor de
splicing y (c) Mutaciones que crean nuevos sitios aceptor o donor de
splicing. Se han reportado 2 casos en la primera categoría y ambas
resultaron en el fenotipo severo. En el grupo b se observaron cuatro
mutaciones todas en consensos de sitios donores de splicing que
condujeron al fenotipo leve o moderado. Por último, en c, hay dos
ejemplos potenciales de activación de un sitio críptico de splicing,
uno en el intrón 4 (nuevo sitio donor) y el otro en el exón 11
(nuevo sitio aceptor) ambos resultaron en HemA moderada (4).
Mutaciones en la región 5' adyacente
Sorpresivamente, no hay ejemplos reportados hasta la fecha de este
tipo de mutación (15, 16). Se espera que estas mutaciones, si es que
ocurren, afecten a las secuencias regulatorias que se encuentran
upstream (o 5') del punto de iniciación de la transcripción del gen
del factor FVIII; que conduzcan a una expresión variable del gen y
por esta variación a HemA en todo el espectro de severidad.
Inversiones
Recientemente dos grupos de investigación (17, 28) en forma
independiente demostraron que un tipo inusual de mutación se
observaba en la mitad de los casos de HemA severa. Se trata de una
disrupción del gen del FVIII, debida a una inversión (inapreciable
citogenéticamente) que separa a los exones 1-22 de los exones 23-26,
aproximadamente 500 Kb. Esta inversión es el resultado de una
recombinación homóloga intracromosómica, debida a la presencia de
secuencias repetidas denominadas F8A (que transcriben en forma
opuesta) que están presentes en el brazo Xq fuera y dentro del
intrón 22 del gen del FVIII. Debido a que hay 2 copias del gen F8A
upstream del gen del FVIII, se pueden producir dos tipos de
inversión: proximal o distal, ambas llevando al fenotipo de HemA
severa (Figura 3). Entre ambas variantes se ha estimado que
aproximadamente el 80% corresponde a la inversión distal y el 20% a
la proximal (18).
Investigadores de la "Johns Hopkins University" lograron
demostrar mediante análisis por RFLPs que la inversión génica
causante de la HemA severa se producía casi exclusivamente en la
línea germinal masculina (generalmente en el abuelo materno),
confirmando la hipótesis que sostiene que el apareo del brazo Xq en
la meiosis femenina inhibiría el proceso de apareo intracromosómico
que daría lugar a la inversión (29).
Desde el punto de vista de la genética poblacional humana, el grado
de adaptación biológica o fitness de los varones afectados, es muy
reducido (dejan menor cantidad y/o calidad de descendientes que sus
pares no afectados), por lo que en la población los alelos mutantes
causales de la HemA deben ser renovados a una tasa de aproximadamente
1/6 por generación. Por esto se espera que pacientes no relacionados
familiarmente porten mutaciones de origen independiente. Trabajos con
HemB, enfermedad con las mismas características genéticas que la
HemA, no sólo confirma la heterogeneidad mutacional esperada, sino
que también muestra que el 97% de las mutaciones afectan o bien al
promotor, a la secuencia codificante o a los sitios de splicing del
gen de FIX (34 kb, 8 exones). En este contexto, es sorprendente que el
50% de los pacientes con HemA severa presente este tipo específico de
inversión del intrón 22, reflejando quizás que el mecanismo
molecular que le da origen, estaría favorecido por la maquinaria
normal de crossing over en la meiosis masculina.
Actualmente el análisis de la inversión se considera de primera
línea en el screening de pacientes con HemA severa pues permite
caracterizar al 50% de las familias sin los posibles errores ya
referidos que acarrea el análisis por Gene Tracking.
Perspectivas
El tratamiento de la HemA o B severa consiste en la administración
de concentrados del factor de coagulación, ya sea derivados del
plasma o de origen recombinante (producidos in vitro por métodos de
ingeniería genética). Los concentrados plasmáticos han salvado
muchas vidas y evitado discapacidades, sin embargo, su utilización se
ha complicado por la posibilidad de infección con patógenos de
origen viral, particularmente el virus de la inmunodeficiencia humana
(HIV) y los virus causantes de la hepatitis A, B y C (HAV, HBV y HCV).
Hoy pueden obtenerse concentrados seguros por técnicas de
purificación con anticuerpos monoclonales (MoAb), inactivación por
calentamiento o tratamiento con detergentes viricidas. La tecnología
del DNA recombinante (r) ha desarrollado una serie de "productos
sintéticos": rFVIII para el tratamiento de la HemA, rFVIIa para
el tratamiento de la inhibición por anticuerpos en ambas hemofilias y
rFIX para la HemB. Por ahora el uso de estos productos recombinantes
se ha mostrado confiable y eficiente pero lamentablemente caro. Está
clínicamente probado que para prevenir o controlar los episodios de
sangrado de los pacientes con hemofilia, es preferible la liberación
continua de los factores de coagulación que su administración
intermitente. Al menos desde un primer acercamiento teórico, la
terapia génica (GT) propone un medio seguro de liberación continua
del rFVIII o rFIX en magnitud suficiente para aliviar o curar la
enfermedad.
Hacia la terapia génica
Este nuevo aporte de la ingeniería genética ofrecería una
posibilidad de tratamiento para la hemofilia que, potencialmente,
podría liberar a los pacientes de los actuales regímenes de
inyección intravenosa regular de proteínas y del riesgo de
infección por virus. Sin embargo, a pesar de que la terapia génica
resulta muy atractiva para médicos y pacientes, en la práctica los
experimentos de nivel pre-clínico en modelos animales sugieren que es
difícil obtener niveles terapéuticos adecuados del FVIII o FIX por
largos períodos de tiempo. Los progresos que se han hecho en estos
estudios pre-clínicos resultan más alentadores para HemB que para
HemA, quizás reflejando el mayor tamaño y complejidad funcional y
estructural del FVIII sobre el FIX.
Los primeros ensayos pre-clínicos utilizando terapia
génica en hemofilia comenzaron en China, para HemB. La factibilidad
inicial de este método fue analizada inicialmente en conejos antes de
ser aplicada a dos hermanos afectados por HemB. Se utilizó la
estrategia ex vivo: ésta consiste en la modificación genética in
vitro de células cultivadas (fibroblastos explantados) para la
producción de la proteína deseada (transducción del gen del FIX
humano por medio de un vector retroviral que permite su integración
al genoma del hospedador) y finalmente a la restitución de estas
células funcionales al paciente (30, 31). La reimplantación de los
fibroblastos transgénicos no mostró complicaciones secundarias tales
como tumorigenicidad, reacción alérgica ni presencia de endotoxinas
o de retrovirus salvaje. La concentración sérica de FIX en los
pacientes aumento al doble y las tendencias hemorrágicas se
corrigieron parcialmente. Lo que se logró es expresión transiente
del FIX, por lo cual debieron ensayarse repetidos reimplantes de los
fibroblastos transgénicos autólogos, alcanzando cada uno, 2 años de
resultados satisfactorios.
En HemA, la reciente experiencia de un grupo americano nos muestra que
logró la expresión en ratones del rFVIII humano, también por medio
de la estrategia ex vivo (en fibroblastos y con un vector retroviral)
y por medio del reimplante, niveles plasmáticos terapéuticos del
FVIII:C por más de 1 semana. Se observó además que la capacidad de
estas células primarias de liberar al rFVIII a la circulación,
dependía significativamente del sitio de implante (32).
El cauto optimismo con el que esperamos que aparezcan en los próximos
años los ajustes finales de estas estrategias terapéuticas se basan
en dos observaciones: primero, el avance acelerado que está
produciéndose en disciplinas básicas relacionadas a los problemas
planteados (como la inmunología y la genética molecular) y segundo,
el grado de desarrollo actual de los resultados alcanzados hasta el
presente.
Bibliografía
1. Graham JB, Buckwalter
JA, Harley LJ, Brinhous KM. Canine hemophilia: Observations of the
course, the clotting anomaly and the effect of blood transfusions. J
Exp Med 1949; 90:97-100.
2. McKusick VA. The
earliest record of hemophilia in America? Blood 1962; 19:243-4.
3. McKusick VA. Mendelian
Inheritance in Man. A catalog of human genes and genetics disorders.
Eleventh edition. Baltimore: The John Hopkins University Press 1994;
Vol II:2384-93.
4. Vehar GA, Keyt B, Eaton
D et al. Structure of human factor VIII. Nature 1984; 312:337-42.
5. Tuddenham EGD, Cooper
DN, Gitschier J et al. Haemophilia A: database of nucleotide
substitutions, deletions, insertions and rearrangements of the factor
VIII gene. Nucleic Acids Res 1991; 19:4821-33.
6. Wood WI, Capon DJ,
Simonsen CC et al. Expression of active human factor VIII from
recombinant DNA clones. Nature 1984; 312:330-6.
7. Stubbs JD, Lecutis C,
Singer KL et al. cDNA cloning of a mouse mammary epithelial cell
surface protein reveals the existence of epidermal grow factor-like
domains linked to factor VIII-like sequences. Proc Natl Acad Sci USA
1990; 87:8417-21.
8. Pittman DD, Kaufman RJ.
Proteolytic requeriments for thrombin activation of anti-hemophilic
factor (factor VIII). Proc Natl Acad Sci USA 1988; 85:2429-33.
9. Foster PA, Fulcher CA,
Houghton RA, Zimmerman TS. Sinthetic factor VIII peptides with amino
acid sequences contained within the C2 domain of factor VIII inhibit
factor VIII binding to phosphatidylserine. Blood 1990; 75:1999-2004.
10. Gitschier J, Wood WI,
Goralka TM et al. Characterization of the human factor VIII gene.
Nature 1984; 312:326-30.
11. Toole JJ, Knopf JL,
Wozney JM et al. Molecular cloning of a cDNA encoding human
antihaemophilic factor. Nature 1984; 312:342-7.
12. Gitschier J, Wood WI,
Tuddenham EGD et al. Detection and sequence of mutations in the factor
VIII gene of haemophiliacs. Nature 1985; 315:427-30.
13. Gitschier J, Kogan S,
Levinson B et al. Mutations of factor VIII cleavage sites in
hemophilia A. Blood 1988; 72:1022-8.
14. Kogan SC, Gitschier J.
Mutations and a polimorphism in the factor VIII gene discovered by
denaturing gradient gel electrophoresis.Proc Natl Acad Sci USA 1990;
87:2092-6.
15. Higuchi M, Kazazzian
HH, Kasch L et al. Molecular caracterization of severe hemophilia A
suggest that about the mutations are not within the coding regions and
splice junctions of te factor VIII gene. Proc Natl Acad Sci USA 1991;
88:7405-9.
16. Higuchi M, Antonarakis
SE, Kasch L et al. Molecular caracterization of mild-to-moderate
hemophilia A: Detection of the mutation in 25 of 29 patients by
denaturing gradient gel electrophoresis. Proc Natl Acad Sci USA 1991;
88:8307-11.
17. Naylor J, Brinke A,
Hassock S, Green PM, Giannelli F. Characteristic mRNA abnormality
found in half the patients with severe haemophilia A is due to large
inversions. Hum Mol Genet 1993; 2:1773-8.
18. Jenkins PV, Collins PW,
Goldmar E et al. Analysis of intron 22 inversions of the factor VIII
gene in severe hemophilia A: Implications for genetic counseling.
Blood 1994; 84:2197-201.
19. Windsor S, Taylor SAM,
Lillicrap D. Direct detection of a common inversion mutation in the
genetic diagnosis of severe hemophilia A. Blood 1994; 84:2202-5.
20. Green PP, Mannucci PM,
Briet E et al. Carrier detection in hemophilia A: A cooperative
international study. II The efficacy of an universal discriminant.
Blood 1986; 6:1506-7.
21. Janco RL, Phillips III
JA, Orlando PJ, Woodard MJ, Wion KL, Lawn RM. Detection of hemophilia
A carriers using intragenic factor VIII:C DNA polimorphisms. Blood
1987; 69:1539-41.
22. Kogan SC, Doherty M,
Gitschier J. An improved method for prenatal diagnosis of genetic
diseases by analysis of amplified DNA sequences. N Eng J Med 1987;
317:985-90.
23. Moodie P, Liddell MB,
Peake IR, Bloom AL. Carrier detection in 50 haemophilia A kindred by
means of three intragenic and two extragenic restriction fragment
length polimorphisms. Br J Haematol 19888; 70:77-84.
24. Gitschier J, Levinson
B, Lehesjoki AE, De La Chapelle A. Mosaicism and sporadic haemophilia:
Implications for carrier determination. Lancet 1989; 4:273-4.
25. Lillicrap DP, Taylor SAM, Shuringa PCR et al. Variation of the
non-factor VIII sequences detected by a probe from intron 22 of the
factor VIII gene. Blood 1990; 1:139-43.
26. Lalloz MRA, McVey JH,
Pattinson JK, Tuddenham EGD. Haemophilia A diagnosis by analysis of a
hypervariable dinucleotide repeat within the factor VIII gene. Lancet
1991; 338:207-11.
27. Kazazzian HH, Wong C,
Youssoufian H, Scott AF, Phillips DG, Antonarakis SE. Haemophilia A
resulting from de novo insertion of L1 sequences represents a novel
mechanism for mutation in man. Nature 1988; 332:164-6.
28. Lakich D, Kazazzian HH,
Antonarakis SE, Gitschier J. Inversions disrupting the factor VIII
gene are common cause of severe haemophilia A. Nature Genet 1993;
5:236-41.
29. Rossiter JP, Young M,
Kimberland ML et al. Factor VIII gene inversions causing severe
hemophilia A originate almost exclusively in male germ cells. Hum Mol
Genet 1994; 3:1035-9.
30. Lu DR, Zhou JM, Zheng
B, Qiu XF, Hsueh JL. Stage I clinical trial of gene therapy for
hemophilia B. Sci China 1993; 36:1343-51.
31. Zhou JM, Qiu XF, Lu DR,
Hsueh JL. Long term expression of human factor IX cDNA in rabbits. Sci
China 1983; 36:1333-41.
32. Dwarki VJ, Belloni P,
Nijjar T et al. Gene therapy for hemophilia A: production of
terapeutic levels of human factor VIII in vivo in mice. Proc Natl Acad
Sci USA 1995; 92:1023-7.
Fig.1 Mapa del gen de FVIII humano. Adaptación del publicado por
Vehar et al en 1984 (4). La estructura del gen está representada
esquemáticamente por barras abiertas, los 26 exones están
representados por cajas llenas. La dirección de transcripción es de
izquierda a derecha. La escala de longitud está sobre el gen. Debajo
del gen se encuentra alineada fuera de escala la estructura de
dominios de la proteína FVIII, reflejando los exones que codifican
para cada región homóloga: A1-A2-B-A3-C1-C2.
Fig.2 Modelo de activación e inactivación del FVIII. Adaptación
del publicado por Pittman y Kauffman en 1988 (8). IIa (trombina
activa), APC (proteína C activa), Xa (factor X activo), Me++ (catión
divalente), los números corresponden a las masas molares relativas
(en kD) de las cadenas que componen el FVIII.
Fig.3 Diagrama fuera de escala de una región normal del gen de
FVIII en Xq28 y la inversión distal. Adaptación del publicado por
Lakich et al en 1993 (28). La figura a) muestra el gen del FVIII con
los exones 1-22 y 23-26 marcados. El área llena representa el intrón
22 que contiene al gen F8A (A) que transcribe en la dirección opuesta
al gen del FVIII. 500 kb hacia el telómero del gen de FVIII se
encuentran otras 2 copias del gen F8A. La figura b) muestra la
inversión distal, donde el gen F8A del intrón 22 recombina con el
F8A extragénico distal, separando los exones 1-22 de los 23-26 del
gen del FVIII, provocando la incompleta transcripción de la secuencia
del mRNA del FVIII. En la inversión proximal el gen F8A del intrón
22 recombina con el F8A extragénico más cercano.
|
|
|
|
|