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ESTADO NUTRICIONAL DE PACIENTES EN HEMODIALISIS CRONICA
ANA CUSUMANO, MONICA
LOMBARDO, CRISTINA MILANO, ELIZABETH NAVARRO, MARIO TURIN
Unidad Renal, Departamento
de Medicina Interna y Departamento de Alimentación, CEMIC
Key words: nutrición, hemodiálisis, albúmina, mortalidad,
morbilidad
Resumen
El
objetivo fue determinar el estado nutricional (EN) de una población
en hemodiálisis crónica (HDC) y correlacionarlo con la dosis de
diálisis y la morbimortalidad. Se evaluaron 55 pacientes (27 hombres
y 28 mujeres, con una edad de 47 ± 15 años y tiempo previo en HDC de
54,6 ± 47,6).
El EN se clasificó como: adecuado, desnutrición leve, desnutrición
moderada y desnutrición severa, utilizando un puntaje confeccionado tomando en
cuenta datos habituales de laboratorio (capacidad total de fijación del
hierro [TIBC], albúmina y colesterol), impresión clínica y mediciones
antropométricas (índice de masa corporal [BMI], circunferencia media braquial, plieque cutáneo
tricipital [PCT], circunferencia muscular media braquial [CMMB].Se realizó,
además, autoregistro de la ingesta por 7 días y se determinó la tasa de
catabolismo proteico (PCR). La intesta calórica fue de 27 ± 13 kcal/kg/dia y la
proteica, 1,2 ± 0,5 g/kg/dia. No hubo correlación entre esta última y la PCR. El
49,1% de los pacientes presentó desnutrición moderada a severa; solo 9 pacientes
(16,4%) presentaron un EN adecuado. Sin embargo, las mediciones
antropométricas evidenciaron que el PT, el CMMB, y el BMI fueron normales en el 54,5%,
45% y 72,7% de los pacientes, respectivamente. No se encontró correlación
entre el EN y la edad de inicio de HDC, el sexo, la creatininemia, la dosis de
diálisis (Kt/V x = 1,24 ± 0,12), la PCR y la morbilidad. Mayor tiempo en diálisis se
asoció con peor estado nutricional (p < 0,01). Asímismo, el EN correlacionó
significativamente
con la albúmina (p < 0,01) y con la mortalidad (p < 0,05); el
riesgo estimado de
muerte fue 9,45 veces mayor en los pacientes con desnutrición
moderada y severa.
Abstract
Nutritional
status of patients on chronic hemodialysis. The objetive was to
determine the nutritional status (NS) in a population undergoing
chronic hemodialysis (ChD), and correlate it with dialysis dose and
morbimortality. A total of 55 pacients (27 men and 28 women, aged 47
± 15 and with a history of CHD of 54,6 ± 47,6) months were
evaluated. NS was classified into: adequate, mild malnutrition,
moderate malnutrition and severe malnutrition. A score based on usual
laboratory data (total iron-binding capacity [TIBC], albumin and cholesterol), clinical evaluation and
anthropometric measurements (body mass index [BMI], mid bracial circumference,
tricipital fold [TF], mid brachial muscle circumference [MBMC], was used. In addition,
a 7- days' intake auto-registration plan was conducted, and protein
catabolic rate (PCR) was determined.
Calorie intake was of 27 ± 13 kcal/kg/day and protein intake was of
1,2 ± 0,5 g/kg/day. No correlation was found between this latter and PCR. 49,1%
of patients had moderate to severe malnutrition, only 9 patients had an
adequate NS. However anthropometric measurements showed that TF, MBMC and BMI
were normal in 54,5%, 45%, and 72,7% of patients, respectively. No
correlation was found between NS and age onset of CHD, sex creatinine, dialysis
dose (Kt/Vx = 1,24 + 0,12), PCR and morbidity. A longer history of dialysis was associated with a worse NS (p <
0,01). In addition, NS significantly correlated with albumin (p < 0,01) and
mortality (p < 0,05). The estimated death risk was 9,45 times higher in patients with
moderate and severe malnutrition.
Dirección Postal: Dra. Ana María Cusumano, Unidad Renal,
CEMIC, Sanchez
de Bustamante 2560, 1425 Buenos Aires, Argentina
Recibido: 9-I-1996 Aceptado: 27-VIII-1996
La presencia de desnutrición calórico porteica es altamente
frecuente en la población en hemodiálisis crónica (HDC), presentándola, según
las series y en distintos grados, hasta el 50% de los pacientes1-4.
Dicha desnutrición es multicausal y se debe a factores tales como5-9:
- diálisis insuficiente, por la persistencia de toxinas urémicas que
disminuyen el apetito;
- disminución de la ingesta proteica debida a limitaciones
dietéticas;
- anorexia, característica de la uremia y/o asociada a la gran
cantidad de medicamentos que dichos pacientes reciben;
- aumento del catabolismo proteico durante la diálisis;
- enfermedades metabólicas asociadas, por ej, diabetes;
- infecciones intercurrentes;
Por otra parte se ha sostenido que la desnutrición per se constituye
un factor de riesgo tanto para la morbilidad como para la mortalidad de los
pacientes en tratamiento dialítico3. Asímismo, la dosis de diálisis pareciera
correlacionarse en forma inversa con la presencia de desnutrición y la
morbimortalidad10.
El objetivo del presente estudio fue determinar el estado nutricional
de una población en hemodiálisis crónica y correlacionarlo con la ingesta
calórico- proteica, la dosis de diálisis efectivamente percibida y la
morbimortalidad durante el período bajo análisis.
Material y métodos
Se incluyeron 55 pacientes hemodializados más de 6 meses en la
Unidad Renal de CEMIC, cualquiera fuera su edad, sexo y etiología de la
insuficiencia renal. Todos los pacientes se trataron con hemodiálisis convencional,
recibiendo 12 a 15 hs semanales de tratamiento.
Se determinó el estado nutricional de toda la población,
realizándose un corte transversal de la misma, efectuándose luego su seguimiento en forma
prospectiva durante 18 meses.
Para valorar dicho estado nutricional se tomaron en cuenta varios
elementos de juicio11-14, a saber:
1. Medidas antropométricas: las mismas se determinaron postdiálisis
inmediata y cuando se efectuaron en el brazo, se realizaron en el lado
contralateral a la fístula arterio-venosa; fueron todas realizadas por el mismo
observador, con un calibre de pliegue cutáneo (Holtain skinfold caliper). Se
consideraron las siguientes variables13, 14:
a. peso: comparando el peso seco estimado con el peso ideal15.
b. talla.
c. índice de masa corporal (BMI): (peso/talla2)
d. circunferencia de la muñeca: para determinar la contextura (talla/circunferencia de muñeca)
e. circunferencia muscular media del brazo (CMMB):(calculada por fórmula
standard)16;
f. Pliegue cutáneo tricipital (PCT), para estimar el depósito de
grasa corporal.
2. Impresión clínica del médico a cargo;
3. Datos de laboratorio determinados rutinariamente cada 6 meses: se consideraron como parámetros nutricionales los siguientes:
a. albúmina (ALB) (determinada utilizando la técnica del verde de bromocresol)
b. creatinina (corregida según superficie corporal)
c. capacidad total de fijación del hierro (TIBC)
d. colesterol (COL)
Dado que cada uno de los parámetros nutricionales en forma aislada
brinda una visión parcial del estado nutricional de los pacientes, con los datos
antropométricos, de laboratorio y la impresión clínica, aplicamos
un puntaje, modificado del publicado previamente por Bilbrey & Cohen2, tomando
en cuenta 8 parámetros (BMI, PCT, CMB, CMMB, ALB, TIBC, COL e impresión
clínica), y otorgando a cada uno de ellos el siguiente valor: 3 normal, 4
desnutrición leve, 5 desnutrición moderada y 6 desnutrición severa. Se clasificó a los
pacientes en 4 grupos: estado nutricional adecuado, desnutrición leve, desnutrición
moderada y desnutición severa, según que la suma de los puntos arrojara una
cifra menor o igual a 25, 26-28, 29-31 o igual o mayor de 32, respectivamente (tabla
1).
Se efectuó, además, un autorregistro de la ingesta durante 7
días consecutivos. Para ello se le entregó a cada paciente una planilla que contenía
una lista de alimentos con medidas aproximadas de porciones y medidas caseras, así
como información adicional que permitía interiorizarse sobre gustos,
hábitos y tolerancia individual, incluyendo un ejemplo práctico de la forma
correcta de completarla. Previamente los pacientes fueron cuidadosamente
instruídos, familiarizándolos respecto a cantidades, medidas caseras y
equivalencias. Las planillas fueron tabuladas, estableciéndose el contenido en
proteínas, hidratos de carbono, grasas, potasio, sodio, calcio y fósforo. Los alimentos
consumidos
fueron cuantificados determinándose el promedio diario de ingesta de
nutrientes, utilizándose para ello tablas de composición química standard
(CENEXA). A los fines de este estudio, se utilizará sólo la estimación de la
ingesta calórico proteica y el porcentaje de proteínas de alto valor biológico
ingeridas. La dosis de diálisis efectivamente percibida se evaluó calculando
del Kt/V, utilizando la fórmula de Jindall modificada por Basile17 *. El Kt/V
se determinó rutinariamente todos los meses, en mitad de semana y se requirió que
cada paciente tuviera no menos de 6 determinaciones cuando el período
incluído en el estudio fuera inferior al año.
Se calculó también la tasa de catabolismo proteico (PCR)18 *. La morbilidad se analizó determinando los días de internación
durante el período de seguimiento, y la mortalidad global se calculó como el porcentaje
de fallecidos sobre la población total en riesgo.
Se correlacionó el estado nutricional con el Kt/V, la PCR, la edad de
ingreso a diálisis, la albuminemia, la creatininemia, el tiempo bajo
tratamiento dialítico, la ingesta dietética, la morbilidad y la mortalidad. También se
correlacionó la PCR con la ingesta proteica.
Para el análisis estadístico se utilizaron: el test de Anova para la
comparación entre grupos múltiples; la regresión de Pearson para la correlación
entre variables numéricas y el chi2 para la comparación entre variables
categóricas. Los resultados se expresaron como promedio ± el error standard. Se
consideró como límite de significación un valor de p < 0,05.
Resultados
Se estudiaron 55 pacientes (27 hombres y 28 mujeres), con una edad
promedio de 48 ± 15 años en los hombres y 44 ± 15 años en las mujeres, con
un tiempo medio previo en hemodiálisis de 54,6 ± 47,6 meses (entre 6 y 192).
El tiempo promedio de seguimiento fue de 12,88 ± 5 meses (entre 6 y 18 meses).
Encuesta dietética
La encuesta dietética, a lo largo de los siete días evaluados,
permitió determinar que la ingesta calórica media en este grupo de pacientes,
fue de 27 ± 13 kcal/kg/d. La ingesta proteica promedio a su vez, fue de 1,2 0,5
g/kg/d, cubiertas en un 60% por proteínas de alto valor biológico.
Mediciones antropométricas
El pliegue cutáneo tricipital se encontró conservado en el 54,5%
de los pacientes, asociándose en el 20% de éstos a sobrepeso u obesidad. El
45,5% restante reflejó algún grado de depleción de los depósitos grasos.
La disminución de la grasa corporal fue más marcada en el sexo
masculino (x 6,8 mm ± 4,8) que en el femenino (x 11,9 mm ± 5,4) (tabla No 2), siendo
la diferencia estadísticamente significativa (p = 0,025).
Respecto a la CMMB, un 45% de los pacientes presentó valores
dentro de límites normales, mientras que el resto presentó depleción de
distintos grados no encontrándose diferencias estadísticamente significativas en
relación al sexo. El BMI en esta población, se encontró en el 72,7% de los pacientes
dentro de límites adecuados, sin observarse diferencia estadísticamente
significativa entre ambos sexos.
Parámetros de Laboratorio
Veinticinco pacientes (46%) presentaron un valor de albúmina
sérica mayor a 4g/dl; 20 enfermos (36%) la tenían entre 2,5 y 3,9 gr/dl y
los restantes 10 (18%) entre 3,1 y 3,4 g/dl. Ningún paciente tuvo valores
inferiores a 3 g/dl. El promedio de albúmina de todo el grupo fue de 3,75 g/dl.
no se encontró correlación estadísticamente significativa entre el
EN y la creatinina sérica (p = 0,06). Sólo presentaron valores por encima de
15 mg/dl
tres pacientes; entre 12,5 y 14,9 mg/dl ocho; y los 44 restantes (80%)
tenían creatininas inferiores a 12,5 mg/dl. Como puede observarse, la
creatinina plasmática, parámetro de contenido proteico tisular, se encontraba
en valores considerados como predictores de mayor riesgo de muerte19 en el 80% de
nuestros pacientes.
Al evaluar el estado nutricional utilizando el sistema de puntaje
mencionado anteriormente, se encontró que el 49,1% de los pacientes presentaba
desnutrición moderada a severa y un 34,5% desnutrición leve. Sólo 9
(16,4%) en los 55 pacientes estudiados fueron clasificados como pertenecientes al
grupo denutrición adecuada (gráfico No 1), no encontrándose diferencias
estadísticamente significativas en relación al sexo (p = 0,22), si
bien se observó una franca tendencia a mayor denutrición en el sexo masculino (p =
0,051).
Cuando se correlacionó el EN, determinado por el puntaje mencionado,
con los distintos parámetros antropométricos y de laboratorio, la albúmina
sérica fue la única variable que presentó una diferencia estadísticamente
significativa entre los distintos grupos nutricionales (p < 0,01).
Cuando se correlacionó la dosis de diálisis efectivamente
percibida (Kt/V) con los diferentes estados nutricionales, no se observaron diferencias
estadísticamente significativas entre los distintos grupos (p = 0,54), siendo el
promedio de Kt/V 1,24 ± 0,12 (rango: 0,93 - 1,49).
No se encontró tampoco correlación entre la PCR y la ingesta
proteica dietética (IPD) (evaluada por el autorregistro de la ingesta), siendo distintas
en el 54,6% de los casos encuestados. Entre la PCR y el EN, si bien no se halló una diferencia
significativa (p = 0,38), se observó cierta tendencia a una mayor desnutrición con una menor PCR
(tabla
No. 3).
Tampoco se observó una diferencia significativa entre la edad de
inicio y el estado nutricional (p = 0,84). Sí se encontró una relación significativa entre el tiempo
transcurrido bajo tratamiento dialítico y el estado nutricional (p < 0,01), siendo
ésta una relación directa: mayor tiempo en diálisis, mayor desnutrición.
Con respecto a la morbilidad, 29 pacientes (52%) requirieron
internación durante el período de estudio, resultando un promedio de 6,9 ± 13,1 días de
internación: de estos 29 enfermos, solamente 4 (14%) presentaban un estado
nutricional adecuado, mientras que el resto presentaba algún tipo de
desnutrición. Se observó que a mayor grado de desnutrición, mayor fue el tiempo de
internación, aunque la diferencia no resultó estadísticamente significativa (p =
0,11). Para el análisis de mortalidad agrupamos a los pacientes en sólo dos
subgrupos: estado nutricional adeucado y desnutrición leve, por un lado, y
desnutrición moderada y severa por el otro. Se observó que la mortalidad global
del período fue del 14,5%, falleciendo 8 pacientes: 1 perteneciente al grupo con
desnutrición leve y los otros 7 a los grupos con desnutrición moderada y severa.
La mortalidad presentó una diferencia estadísticamente significativa
entre los grupos de desnutrición moderada y severa y los de desnutrición leve
o estado nutricional adecuado (p = 0,02), siendo el riesgo estimado de muerte
9,45 veces mayor para los primeros con respecto a los segundos (intervalo de
confidencia 3,75 a 24).
Cabe destacar que todos los pacientes fallecidos presentaron valores
de albúmina plasmática menores a 4 g/dl.
Discusión
Durante los últimos años el tratamiento hemodialítico ha
cambiado gracias a los marcados avances tecnológicos, mejorando notablemente la calidad de
vida de los pacientes sometidos a dicho tratamiento. Sin embargo, la
morbimortalidad en este grupo de pacientes continúa siendo muy elevada, y se ha
atribuido, en parte, a la desnutrición, la que se presenta según las distintas
publicaciones, en un alto porcentaje de estos pacientes, que en algunas
series llega
hasta un 50%1, 20-23.
En este estudio, utilizando una metodología donde se combinaron datos
antropométricos con datos de laboratorio y la impresión clínica a
fin de determinar el estado nutricional, hemos encontrado una alta tasa de
desnutrición en nuestra población en hemodiálisis crónica; así, el 49,1% de los
pacientes evaluados presentó desnutrición severa o moderada y sólo 16,4% de
los enfermos tenía un estado nutricional adecuado.
Para evaluar la ingesta calórico-proteica, consideramos conveniente
utilizar un registro dietario de 7 días consecutivos, debido a las fluctuaciones
en cuanto a la ingesta de alimentos que ocurre los días en que el paciente es
sometido a
hemodiálisis. Un registro efectuado al azar de las 24 hs previas a la
entrevista o aún uno de 3 días previos a la misma podrían por lo tanto resultar
imprecisos en estos pacientes.
El deterioro nutricional pareció correlacionarse más con una baja
ingesta calórica que con una baja ingesta proteica. Así, el valor medio de la primera
fue de 27 ± 13 kcal/kg/día, francamente inferior a las recomendaciones
establecidas para pacientes en hemodiálisis, que es de 35 kcal/kg/día24, 25. La
ingesta proteica, en cambio, resultó ser adecuada (1,2 ± 0,5 g/kg/día), probablemente
determinada por los hábitos dietéticos característicos de la población
argentina. Resultados similares han sido publicados por otros autores1, 26, 28. Este hecho
sugiere que los pacientes utilizarían las proteínas ingeridas como aporte
calórico, disponiendo de esta manera de menos nitrógeno para la incorporación
a la proteína corporal.
Los parámetros antropométricos mostraron que el 45,5% de los
pacientes presentaba depleción grasa. Merece un comentario especial el BMI, que
sobreestimó notablemente el estado nutricional, siendo normal en el
72,7% de los pacientes. Estos resultados estarían marcando una baja
sensibilidad de este índice, utilizando aisladamente, para evaluar el estado nutricional
de la población en hemodiálisis crónica.
Como ya mencionamos, también se observó una correlación directa
entre mayor desnutrición y el tiempo bajo tratamiento díalítico. Contrariamente
a lo esperado,
no encontramos correlación entre la dosis de diálisis efectivamente
percibida o Kt/V y el estado nutricional. Cabe destacar respecto a esto último,
que nuestros pacientes presentaban casi todos Kt/V superiores a 1, utilizando una
fórmula17 que en muchos casos subestima el Kt/V determinado por método
cinético. Por este motivo, creemos que probablemente, cuando se trabaja con dosis de
Kt/V superiores a 1, adquirirían relevancia en determinar el estado
nutricional en el paciente en hemodialisis crónica otros factores, como pueden ser la
acidosis crónica, el hipercatabolismo el día de diálisis, las enfermedades
intercurrentes, el uso de membranas bioincompatibles, etc. Así, ha sido demostrado que
cuando se produce el contacto de la sangre con membranas de diálisis de
celulosa regenerada se produce un aumento del catabolismo proteico, con
pérdida de
aminoácido desde el músculo8. La mayoría de nuestros pacientes
fueron
dializados durante muchos años con membranas de diálisis
bioincompatibles, lo que tal vez podría explicar que resultara significativa la relación
entre el tiempo transcurrido bajo tratamiento dialítico y el deterioro del estado
nutricional. Nuestros estudios, utilizando técnicas más precisas para determinar
el Kt/V y membranas biocompatibles, aún no han definido categóricamente la
relación existente entre dosis de diálisis y estado nutricional.
Ahora bien, en el hombre el estado nutricional es probablemente el
más importante factor que regula la síntesis de albúmina. Por otro lado,
ha sido ampliamente demostrado que la albúmina sérica parece tener un
importante poder predictivo sobre la sobrevida de los pacientes en diálisis.
Así, una mínima caída de 4 a 3,5 g/dl resulta en un incremento de dos veces el riesgo
relativo de muerte, y una mayor caída a 3 g/dl lo incrementa en 5 veces19. En
nuestra experiencia, de todos los parámetros nutricionales analizados, la
albúmina fue la variable aislada que mejor se correlacionó con el estado nutricional,
y como ya fue mencionado, todos los pacientes que fallecieron presentaban
albúmina por
debajo de 4 mg%.
Por lo tanto, aún cuando la albúmina sérica no es un índice
sensitivo de malnutrición temprana, dado que es uno de los datos de laboratorio
más fáciles de conseguir y más representativos como dato aislado, creemos que
debe utilizarse rutinariamente como parte de la evaluación nutricional de
los pacientes, así como aplicarse medidas terapéuticas orientadas a mejorarla
cuando esté disminuída. Al respecto, en este momento hemos implementado un plan
de suplementación calórico-proteica, cuyos resultados aún no han sido
analizados. Entre la PCR y el estado nutricional tampoco encontramos diferencias
significativas, aunque sí cierta tendencia dado que la primera fue
disminuyendo con el mayor detioro nutrucional. Quizás esto también sea reflejo de
una
desnutrición fundaentalmente calórica y no proteica. Con respecto a
la PCR, es importante resaltar que una buena correlación existe entre la PCR
normalizada y el Kt/V, sugiriendo que un incremento en la dosis de
diálisis mejoraría el estado nutrucional18, 27.
Por otro lado, no encontramos correlación entre la ingesta proteica,
evaluada por la encuesta dietética, y la PCR. Este hecho pudo deberse a múltiples
causas: en primer lugar, es conocido que el método de la encuesta dietética
para evaluar la ingesta proteica es de precisión limitada y variable; en segundo
lugar, hay factores de hipercatabolismo asociados a la diálisis (por ejemplo el
uso de membranas bioincompatibles) que no serían detectados por la encuesta
y ´sí por la PCR; en tercer lugar, hay factores relacionados con la tasa de
generación de urea (como el efecto rebote postdialisis, que no cuantificamos) o el
bien conocido hecho de que la urea se distribuye en dos compartimientos y
la fórumla utilizada asume que la urea se distribuye en uno solo.
Como ya fue mencionado, la desnutrición está considerada como un
factor de riesgo tanto para la morbilidad como para la mortalidad que presentan
estos pacientes. Así, se ha demostrado que pacientes con desnutrición
severa presentan una tasa de mortalidad 10 veces mayor que aquellos con
desnutrición moderada o leve1, 3. Nuestros resultados mostraron que la mayor
mortalidad en nuestros pacientes correspondió a los grupos de mayor desnutrición,
lo que demuestra, una vez más, el mayor riesgo de muerte entre los pacientes
desnutridos sometidos a este tratamiento.
Concluyendo, podemos afirmar que:
1) la desnutrición resultó ser un problema frecuente (83,6%) en
nuestra población en hemodiálisis; 2) la albúmina resultó la variable
aislada que mejor se correlacionó con el estado nutricional (p < 0,01);
3) la mortalidad se correlacionó significativamente con el estado
nutricional (p = 0,02), siendo el riesgo estimado de muerte 9,45 veces mayor para los
pacientes en los grupos con desnutrición moderada y severa. 4) La utilización
de un sistema de puntaje, que incorpora parámetros clínicos y de
laboratorio, nos permitió identificar a una población desnutrida que no hubiera sido
diagnosticada de utilizar solamente parámetros antropométricos. Esto nos
posibilitó así detectar aquellos pacientes sobre los cuales debe ejercerse un mayor
apoyo nutricional.
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* Kt/V = 0,023 x PRU - 0,284
urea predialisis - urea postdialisis x 100
PRU (% de reducción de urea) =
Urea predialisis
** PCR = 0,32 + [0,02 x (BUN1 - BUN2)]
BUN (Nitrógeno ureico sanguíneo)= Urea sérica x 0,47
BUN1: postdialisis segunda diálisis de la semana
BUN2: BUN prediálisis tercera diálisis de la semana
TABLA 1.- Puntaje combinando mediciones antropométricas, de
laboratorio e impresión clínica
EN adecuado Desn. Leve Desn. Moderada Desn. Severa
Puntos £ 25 26-28 29-31 ³ 32
BMI > 90% 80-90% 70-79% < 70%
CMB > 90% 80-90% 60-79% < 60%
PCT > 90% 80-90% 60-79% < 60%
CMMB > 90% 80-90% 60-79% < 60%
TIBC > 200 mg/dl 175-200 mg/dl 150-174 mg/dl < 150 mg/dl
Albúmina ³ 4g/dl 3,5-3,9 g/dl 3-3,4 g/dl £ 3 g/dl
Colesterol > 200 mg% 150-200 mg% 100-149 mg% < 100 mg%
Impresión clínica 3 4 5 6
EN: estado nutricional; BMI: Indice de masa corporal; CMB:
circunferencia media braquial; PCT: pliegue cutáneo tricipital; CMMB:
circunferencia muscular media del brazo; TIBC: capacidad total de
fijación del
hierro.
TABLA 2.-- Pliegue cutáneo tricipital según sexo
Mujeres Varones n %
Normal 20 10 30 54,5
Depleción leve 3 - 3 5,5
Depleción moderada 3 6 9 17,0
Depleción severa 2 11 13 23,0
Total 28 27 55 100
TABLA 3.-- IPD y PCR en los distintos estados nutricionales
n IPD PCR
Normal 9 0,87 1,14
Desnutrición leve 19 1,06 1,10
Desnutrición moderada 12 1,36 1,05
Desnutrición severa 15 1,5 1,00
Fig. 1.-- Estado nutricional utilizando un puntaje combinando
mediciones antropométricas y de laboratorio
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