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LINFOMA PRIMARIO DEL SISTEMA NERVIOSO CENTRAL.
LOCALIZACION INFRATENTORIAL Y PROLONGADA SOBREVIDA
ALEJANDRO GRINBERG*,
SALOMON MUCHNIK, LEILA CURA,
IGNACIO CASAS PARERA
Departamento de Clínica
Médica, Sección Neurología, Instituto de Investigaciones Médicas
Alfredo Lanari, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires
Resumen
Se
describe el caso de una paciente de 35 años de edad, con linfoma
primario del sistema nervioso central de localización infratentorial.
Una inicial resonancia magnética (RM) reveló la lesión en bulbo,
protuberancia, pedúnculos cerebelosos y vermis cerebeloso. Aunque
durante el 1er año no se efectuó tratamiento una posterior RM
mostró menor extensión del tumor: alguno. Posteriormente la paciente
recibió corticoides, y 12 meses después, ya aceptada la biopsia
estereotáxica, pudo comprobarse un linfoma B difuso no Hodgkin. Se
instruyó tratamiento radiante llegando a una dosis total de 50 Gy.
Durante 5 años la paciente tuvo una buena calidad de vida, con una
sobrevida actual de 79 meses.
Asbtract
Primary
CNS lymphoma. Infratentorial localization and prolonged survival.
A case of a 35-year-old woman presenting infratentorial CNS lymphoma
is reported. In 1990 she complained of diplopia, blurred vision and
left horizontal nistagmus. An MRI disclosed a lesion in the medulla,
pons, and cerebellar vermis and peduncles. Although no treatment was
administered, a later RMI showed less extension of the tumor. One year
after clinical diagnosis, she received corticosteroids; during the
second year a stereotaxic biopsy of the cerebellar lesion was done
showing a diffuse B cell non-Hodgkin's lymphoma. A whole brain
irradiation was given (50 Gy). She did well for five years, and
remains alive (79 months).
Dirección postal: Dr. Alejandro Grinberg, Instituto de
Investigaciones Médicas
Alfredo Lanari, Donato Alvarez 3150, 1427 Buenos Aires, Argentina.
Recibido: 17-IV-1996 Aceptado: 21-VIII-1996
Los linfomas primarios (LP) del sistema nervioso central (SNC)
representaban el 1% de los tumores intracraneales, constituyendo el
1,6% de los linfomas extranodales1. La prevalencia del síndrome de
inmunodeficiencia adquirida (SIDA) modificó la incidencia de este
tipo de tumores, elevándola al 6% en esta población2, 3.
La localización más frecuente es la supratentorial y habitualmente
son únicos. En cuanto a la infratentorial, presenta una baja
incidencia con peor pronóstico. El promedio de sobrevida es variable
dependiendo del tratamiento instituído4, 5. Se presenta el caso de
una paciente HIV negativa con LP del SNC de localización
infratentorial, con prolongada sobrevida a pesar de no haber sido
precozmente tratada.
Caso clínico
Paciente femenino de 35 años de edad, que inició su enfermedad en
noviembre de 1989 con astenia, pérdida de peso de 7 kg, inestabilidad
en la marcha y lateropulsión a izquierda. Presentaba lesiones de tipo
cicatrizal en cara, tórax y región lumbar; las observadas en cuero
cabelludo tenían alopecía definitiva; el diagnóstico
histopatológico fue lupus discoide. El estudio inmunológico
sanguíneo fue negativo, a excepción de positividad débil por
anticuerpos para cardiolipinas. En enero de 1990 se quejó de
diplopía y visión borrosa, observándose nistagmus horizontal
izquierdo. La resonancia magnética de cerebro (RM) mostró una imagen
hipointensa en T1 e hiperintensa en T2 que reforzó en forma
heterogénea con la inyección del contraste. Esta se ubicaba en
bulbo, protuberancia y raíces de pedúnculos cerebelosos medios,
mayor a izquierda, y vermis cerebeloso (Fig. 1a-b). El IV ventrículo
estaba permeable. El electromiograma, los potenciales evocados
visuales, auditivos y somatosensitivos, y una tomografía computada
(TC) de abdomen fueron normales. En ese momento la paciente se negó a
una biopsia estereotáxica.
Durante 11 meses la paciente no presentó cambios neurológicos
significativos, pese a no recibir tratamiento. En diciembre de 1990
otra RM mostró una lesión hipointensa en T1 localizada en vermis
cerebeloso con extensión a ambas regiones paravermales, pero mayor a
izquierda, que reforzaba parcialmente con gadolinio endovenoso. Esta
lesión era de menor extensión que la previa (Fig. 2).
En marzo de 1991 se reinternó por síntomas vestibulares y
cerebelosos, iniciándose tratamiento empírico con pulsos de
corticoides per os (metilprednisona 200 mg día por medio) hasta
completar 2 gr, continuando con descenso gradual del mismo. El estudio
de líquido cefalorraquídeo mostró proteinorraquia de 0,70 g/l en
tanto que el inmunológico y electroforético fueron normales. Una
tercera RM de cerebro mostró aumento moderado del tamaño de las
lesiones. Evolucionó sin progresión de los síntomas neurológicos
hasta
agosto de 1992, fecha en la que se constató agravamiento del
síndrome cerebeloso, aparición de oftamoplejía internuclear
bilateral, temblor y rigidez en miembro superior y Babinski derechos.
La RM mostró mayor extensión de la lesión en tronco y cerebelo
(Fig. 3). En diciembre de 1992 fue aceptada una biopsia estereotáxica
de la lesión cerebelosa, cuyo examen mostró en sustancia blanca, a
manguitos linfoides perivasculares con células de núcleos
hipercromáticos de tamaño mediano, pleomórficos e irregulares;
estos elementos eran confluentes por sectores, con infiltración de
parénquima y paredes vasculares; en suma, el diagnóstico era
compatible con un linfoma B difuso no Hodgkin (Fig. 4). Al mes
recibió radioterapia con acelerador lineal llegando a una dosis total
de 50 Gy. Un control neurológico en noviembre de 1993 mostró un
síndrome cerebeloso bilateral moderado a severo; continuó con 8
mg/día de prednisona. El cuadro clínico se mantuvo sin variantes
significativas hasta noviembre de 1995, en que debió internarse
cuadriparesia, de intalación rápida, síndrome bulbar y deterioro de
la mecánica reespiratoria. Egresó con traqueostomía y continúa con
cuidados médicos domiciliarios.
Discusión
La primera descripción sobre LP del SNC fue hecha por Bailey en
1929 como sarcoma "perithelial" del cerebro6. Esta
patología fue infrecuente hasta la última década, en la que su
incidencia aumentó en forma significativa vinculada al incremento de
los síndromes inmunodeficitarios, especialmente en la población
joven2, 3. Desde el punto de vista histológico7, entre los LP del SNC
asociados a HIV predominan los de células pequeñas no clivadas
(Burkitt) y los inmunoblásticos de grandes células grandes8; en el
grupo no HIV la variedad histológica más frecuente está dada por el
difuso de células grandes fenotipo B (mayor del 50%)9. Por su
topografía, los LP del SNC supratentoriales ocupan el 52,1%, los
infratentoriales un 14,4% y el resto, de ubicación múltiple
bihemisféricos o supra e infratentorial5. Este paciente evolucionó
sin cambios clínicos significativos y sin tratamiento durante 15
meses, y a pesar de ello la imagen tumoral por RM redujo su tamaño y
cambió infratentorialmente de localización. Estas modificaciones
radiológicas están descriptas como "comportamiento radiológico
fantasma" ya que algunos linfomas desaparecen en la TC o se
modifican simulando una esclerosis múltiple, al recibir
corticotereapia10, 11; ello se explicaría por una modificación
favorable sobre la actividad biológica del tumor y por el efecto
citotóxico directo de los corticoides12, 13. El referido
"comportamiento radiológico fantasma" corresponde a lo
observado en nuestra paciente, con la diferencia que el método de
imágenes utilizado fue la RM y las lesiones disminuyeron de tamaño o
se modificaron topográficamente sin tratamiento corticoideo. Creemos
que esto último pudo depender del estado inmunológico del huesped14,
y pone en duda si algunos casos similares respondieron por
coincidencia al tratamiento esteroideo.
Al iniciar la terapéutica corticoidea se mantuvo estable por otros 19
meses, recayendo clínicamente recién entonces, con aumento de las
imágenes patológicas en el cerebelo. Las imágenes por RM se
presentaron hipointensas en tiempos de relajación T1 e hiperintensas
en T2, con refuerzo intenso y homogéneo en T1 con la administración
de gadolinio (ver figuras), aunque se han descripto imágenes
heterogéneas en T1, por necrosis tumoral, y refuerzo anular3.
En los pacientes con LP no HIV, en una serie publicada en 1974, la
sobrevida media comparando los no tratados, los quirúrgicos, y los
que recibieron radioterapia, fue de 3,3 meses para los primeros, 4,6
meses para el segundo grupo y de 15,2 meses para el último4. En
nuestro caso, luego de 19 meses de tratamiento esteroideo y a 39 meses
del inicio de los síntomas, se diagnosticó linfoma difuso no Hodgkin
y recién en ese momento recibió terapia radiante hasta un total de
50 grays. A este respecto, hasta el año 1986 se publicaron 693 casos
de LP del SNC; solamente 21 de ellos (3 %) tuvieron una sobrevida de 5
años; estos pacientes recibieron una dosis total o mayor de 50 grays.
Diez de los 21 pacientes (47,6%) recayeron entre los 5 y 12,5 años
del diagnóstico.
Analizando la sobrevida global a 5 años de varias series, en los
pacientes que recibieron más de 50 grays fue de 42,3%, en tanto que
en aquellos que recibieron menos de 50 grays fue de 12,8%5.
Recientemente, se han publicado resultados preliminares alentadores
con metotrexate intraventricular o sistémico, difiriendo la
radioterapia para una etapa más avanzada15. Otra opción terapéutica
para el tratamiento del LP es provocar la disrupción de la barrera
hematoencefálica con diuréticos osmóticos seguida de quimioterapia;
este esquema aumentó la sobrevida media de 17,8 meses a 44,5 meses,
recurriéndose a la radioterapia adyuvante si ocurría progresión o
recurrencia
tumoral16.
Concluímos que la paciente aquí descripta, mostró una evolución
atípica, según resulta de: a) la ubicación infratentorial del
linfoma, que es localización infrecuente b) el "comportamiento
fantasma" del tumor que fuera evidenciado por RM, aunque no
existía corticoterapia previa c) la larga sobrevida, a pesar del
inicio tardío del tratamiento. Probablemente, la paciente se
benefició con el tratamiento combinado de esteroides y radioterapia
igual o mayor a 50 gy.
Agradecimientos. Los autores agradecen la inestimable
colaboración
del Dr. Gustavo Sevlever para la publicación de este trabajo.
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1580-90.
Fig. 1 (a-b): a) Corte axial de RM tiempo de relajación T2
(TR3000TE55), observándose hiperintensidad en protuberancia,
pedúnculos medios y vermis cerebelosos. b) Corte coronal que muestra
la misma hiperintensidad con extensión en mesencéfalo y bulbo (punta
de flechas).
Fig. 2.-- Control por RM tiempo de relajación T1 (TR500 TE30) con
gadolinio,
que muestra refuerzo nodular en vermis y región paravermal izquierda,
de menor
tamaño.
Fig. 3.-- RM T2 (TR2950 TE50) que evidencia hiperintensidad (nueva
extensión
linfomatosa) esta vez mayor a derecha, pedúnculo cerebeloso medio y
hemiprotuberancia derechos.
Fig. 4.-- Histopatología de tejido cerebeloso, que muestra
células linfoides tumorales de ubicación perivascular: linfoma
no-Hodgkin del SNC (HE x400).
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