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CHLAMYDIA TRACHOMATIS y RESPUESTA INMUNE
AISLAMIENTO DE CHLAMYDIA TRACHOMATIS Y RESPUESTA INMUNE EN
DIFERENTES POBLACIONES
MARTA T. ZAPATA, FABIANA
AHUMADA, CECILIA G. CUFFINI, PATRICIA CORDOBA, SERGIO L. GRUTADAURIA
Laboratorio de
Inmunología, Instituto de Virología J. M. Vanella, Universidad
Nacional de Córdoba
Key words: Chlamydia trachomatis
Resumen
Se
estudió la presencia de IgG específica para C. trachomatis en
diferentes grupos de pacientes adultos y la presencia de IgM en los
neonatos y se relacionaron con el aislamiento de la bacteria en
cultivos celulares. Se empleó un método de IFI sobre células McCoy
infectadas con el serotipo L2434/Bu de C. trachomatis. El método
demostró ser específico, sensible y reproducible, utilizando las
placas de plástico de 24 pozos para hacer crecer las células.
Encontramos IgG específica para C. trachomatis en el 27% de las
mujeres con síntomas clínicos, en el 40% de las que concurrieron al
control ginecológico, en el 60% de las que consultaron por
esterilidad y en el 10% de las embarazadas. Con un test de hipótesis
para comparar proporciones se demostró que los valores de la
presencia de IgG específicas es altamente significativa (p <
0,0001) para las estériles con respecto a las embarazadas. De la
relación del aislamiento de la bacteria con la presencia de IgG
específica se formaron 4 grupos de pacientes, 7 de 10 tuvieron
aislamiento e IFI positivo, 5 de 8, aislamiento positivo e IFI
negativo; 25 de 28 (grupo de embarazadas), aislamiento negativo e IFI
positivo y 63 de 76 dieron negativo en las 2 pruebas. El test de
McNemar indica que la presencia de IgG tiene un alto grado de
significación en las mujeres estériles con respecto a los otros
grupos con una p < 0,001. En los neonatos se detectó C.
trachomatis por aislamiento en un 20%, y presencia de IgM específica
en un 10%. En los neonatos, habría un mejor diagnóstico combinando
las 2 técnicas. Nuestros resultados sugieren que la detección de la
IgG específica no es un criterio suficiente para el diagnóstico,
debiendo acompañarse con el aislamiento de la bacteria. Sólo habría
presencia de IgG con valores diagnósticos en mujeres estériles con
antecedentes de C. trachomatis. Estos resultados señalan la
importancia de la detección de C. trachomatis en jóvenes para evitar
la infertilidad, y en embarazadas para prevenir la infección neonatal
y la posibilidad de nacimientos prematuros y bajo peso al nacer de los
niños.
Abstract
Isolation
of Chlamydia trachomatis and immune response in different populations.
We studied the presence of C. trachomatis-specific IgG and IgM in
adults and newborns, respectively, and attempted isolation of the
bacteria in cell culture. The determination of antibodies was carried
out by an IFA on C. trachomatis infected (L2434/Bu serotype) McCoy
cells, cultured in 24-well plastic plates.
We found C. trachomatis-specific IgG in 27% of women with clinical
symptoms, in 40% of women being attended for periodic gynecological
control, in 60% of infertile women and in 10% of pregnant women. A
proportion comparison test revealed the presence of specific IgG as
highly significative for the group of infertile women as compared to
the group of pregnant women (p < 0.0001).
We divided the patients into four groups, in relation to the results
of the tests for specific IgG and C. trachomatis isolation. Seven out
of 10 had positive isolation and negative IFA, 5 out of 8 had positive
isolation and negative IFA. Twenty five out of 28 pregnant women had
negative isolation and positive IFA, finally, 63 out of 76 had both
tests negative. Statistical analysis using the McNemar
proportion-comparison test suggests that IgG’s presence is highly
significant in pregnant women with respect to other groups (p <
0.001).
Our results suggest that the demonstration of IgG is not enough for
diagnostic purposes, except in infertile women with a previous history
of infection with C. trachomatis.
We isolated C. trachomatis in 20% of the newborns tested and 10% were
also positive for IgM IFA. The diagnosis was improved by combining
both techniques.
These results show the importance of the detection of C. trachomatis
in youngsters to avoid infertility and in pregnant women to prevent
newborn infections and the possibility of premature births and low
weight babies.
Dirección postal: Dra. Marta T. Zapata, Instituto de
Virología, Universidad Nacional de Córdoba, San Lorenzo 561, 5000
Córdoba, Argentina
Recibido: 1-III-1996 Aceptado: 10-IX-1996
Chlamydia trachomatis (C. trachomatis) es uno de los patógenos
bacterianos más importantes en la producción de las Enfermedades de
Transmisión Sexual (ETS) en países desarrollados. En los
subdesarrollados no se conoce con exactitud; aún sigue siendo muy
importante N. gonorreae. En la mujer produce infección del tracto
urogenital, que sin tratamiento, puede causar cervicitis, uretritis,
endometritis o salpingitis crónica. La complicación más seria de la
infección genital femenina, es la Enfermedad Inflamatoria Pelviana
cuyas secuelas más severas son la esterilidad por daño tubario y la
predisposición a embarazos ectópi-cos1, 2. En el hombre, un
reservorio de esta infección, puede causar uretritis no gonocóccica
y postgonocóccica. C. trachomatis produce en ambos sexos infecciones
asintomáticas (aproximadamente 50% en las mujeres y 25% en los
hombres) y enfermedades como el tracoma cuyas cepas A,B,Ba y C
producen cegueras hiperen-démicas; y las cepas L1, L2 y L3 que
producen linfogranuloma venéreo3.
A pesar que desde la década del 70 se comenzó con el estudio
acelerado de la C. trachomatis como una importante causa de ETS, son
escasos los trabajos de respuesta inmune en humanos que permitan
distinguir con claridad las funciones de los diferentes tipos de
anticuerpos. Recientemente, se han llevado a cabo estudios sobre los
diferentes antígenos de la bacteria y el tipo de anticuerpos que
producen4. Otros de los hechos que se han observado es la importancia
de las reinfecciones en la patogénesis de las enfermedades causadas
por C. trachomatis.
El diagnóstico puede realizarse para dar respuesta a una inquietud
individual o para preparar programas de prevención en políticas de
salud; en ambos casos es necesario poner en evidencia la bacteria o
sus antígenos, y estudiar la respuesta inmune5.
El diagnóstico de elección en el adulto, es el aislamiento de la
bacteria6, 7. Otros métodos de diagnóstico incluyen la detección de
antígenos por enzimoinmunoensayo (ELISA) o por IF directa usando
anticuerpos monoclonales8, o la determinación de su ADN por PCR o LCR
en materiales urogenitales u orina9-14. Esto implica una correcta toma
de la muestra, y una selección de la prueba más conveniente a
utilizar. La determinación de IgM específica15 se utiliza como
marcador diagnóstico de C. trachomatis en neonatos de hasta 6 meses
de edad con conjuntivitis o neumonía del recién nacido. Esta
infección es transmitida en curso del parto por la madre positiva en
el último trimestre de embarazo.
La serología para C. trachomatis tiene poco valor para el
diagnóstico de las infecciones del tracto genital3. Las pruebas
serológicas no deberían ser usadas en diagnóstico pues no se pueden
diferenciar entre inmunidad producida por una infección en el pasado
y una infección reciente. Se supuso que relacionando los resultados
de los aislamientos por cultivos celulares y respuesta de IgG
específica podríamos obtener algunos valores orientadores.
Poco se sabe sobre la respuesta inmune protectora en adultos. Hay
numerosos estudios sobre los antígenos del cuerpo elemental y de los
cuerpos reticulares4, 16. Estos estudios están obteniendo resultados
que hacen pensar, que no se puede trabajar con la bacteria total como
antígeno en pruebas de medición de anticuerpos, sino que sería
necesario separar y purificar los antígenos y trabajar con ellos por
separado.
El objetivo de este trabajo fue conocer la respuesta humoral tipo IgG,
en adultos, e IgM específica en neonatos, mediante una
inmunofluo-rescencia indirecta (IFI) y relacionarla con los
aislamientos de la bacteria, en diferentes grupos de pacientes.
Materiales y métodos
Población estudiada
Se estudiaron 122 pacientes adultos, 100 mujeres y 22 varones. De
las 100 mujeres, 28 eran embarazadas y fueron consideradas control de
las 25 mujeres que consultaron por esterilidad con antecedentes de
ETS; 37 que consultaron por síntomas compatibles con C. trachomatis y
10 que lo hicieron por control ginecológico. Los 22 varones
consultaron por síntomas o eran pareja de las mujeres que habían
realizado una consulta. Los datos fueron anotados en una planilla que
fue diseñada para el estudio.
A todos ellos se les extrajo una muestra de sangre para la
determinación de anticuerpos y una muestra urogenital. En las mujeres
se realizó un raspado endocervical, y en los hombres, un raspado
uretral, con un hisopo de acero inoxidable, como se describió
anteriormente7. Las muestras fueron colocadas en medio de transporte y
luego de eliminar los hisopos se realizó la congelación a -70°C
hasta el aislamiento de la bacteria, no más de 20 días después6.
Las muestras de sangre fueron centrifugadas y el suero guardado a
-30°C hasta la determinación de IgG e IgM por IFI.
También se estudiaron 20 neonatos que pertenecían a un Servicio de
neonatología del Hospital Universitario, con diagnóstico clínico de
neumonía o conjuntivitis neonatal, con edades entre recién nacido y
5 meses. Se obtuvo aspirado nasofaríngeo, hisopado conjuntival y una
muestra de suero. En los aspirados y los hisopados se intentaron los
aislamientos de la bacteria.
Aislamiento por cultivo sobre células McCoy
Se emplearon monocapas de células McCoy en microplacas de 96 pozos
como se describió anteriormente6. Brevemente, las células McCoy se
crecieron en medio MEMHepes (Gibco) suplementado con L-glutamina,
gentamicina, vancomicina y SFB al 10% (Gibco). Se sembraron 0,1 ml, en
cada pozo, de una suspensión 5 x 105/ml de células, y las placas se
colocaron en estufa con atmósfera de CO2 al 5%, a 37°C durante 16
hs. Luego de inocular las muestras las placas se centrifugaron a 1800
x g 60 min, y se incubaron en estufa de CO2 al 5% por 2 hs. Se
removió el inóculo y se agregó a cada pozo el mismo medio de
crecimiento más 1 ug/ml de ciclohe-ximida. Las placas fueron luego
incubadas por 72 hs en estufa bajo las mismas condiciones de CO2 y
temperatura. Cada material se sembró por cuadruplicado para poder
realizar un pasaje ciego; la prueba se reveló por coloración de Iodo
o IFI con sueros policlonales anti C. trachomatis de ratón,
preparados en el laboratorio.
Técnica de IFI para dosaje de anticuerpos tipo IgG e IgM sobre
células McCoy
Se sembraron células McCoy en placas de plástico de 24 pozos
(Costar), una placa se utilizó directamente y en forma paralela, a
otra placa se le colocó cubreobjetos redondos en el fondo de los
pozos. Se utilizó la cepa de C. trachomatis L2 434/Bu con
aproximadamente 60 UFI/ml como inóculo. La infección se realizó con
la misma técnica que se realiza el aislamiento de la bacteria6. Luego
de 72 hs de incubación en la estufa con atmósfera de CO2 al 5% a
37°C, se descartó el medio de las placas, se lavaron con PBS tres
veces y se fijaron con metanol a 4°C, 45 minutos. Los controles se
realizaron del mismo modo con PBS como inóculo. Las placas así
fijadas se mantuvieron a -70°C durante 1 mes o se utilizaron
inmediatamente.
En los sueros de los neonatos se probó la presencia de factor
reumatoideo (FR), por reacción con partículas de látex cubiertas
con IgG (Wellcome). En los casos positivos se eliminó por
precipitación con adsorbente de FR (anti IgG humana Behringwerke A.G.
Marburg Germany), y centrifugación a 10.000 x g y luego se realizó
la separación de las fracciones IgG e IgM a través de una columna de
QAE Sephadex A-50 y recién se tituló IgM específica en la fracción
correspondiente17. El suero fue agregado a los pozos de la placa que
tenían las células infectadas, en dilución factor 2 y por
duplicado. Se incubó 1 hora, en el caso de la titulación de IgG y 1
hora 30 minutos en el caso de la titulación de IgM, a 37°C en
cámara húmeda. Luego se agregó la dilución óptima (obtenida por
titulación en bloque) de Anti IgG (Serolab) o Anti IgM humana (Dako,
Copenhagen, Denmark) marcada con isotiocianato de fluoresceína. En
algunos experimentos paralelos se utilizó IgG antihumana marcada con
peroxidasa (KPL) y se reveló con 4 a Cloro naftol. Se dejó a 37°C
durante 1 hora. Luego de los lavados se agregó 0,5% de una solución
al 1% de Azul de Evans. Se dejó secar a temperatura ambiente y luego
se agregó la solución de buffer glicerina pH 8,5 por 5 minutos, se
descartó y se leyó al microscopio de faz invertida con un aumento de
250 X para IF y un aumento de 400 X para inmuno-peroxidasa. Los
controles que se realizaron fueron células sin infectar y células
infectadas con sueros negativos.
Se colocaron en la prueba, para conocer su comportamiento, 5 sueros
positivos para C. psittaci que fueron muestras convalescientes de
pacientes con epidemiología y clínica compatibles probados en FC,
con antígenos enviados por CDC de Atlanta y títulos mayores a 1/32.
En 12 sueros, 8 positivos, y 4 negativos probados por una Elisa
comercial para C. trachomatis (Inmunocombs) se compararon los títulos
de las IgG específicas por IFI realizada sobre células infectadas
crecidas sobre cubreobjetos y células directamente crecidas, sobre el
fondo de la placa de plástico.
Los títulos de IgG positiva y los negativos coincidieron en un 100%
en las placas con cubreobjetos y sin ellos; y todos los sueros de
pacientes con diagnóstico de C. psittaci dieron negativos. Por este
motivo todos los experimentos de IFI se desarrollaron en células
McCoy crecidas sobre las placas.
Análisis estadístico: Los datos presentados en la tabla 1 se
analizaron con un test de hipótesis para comparar proporciones de
grupos independientes y en la tabla 2 los datos fueron analizados con
el test de hipótesis para proporciones apareadas de McNemar.
Resultados
Los resultados de adultos y niños se analizaron por separado. En
el caso de los adultos se relacionó la presencia de materiales
urogenitales positivos o negativos con la IgG específica en sus
respectivos sueros. En el caso de los materiales de los neonatos se
relacionó el aislamiento de la bacteria en los aspirados
nasofaríngeos, con la presencia de IgM específica en suero.
Un hecho práctico para resaltar, es la posibilidad de hacer crecer
directamente las células Mc Coy en placas de plástico de 24 pozos18
para realizar la IFI. En ambos casos se probaron 12 sueros que eran
positivos y negativos para C. trachomatis por Elisa y los sueros de C.
psittaci. Hubo total correlación entre estos sueros probados en los
dos sistemas; con cubreobjetos o sin ellos. La única diferencia fue
la posibilidad de utilizar un aumento mayor para la lectura de la IFI
realizada sobre los cubreobjetos. Sin embargo, el menor tiempo
requerido para realizar la prueba en placas sin cubreobjetos,
obteniéndose el mismo resultado nos inclinó a usar este último
sistema. Se consideraron valores positivos a partir de la dilución
1/5, ya que a esta dilución no había fluorescencia de fondo. La IFI
que se observó fue clara y nítida y las lecturas en el microscopio
de inmunofluorescencia se realizaron a ciegas. Los sueros de C.
psittaci dieron todos negativos en la prueba de IFI con células
infectadas con la cepa de C. trachomatis, L2 434/Bu indicando que la
prueba podría utilizarse para medir anticuerpos antichlamydia con
ayuda de los antecedentes clínicos y epidemiológicos3. Se eligieron
28 mujeres embarazadas, para usarlas como controles de los casos de
esterilidad estudiados.
La tabla 1 muestra la relación de la presencia de IgG en 100 sueros
de mujeres y 22 de hombres con respecto al motivo de las consultas. De
las 37 pacientes que asistieron por síntomas clínicos compatibles,
10 fueron positivas para IgG específica, un 27%; de 10 que asistieron
por control ginecológico 4 fueron positivas, un 40%; en las 25 que
asistieron por esterilidad, 15 fueron positivas, un 60%; y de las 28
embarazadas, el 10% fue positivo. El test de hipótesis para comparar
proporciones de grupos independientes se aplicó con los dos últimos
grupos. En el análisis de los resultados tuvimos en cuenta solamente
a las mujeres. Considerando el aislamiento de la bacteria y la
presencia de IgG específica, formamos cuatro grupos (tabla 2). El
primer grupo (mujeres con cultivo positivo e IFI positiva) estuvo
formado por 7 pacientes, de las cuales 5 presentaban síntomas
compatibles por infección por C. trachomatis y 2 eran estériles. Las
5 pacientes del segundo grupo (cultivo positivo e IFI negativa)
tenían síntomas clínicos. Las restantes 88 pacientes (con
aislamiento negativo, e IFI positiva o negativa) se distribuyeron en
el tercer y cuarto grupo y fueron las que concurrieron a la consulta
por esterilidad, las que asistieron a controles ginecológicos, y 25
de las 28 embarazadas seleccionadas como controles. De los 100 casos,
32 pacientes presentaron IFI positiva (con aislamiento positivo o
negativo), y 68 presentaron IFI negativa (con aislamiento positivo o
negativo). Aplicando el test de hipótesis para proporciones apareadas
(test de McNemar) se observa que la diferencia entre el aislamiento
positivo y la IFI positiva o negativa y los aislamientos negativos e
IFI positiva o negativa es altamente significativa (p < 0,001).
Este resultado sugiere que la presencia de anticuerpos tipo IgG
tendría algún grado de significación solamente en aquellas mujeres
que consultaron por esterilidad, con antecedentes clínicos de C.
trachomatis.
Con respecto a los recién nacidos, con los materiales de 20 niños,
se encontró un 20% de aislamiento positivos en los aspirados
naso-faríngeos y se pudo determinar que el 10% de los sueros poseían
IgM específica en títulos significativos. Estos sueros se habían
controlado para presencia de FR y títulos altos de IgG específica,
que podrían afectar los resultados obtenidos para IgM19.
Con algunos sueros se realizó un Dot Blot utilizando antígeno de C.
trachomatis semipu-rificado, pegado a una membrana de PVDF
(Millipore), indicando que la metodología tiene más especificidad
que la IFI y la inmuno-peroxidasa (datos no mostrados).
Discusión
Ya en 1980 Schachter and Caldwell20 remar-caban la diferencia entre
enfermedad e inmunidad luego de la infección con C. trachomatis,
dependiendo de la interacción entre el patógeno y el sistema inmune
del paciente, como sucede con otras bacterias intracelulares.
Estudios detallados de infección en humanos4, 16, 20-22 y animales23,
con diferentes cepas concluyen que la infección induce inmunidad
específica de cepa, y que la reinfección no se produce con la cepa
homóloga, sino con una heteróloga. Se ha sugerido que antígenos
específicos de tipo confieren inmunidad específica de cepa a la
infección de C. trachomatis, y que el antígeno específico de
género induciría injuria del tejido en un huésped que ya tuvo un
primer contacto con la bacteria. Es así que habría antígenos que
producen inmunidad protectora y otros que causan daño mediado por
inmunidad4, 16. La proteína mayor de membrana (MOMP) de C.
trachomatis produce anticuerpos neutralizantes en cultivos celulares y
protectores en modelos animales de experimentación. Anticuerpos
monoclonales reconocen epitopes lineales y conformacionales dentro de
la secuencia variable de esta proteína. El antígeno de género,
hsp60, es un potente antí-geno durante la infección por C.
trachomatis y en la respuesta inmune en ratón es genéticamente
controlado, en parte, por genes del locus de Complejo Mayor de
Histocompatibilidad. La respuesta inmune correlaciona con las secuelas
de la enfermedad en humanos infectados y causa marcada reacción
inflamatoria en modelos animales de infección experimental con C.
trachomatis. Por eso, se ha propuesto que este antígeno, hsp60,
podría romper la tolerancia e inducir daño inflamatorio autoinmune o
ser el promotor de daño inmune mediado por células, durante la
infección crónica. Estos mecanismos todavía son desconocidos.
En nuestro laboratorio6, 7 demostramos que en Córdoba había
diferentes porcentajes de infección por esta bacteria en población
de diferente riesgo y por aislamiento de la bacteria. El número de
parejas sexuales, la edad y los antecedentes de ETS influyeron en los
porcentajes de recuperación de C. trachomatis. En el grupo A de alto
riesgo integrado por hombres que concurrieron a un Servicio de ETS, el
porcentaje de aislamiento fue del 50%; en el grupo B, constituido por
hombres que concurrieron a un Servicio de Urología se obtuvo un 20,7%
de positivos; en el grupo C, constituido por mujeres que concurrieron
a un Servicio de Ginecología general, se obtuvo un 13,3% de
aislamiento y en el grupo D, integrado por mujeres cuyo motivo de
consulta fue la esterilidad, se obtuvo un valor de 4,3% de
aislamiento. Este último hecho, y el poco conocimiento del valor de
la respuesta inmune protectora que se tiene a la infección por C.
trachomatis en adulto, nos llevó a asociar el aislamiento de la
bacteria con la respuesta de IgG específica en diferentes grupos de
pacientes. Esta fue medida por IFI sobre células McCoy infectadas con
la cepa L2 434/Bu de C. trachomatis. La técnica descripta tiene un
buen grado de especificidad, sensibilidad y reproducibilidad para ser
usada en la determinación de anticuerpos antichlamydia. El antígeno
que se puede utilizar son cuerpos elementales de cepa L1 o L2 de C.
trachomatis crecida en saco de la yema de huevos embrionados de
gallina o lisados de células infectadas24.
Es innegable que los métodos de excelencia para poner de manifiesto
antígenos de C. trachomatis son PCR, LCR, Nested PCR, y aún usando
muestras de orina y no material uroge-nital8-14. Sin embargo, es
necesario conocer la respuesta inmune humoral para determinar si ésta
es o no protectora. Ya no es una imposibilidad la utilización de
cultivos celulares en los laboratorios de microbiología, y aunque la
utilización de éstos como sustratos en inmunofluores-cencia ha ido
abandonándose, la imposibilidad de contar todavía con antígenos
específicos para otras pruebas, nos llevó a utilizar este tipo de
sustrato. Con un buen control de la infectividad, de aproximadamente
50% de las células McCoy, se obtienen buenos sustratos de células
infectadas para utilizar en la IFI. En el desarrollo de otras IF
observamos que cuando se utilizaban las placas de plástico para hacer
crecer las células se obtenían buenos resultados18. Los valores
negativos obtenidos con sueros positivos para C. psittaci realizado
por cuadruplicado, nos permite hablar de cierta especificidad y la
realización de todas las pruebas por duplicado, de buena
reproducibilidad. Los títulos de IgG obtenidos en nuestro laboratorio
fueron más bajos que los descriptos por otros investigadores15, 25;
sin embargo como los reactivos fueron titulados antes de ser
utilizados y en las pruebas se usaron las diluciones óptimas,
consideramos que la dilución 1/5 fue positiva. Además, esta
dilución de suero fue controlada con células sin infectar, como
sustrato para observar su «background». La recíproca de los
títulos obtenidos variaron de 5 a 80. El TM de los títulos obtenidos
fue 20.
Algunos autores4 sugieren que una segunda infección con un diferente
serotipo de C. tracho-matis se puede reconocer por la presencia de IgM
específica, con presencia de IgG de la primera infección, resultados
que estamos analizando. Los resultados del presente trabajo no indican
prevalencia o incidencia porque todos son casos seleccionados de
cuadros clínicos compatibles con C. trachomatis o con antecedentes de
posible infección.
En la tabla 1 se observa los resultados obtenidos de asociar el motivo
de consulta de los pacientes con la presencia de IgG específica. Las
que consultaron por sintomatología clínica compatible, un 27%
tenían IgG y las que lo hicieron por control ginecológico general
tenían un 40%. Aunque el número de casos estudiados fue muy bajo, de
los resultados obtenidos se puede inferir que las mujeres que tuvieron
infección en el pasado tienen IgG específica. No se obtuvieron datos
concordantes para realizar otro tipo de análisis. Es interesante
destacar que la diferencia de porcentaje de los anticuerpos tipo IgG,
entre el grupo de mujeres con antecedentes de esterilidad (60%), y
embarazadas (10%), es muy grande. Con un test de comparación de
proporciones, en dos grupos independientes se pudo demostrar que esta
diferencia es altamente significativa, con una p < 0,0001. Sería
necesario estudiar la cinética de la respuesta inmune humoral a los
diferentes antígenos de la bacteria y la función que ésta cumple
con respecto a la infección. La utilización de sueros y muestras
genitales de embarazadas como controles negativos, fue una elección
en base a considerar que si estaban embarazadas no habían tenido
infecciones profundas o crónicas con cepas de C. trachomatis. Se
puede observar que en el grupo de embarazadas que fue estudiado como
control, también se encontraron 3 casos positivos para IgG
específica. Estas mujeres no indicaron haber tenido antecedentes,
hecho que no es llamativo por las infecciones asintomáticas
producidas por C. trachomatis.
Hay una gran variación en la prevalencia de la respuesta de
anticuerpos a antígenos específicos definidos serológicamente, como
las heat shock protein (hsp), las proteínas de membrana, la MOMP y
los LPS. De éstos, los más importantes serían la MOMP, que sería
responsable de la inmunidad humoral protectora, y el antígeno, que
fue identificado como homólogo de una Gro-El, de las hsp60 que es un
antígeno común del género Chlamydia y estaría involucrado en la
patogénesis. Muchos trabajos de investigación básica en modelos de
animales y patogénesis, e investigación clínica de
inmunopatogénesis en humano avalan este hecho4, 25. Por lo tanto, al
tener valores de anticuerpos totales tipo IgG, sólo podemos observar
tendencias de presencia de IgG específica en los casos de
esterilidad, sin poder expresar valores de protección o relación con
infección y enfermedad.
El hecho de que el grupo de hombres muestre presencia de IgG
específica sólo en el 4% de los casos, puede deberse a que los
hombres consultan menos que las mujeres en caso de sintomatología
urogenital. Nuestros datos concuerdan con los comunicados por Videla y
col.,25 para mujeres con obstrucción tubaria y otras
sintomatologías, con diferencias de 75% para pacientes estériles y
el 20% para pacientes embarazadas, con una frecuencia de detección de
IgG significativamente mayor para mujeres estériles que para
embarazadas.
Como se observa, es mucho todavía el trabajo a realizar, para poder
contribuir a los diferentes aspectos de la respuesta inmune
protectora, o la agresión y enfermedad debida a la infección con
esta bacteria. Los resultados obtenidos más los antecedentes
publicados nos llevaron a plantear el estudio de la respuesta inmune
con los antígenos por separado y proponer pruebas para medir
correctamente inmunidad humoral protectora y métodos para obtener
especificidad de cepa (trabajo en desarrollo).
Carballal y col.26 demostraron en 19 niños menores de 3 meses de 255
estudiados residentes en Buenos Aires, evidencia serológica de
infección reciente por C. trachomatis. Por seroconversión de IgM
específica en sueros agudo y convaleciente y título elevado por
Elisa y MicroIFI.
Los datos obtenidos con los neonatos, concuerdan con los valores que
se encontraron en años anteriores en nuestro laboratorio (8%)
solamente realizando aislamiento a partir de aspirados nasofaríngeos;
en este caso relacionando aislamiento y determinación de IgM
específica podemos concluir que la combinación de ambas técnicas,
sería más conveniente. Aunque Schach-ter15 , trabajando con la MIF,
no encuentra problemas con la presencia de FR, creemos que este
control es necesario en la IFI con células como sustrato18, como así
también controlar la IgG específica en altos títulos; que podría
haber pasado a través de la placenta de la madre infectada15, y
competir en la unión del antígeno con la IgM del suero dando falsos
negativos.
Hay múltiples líneas de evidencia que indican que las infecciones
del tracto genital27, en las mujeres embarazadas, y entre ellas la
infección producida por C. trachomatis, son un factor de riesgo y
producen nacimientos prematuros, bajo peso del niño al nacer,
conjuntivitis del recién nacido o neumonía, lo que se puede prevenir
si a la madre en el tercer trimestre de embarazo se le hace un control
de la presencia de la bacteria o sus antígenos. En caso positivo se
recomienda el antibiótico específico. En las reinfecciones sin
tratamiento adecuado, existe la posibilidad de la producción de
enfermedad y como consecuencia esterilidad por esta causa en un alto
porcentaje de mujeres. La principal estrategia de prevención es
evitar la salpingitis y sus secuelas, y con mayor énfasis en
embarazadas y personas jóvenes5. Esto requiere programas de
prevención y realización de diagnósticos correctos en adultos y
neonatos para recomendar el tratamiento terapéutico correspondiente.
Agradecimientos: Este trabajo se realizó con un subsidio de
la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad Nacional de
Córdoba (SECyT U.N.C.) del año 1994-1995.
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TABLA 1.— Porcentaje de anticuerpos tipo IgG detectados en sueros
por IFI en mujeres y hombres en relación a la consulta que hicieron
al laboratorio
Motivo de N° pacientes I.F.I Relación Porcentaje
consulta femeninas positivos negativos positivo/total % (+)
síntomas
clínicos
compatibles 37 10 27 10/37 27
control
ginecológico 10 4 6 4/10 40
esterilidad 25 15 10 15/25 60
embarazadas 28 3 25 3/28 10
Total: 100 32 68
Motivo de N° pacientes I.F.I. Relación Porcentaje
consulta masculinos positivos negativos positivo/total %(+)
síntomas
clínicos
compatibles 22 3 19 2/22 14
Total: 22 3 19
Z = 3,76 p < 0,0001
* El test de hipótesis para comparar proporciones de grupo
independientes se realizó solamente entre las pacientes del grupo de
esterilidad y embarazadas.
TABLA 2.— Resultados obtenidos, relacionando el aislamiento de la
bacteria y los títulos de anticuerpos tipo IgG específico con las
100 muestras de las pacientes mujeres
Aislamiento I.F.I Número de pacientes Grupo
por cultivo mujeres total
(+) (+) 7 I
(+) (-) 5 II
(-) (+) 25 III
(-) (-) 63 IV
total 100
Z = 3,65 p < 0,001
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