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EBV Y CARCINOMAS NASOFARINGEOS
IDENTIFICACION DEL VIRUS EPSTEIN-BARR EN CARCINOMAS
NASOFARINGEOS EN ARGENTINA. SU RELACION CON P53 Y DETERMINACION
DE INDICES DE PROLIFERACION
PATRICIA VERGANI, BEATRIZ
CARBALLER, FRANCISCO PROPATO, LUCIA CALANDRIA, HECTOR TARGOVNIK,
ALEJANDRO TERZIAN, BORIS ELSNER
Departamento de Patología,
División Otorrinolaringología y Laboratorio de Biología Molecular,
Hospital de Clínicas José de San Martín, Universidad de Buenos
Aires
Key words: EBV, carcinoma nasofaríngeo, PCR, p53, índices
de proliferación
Resumen
Se
estudiaron 37 casos de carcinomas nasofaríngeos (CNF) a partir de
biopsias de cavum incluidas en parafina. Los pacientes fueron
argentinos, 23 hombres y 14 mujeres cuyo promedio de edad fue de 50
años. Los tumores se clasificaron en carcinoma escamoso
queratinizante, 1 caso (2%), carcinomas escamosos no queratinizantes,
15 casos (41%) y carcinomas indiferenciados, 21 casos (57%). Se
determinó el índice de proliferación (PI) con anticuerpos
monoclonales para PCNA y Ki-67 (MIB-1) que fue del 26% y 17%
respectivamente, no hallándose aparentemente diferencias de acuerdo a
las variantes histológicas, estadios clínicos III o IV de
presentación. El IP fue del 2% para estadio II aunque los casos en la
serie fueron escasos (n = 3). Se observó positividad para p53 en 30
de los 37 casos, similar para los carcinomas indiferenciados y no
queratinizantes, mientras que el carcinoma queratinizante fue
negativo. Se establecieron dos grupos de pacientes con sobrevida media
de 35 y 12 meses a partir de un valor de corte en el porcentaje de
positividad por inmunomarcación para p53 (< y > 7%), si bien la
diferencia no fue estadísticamente significativa. Se demostró la
presencia del virus Epstein-Barr por PCR en 31 de 37 de los CNF: 19
fueron carcinomas indiferenciados y 12 fueron carcinomas escamosos no
queratinizantes, siendo negativo el carcinoma escamoso queratinizante.
Estos resultados, obtenidos por primera vez en Argentina, son
semejantes a los hallados en países con alta y baja frecuencia de CNF
y pueden ser de valor para establecer el origen nasofaríngeo de una
adenopatía cervical metastásica de origen desconocido.
Abstract
Identification
of Epstein-Barr virus in nasopharyngeal carcinomas in Argentina. Its
relation with p53 and the determination of proliferation indices.
Thirty-seven nasopharyngeal carcinomas were studied obtaining the
tissue from nasopharyngeal biopsies that were formalin fixed and
paraffin embedded. The patients were born in Argentina, 23 men and 14
women with a mean age of 50 years. Histologically the tumors were
classified as queratinizing squamous cell carcinomas, 1 case (2%);
non-queratinizing squamous cell carcinomas, 15 cases (41%) and
undifferentiated carcinomas, 21 cases (57%). The proliferating index
(PI) was determined using monoclonal antibodies against PCNA and Ki-67
(MIB-1), resulting in 26% for PCNA and 17% for Ki-67 while no
differences were found comparing PI with histological type and cases
with clinical stage III and IV. The PI was of 2% in the 3 cases with
clinical stage II.
Immunostains for p53 were positive in 30 out of the 37 cases with no
differences between the histological types, exception made for the
quera-tinizing carcinoma which was negative. With a cut off point of
7% in the 12 cases with follow up, two groups were found with a mean
survival of 35 and 12 months, a finding that was not statistically
significant.
Epstein-Barr virus was detected by PCR using the paraffin embedded
material in 31 out of the 37 cases: 21 were undifferentiated
carcinomas and 15 non-queratinizing squamous cell carcinomas; the
queratinizing squamous cell carcinoma was negative. These results,
published for the first time in samples from Argentinian patients are
similar to those found in areas of high and low incidence of
nasopharyngeal carcinomas and can be of clinical use in determining
the nasopharyngeal origin of a cervical metastatic lymph node of an
unknown primary.
Dirección postal: Dr. Boris Elsner, Billinghurst 2343, 1425
Buenos Aires, Argentina
Recibido: 24-IV-1996 Aceptado: 30-VIII-1996
El carcinoma nasofaríngeo (CNF) es un tumor con una distribución
geográfica bien definida y relativamente infrecuente en nuestro
país. El mismo se halla en directa relación con la infección
primaria por el virus Epstein Barr (EB)1. Dicho agente está vinculado
a un creciente espectro de lesiones como la mononucleosis infecciosa,
el linfoma de Burkitt y el CNF. Su vinculación con las diversas
enfermedades depende de varias condiciones; entre ellas, su
clonalidad, el tipo de células que infecta y el estado inmunológico
del huésped. La relación etiológica del virus EB en el CNF ha sido
postulada a partir de la identificación de genomas virales utilizando
diferentes métodos de hibridización2, amplificación del genoma
viral3 y el análisis de los fragmentos terminales de restricción del
ADN del virus EB4.
La proteína p53 es un activador de la transcripción y se halla
involucrada en los controles de diferenciación y proliferación
celular5. Su detección por métodos inmunohistoquímicos expresan una
prolongación de su vida media. Dicho fenómeno podría ser resultado
de alteraciones del gen que la codifica. Ello implica una pérdida de
la función del gen supresor p53 que interviene en el complejo proceso
de carcinogénesis. La expresión aumentada de la proteína p53 se
halla asociada a numerosas neoplasias y en algunas de ellas ha sido
considerada como factor pronóstico independiente6, 7.
Existe una directa correlación entre la actividad proliferativa de un
tumor y su pronóstico clínico8. Es posible evaluar dicha
proliferación a través de la detección de proteínas nucleares
presentes en las células durante su fase proliferativa. Las mismas
reaccionan con los antisueros Ki-67 (MIB-1) y PCNA (proliferating cell
nuclear antigen)9, 10.
Materiales y métodos
Casos
Fueron analizados 37 CNF a partir del material incluido en parafina
de los archivos del Departamento de Patología del Hospital de
Clínicas «José de San Martín» diagnosticados en el período
comprendido entre enero de 1985 y octubre de 1995. Dichos casos
correspondían a pacientes argentinos y fueron estadificados de
acuerdo a la clasificación TNM11.
Histopatología e Inmunohistoquímica
Todos los preparados histológicos de cada caso fueron revisados y
se seleccionó un corte representativo a partir del cual se realizaron
estudios histopatológicos, inmunohistoquímicos y moleculares. Para
inmunohisto-química se utilizaron secciones de 6 µm a los que se
aplicó la técnica de recuperación antigénica utilizando un horno a
microondas en buffer citrato y el sistema de detección
avidina-biotina descriptos por Hsu y col. y Shi y col.
respectivamente12, 13. Los anticuerpos primarios fueron diluidos en
solución de buffer fosfato (PBS) pH 7,4 e incubados 16 horas a
temperatura ambiente. Previamente, los cortes fueron incubados con
H2O2 al 3% en metanol absoluto, a fin de inhibir la actividad de
peroxidasas endógenas y luego con suero normal de caballo (dilución
1:30) para minimizar el fondo. El sistema de detección fue con
inmunoglobulinas (Igs) biotiniladas de caballo anti-ratón y el
complejo avidina biotina (Vectastain Elite, Vector Laboratories Inc,
Burlingame, CA, USA). Todos los cortes fueron lavados con PBS y dichas
reacciones fueron visualizadas con 3-3' tetrahidrocloruro de
diaminoben-zidina (1mg/ml)/PBS y H2O2 al 3%. Finalmente la tinción
nuclear fue intensificada con un baño de SO4Cu/PBS al 4% y los
preparados fueron contrastados con verde de metilo. Para los controles
negativos los anticuerpos primarios fueron reemplazados con suero
normal de conejo y para los positivos se utilizaron neoplasias
mamarias de inmuno-reactividad conocida.
Los anticuerpos utilizados fueron monoclonales que reaccionan con el
material incluido en parafina. Los mismos fueron: MIB-1 (Immunotech,
France), dilución de 1:40, que reacciona con la proteína nuclear
Ki-67 asociada con el ciclo de proliferación celular; el anticuerpo
PCNA (clon PC10, Dakopatts, Copenhagen, Denmark), dilución de 1:200,
detecta una polimerasa d accesoria esencial para la síntesis de ADN,
y el anticuerpo p53 (clon Do7, Dakopatts, Copenhagen, Denmark),
dilución 1:80, descripto para detectar los tipos mutados y no mutados
de la proteína p53. Los anticuerpos secundarios correspondientes a
Igs biotiniladas de caballo anti-ratón (diluidas 1:80) y el suero
normal de caballo fueron provistos por Vector Laboratories Inc.
(Burlingame, CA, USA).
Determinación del índice de proliferación
El índice de proliferación (IP) fue definido como el número de
células positivas para los anticuerpos MIB-1 y PCNA dividido por el
total de células tumorales positivas contadas (mínimo = 500
células).
Extracción del ADN y reacción en cadena de la polimerasa
Fueron analizados los 37 CNF a fin de amplificar el gen repetitivo
BamH-W del genoma del virus EB y el gen de la tiroperoxidasa. Para
amplificar el ADN en cada uno de los casos descriptos, se utilizaron 4
cortes de 5 µm a partir del tejido incluido en parafina. Cada caso
fue cortado con diferentes navajas para evitar contaminación. Las
muestras fueron deparafinadas en 400 µl de xilol y deshidratadas en
concentraciones crecientes de etanol. El material precipitado fue
secado y lavado cuatro veces en PBS. Finalmente, fue resuspendido en
200 µl de buffer TE (Tris-EDTA) y colocado en un baño de 90°C
durante 15 minutos. Alícuotas de 5µl de cada muestra fueron
utilizadas para la amplificación del ADN por medio de PCR. Los
primers identifican la región repetitiva BamH-W del gen del virus EB
flanqueando un fragmento de 120 pb. Con el propósito de evaluar las
condiciones del ADN extraído del material incluido en parafina, se
realizó en paralelo la amplificación de secuencias de un
polimorfismo repetitivo (VNTR = variable number tandem repeat) de 4
pares de bases (pb) del gen de la enzima tiroperoxidasa. Como control
positivo de la amplificación se utilizó una construcción quimérica
constituida por un plásmido PBR322 que contiene una copia del
fragmento completo BamH-W de 3072 pb. El control regativo
correspondiente a la amplificación del virus EB fue un melanoma
maligno nasal y el control de la reacción de amplificación fue un
tubo en el que se incluyeron todos los reactivos, excepto el ADN. Las
secuencias de los primers así como de la sonda de detección fueron
previamente publicadas14. Se utilizaron 5 µl de ADN purificado de
cada muestra en un volumen total de 50 µl para cada par de primers. A
fin de amplificar el virus EB se utilizó el buffer PCR constituido
por 40 pmol de cada primer, 20 nmol de cada uno de los cuatro
nucleótidos, 1,5 mMol de Cl2Mg y 2 U de Taq Poli-merasa en un
ciclador térmico de ADN (Perkin Elmer 4200). Las condiciones de
amplificación fueron: 48 segundos de denaturalización a 93°C; 48
segundos de reconstitución a 53°C; 1 min 30 segundos de extensión a
72°C durante 35 ciclos. Un tercio del volumen del producto
amplificado fue separado por electroforesis en un gel de 2% de agarosa
y transferido a una membrana de nylon (Schleicher & Schuell). A
fin de aumentar la sensibilidad de la PCR, el producto amplificado fue
hibridizado con una sonda de oligonucleótidos marcada con P32. La
membrana fue lavada 2 veces a temperatura ambiente con SSPEX5 (SSPEX1:
0,18 mol/L ClNa, 10 mmol/l NaH2PO4, 1 mmol/l EDTA, pH 7,4) y luego a
42°C dos veces durante 10 min. Finalmente se realizó
autoradiografía con film Kodak X-O Max a -70° durante 1 hora.
Resultados
Hallazgos clínicos
Treinta y siete pacientes fueron incluidos en este estudio, 23
hombres y 14 mujeres con un promedio de edad de 50 años (rango entre
15 y 75 años). A partir de los datos recopilados de las historias
clínicas de 22 pacientes, los síntomas de presentación inicial
fueron nasales o acústicos (88%), compromiso de nervios craneales
(65%), cefaleas (23%), pérdida de peso (12%) y síntomas oculares
(4%). De acuerdo a la clasificación TNM dichos pacientes se agruparon
en estadio II (14%), estadio III (41%) y estadio IV (45%) no
observándose pacientes en estadio I. El tratamiento consistió en
radioterapia y en algunos casos fue combinado con cirugía. Se obtuvo
seguimiento sólo en 12 pacientes del total de 37. El mismo fue de un
tiempo medio de 2,16 años (rango entre 0,25 y 6,8 años), reveló que
2 casos se hallan sin evidencias de enfermedad y 10 han fallecido por
su tumor.
Histopatología, análisis del índice de proliferación e
inmunotinción con p53
De acuerdo a la clasificación de la OMS15 los 37 CNF fueron
divididos en: carcinoma escamoso queratinizante, que correspondía a
lesiones con diferenciación escamosa definida, manifestada por
puentes intercelulares y queratinización (Fig. 1a); 1 caso.
Carcinomas escamosos no que-ratinizantes, tumores que remedaban
epitelio estratificado, con márgenes celulares netos y sin evidencias
de queratinización (Fig. 1b); 15 casos; los restantes 21 casos
correspondían a carcino-mas indiferenciados los que presentaban un
patrón sincicial y estaban constituidos por células ovales con
nucléolos prominentes y una cantidad variable de linfocitos maduros
entre las células tumorales (Fig. 1c).
La inmunotinción para PCNA y MIB-1 fue evidente a nivel de los
núcleos celulares y utilizando este último anticuerpo, se observó
positividad también en figuras mitóticas. El IP en todos los casos
de la serie, (% de positividad/500 células contadas) para PCNA y
MIB-1 fue de 26% (rango 0%-85%) y 17% (rango 0%-50%) respectivamente.
Con dichos anticuerpos, los resultados fueron semejantes en los
distintos tipos histoló-gicos descriptos. No se hallaron diferencias
entre los estadios clínicos avanzados, los que presentaron un IP de
22% para PCNA y 14% para MIB-1; mientras que en los 3 casos con
estadio II el IP fue de 2% con ambos marcadores.
La expresión de la proteína p53 se observó en 30 de 37 CNF: 12 de
los 15 casos clasificados como carcinomas no queratinizantes y 18 de
los 21 carcinomas indiferenciados; el carcinoma escamoso fue negativo.
La inmunotinción se encontró confinada en el núcleo de las células
tumorales y no se observó positividad en las células necró-ticas,
tejido normal peritumoral, o figuras mitóticas (Fig. 2). Excepto en
el carcinoma escamoso queratinizante que fue negativo, la proporción
de células positivas para p53 osciló entre 1% y 75% (media 17%) sin
diferencias entre las variantes histológicas.
A partir del seguimiento clínico durante 2,16 años en 12 pacientes,
se intentó determinar la utilidad de la expresión de la proteína
p53 como factor pronóstico. Utilizando un valor de corte con una
positividad de 7% surgen dos grupos definidos de pacientes. A los 26
meses los 5 pacientes que expresaron proteína p53 mayor de 7% habían
fallecido y presentaron una sobrevida media de 12 meses, mientras que
en los casos con valores de p53 inferiores, la sobrevida media fue de
35 meses. Estos resultados sin embargo no fueron estadísticamente
significativos, probablemente debido al número limitado de pacientes
con seguimiento.
Reacción en cadena de la polimerasa (PCR)
Fueron analizados 37 CNF y se observó la amplificación del genoma
del virus EB en 31. Dichos resultados incluyeron 19 de 21 carcinomas
indiferenciados y 12 de 15 carcinomas escamosos no queratinizantes. La
intensidad de señal post-hibridización que evidencia la cantidad de
copias virales fue mayor en los carcinomas indiferen-ciados (19-21)
que en los escamosos no quera-tinizantes (12-15). No se observó
hibridización en el carcinoma escamoso queratinizante ni en el
melanoma maligno nasal utilizado como control negativo (Fig. 3). El
ADN extraído de las biopsias incluidas en parafina fue adecuado para
la amplificación ya que en todos los casos se detectó el
polimorfismo del gen de tiroperoxidasa.
Discusión
Si bien el CNF es una neoplasia relativamente infrecuente, es el
tumor más común de cavum en todos los países, siendo especialmente
elevado el número de casos en Oriente. Se ha utilizado en este
trabajo la clasificación de la OMS, a partir de la cual se observó
en los pacientes de Argentina una distribución semejante entre los
carcinomas indiferenciados (57%) y escamosos no queratinizantes (41%),
mientras que fue notoriamente baja la frecuencia de carcinomas
escamosos queratinizantes (2%)15. Estos resultados pueden compararse a
los hallados en países con una alta incidencia de CNF como Singapur
donde en el clásico artículo de Shanmugaratnam y col. se observó
también una incidencia semejante de carcinomas indiferenciados y no
que-ratinizantes pero llegando los queratinizantes al 20,1%16. En
muchas de las series que provienen de países con una baja incidencia
de CNF los carcinomas queratinizantes que reconocen como agentes
etiológicos probables al alcohol y al tabaco eran más frecuentes, lo
que no ocurrió en nuestros casos16.
Se han estudiado los IP en numerosas neoplasias, pero hasta el
presente estudio, dichas determinaciones no se han realizado en CNF.
No se hallaron diferencias entre los anticuerpos PCNA y MIB-1 para la
determinación del IP, ni tampoco los resultados se modificaron de
acuerdo a las variantes histológicas. El IP fue mayor en los estadios
avanzados, pero, los casos con estadio II fueron muy escasos. Serían
necesarios estudios adicionales para validar estos resulta-dos.
La identificación de dos grupos de pacientes con marcadas diferencias
en su sobrevida luego de un seguimiento de promedio de 2,16 años,
surge a partir de valores de positividad para p53 (menores o mayores
de 7%), evaluados independientemente de su estadio clínico,
histopatología e IP. Si bien los resultados no fueron
estadís-ticamente significativos, las diferencias mencionadas son lo
suficientemente considerables como para incluir dicho valor de p53
dentro de los potenciales factores pronósticos de este tumor.
Entre los diferentes métodos para determinar la presencia del virus
EB, la técnica de reacción en cadena de la polimerasa es la más
sensible, relativamente sencilla e independiente del ciclo en que se
encuentre el virus EB. Requiere escaso material y permite la
obtención de resultados rápidos, además de ser aplicable a tejido
fijado en formol e incluido en parafina archivado durante años como
en nuestros casos17. Esto la convierte en la metodología de elección
comparándola con otras técnicas como inmunohistoquímica,
hibridización in situ, cocultivación o crecimiento espontáneo en
células infectadas18, 19.
Los resultados presentados demuestran la presencia del virus EB en una
elevada proporción de carcinomas indiferenciados y escamosos no
queratinizantes provenientes de pacientes argentinos, a semejanza de
los CNF documentados en otros continentes19. En la mayoría de los
estudios publicados los carcinomas escamosos fueron negativos (así
como nuestro único caso). Casi todos los carcinomas de tipo
linfoepitelial no originados en el cavum son también negativos20.
Esta asociación es de tal importancia que ha sido usada clínicamente
para sugerir un origen nasofa-ríngeo en casos de metástasis
cervicales de primitivo desconocido a partir del hallazgo del virus EB
en una metástasis cervical17, 21.
Creemos que los casos negativos son verdaderos y no debidos a defectos
técnicos, ya que se logró la amplificación del VNTR del gen de
tiroperoxidasa en todas las muestras analizadas, indicando que no se
hallaban inhibidores de la PCR.
La inmunotinción de la proteína p53 no siempre es consecuencia de
modificaciones estructurales del gen que la codifica22, 23. Podrían
existir también alteraciones de p53 que a pesar de ser normal,
presenta un funcionamiento anómalo debido a errores genéticos que
ocurren en células neoplásicas o a la presencia de otras proteínas
que interfieren en su proceso de degradación normal. Ello resulta en
una estabilización directa de p53 que favorece su acumulación como
las interacciones con la homóloga humana de mdm2 (mouse double minute
2)24 y también la EBNA-LP (EBV nuclear antigen-latent protein)25. A
pesar que se han hallado mutaciones del gen p53 en CNF, las mismas son
consideradas infrecuen-tes, probablemente menos del 10% del total de
casos26. Intentando homologar los casos de Argentina con los
estudiados en Oriente, es factible la hipótesis de una interacción
entre p53 y proteínas codificadas por el virus EB. Esta idea surge de
haberse observado que no existen mutaciones en CNF provenientes de
poblaciones chinas, como tampoco en líneas celulares derivadas de
dichos tumores23, 27. Si bien dichos resultados surgieron del
análisis del gen p53, no se realizó en los trabajos citados
determinación inmunohistoquímica en paralelo tratando de analizar el
«estado funcional» en que se encuentra la proteína.
Los resultados presentados indican que existe un aumento de la
expresión de p53 en CNF y se ha detectado el virus EB en los
carcinomas indiferenciados y escamosos no queratinizantes. El número
de casos positivos para virus EB y la intensidad de señal
post-hibridización fueron mayores en los carcinomas indiferenciados
que en los escamosos no queratinizantes y fue negativo el carcinoma
escamoso queratinizante. Probablemente reflejen un espectro de
lesiones diferentes en los que el virus EB estaría implicado con
relativa frecuencia en relación a su número de copias y producción
de proteínas que interactúan con p53. Estudios in vitro y desarrollo
de modelos animales (transgénicos) podrían aportar un conocimiento
más profundo en la regulación de este interesante gen supresor de
tumor y su interacción con proteínas virales.
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Fig. 2.— Inmunomarcación para proteína p53 en un caso de carcinoma
indiferenciado. Es distintiva la tinción positiva localizada en el
núcleo de las células neoplásicas (p53, 400X).
Fig. 3.— Hibridización con sondas radioactivas para virus EB. Los
productos amplificados fueron: carcinomas indiferenciados (a,e, f);
carcinomas escamosos no queratinizantes (b,d,g,i); carcinoma escamoso
queratinizante (c); melanoma maligno (j); diferentes concentraciones
de la construcción quimérica del plásmido PBR322/BamH-W (h,k).
Fig. 1.— Caracteres microscópicos de los CNF de acuerdo a la
clasificación de la OMS. (a) Carcinoma escamoso queratinizante, cuya
apariencia bien diferenciada es evidente por la queratinización
(H-E,250X); (b) carcinoma escamoso no queratinizante, las células
tienen diferenciación escamosa y se disponen en nidos; (H-E,400X);
(c) carcinoma indiferenciado, de aspecto difuso constituido por
células grandes, ovales con nucléolos prominentes y un infiltrado
linfoide (H-E, 400X).
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