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Shock 1998: Oxígeno, Oxido Nítrico y
perspectivas terapéuticas Simposio Internacional, Academia Nacional de Medicina Buenos Aires, 30 abril 1998 SHOCK: Conceptos para una definición
Juan José Poderoso, María Cecilia Carreras, Costanza Lisdero, Francisco Schöpfer, Natalia Riobó, Jorge Peralta Laboratorio de Metabolismo del Oxígeno, Hospital de Clínicas José de San Martín, Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires Key words: shock, mitochondria, neutrophils, nitric oxide, superoxide anion, peroxynitrite Resumen El síndrome de shock ha sido descripto en forma clásica como el producto de la disminución de la perfusión tisular y la disponibilidad de O2; sin embargo, en algunos tipos de shock como el séptico o el traumático ambos pueden hallarse aumentados en algunas circulaciones regionales. Hace ya una década se han descripto alteraciones mitocondriales consistentes en un desacoplamiento de la fosforilación oxidativa en el shock endotoxémico y hemorrágico experimentales y en el ser humano. Recientemente, el descubrimiento del óxido nítrico (NO) y su aumento en los estados de shock, ha abierto nuevas perspectivas en la comprensión del problema. El NO produce vasodilatación y al mismo tiempo, determina un aumento en la producción mitocondrial de especies activas del O2, como del anión superóxido. Ambos radicales reaccionan entre sí y pueden formar otro oxidante con capacidad para nitrar residuos fenólicos de las proteínas: el peroxinitrito. Este efecto conlleva una alteración de la funcionalidad de diferentes enzimas mitocondriales como la succinato deshidrogenasa y la ATPasa y conduce a la disfunción mitocondrial, a una disminución de los niveles de compuestos de alta energía y a la insuficiencia multiorgánica. El aumento de la liberación de NO se debe al efecto de péptidos circulantes y de neutrófilos adheridos al endotelio y a la inducción por mediadores inflamatorios, como el TNF-a y las interleuquinas, de la NOS inducible (iNOS) en el endotelio y los tejidos. Se propone que el estado de shock es la consecuencia de un disbalance entre el NO y el O2 y sus metabolitos. Abstract Shock: concepts towards a definition. The shock syndrome has been classically considered as a consequence of both decreased tissue perfusion and O2 supply; however, in some types of shock like septic or traumatic ones, regional blood flows may be increased. A decade ago, mitochondrial alterations consistent with uncoupling of oxidative phosphorylation were reported in either endotoxemic or hemorrhagic experimental shock or in humans. Recently, the discovery of nitric oxide (NO) and its increase in the shock state, has opened new perspectives in the understanding of this problem. Nitric oxide produces vasodilatation and, at the same time, increases the mitochondrial production of O2 active species like superoxide anion. Both radicals react to form a strong oxidant that is able to nitrate the phenolic rings of proteins: peroxynitrite. This effect leads to the impairment of the activities of different mitochondrial enzymes like succinate dehydrogenase and ATPase and the mitochondrial function and finally, to decreased energy levels and to multiorgan failure. The increase in NO release is due to the effects of circulating peptides and of increased adhesion of neutrophils to the endothelium and to the positive effects of inflammatory mediators like TNF-a and cytokines on inducible NOS (iNOS) expression in endothelium and tissues. It is suggested that the shock state is the consequence of an imbalance between NO and O2 and their metabolites.
El sindrome de shock ha sido definido en forma genérica como la
expresión de un defecto de la perfusión tisular. Sin embargo, esta
definición tiene algunas limitaciones como el hecho que trastornos
discretos de la perfusión tisular (por ej. producidos por arritmias o
hipotensión transitoria) no conducen a un estado crítico con gran
potencial letal como el shock y que en algunos tipos de shock es
difícil estimar el grado de perfusión tisular. Con más precisión,
el shock puede ser considerado como el resultado de un déficit
sostenido de producción de compuestos de alta energía provocado por
diferentes causas. El déficit de energía y el deterioro de las
funciones tisulares pueden originarse en fallas de aporte de O2 y
nutrientes y de remoción de metabolitos como lactato, o en fallas de
utilización de los mismos por defectos intracelulares. De este modo,
el sindrome de shock ha quedado ligado al metabolismo del O2. La
captación de O2 en organismos unicelulares primitivos se hace por
difusión de acuerdo a la ecuación : A medida que los organismos aumentaron su complejidad y su tamaño,
se hizo necesaria la aparición de un sistema convectivo que acerque
el O2 a todas las células y este es el sistema circulatorio-pulmonar,
aunque el principio de la difusión y captación de O2 en el nivel
celular se guía por los mismos principios que en los organismos
unicelulares. Un individuo de 70 Kg de peso dispone de un litro de O2
por minuto y consume en reposo una cuarta parte. Un defecto en la
captación tisular del O2 puede ser provocado por la disminución del
O2 disponible por falla circulatoria. En otros casos, el O2 disponible
puede ser relativamente aceptable pero la utilización del mismo puede
alterarse como resultado de una falla celular o mitocondrial. En
muchas situaciones, una falla circulatoria inicial puede provocar un
defecto celular ulterior. De acuerdo a los expuesto, las causas más
comunes de shock con disminución del O2 disponible son la hemorragia
profusa con pérdida de más del 25% de la volemia, la
deshidratación, la acidosis diabética, la falla cardíaca
principalmente por infarto agudo de miocardio y la anafilaxia. El
shock séptico, traumático y asociado a cirugía y a la pancreatitis
aguda son, por el contrario, ejemplos de shock con disponibilidad de
O2 relativamente conservada. La mitocondria Las mitocondrias son pequeñas organelas intracelulares presentes
en el citoplasma de las células aeróbicas que se caracterizan por
tener un alto grado de autonomía tanto genética como metabólica.
Las mitocondrias han sido esenciales en la evolución de las células
eucarióticas principalmente par la energía que generan a partir de
la oxidación del piruvato a CO2 y la reducción del oxígeno
molecular a H2O. Las mitocondrias ocupan un espacio significativo del
volumen citoplas-mático de las células eucarióticas y están
formadas por dos membranas altamente especializadas que delimitan dos
compartimentos: la matriz interna y el espacio intermembrana (Fig 1 ).
La membrana interna contiene las enzimas que catalizan el transporte
de electrones desde precursores reducidos hasta el O2 con producción
de H2O. La secuencia de reacciones de óxido-reducción ordenada en
función de los respectivos potenciales electroquímicos de pares
determinados libera energía que es almacenada en el compuesto de alta
energía ATP a partir de ADP y Pi en la fosforilación oxidativa, un
proceso enzimático catalizado por la ATP sintetasa. La transferencia
de electrones y la fosforilación oxidativa se hallan acoplados de tal
modo que un aumento del ADP (al disminuir el ATP) estimula la
velocidad del transporte de electrones y en forma simultánea la
síntesis de ATP4. Mitocondrias y shock Desde hace varios años diferentes autores sugirieron la
participación mitocondrial en los estados de shock. Mela y Shumer y
colaboradores describieron alteraciones mitocondriales en el shock
endotóxico y hemorrágico experimental10,11 en hígado, cerebro y
músculo esquelético consistentes en una disminución del flujo de
electrones y desacoplamiento de la fosforilación oxidativa. La
intensidad de los hallazgos fue dependiente del tiempo de exposición
a la noxa causal. Las alteraciones mitocondriales fueron atribuidas a
un aumento de la permeabilidad de la membrana mitocondrial al calcio y
fueron parcialmente revertidas por dexametasona. En nuestro medio
hemos descripto alteraciones similares en mitocondrias de músculo e
hígado de rata en la peritonitis experimental12,13 y, una década
atrás en esta misma publicación, en el músculo esquelético humano
durante el shock séptico14. Por otro lado, estudios preliminares en
el diafragma de rata en la endotoxemia, han mostrado un
desacoplamiento similar de la fosforilación oxidativa. En otros
tejidos como el hígado, la disfunción mitocondrial se manifiesta por
un aumento inicial de la velocidad de transporte de electrones que
indica el primer grado de las alteraciones en el proceso de
fosforilación oxidativa15. Las alteraciones mitocondriales en la
captación de oxígeno y la producción de energía se asocian a una
mayor producción de radicales libres del oxígeno luego de la
estimulación con antimicina, hecho que hemos observado en la sepsis
experimental en ratas12,13. Algunas citoquinas como el TNF-a pueden
producir una disminución del control respiratorio mitocondrial, lo
que se ha vinculado con un aumento de la producción de especies
activas del O2 por las organelas16. Neutrófilos e inflamación El reclutamiento y la activación de linfocitos y leucocitos
fagocíticos son importantes componentes de la inflamación. Los
leucocitos polimorfonucleares humanos o neutrófilos son células
granulocíticas derivadas de la serie mieloide que constituyen la
primera línea de defensa contra bacterias y parásitos en las
reacciones inflamatorias, juegan un rol central en los mecanismos de
defensa inespecífica del huésped17. La ingestión de los agentes
iniciadores del proceso inflamatorio por los fagocitos y la
generación de productos tóxicos como enzimas proteolíticas,
especies reactivas del oxígeno, óxido nítrico y proteínas
catiónicas, son responsables de la destrucción del agente agresor
así como también del tejido del huésped. La activación de la
respuesta inmune conduce a la eliminación de los antígenos
involucrados sin producir evidencias clínicas de inflamación debido
a que los agentes responsables de la misma son rápidamente removidos
y se atenúa la producción de mediadores inflamatorios. Si esto no
ocurre, se produce una activación crónica leucocitaria que lleva a
la destrucción tisular característica de diversas enfermedades
inflamatorias. La interacción endotelio-células circulantes-neutrófilos Las interacciones entre el endotelio y los leucocitos circulantes se hallan mediadas por las llamadas moléculas de adhesión y constituyen el primer paso en la migración de estas células hacia los tejidos (Fig 2 ). Estas moléculas regulan el tráfico de leucocitos a través de la barrera endotelial en la respuesta inflamatoria. El mecanismo básico de interacción entre el endotelio y los leucocitos incluye diferentes familias de moléculas específicas en las células involucradas que actúan como receptores de adhesión. Como se ha mencionado, una de esas familias en los leucocitos es la de las integrinas que comprende glicoproteínas heterodiméricas formadas por subunidades a y b respectivamente identificadas como receptores CD11(a,b,c)/CD18; otra importante familia de integrinas recientemente involucrada en los procesos de trombosis es la gpIIb/IIIa. La segunda familia de moléculas de adhesión son las selectinas que se expresan en el endotelio (E-selectina), en leucocitos (L-selectina) y en plaquetas (P-selectina). Finalmente, el tercer grupo lo constituyen las moléculas intracelulares de adhesión o ICAM-1 e ICAM-2 una superfamilia de gamma globulinas que se halla en los endotelios y en otras células como los linfocitos. Recientemente, ICAM-1 se ha hallado también en neutrófilos humanos. Las moléculas de adhesión pueden estar presentes en forma permanente o constitutiva en las células o ser inducidas por diferentes efectores. ICAM-l es inducida en el endotelio por LPS y citoquinas como TNF a e IL-1, así como por trombina y ésteres de forbol. Las integrinas CD11/CD18 se activan en el neutrófilo por cambios estructurales y conformacionales, por C5a y TNF-a, IL-1 e IL-8. La producción endotelial de O2- y H2O2 puede asimismo activar la adhesión de neutrófilos vía CD18. Por el contrario, el ·NO es capaz de inhibir la up-regulation de la expresión de CD18 provocada por las citoquinas y consecuentemente, inhibir la adhesión y agregación leucocitaria. El hecho capital del proceso de adhesión probablemente está relacionado con la interacción CD11/CD18 e ICAM-l. El uso de anticuerpos anti CD11/CD18 y anti ICAM-1 demuestra que ambos receptores colaboran en forma aditiva en la adhesión, dependiendo del tipo de CD11 involucrado (a,b ó c). La unión de CD11/CD18 del neutrófilo al ICAM-1 endotelial se haría a través de los amino terminales de este último. Alteraciones del neutrófilo y shock Se han descripto numerosas alteraciones de los mecanismos descriptos en el shock y en mecanismos de isquemia-reperfusión. Los neutrófilos de sujetos normales sometidos a isquemia muscular esquelética aumentan la producción de superóxido, consecutivamente a la activación endotelial23. Yodice y colabs. han señalado que las interacciones entre ICAM-1 e integrinas bajo estímulo con IL-l aumentan en condiciones de bajo flujo favoreciendo la adhesión de los neutrófilos24. La IL-8 aumenta la producción de radicales libres de los neutrófilos en la sepsis en el humano y en el animal de experimentación; en concordancia, la administración de anticuerpos anti IL-8 mejora las condiciones hemodinámicas y la sobrevida de conejos tratados con endotoxina25. En estas condiciones, el aumento de la producción de radicales libres y de la adhesión de los neutrófilos en la endotoxemia han sido considerados como factores causales de la aparición de disfunción miocárdica y daño pulmonar26. El daño pulmonar probablemente está ligado al importante secuestro leucocitario; algunos mecanismos compensatorios tienden a disminuir estos efectos como la disminución de la expresión de integrinas posteriores a la administración de IL-8.25. La disminución de la contractilidad miocárdica ha sido apreciada en elegantes experiencias en las que corazones de conejos con endotoxemia fueron perfundidos con sangre filtrada sin neutrófilos y en los que no se observaron cambios en las variaciones de tensión parietal isovolumétrica por unidad de tiempo (dP/dt (max)), mientras que disminuyó 74% en quienes recibieron sangre con neutrófilos. Desde hace varios años, los investigadores en circulación coronaria han vinculado a la infiltración neutrófila en las áreas de isquemia miocárdica como causales de la progresión del proceso de daño celular. Las alteraciones del endotelio coronario pueden promover la migración leucocitaria a las áreas isquémicas. Kapoor y colabs.27 demostraron recientemente que la disminución del pool de neutrófilos puede atenuar los efectos del shock hemorrágico en perros. En el humano, el aumento de la deformabilidad de los neutrófilos en la sepsis y el shock séptico ha sido aceptado como causa de obstrucción microvascular24; en consonancia, la inhibición de la síntesis de ·NO puede aumentar el depósito de neutrófilos y el daño celular en el hígado y el pulmón de ratas con shock hemorrágico28. La expresión de las integrinas se halló aumentada en pacientes con shock traumático 6 a 12 hs después del trauma, lo que se correlacionó con el grado de acidosis metabólica en esta situación29. La participación de selectinas fue estudiada por Hansbrough y colabs en ratas con shock por quemaduras a través de la administración de anticuerpos antiselectinas que bloquearon la deposición pulmonar de neutrófilos en los pulmones y riñones, aunque sin afectar la producción de peróxido de hidrógeno por estas células30. Por otro lado, no se ha establecido la progresión temporal del efecto de diferentes tipos de shock sobre el estallido respiratorio de los neutrófilos. Algunos autores han hallado un aumento del burst oxidativo en ratas con shock por quemaduras. Rose y colabs. hallaron diferencias luego de determinar durante 14 ds. consecutivos el estallido respiratorio de neutrófilos de pacientes con shock séptico y hemorrágico31. En los primeros, se verificó una disminución de la producción de superóxido y en los segundos, un aumento inicial seguido de una disminución posterior. En nuestro medio, Carreras y colabs. demostraron una disminución de la producción de ·NO y O2- por los polimorfonucleares de pacientes con sepsis grave32; quizás, esta sea una manifestación de un aumento de la apoptosis de las células, una vez desencadenado el mecanismo inflamatorio. En realidad, y dado que los neutrófilos humanos producen peroxinitrito (ONOO-) por reacción inmediata del O2- con el ·NO, los efectos deletéreos de los neutrófilos (inclusive contra ellos mismos) pueden deberse a este poderoso oxidante; como se ha mencionado precedentemente, se ha demostrado la presencia de ONOO- en los fagosomas de neutrófilos. Finalmente, la migración excesiva, el depósito tisular, la liberación de oxidantes y de proteasas por los neutrófilos ocupan un espacio en la patogénesis de shock. El óxido nítrico El óxido nítrico (·NO) es uno de los metabolitos biológicamente
activos más pequeños. Debido a su bajo peso molecular y a su
naturaleza lipofílica, el ·NO difunde rápidamente a través de las
membranas de las células eucarióticas y de las paredes celulares de
las células procarióticas33-36. El ·NO es producido y actúa sobre
casi todas las células del organismo. La magnitud y la duración de
la síntesis de ·NO por las células determina que su acción sea
fisiológica o patológica. Las acciones fisiológicas son mediadas
por pulsos de pequeñas cantidades de ·NO, las cuales pueden aumentar
los niveles de cGMP a través de la nitrosilación del hemo de la
guanilil ciclasa, produciendo la dilatación de los vasos sanguíneos,
la desagregación plaquetaria y la apertura y cierre de algunos
canales iónicos. Los efectos patológicos son el resultado de una
producción sostenida y aumentada de ·NO, que puede inactivar enzimas
dependientes de hierro involucradas en la respiración celular, en la
producción de energía y en la replicación celular. En altas
concentraciones, ·NO interacciona con diferentes moléculas blanco,
incluyendo aquellas que responden a bajos niveles de ·NO como la
guanilil ciclasa. Las óxido nítrico sintetasas (NOS) catalizan la
oxidación de uno de los dos nitrógenos guanidínicos equivalentes de
la L-arginina, aminoácido semiesencial, para producir ·NO y
L-citrulina37. Otros cosustratos requeridos son el O2 y el NADPH. La
formación de ·NO ocurre en dos pasos y consiste en la oxidación de
uno de los N del grupo guanidínico de la L-arginina para producir
N-hidroxi-L-arginina, y ulteriormente ·NO. Con este propósito,
existen dos tipos de isoformas de la NOS, una constitutiva de baja
producción y otra inducible de alta producción de ·NO. Las células
que presentan la enzima constitutiva, como las neuronas y las células
endoteliales (cNOS y eNOS), responden a agonistas que elevan el Ca2+
intracelular. En contraste, la activación de la NOS inducible (iNOS)
se produce a nivel transcripcional. El ·NO formado puede actuar
dentro de la célula en la cual es generado o difundir a las células
adyacentes. Algunos efectos del ·NO, como los efectos citotóxicos,
son independientes de cGMP y se deben a la interacción directa del
·NO con un grupo prostético hemo. El ·NO interacciona con el centro
Fe-S de la aconitasa o de algunas enzimas de la cadena mitocondrial de
transporte de electrones como la NADH-deshidrogenasa o la
succinato-deshidrogenasa alterando el metabolismo energético y la
respiración celular1. También actúa sobre la citocromo oxidasa (
IE50 = 0.1 µM ·NO)1,2 y la ribonucleótido reductasa inhibiendo la
replicación celular. Hay evidencias recientes basadas en estudios de
inmunohistoquímica acerca de una localización de la NOS en las
membranas internas de la mitocondria colocalizando con la succinato
deshidrogenasa38 y de actividad de NOS en mitocondrias aisladas de
hígado39. Este hecho resulta significativo desde que una producción
directa de ·NO sobre la mitocondria ejercería un estricto control de
la respiración celular y de la producción de radicales libres del
O240. Recientemente hemos demostrado que la adición de ·NO a
mitocondrias o partículas submitocondriales aisladas aumenta
considerablemente la producción de especies activas del O2 no
obstante el efecto “cianuro” que posee el ·NO1. En este sentido,
la adición de cianuro a las mitocondrias no produce un aumento
definido en la producción de radicales libres y, por lo tanto, el
·NO estimula esta producción de radicales a través de una
interacción en otro segmento de la cadena de transporte de
electrones. El efecto no podía ser atribuído solamente a una
inhibición de los citocromos b, como en el caso de la antimicina, que
aumenta la producción de anión superóxido. Como consecuencia de
esta evidencia experimental, hemos confirmado la presencia de una
reacción entre el ubiquinol y el ·NO, una reacción que podría
explicar los datos experimentales obtenidos de la fisiología
mitocondrial (Fig 3). La producción de O2 por las mitocondrias en
respuesta a la presencia de ·NO puede constituir un mecanismo
regulatorio mitocondrial para controlar la concentración
intramitocondrial de ·NO y sus efectos sobre la captación de O2 (Fig
4 ). La administración de endotoxina promueve una rápida disminución de la presión arterial y de la respuesta presora a norepinefrina que son atenuadas por la administración de inhibidores de la óxido nítrico sintasa como L-NAME y L-NMMA41. El efecto de la endotoxina puede ser debido a la activación de la NOS constitutiva como la eNOS y de la iNOS inducible42. En el primer caso, la activación puede ser debida a liberación de bradiquinina, PAF o angiotensina II y no se suprime por dexametasona mientras que en el segundo, la expresión de iNOS es secundaria a la cascada inflamatoria, particularmente al efecto de TNF-a e IL-1, IL-6 e IL-8 que actúan en el endotelio y en tejidos específicos como el hígado y el miocardio43. Estos efectos pueden ser bloqueados por inhibidores de la NOS y por dexa-metasona. La depresión miocárdica provocada por la endotoxemia es también mediada por las mismas citoquinas; aunque también se han publicado interpretaciones opuestas44. En estudios en humanos se ha observado una mejoría de la hipotensión arterial luego del tratamiento con L-NMMA45. El shock hemorrágico también es una causa de disfunción de diferentes órganos y distress respiratorio del adulto. Si bien en las primeras etapas la respuesta adrenérgica mantiene un importante grado de vasoconstricción, en los períodos finales se observa vasodilatación y el shock se hace refractario como bien describiera Wiggers hace ya muchos años. Existe ya suficiente evidencia acerca de que en los períodos finales del shock hemorrágico hay una activación de la cascada inflamatoria. La aparición de TNF-a puede ya observarse en los primeros 30 minutos de hipotensión hemorrágica. En parte, estos efectos pueden deberse a la endotoxemia que sigue a la translocación bacteriana y/o a reclutamiento y activación del sistema macrofágico per se. En favor de lo segundo, es destacable que no se ha observado un nivel sostenido y significativo de endotoxemia en diferentes modelos de shock hemorrágico. Consecuentemente, se ha observado disminución de la depresión miocárdica y un aumento de la sobrevida en el shock hemorrágico experimental luego de la administración de anticuerpos anticitoquinas o del receptor antagonista de IL-l. El aumento de ·NO en el shock hemorrágico puede ser medido en la sangre de pacientes por estudios de espectroscopía de resonancia paramagnética (EPR). Del mismo modo que en el shock endotóxico, el aumento de ·NO en el shock hemorrágico estaría asociado a activación de eNOS y iNOS en forma secuencial en las primeras etapas por activación endotelial por autacoides y en las últimas por la inducción provocada por las citoquinas circulantes. Sin embargo, la aparición de hipotensión refractaria en el shock hemorrágico es previa a la inducción de iNOS y algunos autores no han hallado en forma sistemática cambios en la expresión o actividad de iNOS aunque se han propuesto tratamientos basados en dicha respuesta46. Interacciones óxido-nítrico-anión superóxido: peroxinitrito Hace algunos años, Beckman postuló las importancia de la reacción entre el ·NO y el anión superóxido (O2-) como causa de efectos deletéreos en las células47. La reacción entre los dos radicales es : NO + O2- ® ONOO- El daño en el shock : un mecanismo integrado multicausal De acuerdo a lo expuesto, los diferentes hechos descriptos se correlacionan con la evolución y el cuadro sintomático del shock. La hemorragia severa, la falla cardíaca, la sepsis, el trauma y la pancreatitis comparten una vez iniciados la liberación de péptidos vasoactivos y activan la producción de citoquinas. Este hecho determina una disfunción endotelial53,54 con aumento de moléculas de adhesión y secuestro y agregación de los neutrófilos circulantes. Ambos endotelio y neutrófilos producen óxido nítrico y anión superóxido y contribuyen a dañar más aún los vasos sanguíneos. Tal vez un poco más tarde la inducción de iNOS libera grandes concentraciones de ·NO que estimula la producción de anión superóxido en las mitocondrias. Las elevadas concentraciones de O2- y ·NO producen la formación de peroxinitrito que puede alterar tanto el mecanismo contráctil vascular como la función mitocondrial y conducir a una condición de severa alteración funcional de los diferentes sistemas (falla multiorgánica) y al estado de hipotensión irreversible (Fig 5). Bibliografía 1. Poderoso JJ, Carreras MC, Lisdero CL, Riobó NA, Schöpfer FJ,
Boveris A. Nitric oxide inhibits electron transfer and increases
superoxide radical production in rat heart mitochondria and
submitochondrial particles. Arch Biochem Biophys 1996; 328: 85-92.
Fig 3. Activación e interacciones de las moléculas de adhesión
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