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FISIOPATOLOGIA DEL OXIDO NITRICO
Shock 1998: Oxígeno, Oxido Nítrico y perspectivas terapéuticas
Simposio Internacional, Academia Nacional de Medicina
Buenos Aires, 30 abril 1998
EFECTOS FISIOPATOLOGICOS DEL OXIDO NITRICO Y SU RELACION CON EL
ESTRES OXIDATIVO
PATRICIA H. CARRIZO, MARTA
DUBIN, ANDRES O. M. STOPPANI
Centro de Investigaciones
Bioenergéticas, Facultad de Medicina, CONICET, Universidad de Buenos
Aires
Key words: nitric oxide, oxidative stress
Resumen
El
óxido nítrico (NO·) es producido por la oxidación de la arginina a
citrulina, una reacción catalizada por las enzimas óxido nítrico
sintasas (NOS). Se acepta que esa reacción es la única capaz de
producir NO. en los sistemas biológicos, en condiciones normales o
patológicas. El NO. regula diferentes funciones en células y tejidos
de mamíferos, tales como: (a) el control de la presión sanguínea;
(b) la relajación del tono del músculo liso arterial; (c) la
agregación y adhesión plaquetaria; (d) la neurotransmisión; (e) la
función neuro-endócrina. El NO· también participa en la
destrucción de microorganismos patógenos y de células tumorales por
leucocitos y macrófagos. La producción de anión superóxido (O2-) y
NO· ha sido asociada al desarrollo de muchas patologías, pero
recientemente se ha comprobado que la interacción de esas moléculas
genera el ión peroxinitrito (ONOO-), lo que constituye un importante
mecanismo fisiopatológico pues, como oxidante, el ONOO- ataca un gran
número de blancos biológicos. Por su influencia sobre la producción
de ONOO-, el balance entre la producción de NO. y O2- es crítico en
la etiología de procesos como hipertensión, ateroesclerosis,
enfermedades neurodegenerativas, infecciones virales, daño por
isquemia-reperfusión y cáncer.
Abstract
Physiopathologic
effects of nitric oxide and its relationship with oxidative stress.
Nitric oxide (NO·) is produced from L-arginine, as result of a
reaction catalyzed by the enzyme nitric oxide synthase (NOS). The
reaction is the sole source of NO· in animal tissues. NO· can
control physiological processes (or systems) such as (a) blood
pressure; (b) relaxation of arterial smooth muscle; (c) platelet
aggregation and adhesion; (d) neurotransmission; (e) neuroendocrine
secretion. NO· contributes to the killing of patogenic microorganisms
and tumoral cells by phagocytes. NO· reacts with superoxide anion
thus producing peroxynitrite, a cytotoxic ion capable of destroying
many biological targets. The superoxide/peroxinitrite balance
determines the ONOO- production and, accordingly, is essential for the
development of hypertension, atheroesclerosis, neurodegenerative
diseases, viral infections, ischemia-reperfusion injury, and cancer.
Dirección postal: Dr. Andrés Stoppani, Centro de
Investigaciones Bioenergéticas, Facultad de Medicina, Paraguay 2155,
1121 Buenos Aires, Argentina
Fax: 54-1-961-6521; E-mail: stoppani@mail.retina.ar
Producción y acciones del NO·
El estrés oxidativo puede ser explicado como una situación
derivada de un aumento en la velocidad de producción de radicales
libres, o de una disminución de los sistemas antioxidantes de defensa
enzimáticos o no enzimáticos, o de ambos1, 2. Es por ello que una
situación biológica asociada con el estrés oxidativo puede ser
estimada por una condición físico-química en la cual haya un
incremento en las concentraciones de especies reactivas del oxígeno
(ROS) como el anión superóxido (O2-), peróxido de hidrógeno
(H2O2), radical hidroxilo (OH·), radical alquilo (R·), radical
peroxilo (ROO·) y oxígeno singulete (1O2),entre otros.
Recientemente se ha encontrado el papel fisiológico de las especies
reactivas del nitrógeno (RNS), a partir del hallazgo de que el óxido
nítrico (NO·), radical libre estable y segundo mensajero, es
producido «in vivo».3. El NO· tiene un electrón no apareado, hecho
que le confiere propiedades paramagnéticas. Es sintetizado a partir
de la oxidación de la arginina a citrulina4 (Figura 1), en una
reacción catalizada por óxido nítrico sintasas (NOS), un grupo de
enzimas que, según los casos, pueden ser: 1) constitutivas, reguladas
por Ca2+ y calmodulina (cNOS) y 2) inducibles por citoquinas e
independientes de Ca2+ (iNOS). Las cNOS están presentes en neuronas y
células endoteliales, mientras que las iNOS se encuentran en
macrófagos, astrocitos y células de la microglia5. Además, estas
enzimas están presentes en el hígado6, músculo esquelético,
granulocitos, neutrófilos peritoneales, macrófagos y células de
Kupffer, entre otras7, 8.
El NO· formado puede actuar dentro de la célula en la cual fue
generado o difundir a las células adyacentes, regulando las funciones
de diferentes células y tejidos de mamíferos sanos, entre las que se
incluyen: control de la presión sanguínea, relajación del músculo
liso, mantenimiento del tono vascular, inhibición de la agregación y
adhesión plaquetaria, neurotransmisión, neuromo-dulación,
formación de la memoria y la secreción neuro-endocrina, entre otras.
El NO· participa, además, en procesos inflamatorios, acción
citostática y citotóxica de los macrófagos, muerte de organismos
patógenos y de células tumorales5, 9-11.
Experimentos realizados en modelos de shock y reperfusión isquémica
en cerebro y corazón12 han sugerido diferentes mecanismos de acción
del NO·. Se ha propuesto que la activación de la enzima
guanilato-ciclasa soluble, ocurrida en presencia de NO·, resulta en
un aumento de los niveles de GMPc. Este aumento puede conducir al
estímulo de la quinasa de las proteínas dependiente de GMPc, la
fosforilación alterada de muchas proteínas endógenas, la
disminución de la actividad de la enzima fosfolipasa C y la
disminución del calcio citosólico. La disminución del calcio
intracelular mediada por NO· es la responsable de la relajación del
músculo liso vascular y no vascular, de la inhibición de la
agregación y adhesión plaquetaria, de la inhibición de la adhesión
leucocitaria y es una señal de transducción del sistema nervioso
central y periférico13.
La mayoría de los efectos fisiológicos y patológicos del NO·
están relacionados con la inhibición de la respiración celular por
competencia con el oxígeno a nivel de la enzima citocromo c oxidasa
mitocondrial y, en consecuencia, con la producción celular de ATP9.
El NO· inhibe la transferencia de electrones y aumenta la producción
de O2- en mitocondrias de corazón de rata y partículas
submitocondriales14. Se ha demostrado que, a concentraciones
citosólicas de O2, el NO· participa en la regulación del
metabolismo energético mitocondrial15. Los niveles de NO· superiores
a los requeridos para activar la enzima guanilato-ciclasa pueden
inhibir la glicólisis, la cadena respiratoria mitocondrial y la
replicación del ADN16-20, a través de la interacción directa del
NO· con un grupo prostético férrico. Por ejemplo, el NO·
interac-ciona con el centro Fe-S de la aconitasa16 o de algunas
enzimas de la cadena mitocondrial de transporte de electrones como la
NADH-óxidorreductasa o succinato-óxidorreductasa, alterando el
metabolismo energético y la respiración celular17. El NO· también
actúa sobre la ribonucleótido reductasa inhibiendo la replicación
celular18. Por otro lado, el bloqueo persistente de la citocromo c
oxidasa por NO· puede llevar a la liberación de los iones Ca2+
libres desde la matriz mitocondrial hacia el citosol celular19-21.
Estos efectos pueden ser directos como, por ejemplo: la inhibición de
las enzimas citocromo c oxidasa17 y ribonucleótido reductasa18.
El NO· reacciona muy rápidamente con los radicales libres del
oxígeno. La reacción del NO· con O2- genera peroxinitrito
(ONOO-)22. Aunque ni el NO· ni el O2- son potentes oxidantes, el
ONOO- es un oxidante muy potente que puede atacar un amplio rango de
blancos biológicos22. En condiciones fisiológicas, este radical
tiene una vida media de 1 seg. En consecuencia, la molécula de ONOO-
puede mediar varios de los efectos citotóxicos del NO· como la
oxidación de tioles de péptidos y proteínas, la destrucción de los
centros Fe-S en las enzimas y el daño oxidativo al ADN23,
contribuyendo de esta manera al daño tisular observado en muchas
enfermedades humanas. La evidencia presentada para la participación
del ONOO- incluye el hallazgo de altos niveles de nitrotirosina en el
tejido dañado, debido a que el ONOO- es capaz de llevar a la
nitración de la tirosina24. Teniendo en cuenta que los macrófagos
sintetizan simultáneamente O2- y NO·, el ONOO- así formado puede
ser considerado un agente bactericida producido por esas células. En
la Tabla 1 se mencionan algunas de las condiciones en las cuales la
formación de ONOO- sería la responsable del daño tisular.
Por otro lado, el NO· puede combinarse con el oxígeno y formar N2O3.
El ataque nucleofílico del N2O3 sobre las moléculas que contienen
nitrógeno y azufre puede modificar grupos sulfhidrilos esenciales,
producir la formación de compuestos carcinogénicos o la diazotación
de aminas primarias. Cuando las aminas son purinas o pirimidinas, el
resultado es la alteración de las bases de los ácidos nucleicos por
deaminación o entrecruzamiento. Es interesante destacar que las
reacciones endógenas que más comúnmente contribuyen al daño al ADN
son la oxidación, metilación, depurinación y deaminación. El NO·,
o más probablemente las especies reactivas derivadas del mismo tales
como el NO2-, ONOO-, N2O3 y NO2H· son agentes mutagénicos que pueden
llegar a producir reacciones de nitración, nitrosoación y
deaminación con las bases del ADN25.
Efecto antioxidante del NO·
El NO· reacciona con los radicales orgánicos ROO· y RO· para
generar peroxinitritos orgánicos mucho más estables que ONOO-. Un
ejemplo de este proceso es la reacción del NO· con los radicales
lipofílicos peroxilo (LOO·)26, importantes especies propagadoras de
las reacciones en cadena de peroxidación de lípidos, generando
alquilperoxinitratos (LOONO-). Estas moléculas parecen ser más
estables que ONOO- 20. El metabolismo de los derivados LOONO- sin la
liberación de radicales libres tóxicos es potencialmente beneficioso
ya que le permite al NO· frenar la peroxidación de lípidos. Es por
eso que, en estos casos, la relación de NO· a ROS es importante ya
que, dependiendo de las condiciones del medio, el ONOO- puede
funcionar como especie oxidante o antioxidante. De esta forma, una
relación O2-: NO. 1:1 genera ONOO- e induce la peroxidación de
lípidos (actividad oxidante)23, mientras que un exceso de NO. puede
inhibir la peroxidación lipídica por secuestro de radicales
peroxilo, mitigando los efectos biológicos de estos radicales
(actividad antioxidante)20.
NO·: algunos ejemplos en relación con la fisiopatología
Algunos de los estados fisiológicos y fisiopatológicos en los
cuales está comprometido el NO· se describen a continuación.
La disminución en los niveles de NO· ha sido implicada en el
mecanismo de hipertensión primaria o esencial27. El grado de
disfunción endotelial es paralelo al grado de hipertensión. La
imposibilidad de los vasos para dilatarse estaría asociada a una
disminución en la liberación de NO· y no a una incapacidad de las
células del músculo liso para responder al NO·.
Se ha demostrado que en la ateroesclerosis hay un defecto en la
relajación vascular. Uno de los mecanismos propuestos implica la
participación de las ROS, ya que el O2- y el HO· contribuyen a la
oxidación de las LDL, un evento crítico en el desarrollo de la
lesión aterogénica28. Tanto el O2- como el NO· y el producto de la
reacción entre ambos, ONOO-, participan activamente en la iniciación
y el mantenimiento del estado ateroesclerótico y contribuyen a la
deficiencia en la relajación vascular29. Además, el ONOO- puede
iniciar la oxidación de lipoproteínas, lo que contribuye al
engrosamiento de las venas con posterior formación de las placas
características de la lesión ateroesclerótica30.
Debido a su capacidad de incrementar los niveles de GMPc el NO· es un
potente vasodilatador. En el músculo liso cavernoso, la
vasodilatación inducida por NO· resulta en la relajación del
músculo y, en consecuencia, en la erección peneana. El NO· es
sintetizado en las glándulas adrenal y pituitaria y en los
testículos, donde el bloqueo de las NOS afecta la producción de
testosterona. Por otra parte, Rosselli y col.31 han demostrado que el
NO· disminuye la movilidad y viabilidad de los esper-matozoides por
varios mecanismos: a) a través de la inhibición de la síntesis de
ATP; b) por reacción con el O2- para dar ONOO-, potente oxidante que
gana un protón y forma HO· y NO2. A su vez, Weinberg y col.32
encontraron que elevadas concentraciones de GMPc (segundo mensajero en
la acción del NO·) disminuyeron la motilidad de los espermatozoides.
Se ha relacionado la actividad NOS con el grado de malignidad de
tumores de mama. Mientras que el NO· puede causar
citostasis/citoxicidad en las células tumorales, también podría
incrementar el flujo sanguíneo hacia el tumor y promover la
angiogénesis33.
La producción de NO· es importante en la inducción de la inmunidad
inespecífica y la respuesta antimicro-biana a diferentes parásitos
extracelulares. Mecanismos NO·-dependientes han sido identificados en
la destrucción de organismos (por ejemplo: Trypanosoma,
Mycobacterium, Schistosoma y Leishmania) mediada por macrófagos34-35.
En la sepsis, endotoxinas y citoquinas inducen las NOS en el
endotelio, músculo liso vascular y otras células y tejidos, lo que
acentúa la vasodilatación, sobrepasa la actividad de los
vasoconstrictores y lleva al daño del endotelio. Por otra parte, el
NO· tiene efectos beneficiosos: a) antagoniza la acción de los
vasoconstrictores generados en la sepsis; b) previene la formación de
trombos y el daño mediado por los neutrófilos. Estudios realizados
en pacientes con causas múltiples de sepsis (excluyendo el trauma)
han mostrado niveles elevados de NO·, medidos como la relación NO2-/
NO3-36. En cambio, todos los pacientes con trauma, incluyendo el
trauma séptico, tienen niveles de NO· inferiores a los controles
normales, probablemente debido a la inhibición de la liberación de
NO· secundaria a la hipovolemia.
En ratones se observó que el NO· presenta una acción dual sobre las
hormonas reguladoras del metabolismo de la glucosa tanto «in vivo»
como «in vitro».37. El NO· es un modulador negativo de la
secreción de insulina y un regulador positivo de la secreción de
glucagon, lo cual tendría profundas implicancias en varios aspectos
de la fisiopatología de la diabetes mellitus. En pacientes con
diabetes mellitus no insulino-dependientes se han encontrado
anormalidades en la vía metabólica del NO·, las que podrían
deberse a la inactivación del NO· o a la incapacidad del músculo
liso vascular para responder al NO·. Esto podría contribuir a la
elevada incidencia de la enfermedad vascular en estos pacientes37, 38.
En los enfermos de Alzheimer se postula que un incremento en la
producción vascular de NO·, mediador potencialmente neurotóxico en
el sistema nervioso central, puede contribuir a la susceptibilidad de
las neuronas al daño y muerte celular en esa patología39.
Un caso particular: daño por isquemia y reperfusión. Su
relación con el transplante hepático
Se ha propuesto que en los tejidos con una alta velocidad
metabólica como hígado, corazón, cerebro, músculo y riñón, el
daño celular provocado por la isquemia y reperfusión está
relacionado con la generación de radicales libres en la mitocondria
durante la reperfusión. La hipótesis mitocondrial que explica el
daño en los tejidos producido por la isquemia-reperfusión propone
que, durante la isquemia, se produce la pérdida del aceptor de
electrones (oxígeno molecular), la inhibición de la transferencia de
electrones causada por los subproductos de la isquemia y la reducción
de todos los componentes de la cadena respiratoria mitocondrial.
Cuando se restaura la oxigenación, este «estrés reductivo»
promueve la formación intracelular de especies reactivas del oxígeno
que pueden atacar lípidos, tioles y otros componentes celulares,
culminando en daño letal. En estas condiciones, se dispara la
generación de O2- catalizada por el complejo I (NADH-ubiquinona
óxidorreductasa) y complejo II (ubiquinol-citocromo c
óxidorreductasa), lo cual permite el aumento en la velocidad de
auto-oxidación de las principales fuentes de O2- como la
ubisemiquinona (UHQ·) y la flavin-semiquinona NADH deshidrogenasa
(FMNH.). Ambas concentraciones de semiquinona están aumentadas debido
a la inhibición de la transferencia de electrones. El O2-
intramitocondrial es incapaz de salir de la mitocondria y, por acción
de la enzima Mn-superóxido dismutasa, dismuta a H2O2 que difunde a
través de las membranas mitocondriales hacia el citosol. En
consecuencia, el resultado del incremento en la velocidad de
producción de O2- intramitocondrial será el aumento de
concentración de H2O2 celular. El H2O2 puede reaccionar con el grupo
hemo del citocromo c mitocondrial y del citocromo P450 citosólico
formando el radical hidroxilo (HO·) o ferrilhemoproteínas (FeIV = O)
y especies oxidantes altamente reactivas capaces de iniciar las
reacciones en cadena de los radicales libres como la peroxidación de
lípidos (Figura 2).
La hipótesis que postula la conversión de la enzima xantina
deshidrogenasa (XD) a la forma oxidasa (XO) durante la isquemia
tisular, con un incremento concomitante en la velocidad de la
producción de O2- durante la reperfusión sería aplicable al
intestino y otros tejidos con alta actividad XD. Sin embargo, la misma
hipótesis falla al explicar la injuria por reperfusión observada en
corazón humano y otros tejidos en los que la actividad XD es
prácticamente no detectable40.
Transplante hepático, inmunosupresión y producción de NO·
Desde 1963, el transplante de hígado se ha convertido en una
terapia acertada para los pacientes con fallo hepático severo.
Durante la última década, los avances realizados en las técnicas
quirúrgicas y de inmunosu-presión han logrado que el transplante
hepático sea una herramienta clínica importante. Es necesario tener
en cuenta que en el transplante hepático el hígado se somete a
isquemia fría, la cual trae aparejada la anoxia y sus consecuencias
dañinas en las células del órgano a transplantar. Uno de los
mayores problemas asociados a este tratamiento es la aparición,
relativamente frecuente (10% de los casos), de la pérdida de
funcionalidad del órgano transplantado, con un alto grado de daño
producido por preservación/reoxigenación. El origen de la falta de
funcionalidad del órgano está dado por una serie de factores, entre
los que se incluyen: el estado clínico del receptor, factores
inmunológi-cos, calidad de la preservación del órgano a
transplantar y duración de la isquemia41. A pesar de que se ha
investigado exhaustivamente la injuria por reperfusión en corazón,
intestino, hígado y riñón, no existe un amplio consenso acerca de
los mecanismos clave que participan en este proceso. La mayoría de
los investigadores sostiene que los radicales libres (derivados del
oxígeno) formados durante la reperfusión son los elementos
importantes en este tipo de daño42. Esos radicales están
involucrados en la peroxidación de lípidos43, oxidación de
proteínas, entrecruzamiento de cadenas proteicas y como señales para
otros procesos dañinos como la quimiotaxis de los neutrófilos y el
bloqueo microvas-cular44.
Se han realizado varios estudios para establecer el papel del NO· en
la respuesta inmunológica al transplan-te. En modelos animales,
Langrehr y col.45 demostraron que la síntesis de NO· aumenta en la
respuesta aloinmune. La participación del NO· en los procesos
relacionados con el rechazo se evidenció estudiando, en plasma, la
cinética de la producción de nitrito (NO2-) y nitrato (NO3-),
productos finales del metabolismo del NO. en la sangre, después del
transplante. Experimentos realizados con ratas que recibieron hígado
ortotópico, corazón heterotópico o intestino delgado ortotópico
dieron como resultado niveles elevados de NO2- y NO3- durante el
rechazo del órgano transplantado45. En el hombre, Ioannidis y col.46
encontraron un aumento significativo de los niveles plasmáticos de
nitratos durante los primeros diez días posteriores al transplante.
Este incremento fue aún mayor en presencia de complica- ciones
clínicas como rechazo, infección45 y/o fallo re- nal47.
Los niveles de nitratos en plasma dependen de la efectividad del
tratamiento inmunosupresor del organismo receptor. Cuanto más
agresiva sea la inmunosupre-sión, mayor será la disminución en la
producción de NO·. Hasta el presente no está claro cuáles son las
células responsables de la síntesis de NO· posterior al transplante
ortotópico de hígado en humanos. Los altos niveles de nitratos
hallados no pueden ser atribuidos a un aumento en la producción de
NO· en las células mononucleares o en los granulocitos. En estudios
realizados con animales, se ha demostrado claramente la liberación de
NO· por las células de Kupffer. En ratas, se ha observado que el
número de células de Kupffer aumenta después del transplante
ortotópico de hígado48. En consecuencia, en los seres humanos, los
macrófagos tisulares constituyen una fuente posible para la elevada
producción de NO· observada después del transplante de hígado. Es
por ello que la determinación de los niveles de nitrato sería
apropiada para controlar diariamente el seguimiento clínico de los
pacientes sometidos a transplante ortotópico de hígado y así poder
detectar el rechazo o una infección asociada.
Estos son sólo algunos ejemplos de estados fisiopatológicos en los
cuales está implicado el NO·. Es importante destacar que en algunos
de los ejemplos aquí mencionados y, para otros en general, el NO·
presenta efectos beneficiosos y tóxicos asociados en una misma
patología. El lector interesado en ampliar la información puede
recurrir a las revisiones3, 49, 50. Si bien la participación del NO·
se sugiere en un gran espectro de ejemplos clínicos (no mencionados
aquí por razones de espacio), está aún en discusión la verdadera
función del NO· en cada una de las diferentes patologías, dejando
abierto un interesante campo de investigación básica y clínica.
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Fig. 1.- Síntesis de óxido nítrico (NO·). La activación de las
células endoteliales por el ionóforo A23187, estimulación
eléctrica o por agonistas que interaccionan con receptores
específicos, aumentan los niveles intracelulares de Ca2+ que llevan a
la activación de la síntesis de NO·. La formación de NO· ocurre
en dos etapas catalizadas por la óxido nítrico sintasa (NOS): la
primera consiste en la N-oxigenación del grupo guanidino terminal de
la L-arginina a Nw-hidroxil-L-arginina (NOHA) y la segunda, catalizada
por el citocromo P-450, consiste en la ruptura oxidativa de la unión
C = N del NOHA llevando a la producción de citrulina y NO·. La NOS
endotelial usa como cofactores NADPH, O2, Ca2+, FAD, FMN y
tetrahidroxibiopterina (H4B). Esta enzima es inhibida competitivamente
por NG-monometil-L.arginina (L-NMMA) y otros análogos de la
L-arginina (Extraído de Ref. 4).
TABLA 1.- Algunas condiciones en las que participa el ONOO- como
causante del daño tisular
Condición
Ateroesclerosis
Miositis con cuerpos de inclusión
Artritis reumatoidea
Enfermedad inflamatoria del intestino
Enfermedad neurodegenerativa
Inflamación aguda
Intoxicación por monóxido de carbono
Síndrome de distrés respiratorio en adultos
Inflamación de la piel
Gastritis (infección por H. pylori)
Fibrosis quística
Shock por endotoxinas
Envejecimiento del músculo esquelético
Infección viral
Fig. 2.- Esquema de pasos bioquímicos asociados a la isquemia o
anoxia y la reperfusión en el hígado.UQ y UQH·: ubiquinona oxidada
y parcialmente reducida, respectivamente; cyt c: citocromo FMN y
FMNH·: NADH deshidrogenasa oxidada y parcialmente reducida,
respectivamente; c; P450: citocromo P-450 (extraído de Ref. 51).
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