|
|
RECIDIVA DE LA MICROLITIASIS VESICULAR
RECIDIVA DE LA
MICROLITIASIS VESICULAR
ESTUDIO CONTROLADO CON
DIFERENTES DOSIS DE ACIDO URSODESOXICOLICO
CARLOS GUMA, LUIS VIOLA,
MARCELO THOME, OMAR GALDAME, ALFREDO FACELLI, ALEJANDRO DI BUCCI,
DANIEL VAIMBERG
Sección de Hepatología,
Centro Médico SMATA y División de Gastroenterología, Hospital
Interzonal General de Agudos Eva Perón, San Martín, Buenos Aires
Key words: microchole lithiasis, recurrent gallstones,
ursodeoxycholic acid therapy
Resumen
Con la
finalidad de hallar la dosis óptima de mantenimiento en pacientes,
que previamente habían disuelto médicamente la microlitiasis
vesicular (MLV) dentro de un protocolo establecido con ácido
ursodesoxicólico (AUDC), fueron randomizados por el método “doble
ciego” a recibir un comprimido diario posprandial de 150 mg de AUDC
(grupo A, 15 pts.) o bien en la misma forma pero 300 mg (grupo B, 15
pts). Valorando el período libre de enfermedad con entrevistas
clínicas periódicas y ecografías semestrales (días 0, 180 y 360).
Al cabo de 12 meses de seguimiento terapéutico, la recidiva
litiásica fue del 6.7% (1/15) en el grupo B vs un 66% (10/15) en el
grupo A, (P < 0.005). Cuando se examina la recidiva en función del
tipo de cálculos, esta fue del 8% (1/12) en las formas únicas vs un
55,5% (10/18) en las litiasis múltiples (P < 0.005). La
recurrencia fue siempre sintomática (cólico vesicular),
presentándose en 11 de 30 recidivados, como MLV en 7 y como “barro
biliar” en los 4 restantes. Se concluye que 300 mg/día de AUDC
fueron eficaces para prevenir la recidiva al cabo de un año en más
del 90% de los tratados y sin efectos adversos. Los dos factores de
riesgo estadísticamente significativos asociados a recurrencia
fueron: las dosis bajas de AUDC y las MLV múltiples pretratamiento.
El “barro biliar” se presentó conformando el espectro de la
enfermedad vesicular litiásica, constituyendo el 36% de las
recidivas.
Abstract
Recurrence
of microcholelithiasis. Prevention therapy with ursodeoxycholic acid.
Recurrent gallstones are the limiting factor for every non surgical
treatment. In order to determine the optimal prevention therapy, 30
patients after successful dissolution therapy of microcholelithiasis
(MCL) with ursodeoxycholic acid (UDCA), were randomized by the double
blind method to receive UDCA therapy. This was administered either as
150 mg (N = 15, group I) or 300 mg per day (N = 15, group II). There
was a follow-up period of 12 months with clinical examination every
month and upper abdominal sonography on days 180 and 360. Recurrent
gallstones, after a 12-month period, was 6.7% (1/15) in group II
versus 66% (10/15) in group I (P < 0.005). When recurrence was
examined according to the number of gallstones, it reached 8% (1/12)
in the solitary MCL vs 55.5% (10/18) in multiple MCL (P < 0.005).
The recurrence was always symptomatic (biliary pain) and developed in
11 out of 30 pts, as MCL in 7 and as biliary sludge in the remainder
4. We conclude that a daily dose of 300 mg of UDCA was effective in
reducing the recurrent gallstones in more than 90% of cases treated
for 12 months. The significant risk factors associated with recurrence
were the UDCA low dose and multiple stones. Biliary sludge represented
36% of the recurrence.
Dirección postal: Dr. Carlos Guma, Paraná 1132, 1018
Buenos Aires, Argentina
Fax: 54-1-7018754
Recibido: 24-XI-1997 Aceptado: 6-V-1998
La microlitiasis vesicular (MVL) sintomática es una de las formas
más severas de litiasis vesicular por las complicaciones
biliopancreáticas que genera1. Si bien el tratamiento de elección es
la colecistectomía laparos-cópica y en segunda instancia la cirugía
a cielo abierto; ciertos pacientes se benefician con agentes
litolíticos orales2. Desde la década del 70, a partir de
experiencias de investigadores japoneses, se utilizan ácidos biliares
para disolver cálculos vesiculares de colesterol, tales como el Acido
Quenodesoxicólico (AQDC) y más recientemente el Acido
Ursodesoxicólico (AUDC), un ácido biliar terciario, B-epímero del
AQDC, hidrofílico, atóxico, constituyente del 2 al 4% del pool total
de ácidos biliares endógenos del ser humano, que se indica en
situaciones definidas de colelitiasis3; entre otras indicaciones
terapéuticas en afecciones hepatobiliares4.
Sin embargo, uno de los factores limitantes del tratamiento médico es
la tasa de recurrencia una vez disueltos los cálculos. Con la
finalidad de hacer un aporte a este tema no resuelto, es que se llevó
a cabo una experiencia prospectiva y controlada con diferentes dosis
de AUDC para valorar la dosis óptima en la profilaxis de la recidiva
de colelitiasis; una vez que el tratamiento médico había resultado
eficaz.
Material y métodos
En una experiencia terapéutica previa5, 44 pacientes portadores de
microlitiasis vesicular (cálculos únicos o múltiples, inferiores a
5 mm de diámetro según el diagnóstico ecográfico), el 80%
sintomáticos (cólico vesicular) y que presentaban contraindicaciones
quirúrgicas o rehusaban la cirugía. Fueron admitidos para un
tratamiento médico disolutivo con AUDC en dosis de 10 mg/kg/peso
día, por 6 meses, obteniéndose una respuesta completa («vesícula
normal») al final de la misma, del 71,5% (31/44). De estos fueron
seleccionados 30 pacientes libres de cálculos, (dado que el restante
fue excluido por no prestar su conformidad para ingresar en
protocolo), que ingresaron en un nuevo protocolo terapéutico con la
finalidad de prolongar el período libre de enfermedad vesicular en
función de la dosis óptima. La metodología aplicada consistió en
randomizarlos según una tabla de números aleatorios y por el método
«doble ciego». En dos grupos, Grupo A; un comprimido diario de 150
mg de AUDC en forma postprandial inmediata y el Grupo B; la misma
modalidad, pero cada comprimido contenía 30 mg de AUDC.
El tratamiento de mantenimiento fue instituido una vez que la
ecografía vesicular y la colecistografía oral demostraron indemnidad
vesicular y fue prolongado por doce meses. Sólo se interrumpió ante
la evidencia ecográfica de recidiva de enfermedad vesicular
litiásica, la cual fue considerada ante el hallazgo de cálculos o de
barro biliar. En este caso a cada paciente se le ofreció un
retratamiento con dosis plenas de 10 mg/kg/día de AUDC.
Los controles durante el seguimiento terapéutico fueron: clínicos en
forma bimensual y ecografía basal; a los 6 y 12 meses.
La recurrencia de enfermedad vesicular litiásica fue considerada ante
el hallazgo ecográfico de «litiasis» definida como nuevas imágenes
ecogénicas que producen sombra acústica y varían su ubicación
vesicular en relación a los cambios posicionales del paciente o bien
de «barro biliar», el cual se definió como precipitados vesiculares
que generan ecos de baja amplitud, sin sombra acústica y que se
depositan en las zonas declives de la vesícula biliar. El único
síntoma que se atribuyó a la recidiva litiásica fue el cólico
vesicular tal cual está descripto en los textos de Medicina Interna.
Es decir dolor abdominal, localizado en hipocondrio derecho y/o
epigastrio; con irradiación a dorso y presentado generalmente luego
de una ingesta grasa.
Resultados
Treinta pacientes cumplieron el protocolo terapéutico, con el
método «doble ciego»; y estuvieron en condiciones de ser valorados
en los resultados surgiendo dos grupos de quince. Los quince pacientes
del Grupo A (73% del sexo femenino y promedio de edad 52) fueron
comparables, en edad y sexo, a otros tantos pacientes del Grupo B (80%
mujeres y de edad media 55). Igualmente, en cuanto al tipo de litiasis
hallado en el tratamiento disolutivo inicial: en el primer grupo el
66% fueron microlitiasis múltiples versus un 53% en el grupo restante
(N/S). El resto fueron microlitiasis únicas.
Luego de 12 meses, con diferentes dosis de mantenimiento de AUDC y sin
que se presentaran efectos adversos, los resultados mostraron que: en
el Grupo A (150 mg/día) la recidiva litiásica fue del 66% (10/15)
versus un 6.7% (1/15) en el Grupo B (300 mg/día), lo que produce un P
de significación < a 0.001. Las recidivas en el Grupo A se
produjeron entre 3 y 12 meses (7.9 meses promedio); mientras que el
único caso de recidiva en el Grupo B se desarrolló en el mes 11 de
seguimiento terapéutico.
Al analizar las litiasis recidivadas, surge que al presentarse las
mismas todos padecieron síntomas (cólico vesicular), y que en el 63%
(7/11) lo hicieron bajo la forma de microlitiasis vesicular y en el
36% restante como «barro biliar». A su vez, de las doce litiasis
únicas recidivó una (1/12; 8%), mientras que de dieciocho
múltiples, la recidiva ocurrió en el 55,5% (10/18) de los casos (P
< 0.005).
Discusión
Tal vez el problema más serio del tratamiento médico de la
litiasis vesicular, sea la recidiva litiásica una vez que el
tratamiento disolutivo resultó eficaz. Dado que cuando se suspenden
los ácidos biliares, aquellos mecanismos capaces de producir un
cálculo vuelven a generarse: bilis sobresaturada de colesterol;
disminución de la evacuación vesicular y disbalance entre los
factores pronucleantes (sustancia inerte mucina, prosta-noides) y
contranucleantes (apolipoproteínas, inhibidores prostaglandínicos)6.
Es por todo esto que la profilaxis de la recidiva litiásica, adquiere
gran importancia: en esta experiencia 300 mg/día de AUDC fueron
capaces de evitar la recidiva en más del 90% de los tratados, al cabo
de un año de seguimiento terapéutico sin presentar efectos adversos.
Por otro lado 150 mg/día de AUDC, fueron ineficaces en prevenir
cálculos dado que el 66% recidivó. Y esto seguramente obedezca a un
fenómeno dosis dependiente; una dosis mínima de 5 mg/kg/día son
necesarios para desaturar la bilis de colesterol, en cambio, dosis
menores determinan que el AUDC constituya menos del 30% del pull total
de ácidos biliares y por ende no se produzca la «fase cristalina»
(solubilización de cristales de colesterol)7.
Si bien en la década del 80 se reportaron tasas de recidiva
litiásica, aún sin tratamiento médico alguno, del orden del 10-15%
en el primer año y del 40-50% al cabo de 4-5 años, debe aclararse
que la mayoría de esos pacientes eran tratados por cálculos únicos
o «solitarios»8. Mientras que en nuestra serie la mayoría de los
tratados y de los recidivados, fueron portadores de microlitiasis
vesicular múltiple, que junto con las dosis bajas o insuficientes
fueron los dos factores con valor estadístico para la recaída
litiásica. Por otro lado, en un reciente trabajo controlado7, la
recurrencia de litiasis posdisolución fue del 7% en pacientes que
recibían 500 mg/día de AUDC vs un 53% y 60% a 12 y 15 meses
respectivamente en los que no recibían ningún tratamiento; lo cual
es absolutamente extrapolable a nuestros resultados.
Por otro lado, la carencia de efectos colaterales observada en esta
experiencia, confirma lo expuesto en la literatura en el sentido que
el AUDC es un ácido biliar atóxico e hidrofílico, contrariamente al
utilizado previamente para disolver colelitiasis, el ácido biliar
primario quenodesoxicólico que sí puede generar diarrea (40% de los
casos); dislipemia y hepatotoxicidad en el 15 y 8% de los tratados,
respectivamente. Este último efecto se debe a que se transforma en
litocólico y que al no ser metabolizado, produce necrosis hepática.
A su vez en nuestra experiencia se utilizó al AUDC en dosis menores o
«de mantenimiento». Hoy día se lo está administrando para una gama
de afecciones hepatobiliares, como por ejemplo las colestasis
crónicas intrahepáticas (es indicación formal en cirrosis biliar
primaria y colangitis esclerosante primaria) en dosis entre 10 y 15
mg/kg/peso día y sólo algunos pacientes presentan diarrea
ocasional4.
Resulta de mucho interés discutir que la recidiva litiásica, si bien
en el 63% de los casos se presentó bajo la forma de microlitiasis; en
el 36% restante lo hizo como «barro biliar», que como es sabido se
lo consideraba un hallazgo o un estado fisicoquímico reversible de la
bilis vesicular9. Y esto es cierto, aproximadamente en el 70% de los
que lo presentan10; sin embargo, las experiencias de Lee11, 12, luego
confirmadas por otros investigadores1, 13, demostraron que el barro
biliar persistente es causa de cólico biliar; pancreatitis aguda y
colecistitis. Y lo que es más importante; la composición química es
indistinguible a la de un cálculo establecido14 y entre el 10 y 15%
de los casos, se confirma la progresión barro biliar-litiasis
vesicular, lo cual lo convierte en un estadío prelitiásico10, 13. En
esta experiencia es destacable que en cuatro de once que recurrieron,
lo hicieron como barro biliar y no se lo puede considerar como un
hallazgo o como una situación clínica inocente, dado que se
presentaron con «cólico biliar» o a forma sintomática. En
pacientes que tenían el antecedente reciente de un tratamiento
médico disolutivo de la litiasis y en uno de los cuatro se documentó
progresión a cálculos vesiculares. Por lo cual no se pudo disociar
al barro biliar o «sludge», del espectro de «la enfermedad
vesicular litiásica»2, 10.
Bibliografía
1. Ros E, Navarro S, Bru C, García-Puges A, Valderrama R. Occult
microlithiasis in «idiopathic» acute pancreatitis: prevention of
relapses by cholecystectomy or ursodeoxy-cholic acid therapy.
Gastroenterology 1991; 101: 1701-9.
2. Guma CL, Viola LA, Apestegui C, Pinchuk L, Groppa JC, Michelini J,
et al. Eficacia terapéutica del ácido urso-desoxicólico (AUDC) en
litiasis vesicular (LV) y barro biliar persistente (BBP): resultados
preliminares de una experiencia multicéntrica. Acta Gastroent Lat
Amer 1994; 24: 233-7.
3. Shiffman ML, Sugerman HJ, Kellum JM, Brewer WH, Moore EW. Gallstone
formation after rapid loss weight: a prospective study in patients
undergoing gastric bypass surgery for treatment of morbid obesity. Ann
J Gastroenterol 1991; 86: 1000-5.
4. Poupon RE, Poupon R, Balkan B. Ursodiol for the long-term treatment
of primary biliary cirrhosis. N Engl J Med 1994; 330: 1342-7.
5. Guma CL, Thomé M, Viola LA, Apestegui C, Pinchuk L, Michelini J,
et al. Eficacia terapéutica del ácido urso-desoxicólico (AUDC) en
litiasis vesicular (LV) y barro biliar persistente (BBP): resultados
definitivos de una experiencia multicéntrica. Acta Gastroent Lat Amer
1995; 25: 226.
6. Lee SP (Ed). Billiary sludge: curiosity or culprit. Hepatology
1994; 20: 523-5.
7. Tudyka J, Wechsler JG, Kratzer W, Maier CH, Mason R, Kuhn K, et al.
Gallstone recurrence after successful dissolution therapy. Dig Dis Sci
1996; 41: 235-41.
8. Villanoba N, Bazzoli F, Taroni F. Gallstone recurrence after
successful oral bile acid treatment. A 12 year follow-up study and
evaluation of long-term postdissolution treatment. Gastroenterology
1989; 97: 726-31.
9. Filly RA, Allen B, Mintonetal MJ. In vitro investigation of the
origin of echoes within biliary sludge. J Clin Ultrasound 1980; 8:
193-00.
10. Janowitz P, Kratzer W, Zemmler T, Tudyka J,Wechsler JG.
Gallbladder sludge: spontaneous course and incidence of complications
in patients without stones. Hepatology 1994; 20: 291-4.
11. Lee SP, Maher K, Nicholls JF. Origin and fate of biliary sludge.
Gastroenterology 1988; 94: 170-6.
12. Lee SP, Nicholls JF, Park HZ. Biliary sludge as a cause of acute
pancreatitis. N Engl J Med 1992; 326: 589-93.
13. López AJ, O’Keefe P, Morrisey M, Pickleman J. Ceftriaxone
induced cholelithiasis. Ann Intern Med 1991; 115: 712-4.
14. Lee SP, Nicholls JF. Nature and composition of biliary sludge.
Gastroenterology 1986; 90: 677-86.
|
|
|
|
|