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PREVALENCIA DE HIPERTENSION ARTERIAL
PREVALENCIA DE HIPERTENSION ARTERIAL EN 3154 JOVENES ESTUDIANTES
IRENE L. ENNIS*, OSCAR A.
GENDE**, HORACIO E. CINGOLANI**
Centro de Investigaciones
Cardiovasculares, Facultad de Ciencias Médicas, Universidad Nacional
de La Plata
* Becario de Perfeccionamiento, Universidad Nacional de La Plata.
** Miembro de la Carrera del Investigador del CONICET (Consejo
Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas).
Key words: blood
pressure, hypertension, body mass index
Resumen
Se
realizó un estudio de corte transversal durante los años 1993-97
para determinar la prevalencia de hipertensión arterial (HTA) en
estudiantes de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad
Nacional de La Plata. Fueron entrevistados 3154 jóvenes (edad media
21 años) de ambos sexos. Se realizaron tres determinaciones de la
presión arterial (PA) en cada individuo en una única ocasión, y se
utilizó el promedio de las tres para establecer la prevalencia de
HTA. La prevalencia global de HTA (PA ³ 140 y/o 90 mm Hg) fue de 12%,
siendo para los varones de 20% y para las mujeres de 6%. La diferencia
entre los dos sexos fue estadísticamente significativa (p <
0.001). La PA sistólica (PAS) y la PA diastólica (PAD) promedio en
mujeres y varones fueron significativamente distintas (115 ± 11 / 74
± 9 mm Hg en mujeres y 126 ± 13 / 77 ± 10 mm Hg en varones; p <
0.0001). Si para definir HTA considerásemos los valores de PA del
percentilo 95 en cada sexo (148/93 mm Hg en varones y 133/88 mm Hg en
mujeres), el límite entre normo e HTA sería diferente en varones y
mujeres. La prevalencia de HTA que hallamos en este grupo etáreo fue
muy alta si la comparamos con la hallada en los últimos años para el
mismo grupo en Estados Unidos (NHANES III, 2%); en cambio, es
prácticamente la misma que la de EE.UU a fines de los 70 (NHANES
II, 12%), antes de intensificarse en dicho país las acciones de
prevención primaria de HTA. La prevalencia de individuos con PA
óptima (PA < 120/80 mm Hg) fue de sólo el 44% en este estudio. La
correlación entre el índice de masa corporal (IMC) y los niveles de
PA media (PAM) fue positiva y con un r = 0.33 (p < 0.0001). La PAM
se incrementó a razón de 1.16 mm Hg por cada unidad de aumento en el
IMC. Se interrogó a los alumnos acerca de la presencia de
antecedentes familiares (únicamente madre o padre) de HTA y no se
detectaron diferencias significativas entre los estudiantes
hipertensos y los no hipertensos. Considerando que la principal causa
de muerte en nuestro medio son las enfermedades cardiovasculares, y
que la HTA es uno de los factores de riesgo más importantes para su
desarrollo, esta alta prevalencia de HTA en la población joven
resulta un llamado de alerta impostergable.
Abstract
Prevalence
of hypertension in 3154 young students. Blood pressure (BP) levels
were evaluated in 3154 students (mean age 21 years old) of La Plata
University, School of Medicine. BP was registered three times in each
student and the mean was used for all the analyses. Systolic (SBP) and
diastolic pressure (DBP) were significantly higher in men. Mean SBP
was 126 ± 13 mm Hg for men and 115 ± 11 mm Hg for women. Mean DBP
was 77 ± 10 mm Hg and 74 ± 9 mmHg for men and women, respectively.
The global prevalence of HBP (BP ³ 140 and / or 90 mm Hg) was 12%
when both sexes were considered together, but it was significantly
higher in men than in women (20% and 6% respectively; p < 0.001).
Mean BP corresponding to the 95th percentile in each sex was also
estimated. Taking these values to define high blood pressure (HBP) the
cut-off point between normal and HBP will be different for each sex
(148/93 mm Hg for men and 133/88 mm Hg for women). The prevalence of
HBP in this survey is high if we compare with that of the NHANES III
(1988-91, USA, 2%) for a group of the same age. However, it is very
similar to that of NHANES II (1976-80, USA, 12%), before the
intensification of educational and primary prevention programs took
place. The global prevalence of optimal BP (BP < 120/80 mm Hg) was
just 44%. The relation between Body Mass Index (BMI) and BP levels was
also studied, and the result was a positive correlation, statistically
significant. Mean BP increased 1.16 mm Hg per unit of increase of BMI.
When asking about family history (only mother or father) of HBP we
could not find any significant difference between the students with
HBP and the others. Cardiovascular diseases are the first cause of
death in our country and HBP is one of the most important risk
factors. The high prevalence of HBP in this young population must be
considered when planning health care programs.
Dirección postal: Dr. Horacio E. Cingolani, Centro de
Investigaciones Cardiovasculares, Facultad de Ciencias Médicas, calle
60 y 120, 1900 La Plata, Argentina. Fax: 54-021-25-5861; E-mail: cicme@isis.unlp.edu.ar
Recibido: 27-II-1998 Aceptado: 21-VII-1998
La hipertensión arterial (HTA) es uno de los factores de riesgo
cardiovascular modificables más importantes. La prevalencia de HTA en
la población general es alta, incrementándose a medida que aumenta
la edad de las personas. En la juventud y edad media es más frecuente
en varones que en mujeres, pero esta relación se invierte a partir de
la séptima década1. En los sujetos de sexo masculino la presión
arterial media (PAM) aumenta progresivamente desde la juventud hasta
los 55 años de edad, aproximadamente, en que se estabiliza. En el
caso del sexo femenino es diferente, la PAM se mantiene en niveles
inferiores a los del hombre hasta alrededor de los 45 años de edad
para luego progresivamente incrementarse, alcanzando o aun superando
los valores del sexo masculino2-4. Por lo tanto el impacto del
envejecimiento sobre la presión arterial (PA) es distinto para cada
sexo. El cambio más importante ejercido por la edad sobre los valores
de PA es el incremento de la PA sistólica (PAS). Esto estaría, al
menos parcialmente, vinculado con el aumento de la rigidez de la pared
arterial5-8.
A medida que aumenta la PA, aún dentro de valores considerados
normales, se incrementa el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria,
accidente cerebro-vascular, insuficiencia cardíaca congestiva,
insuficiencia renal y enfermedad vascular periférica2, 9-11. El
riesgo cardiovascular relativo asociado con un aumento dado en los
valores de PA es prácticamente el mismo para ambos sexos, pero el
riesgo cardiovascular absoluto es mayor en el sexo masculino, ya que
para cada nivel de PA presenta mayor morbimortalidad cardiovascular3,
4, 12.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primer causa de
muerte en Argentina13 por lo cual representan uno de los principales
problemas de salud de la población adulta. El tratamiento adecuado de
la HTA disminuye significativamente la morbimortalidad por enfermedad
cardiovascular14-17. Esto ha sido correctamente interpretado en
numerosos países y ha originado la creación de adecuados programas
de prevención primaria, detección precoz y tratamiento de la HTA.
Así en EE.UU en 1972 se pone en marcha el Programa Nacional de
Educación sobre Hipertensión Arterial, logrando al cabo de dos
décadas un descenso de casi el 60% en la mortalidad por accidente
cerebrovascular, y de un 53% en la mortalidad por enfermedad
coronaria.
En el presente trabajo, realizado en el marco del convenio entre la
Universidad Nacional de La Plata y el Ministerio de Salud y Acción
Social de la provincia de Buenos Aires, presentamos los resultados de
estudios anuales de prevalencia de HTA en alumnos del tercer año de
la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La
Plata, durante el período 1993-1997. Este grupo etáreo, edad media
de 21 años, y compuesto en partes aproximadamente iguales por ambos
sexos, reviste la importancia de, además de examinar una ventana
trascendente en el incremento progresivo de la PA con la edad,
permitir planificar e iniciar acciones de educación destinadas a la
prevención primaria y secundaria de la HTA.
Material y métodos
Diseño de la muestra
Las encuestas fueron diseñadas para determinar la prevalencia de
HTA en una población de adultos jóvenes, alumnos del tercer año de
la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de La
Plata. La edad media de los sujetos entrevistados fue 21 años. Se
excluyeron de la muestra los menores de 20 o mayores de 28 años de
edad.
Medición de la PA
Se realizaron encuestas anuales de 2 semanas de duración, entre
los años 1993 y 1997 inclusive. Se registró la PA en el brazo
derecho y con el sujeto sentado, luego de por lo menos quince minutos
de reposo, en tres ocasiones separadas cada una por cinco minutos. Se
emplearon esfingomanómetros estándar con escala de mercurio
siguiendo la técnica auscultatoria. Se consideró PAS a la medida
cuando se hace audible el primer ruido arterial (fase I de Korotkoff),
y PAD a la que coincide con la desaparición de los ruidos (fase V de
Korotkoff).
Los encuestadores fueron alumnos de los últimos años de la Facultad
de Ciencias Médicas específicamente entrenados durante una semana
para tal fin.
Otros registros
El peso en kilogramos y la talla en metros de los participantes
fueron medidos al final de cada entrevista. Se calculó el índice de
masa corporal (IMC) como el peso en Kg dividido por la talla en metros
elevada al cuadrado.
Se interrogó a los estudiantes acerca de la presencia de antecedentes
familiares, únicamente en madre o padre, de HTA.
Definiciones
Para categorizar a los sujetos según los valores de PA se
siguieron las recomendaciones del Comité Conjunto sobre Detección,
Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial de EE.UU. en su
VI Comunicación (JNC-VI)16, teniendo en cuenta el valor promedio de
las tres determinaciones realizadas, aunque sin corroboración en
posteriores oportunidades. Si bien la falta de confirmación en
sucesivas entrevistas sobrestima la prevalencia de HTA18-20, nos
permite comparar nuestros resultados con otros estudios. En la tabla 1
se detallan los criterios de clasificación usados según los valores
de PA.
Método estadístico
El procesamiento de los datos así como el análisis estadístico
se realizó empleando el softword EPI-INFO, versión 5.0. Las
prevalencias se expresaron en casos por cada 100 individuos
entrevistados. Los valores de PAS y de PAD e IMC se expresan como
medias ± desviación estándar. Para comparar variables continuas, de
distribución normal, se utilizó el test t de Student y para comparar
proporciones, Chi cuadrado; fijándose 0.05 como nivel de
significación.
Resultados
Características de la población entrevistada
La muestra incluyó a 3.154 alumnos, 48% de los cuales eran
varones. La edad promedio fue 20.81 ± 1.83 años (media y desvío
estandar). El 75% pertenecía a la población permanente de la
provincia de Buenos Aires. En la tabla 2 se detalla la composición de
la muestra poblacional según sexo para cada año.
Valores promedio de PAS y PAD
En la figura 1 se presentan los valores promedio y desvíos
estándar de PAS y de PAD registrados según sexo y año. En
rectángulos llenos se muestran los valores correspondientes al sexo
masculino, en rectángulos vacíos los del sexo femenino. Todos los
años los varones tuvieron valores promedio de PAS y de PAD más
elevados que las mujeres. La PAS fue 11 mm Hg y la PAD 3 mm Hg más
altas en el sexo masculino. La PAS y la PAD promedio de cada año
oscilaron ligeramente entre 1993 y 1997 pero sin mostrar una tendencia
definida.
La figura 2 muestra la distribución de los valores de PAD (panel
superior) y PAS (panel inferior) del total de los estudiantes
entrevistados (n = 3.154), discriminados por sexo. Se consideró para
cada individuo el promedio de las tres determinaciones de la PA. La
PAD promedio en las mujeres fue 74 ± 9 mm Hg mientras que en los
varones fue 77 ± 10 mm Hg; la PAS promedio fue 115 ± 11 y 126 ± 13
mm Hg en mujeres y varones respectivamente. Esta diferencia resultó
altamente significativa (p < 0.0001). Además se calcularon los
valores de PAS y PAD correspondientes al percentilo 95 para cada sexo
(señalados con líneas cortadas) a fin de establecer el límite que,
de acuerdo a un criterio estadístico, permitiría diferenciar a los
sujetos «normales», desde el punto de vista de su PA, de los
hipertensos. La PAS correspondiente al percentilo 95 fue 133 mmHg en
las mujeres y 148 mmHg en los varones; mientras que la de PAD para el
mismo percentilo fue 88 mm Hg en las mujeres y 93 mm Hg en los
varones.
Prevalencia de HTA
La prevalencia global de HTA (PAD ³ 90 mm Hg y/o PAS ³ 140 mm Hg)
fue de 12% (391 individuos del total de la muestra). En la figura 3 se
puede apreciar la diferencia en la prevalencia entre ambos sexos, en
el caso de las mujeres fue de 6%, y en varones de 20% (p < 0.0001).
Cabe destacar que esto ocurre al emplear los mismos valores de PA como
punto de corte para definir HTA en ambos sexos. Las mujeres presentan
cifras promedio de PAS y PAD significativamente menores que los
varones, por lo tanto es lógico esperar esta diferencia en la
prevalencia de HTA. Otra opción, quizá desde una óptica más
estadística, sería considerar los valores de PA correspondientes al
percentilo 95 en cada sexo para determinar el punto de corte a partir
del cual definir a un individuo como hipertenso. En este caso
obtendríamos una única prevalencia de HTA en cada sexo del 5%, pero
límites significativamente distintos entre normo e HTA en varones y
mujeres.
Del total de los varones hipertensos (n = 298) el 58% presentó
hipertensión diastólica (PAD ³ 90 mmHg) y el 42% restante,
hipertensión sistólica aislada (PAS ³ 140 mmHg pero con PAD < 90
mmHg). En el caso de las mujeres, de las clasificadas como hipertensas
(n = 93), el 81% resultó con hipertensión diastólica mientras que
sólo el 19% tuvo hipertensión sistólica aislada (Fig. 4).
En la figura 5 se detalla para cada año la distribución de los
participantes según sus valores de PA (promedio de las tres
determinaciones) en las distintas categorías establecidas por el
JNC-VI16. Cabe considerar aquí que de todos los jóvenes
entrevistados en el transcurso de estos cinco años (1993 a 1997) la
proporción con cifras de PA que permitan encuadrarlos dentro de la
categoría de PA óptima es sólo del 44%, es decir que desde el punto
de vista del riesgo cardiovascular menos de la mitad de los
participantes presentan valores ideales de PA. Además hay una
diferencia significativa según el sexo en cuanto a la proporción con
PA óptima, sólo el 28% de los varones presentaron PA < 120/80 mm
Hg mientras que en las mujeres fue el 59% (p < 0.0001).
Correlación entre IMC y PAM
En la figura 6 se observa la correlación entre PAM e IMC que fue
de 0.33; teniendo este coeficiente significación estadística (p <
0.0001; n = 3.154). La PAM se incrementa a razón de 1.16 mm Hg por
unidad de IMC. Además cuando se analizaron los valores promedio de
IMC para cada sexo y según fuesen hipertensos o no, resultaron
significativamente mayores en el grupo de estudiantes hipertensos en
ambos sexos (24.75 ± 1.74 vs 23.47 ± 1.54; y 24.25 ± 1.94 vs 21.53
± 1.59 hipertensos y normotensos, en varones y mujeres
respectivamente; p < 0.0001). Estos datos se presentan en la tabla
3.
Antecedentes familiares de HTA
La frecuencia de antecedentes familiares (madre o padre) de HTA, no
fue distinta entre los estudiantes hipertensos y los no hipertensos
(29 y 24%, respectivamente, NS c2).
Discusión
Se determinó la prevalencia de HTA en 3.154 jóvenes de ambos
sexos y de entre 20 y 28 años de edad (edad media 21 años). El
tamaño de la muestra representa, hasta nuestro conocimiento, el mayor
publicado en la literatura mundial dentro de este grupo etáreo. La
prevalencia global (ambos sexos) de HTA empleando la clasificación
propuesta en 1997 por el JNC-VI16 resultó del 12%. Se consideró el
promedio de tres determinaciones de la PA obtenidas en una única
entrevista. Si bien esta conducta, la falta de confirmación de los
valores registrados de PA en una segunda ocasión, puede sobrestimar
la prevalencia real de HTA en por lo menos un tercio18-20, resulta
válida y necesaria para comparar los resultados con la mayoría de
los estudios epidemiológicos publicados, ya que éstos emplean la
misma metodología. Es necesario enfatizar que el objetivo principal
de nuestro estudio fue comparar el porcentaje de jóvenes con niveles
de PA iguales o superiores a 140 y/o 90 mm Hg con los resultados que
otros investigadores han publicado. Probablemente adoptar los límites
de corte propuestos por el JNC-VI16 conlleve a una sobrestimación de
la prevalencia de HTA; especialmente si consideramos que los registros
de PA no fueron confirmados en posteriores entrevistas. Sin embargo,
este es el proceder de la mayoría de los estudios epidemiológicos
disponibles en la literatura mundial acerca de la prevalencia de HTA.
Nuestro estudio revela una prevalencia de HTA menor en mujeres que en
hombres. Esto es esperable si se tiene en cuenta que las cifras
promedio de PAD y de PAS son significativamente más altas en el sexo
masculino; y que al adoptar la clasificación del JNC-VI16 se están
empleando los mismos valores de PA (140 y/o 90 mm Hg de PAS y PAD
respectivamente) como punto de corte, en ambos sexos y para todos los
grupos etáreos a partir de los 18 años de edad, para definir HTA. La
existencia de esta diferencia entre sexos en la prevalencia de HTA es
un hecho ampliamente aceptado2-4, 21, aunque no se conocen aún con
exactitud los mecanismos fisiopatológicos responsables de la misma.
La menor incidencia de HTA, enfermedad ateroesclerótica y enfermedad
isquémica cardiovascular en mujeres premenopáusicas sugiere un rol
protector de los estrógenos sobre el sistema cardiovascular22-24. El
envejecimiento del lecho vascular es en el hombre un proceso
progresivo y regular, en cambio en la mujer está francamente
precipitado por la menopausia. Evidencias recientes indican que en
mujeres los estrógenos estimulan la producción por el endotelio
vascular de óxido nítrico, que es un importante vasodilatador25, 26.
Otra forma en que los estrógenos pueden estar afectando la
fisiología de la pared arterial en la mujer es por el sistema
tromboxano-prostaciclina. Los estrógenos favorecen la dominación de
las prostaciclinas y, por ende, la vasodilatación e inhibición de la
agregación plaquetaria. La testosterona favorece la formación de
tromboxano, y por lo tanto, la vasoconstricción y agregación
pla-quetaria27. Un hallazgo interesante lo constituye el hecho de que
el tratamiento con andrógenos aumenta y con estradiol disminuye los
niveles de endotelina (potente agente vasoconstrictor) en humanos;
más aún, los niveles de endotelina son mayores en varones que en
mujeres28. Además las mujeres tienen una menor actividad del sistema
nervioso simpático, lo que puede contribuir a la menor resistencia
vascular periférica. La existencia de una diferencia
estadísticamente significativa entre los valores promedio de PAS y
PAD entre ambos sexos plantea el interrogante de si es realmente una
conducta apropiada emplear el mismo punto de corte para definir HTA en
varones y mujeres. La relación entre PA y riesgo cardiovascular es
directa y continua, sin un umbral entre niveles de PA y riesgo
cardiovascular. La línea divisoria entre PA normal e HTA es,
entonces, arbitraria pero necesaria para establecer un límite por
debajo del cual las intervenciones sanitarias resultarían en un costo
excesivamente alto para lograr algún beneficio demostrable
importante29. Actualmente el JNC-VI16 recomienda adoptar el límite de
140/90 mm Hg para definir HTA en todos los sujetos mayores de 18 años
de edad, independientemente del sexo. Es interesante destacar que gran
parte de los estudios epidemiológicos en que se sustenta este
criterio de clasificación incluyeron sólo a sujetos del sexo
masculino. La falta de discriminación en las diferencias entre el
sexo femenino y el masculino en las enfermedades cardiovasculares ha
originado que se describiese hace unos años el «Síndrome Yentl»30.
La extrapolación de hallazgos del sexo masculino al sexo femenino a
menudo puede conducir a errores en los estándares propuestos de
prevención primaria, diagnóstico y tratamiento.
Los valores de PA en una población se distribuyen en forma
aproximadamente normal31-33, con parámetros de posición y
dispersión que dependen del sexo y la edad; entonces podría
intentarse un criterio estadístico para definir HTA. Este criterio
considera hipertensos a quienes presenten valores superiores a los del
percentilo 95. Así, la prevalencia de HTA sería siempre del 5%, pero
el punto de corte entre normo e HTA variaría según las
características de la población de que se trate. En el presente
estudio los valores de PA correspondientes al percentilo 95 para las
mujeres fueron 133/88 mm Hg; por lo tanto y de acuerdo al criterio
estadístico, deberían considerarse hipertensas a quienes presentaron
valores de PA mayores a éstos. En cambio las cifras límite de PA
para diferenciar al 5% de los varones hipertensos serían 148/93 mm
Hg. De esta forma los valores de PA empleados como punto de corte
entre normo e HTA serían notoriamente más bajos en el sexo femenino.
Mientras que una mujer con PAS > 133 mm Hg debiera considerarse
hipertensa, un varón con ese mismo valor de PA no lo sería; sino
únicamente cuando superase los 148 mm Hg de PAS. Lo mismo sucede con
la PAD. Sin embargo, las mujeres toleran mejor las elevaciones de la
PA que los hombres, teniendo menores índices de morbimortalidad para
un dado nivel de HTA7. Esto sugiere que pudieran emplearse valores de
PA más altos para definir HTA en el sexo femenino. Claramente esto se
contrapone con el criterio estadístico por el cual el punto de corte
entre normo e HTA es menor en las mujeres que en los hombres.
En el presente trabajo se detectó una correlación positiva entre la
PAM y el IMC, que aunque débil, posee significación estadística.
Esta relación es ya bien conocida34 y aparentemente se origina
durante la infancia35. El valor que nosotros obtuvimos es muy similar
a los publicados como resultado de los estudios Framingham36 e
Intersalt37.
Han sido publicados otros estudios acerca de la prevalencia de HTA en
distintas regiones de nuestro país33, 38-43, pero debido
fundamentalmente a diferencias metodológicas y/o en las edades de los
grupos estudiados, no son muchos los que consideramos adecuados para
comparar sus resultados con los aquí presentados. En 1985 Echeverría
y colaboradores43 realizaron en la ciudad de La Plata una encuesta
domiciliaria a partir de la cual determinaron la prevalencia de HTA.
Calificaron como hipertensos a todas las personas que tuvieron, en el
promedio de dos determinaciones en una ocasión, PAD ³ 90 mm Hg, o
PAS ³ 140 mm Hg, o PA < 140/90 mm Hg pero bajo tratamiento con
drogas antihipertensivas. Obtuvieron una prevalencia global de HTA
correspondiente al mismo grupo etáreo que nosotros estudiamos (de 20
a 28 años de edad), del 8%, siendo para varones del 14% y para
mujeres del 3%. En los Estados Unidos, entre los años 1976-1980
(NHANES II)44 y 1988-1991 (NHANES III, fase I)45, se llevaron a cabo
relevamientos epidemiológicos en una gran muestra de la población,
considerada representativa de la del país, a partir de los cuales se
determinó, entre otras cosas, la prevalencia de HTA. Es posible
comparar sus resultados con los obtenidos por nosotros ya que emplean
una metodología y criterios de clasificación muy similares. La
prevalencia global de HTA publicada por el NHANES II (1976-1980, n =
2.054)44 para individuos de edades similares a las de los por nosotros
entrevistados, fue de 12%; llamativamente la misma que la que 20 años
más tarde nosotros obtuvimos en los estudiantes de Ciencias Médicas
de la ciudad de La Plata (1993-1997, n = 3154). La reportada más
recientemente por el NHANES III (1988-1991, n = 2.284)45 es 2%, cifra
significativamente más baja (Fig. 6). El descenso tan importante en
la prevalencia de HTA en los EE.UU que se observa entre las cifras
publicadas por el NHANES II y el NHANES III es muy posiblemente la
consecuencia de los programas de educación sanitaria dirigidos a la
comunidad médica y a la población general que se implementan desde
hace más de 20 años en Estados Unidos (National High Blood Pressure
Education Program)46. Sin embargo no es posible descartar en forma
absoluta que algunas diferencias metodológicas entre estos dos
estudios norteamericanos, como la mejor adecuación del tamaño del
brazalete al diámetro del brazo de cada sujeto, o la estandarización
más estricta del método auscultatorio, haya influido en la
disminución de la prevalencia de HTA46.
La alta prevalencia (12%) detectada en los estudiantes de la ciudad de
La Plata que entrevistamos, creemos, constituye un llamado de alerta
para la urgente concreción de planes sanitarios destinados a la
prevención, diagnóstico y tratamiento de la HTA, a fin de lograr en
las próximas décadas reducir la mortalidad por enfermedades
cardiovasculares, la causa más frecuente actualmente.
Agradecimiento: Se agradece al Dr. Martín Zalazar los datos
facilitados del estudio de prevalencia de hipertensión arterial
realizado en la ciudad de La Plata en el año 1985, a fin de
compararlos con los obtenidos por los autores.
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TABLA 1.– Clasificación de la PA*
Categoría PA sistólica Pa Diastólica
(mm Hg) (mm Hg)
PA óptima < 120 < 80
PA normal 120-129 80-84
PA normal alta 130-139 85-89
HTA ³ 140 ³ 90
* Cuando la presión sistólica y la diastólica caen en distintas
categorías, se considera la mayor para clasificarlas (Adaptado de la
VI Comunicación del Comité Conjunto sobre Detección, Evaluación y
Tratamiento de la Hipertensión Arterial de EE.UU. National Institutes
of Health. NIH Publication N° 98-4080, November 1997. Note que estos
valores no fueron confirmados en una segunda ocasión.
TABLA 2.– Composición de la población según sexo y por años
Año Varones Mujeres Total
1993 677 700 1377
1994 219 231 450
1995 232 275 507
1996 205 225 430
1997 180 210 390
Total 1513 1641 3154
TABLA 3.– Indice de masa corporal (IMC) según sexos y niveles de
presión arterial
Sexo HTA No HTA P
Varones 24.75 ± 1.74 23.47 ± 1.54 < 0.0001
Mujeres 24.25 ± 1.94 21.53 ± 1.59 < 0.0001
Fig. 1.– La figura muestra los valores promedio y desvíos
estándar de presión arterial sistólica (PAS) y de presión arterial
diastólica (PAD) en varones (n = 1513) y mujeres (n = 1641)
correspondientes a cada uno de los años en que se llevó a cabo el
estudio (1993 a 1997). Los valores promedio de PAS y PAD fueron
significativamente mayores en varones que en mujeres todos los años
(p < 0.001). Las variaciones que registraron la PAS y la PAD
promedio en cada sexo año tras año, no mostraron una tendencia
definida.
Fig. 2.– Distribución de la presión arterial sistólica y
diastólica por sexos (n = 1513 varones, 1641 mujeres). En la figura
se señalan con líneas cortadas los valores de presión arterial
correspondientes al percentilo 95. Nótese que difieren
significativamente entre los dos sexos.
Fig. 3.– Se presenta la prevalencia de hipertensión arterial (HTA)
adoptando los criterios del Comité Conjunto sobre Detección,
Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión Arterial de EE.UU. en su
VI reporte, año 199716. La diferencia entre ambos sexos resulta
estadísticamente significativa (p < 0.0001). Es prudente aclarar
que esta diferencia ocurre al emplear los mismos valores de presión
arterial (140 y/o 90 mm Hg de presión arterial sistólica (PAS) y de
presión arterial diastólica (PAD), respectivamente) como punto de
corte para definir HTA en ambos sexos. Las mujeres tienen valores
promedio de PAS y PAD significativamente menores (p < 0.0001) que
los hombres. Esto independientemente de cualquier otro posible factor,
justifica la diferencia genérica en la prevalencia de HTA.
Fig. 4.– Clasificación en HTA diastólica (PAD ³ 90 mmHg con
cualquier valor de PAS) e HTA sistólica aislada (PAS ³ 140 mmHg y
PAD < 90 mmHg) del total de los estudiantes considerados
hipertensos (n = 298 varones y 93 mujeres). Es notoria la menor
proporción de HTA sistólica aislada en las mujeres respecto de los
varones (19 vs 42%).
Fig. 5.– La figura muestra para cada año la distribución
porcentual en las distintas clases de presión arterial (PA) del total
de los estudiantes entrevistados (n = 3154) durante los años 1993 a
1997. Se utilizó la clasificación propuesta por el Comité Conjunto
sobre Detección, Evaluación y Tratamiento de la Hipertensión
Arterial de EE.UU. en su VI reporte, año 199716. En blanco, PA
óptima; en trama intermedia, PA normal, en trama oscura, PA normal
alta; en negro, hipertensión arterial.
Fig. 6.– Muestra la correlación positiva entre el índice de masa
corporal (IMC) y la presión arterial media (PAM). La misma resultó
estadísticamente significativa (p < 0.0001). La PAM aumenta 1.16
mm Hg por unidad de IMC. IMC = peso en Kg/talla en metros al cuadrado.
Fig. 7.– Se grafica la prevalencia de hipertensión arterial, según
los criterios del Comité Conjunto sobre Prevención, Educación y
Tratamiento de la Hipertensión Arterial en su VI reporte16, en
poblaciones blancas de ambos sexos y de edades similares. Las primeras
dos columnas corresponden a los resultados de los relevamientos
realizados por los Institutos Nacionales de Salud de los EE.UU durante
los años 1976/80 el primero (NHANES II), 1988/91 el segundo (NHANES
III). La tercer columna refleja la prevalencia de hipertensión
arterial que encontramos nosotros en los estudiantes de la ciudad de
La Plata entrevistados entre 1993/97. En los tres estudios se empleó
metodología similar para realizar los registros de presión arterial.
Es interesante remarcar la similitud entre la prevalencia hallada por
nosotros y la de la población de EE.UU a fines de la década del ’70;
y la gran diferencia con la comunicada por los mismos organismos a
principios de los ’90.
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