Actualizado 18 enero, 2017
Hay unas 6 000 especies de escorpiones (alacranes) en el mundo, en la Argentina, alrededor de 60 especies y los casos de picaduras por estos arácnidos llegan a los 7000 por año. La mayoría los son del género Tityus, T. trivittatus y T. confluens. Los más afectados son los niños y los ancianos. El insecto mide no más de 6-7 cm de largo. El cuadro clínico va desde reacciones locales como el dolor local e intenso, hasta la muerte, unos 33 casos registrados desde 19931,2.
La identificación de las toxinas responsables de los efectos dañinos es compleja porque el veneno de los alacranes es un conjunto de sustancias y particular para cada una de las especies. Algunas de las toxinas fueron identificadas. Así el veneno del T. trivittatus es una neurotoxina que actúa sobre las terminales pos-ganglionares del sistema nervioso simpático y parasimpático que produce liberación masiva de acetilcolina y catecolaminas. El cuadro grave suele aparecer entre las 4 y las 12 h luego de la picadura, alteraciones respiratorias y cardíacas. En el veneno de T. serrulatus se encuentra una alfa neurotoxina que inhibe la inactivación rápida de canales de Na dependientes del voltaje con la consiguiente parálisis y otros péptidos que inducen una vasodilatación generalizada vía receptores muscarínicos en el endotelio vascular y como resultado una hipotensión3.
Las medidas de prevención son las de limpieza general y fumigación para eliminar las cucarachas, la principal fuente de alimentos para los escorpiones. El tratamiento es sintomático con medidas generales. En los cuadros clínicos graves el Ministerio de Salud4 indica la administración de anti-veneno antes de transcurridas dos horas del accidente para bloquear la toxina todavía circulante aunque su utilidad es discutida 1.
A menudo hay cosas buenas en los venenos. Un péptido hallado en un escorpión asiático, el Heterometrus spinifer, es un bloqueante muy efectivo de canales de K activados por voltaje y podría ser de utilidad en las enfermedades autoinmunes 5.
- Ezquer MR, Villarreal M, Muntaner J. Escorpionismo en pediatría en Tucumán: análisis descriptivo de casos en un hospital de segundo nivel de complejidad. Arch Argent Pediatr 2016; 114:e413-e416.
- Blanco G, Laskowicz RD, Lanari LC et al. Distribución de los hallazgos de escorpiones en la Ciudad de Buenos Aires en el período 2001-2012 y sus implicancias sanitarias. Arch Argent Pediatr 2016; 114:77-83.
- Rocha-Resende C, Leão NM, de Lima ME, Santos RA, Pimenta AM, Verano-Braga T. Moving pieces in a cryptomic puzzle: Cryptide from Tityus serrulatus Ts3 Nav toxin as potential agonist of muscarinic receptors. Peptides pii: S0196-9781(16)30264-9. doi: 10.1016/j.peptides.2016.12.018. [Epub ahead of print]
- http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000000333cnt-04-Guia_envenen_escorpiones.pdf.
- Jin L, Zhou QT, Chan HK et al. Pulmonary Delivery of the Kv1.3-Blocking Peptide HsTX1[R14A] for the Treatment of Autoimmune Diseases. J Pharm Sci 2016;105:650-6.
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