MORBILIDAD Y MORTALIDAD POR COVID-19 Y SU RELACIÓN CON LA VACUNACIÓN BCG

Actualizado 7 de abril, 2020

El reciente brote de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) causado por el nuevo coronavirus 2019 (SARS-CoV-2) es una de las amenazas más graves para la humanidad en este milenio. Si bien la mortalidad atribuible a COVID-19 ha devastado los sistemas y las economías de salud mundiales, curiosamente, el impacto de la enfermedad (casos y muertes) no es el mismo en todos los países1. Estas diferencias pueden ser atribuidas a las diferencias en las normas culturales, los esfuerzos de mitigación y la infraestructura de salud, pero hay otros factores que pueden tener importancia.

Miller y col. propusieron que las diferencias nacionales en el impacto de COVID-19 podrían explicarse en parte por las diferentes políticas nacionales con respecto a la vacunación infantil con Bacillus Calmette-Guérin (BCG)2. Existe alguna evidencia de que la vacunación BCG contra la tuberculosis tiene efectos beneficiosos no específicos contra infecciones no relacionadas, además de eficacia a largo plazo contra la tuberculosis.

El 24 de marzo los autores publicaron un estudio epidemiológico sobre la morbilidad y mortalidad de COVID-19 en un gran número de países con diferentes políticas de vacunación BCG. Los países sin políticas de vacunación con BCG (Italia, Países Bajos, EE UU) se han visto más severamente afectados en comparación con los países con políticas de BCG universales y de larga data. Países que tuvieron un inicio tardío de política universal de BCG (Irán, 1984) tuvieron una alta mortalidad, consistente con la idea de que BCG protege a la población de ancianos vacunados. Además, los países con política universal de vacuna BCG también redujeron el número de casos reportados de COVID-19.

En línea con esos hallazgos, mediante el uso de datos disponibles públicamente de COVID-19 en 199 países / regiones y el Atlas Mundial de BCG, Sala y col encontraron que el número total de casos y muertes por millón de habitantes estuvieron significativamente asociados con la política del país con respecto a la administración de la vacuna BCG3. Sus hallazgos fueron comunicados el 30 de marzo. La variación en casos y muertes explicada por la política de vacunación de BCG osciló entre 12.5% ​​y 38%. El porcentaje de la varianza explicada aumenta considerablemente cuando solo se consideran países con una esperanza de vida superior a 78 años (aproximadamente 20% y 38% para casos y muertes, respectivamente).

Este efecto se mantuvo después de controlar confundidores tales como como la expectativa de vida, la temperatura promedio de febrero y marzo el tiempo transcurrido desde el inicio de la propagación del virus. Por otro lado, la relación entre muertes y casos se vio solo débilmente afectada. Esto sugiere que la vacuna BCG pudo haber impedido la propagación general del virus o la progresión de la enfermedad y no solo haber reducido las tasas de mortalidad (es decir, proporción de muertes / casos). En este estudio, los autores han demostrado que los países que actualmente adoptan los programas universales de vacunación de BCG  tienen, en comparación con los otros países, un menor número de casos y muertes por un millón de personas.

Shet y col.4 utilizando datos disponibles al público, estudiaron la asociación del uso de BCG y la mortalidad atribuible a COVID-19. Ellos pudieron ajustar factores de confusión tales como el estado económico del país (PBI per cápita), la proporción de ancianos entre la población y la evolución epidemiológica se alineó mediante una línea de tiempo  a partir del centésimo caso informado. Los países con economías clasificadas como países de ingreso medio bajo, ingreso medio alto y alto tuvieron una mediana de mortalidad por registro COVID-19 de 0.4 (Rango Intercuartil –RIC-  0.1- 0.4), 0.7 (RIC 0.2 – 2.2) y 5.5 (RIC 1.6 – 13.9), respectivamente. La mortalidad atribuible a COVID-19 entre los países que usan BCG fue 5.8 veces menor (IC 95% 1.8 – 19.0) que en los países que no usan BCG.

La relación inversa entre el estado económico del país y la mortalidad atribuible a COVID-19, y la fuerte asociación ecológica con la vacuna BCG son intrigantes. Es necesario puntualizar que estos artículos son informes preliminares de trabajos que no han sido sometidos a revisión por pares. No se debe confiar en ellos para guiar la práctica clínica o políticas de salud y no se debe ofrecer a los medios de comunicación como información establecida.

Por el momento, estas asociaciones respaldan la idea de que la vacuna BCG puede proporcionar protección contra el SARS-CoV-2, lo que, junto con su seguridad comprobada, fomenta la consideración de estudios epidemiológicos más detallados, grandes ensayos clínicos a escala sobre la eficacia de esta vacuna en COVID-19. Estos estudios pueden aportar datos para la reformulación de políticas sanitarias en beneficio para la salud en el orden mundial.

Eduardo Luis De Vito

Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, UBA.

Centro del Parque, Cuidados Respiratorios. CABA

eldevito@gmail.com

Referencias

1.Cold Spring Harbor Laboratory, BMJ Yale. https://www.medrxiv.org/search/bcg.

2.Miller A, Reandelar MJ, Fasciglione K, Roumenova V, Li Y, Otazu GH. Correlation between universal BCG vaccination policy and reduced morbidity and mortality for COVID-19: an epidemiological study.  MedRxiv 2020.03.24.20042937; doi: https://doi.org/10.1101/2020.03.24.20042937

3.Sala G,  Miyakawa T. Association of BCG vaccination policy with prevalence and mortality of COVID-19.  medRxiv 2020.03.30.20048165; doi: https://doi.org/10.1101/2020.03.30.20048165

4.Shet A,  Ray D,  Malavige N,  Santosham M,  Bar-Zeev N. Differential COVID-19-attributable mortality and BCG vaccine use in countries. medRxiv 2020.04.01.20049478; doi: https://doi.org/10.1101/2020.04.01.20049478