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INSULINA, REACTIVIDAD VASCULAR E HIPERTENSION ARTERIAL
ALEJANDRO REBOLLEDO, VERONICA MILESI, GUSTAVO RINALDI, ANGELA
GRASSI
Cátedras de Anatomía y Fisiología y de Fisiología Humana;
Departamento de Ciencias
Biológicas , Facultad de Ciencias Exactas, Universidad Nacional de La
Plata
Palabras clave: insulina, hipertensión, músculo liso
Resumen
Varios
estudios epidemiológicos indican que hay una relación entre hiper-
insulinemia, resistencia insulínica e hipertensión arterial. La
insulina estimula el sistema nervioso simpático, produce retención
renal de Na+ y modifica en forma directa mecanismos vasculares
(contrayentes y relajantes); estos efectos pueden justificar que la
insulina aumente o disminuya la presión arterial. La ausencia de los
efectos vaso-dilatadores
debido a resistencia insulínica y/o la mayor manifestación de los
efectos hipertensores en
caso de hiperinsulinemia podrían ser el nexo entre la insulina y la
hipertensión arterial.
Abstract
Insulin,
vascular reactivity and hypertension. ISeveral
epidemiological studies have shown that there is a relationship
between hyperinsu-linemia, insulin resistance and arterial
hypertension. Insulin produces sympathetic nervous system stimulation,
enhances renal sodium retention and it directly modifies vascular
mechanisms involved in both contraction and relaxation of the vascular
smooth muscle. These actions of insulin could lead either to elevation
or reduction of blood pressure. The absence of vasodilation due to
insulin resistance and/or the enhancement of the hypertensive effects
due to hyperinsulinemia could be the link between insulin and
hypertension.
Recibido: 8-III-1996 Aceptado: 17-VII-1996
Dirección Postal: Dra. Angela O. Grassi, C.C. 219, Correo
Central, 1900 La Plata, Argentina
En los últimos años se ha generado mucho interés en la
hipótesis de que la resistencia
insulínica y la hiperinsulinemia podrían contribuir a la
patogénesis de la hipertensión arterial1, 7. En un estudio
epidemiológico de 1985, Modan y col.1 informaron que pacientes con
hipertensión presentaban niveles postprandiales de insulina más
elevados que los de pacientes normotensos, independientemente de la
obesidad o la intolerancia a la glucosa. De allí en más, se han
realizado numerosos estudios sobre la asociación
insulina-hipertensión arterial (se encuentran listados en los
trabajos de revisión de T. Baba y col.2, W.P. Meehan y col.3 y M.
Epstein y col.4). De ellos surge que la insulina es capaz de modificar
mecanismos fisiológicos que pueden conducir tanto a aumento como a
disminución de la presión arterial.
Describiremos en primer término estos efectos de la insulina y luego
resumiremos el estado actual de tres enfoques con los cuales se puede
analizar la relación entre insulina e
hipertensión arterial: 1) Estudios epidemiológicos, 2) Estudios in
vivo de efectos de la insulina sobre la presión arterial y el tono
vascular y 3) Estudios in vitro de efectos de la insulina sobre el
músculo liso vascular.
Efectos hipertensores de la insulina
a. Estimulación del sistema nervioso simpático
La insulina aumenta la actividad del sistema nervioso simpático
(SNS) en forma indirecta por producir hipoglucemia y por mecanismos
independientes de la glucemia, como ha sido
demostrado en experimentos con infusión simultánea de insulina y
glucosa (clamp
euglucémico)2, 3, 5. Rowe y col.8 propusieron que esto es así porque
la infusión de la
hormona en humanos aumenta los niveles plasmáticos de noradrenalina a
niveles plasmáticos de glucosa constantes. En este estudio también
registraron aumentos de la
frecuencia cardíaca y de la presión arterial. Sin embargo la teoría
de que la hiperinsulinemia produce hipertensión por activar el SNS ha
sido objetada por los niveles extremos de insulinemia (600 mU/ml) a
los cuales se obtuvo hipertensión8. Resultados recientes2, 3, 9, 10
confirmaron que la activación simpática se da aun con dosis
fisiológicas de insulina (70-150 µU/ml), pero sin aumentos
simultáneos en la presión arterial, e incluso se demostró una
pequeña disminución en la presión diastólica en individuos
normotensos10. Esto cuestiona la hipótesis de producción de
hipertensión por la insulina debida a hiperactividad simpática,
aunque estos mismos investigadores2, 3, 9, 10 hacen notar que una
hiperinsulinemia crónica, no aguda como la de los estudios
descriptos, podría activar el SNS y causar hipertensión. Sin embargo
la hiperinsulinemia crónica en perros conscientes no produce
hipertensión arterial11.
b. Retención renal de sodio
Estudios en humanos12, perros13 y ratas14 han demostrado una
acción antinatriurética de la insulina. Se cree que esta hormona
tiene un efecto directo sobre los túbulos renales, aunque aún es
discutido el sitio exacto de acción en el nefrón12, 14. El aumento
en el Na+ corporal total, debido a la retención renal de Na+ generada
por la insulina, conduciría a hipertensión arterial por expansión
del volumen intravascular. Esta teoría supone que los efectos renales
de insulina no se ven afectados por la insulinorresistencia.
Resultados en contra de esta propuesta son los que muestran que
niveles basales de insulina ya tienen efectos antinatriuréticos
máximos15; también se ha descripto que la
hiperinsulinemia crónica en perros produce retención de Na+ pero no
aumento de la presión arterial16. Esto último podría explicarse
porque la retención de Na+ estimula la liberación de factor
natriurético auricular lo que en humanos no permite la manifestación
de los efectos renales de la insulina17.
c. Hipertrofia del músculo liso vascular
La insulina es un potente mitógeno y factor de crecimiento18,
tanto en forma directa como a través de receptores de otros factores
de crecimiento (Ej. IGF-I), lo que le permitiría actuar aún en
estados de resistencia insulínica3. El aumento de la capa íntima y
media de los vasos secundario a una hiperinsulinemia prolongada
disminuiría la luz del vaso produciendo hipertensión por aumento de
la resistencia vascular3, 19. Se postula que este mecanismo, junto con
la aceleración de la aterogénesis y de la glicosilación de
proteínas de la pared vascular, son factores importantes en la
generación de hipertensión en los pacientes con diabetes de tipo
II4.
d. Efectos sobre el intercambio Na+/H+
La insulina estimula la actividad del intercam-biador Na+/H+3, 4,
20. Como resultado de este efecto se produce alcalinización y aumento
del Na+ intracelular. La alcalinización promueve el crecimiento
celular y puede conducir a aumento de la capa de músculo liso de los
vasos3. El aumento del Na+ intracelular disminuye la extrusión de
Ca++ por vía del intercambiador Na+/Ca++ y aumenta el Ca++
citosólico en las células de músculo liso vascular21. Ambosefectos,
engrosamiento de la pared vascular y elevación del Ca++ en los
miocitos de la misma aumentan la resistencia vascular. Por otra parte
el aumento del Na+ en el citosol de las células del músculo liso
vascular lo sensibiliza a agentes presores como noradre-nalina y
angiotensina II22.
A nivel de los túbulos renales el aumento de la actividad del
intercambiador Na+/H+ generaría una mayor retención de Na+, otro
factor más para aumentar la presión arterial3.
Como marcador de la actividad del intercam-biador Na+/H+ se utiliza la
medida del
intercambio Na+/Li+ en eritrocitos23. En pacientes con hipertensión
esencial se ha detectado mayor actividad de este intercambio23 pero no
se halló aumento en pacientes con diabetes asociada a
hiperinsulinemia24.
e. Efectos sobre el endotelio
La insulina aumenta la liberación de endote-lina por células
endoteliales25 además de
incrementar la respuesta vasoconstrictora a endote-lina de células
musculares lisas en
cultivo26. Ambos efectos convergen para aumentar el tono vascular.
Efectos hipotensores de insulina
a. Efectos sobre el endotelio
La insulina puede causar vasodilatación a través de liberación
de factores endoteliales6, 27, 28 y algunas evidencias sugieren que
uno de ellos es óxido nítrico6, 27, 28. Aún no se ha excluido que
libere otros factores relajantes dependientes de endotelio ni la
posibilidad de que inhiba la liberación de factores vasoconstrictores
endoteliales como los tromboxanos. Se ha reportado que los efectos de
la insulina sobre el endotelio son distintos según el tipo de vaso
considerado27.
La infusión de insulina en perros produce vasodilatación en el
músculo esquelético que es
inhibida con el bloqueante b-adrenérgico pro-pranolol29. Hallazgos
similares se han descripto en humanos30. Este efecto vasodilatador
dependien-te de los receptores b sería mediado por endote-lio ya que
en anillos de aorta de rata contraídos con fenilefrina31 la insulina
aumenta la relajación b-adrenérgica sólo si el endotelio se halla
intacto. Como la insulina no afectó la respuesta b-adrenérgica en
aortas de ratas hipertensas espontáneas (SHR) se asume que esta cepa
posee una disfunción endotelial con deterioro de su capacidad
relajante31.
b. Estimulación de la Na+/K+-ATPasa:
Se sabe que la insulina estimula la actividad de la bomba de Na+ y
K+ en varios tejidos 32. El aumento de actividad de esta bomba produce
relajación del músculo ya que por un lado lo hiperpolariza al hacer
entrar menos cargas positivas (2K+) que las que saca (3NA+) y, por
otro lado, al disminuir el Na+ intracelular estimula la extrusión del
Ca++ citosólico por vía del intercambiador Na+/Ca++. Ambos efectos
favorecen la relajación vascular. Blaustein21, 33 ha propuesto una
disminución en la actividad de la Na+/K+-ATPasa como mecanismo
generador de hipertensión. La falta de insulina o la resistencia
insulínica podrían conducir a la supresión de su efecto estimulante
sobre la Na+/K+-ATPasa. En este sentido se demostró en ratas
diabéticas una disminución tanto en la expresión de la bomba
(medida como cantidad de su ARNm) como en su actividad34.
c. Activación de Ca++-ATPasas
La actividad de las bombas Ca++-ATPasa disminuye la concentración
de Ca++ en el citosol, la de membrana extruyendo el Ca++ fuera de la
célula y la de retículo sarcoplásmico acumulándolo en su interior.
La insulina aumenta la expresión de las dos Ca++-ATPasas35, 36; por
otra parte, en estados de insulinopenia o de resistencia insulínica
hay una disminución de la actividad de la Ca++-ATPasa de membrana37.
Si bien este efecto de insulina favorece la relajación del músculo
liso vascular, se ha propuesto que el mayor funcionamiento de la
Ca++-ATPasa del retículo sarcoplásmico podría aumentar la
concentración de Ca++ en los depósitos intracelulares e incrementar
la respuesta contráctil a agonistas presores que liberen Ca++ de
estos depósitos38.
d. Influencia sobre los canales iónicos
Un efecto indirecto de la insulina sobre los canales de Ca++
operados por voltaje (VOC) es el de inhibirlos por la
hiperpolarización resultante de la activación que ella induce sobre
la Na+/K+-ATPasa; este efecto sobre los VOC atenúa los aumentos
transitorios de Ca++ evocados por diversos agonistas39, 40. Sin
embargo, la insulina posee un efecto directo sobre los VOC, que es el
de activarlos produciendo un pequeño y transitorio incremento en el
Ca++ intracelular que no evoca contracción y que es bloqueado por
diltiazem40.
Referente a los canales de K+, se ha medido eflujo de Rb+ el cual no
es modificado por
exposición a insulina41. Una posible interacción de insulina con los
canales de K+
dependientes de ATP (KATP) ha sido sugerida sobre la base de que
arterias de ratas
diabética no se dilatan por exposición a agentes que abren los
canales de KATP42.
e. Vasodilatación metabólica
El aumento del consumo de O2 causado por la insulina, o la
aparición de algún producto del metabolismo podrían generar una
respuesta vasodilatadora5, 6.
Estado actual de tres enfoques para analizar la relación entre
insulina e hipertensión arterial
1. Estudios epidemiológicos
Una lista detallada de los estudios epidemio-lógicos se halla en
las revisiones de Baba y
col.2, Meehan y col.3 y Epstein y col.4. La primera de estas
revisiones divide a los estudios epidemio-lógicos en dos grupos de
acuerdo a las variables medidas:
Grupo a: Midieron niveles de insulina basales y post administración
de glucosa en función de presión arterial.
Grupo b: Midieron presión arterial versus sensibilidad a la insulina.
Grupo a:
Son estudios que compararon los niveles de insulina de pacientes
hipertensos no diabéticos, hipertensos diabéticos o hipertensos con
intolerancia a la glucosa con los de sus controles normotensos. Muchos
investigadores encontraron niveles de insulina más altos en los
hipertensos2, 3, 5, mientras que en varios estudios no encontraron
diferencias con los normotensos2, 3. Con respecto a los hipertensos
esenciales se ha descripto hiperinsulinemia tanto en obesos como en
delgados1, 43, 44 o exclusivamente en uno de los dos grupos45. La
hipertensión arterial secundaria a otra patología (estenosis de la
arteria renal, hiperal- dosteronismo) no está asociada a
hiperinsu-linemia2. En un estudio con más de 11.000 participantes no
se encontró una correlación entre niveles de insulina plasmática y
presión arterial, pero cuando se consideraron sólo los pacientes con
historia familiar de diabetes o hipertensión sí hubo una fuerte
correlación positiva46.
También pertenecen a este grupo estudios en los que se midió la
presión a pacientes hiper- insulinémicos. Algunos encontraron que
los pacientes con niveles de insulina más altos que lo normal tenían
presión elevada2, 3, mientras que otros estudios no encuentran
diferencias con los controles2, 3, 47. En grupos étnicos
caracterizados por ser hiperinsulinémicos, como los indios Pima, no
se ha podido demostrar un promedio de presión arterial más alto que
lo normal48, como tampoco se ha visto en pacientes con
hiperinsu-linemia causada por un insulinoma49, 50; en este último
caso, la corrección de la hiperinsulinemia por extirpación del tumor
no produjo una disminución de la presión arterial50.
Se puede concluir, entonces, que la asociación de hiperinsulinemia
con hipertensión arterial no es una constante.
Grupo b.
La resistencia a la insulina se puede definir como un estado en el
cual la acción de la insulina produce una respuesta menor a lo
normal. En la mayoría de los casos el término «insulinorre-
sistencia» se refiere a una disminución de su acción
hipoglucemiante2.
Se ha reportado resistencia insulínica en pacientes con hipertensión
esencial51, 52 y en hijos sanos de hipertensos esenciales53. También
se observa hipertensión en dos tipos de
patologías con resistencia insulínica: en el síndrome X10
(asociación de hiperinsulinemia,
intolerancia a la glucosa, obesidad e hipertensión) y en la diabetes
tipo II4.
Varios investigadores no han hallado un vínculo entre la resistencia
insulínica y la hiperten-
sión, o al menos no lo han visto en todos los grupos de hipertensos
estudiados3. Hay algunos estudios que encontraron resistencia
insulínica solamente en hipertensos obesos54, y otros sólo en los
hipertensos que también presentaban un aumento en la actividad del
contratransportador Na+/Li+ de los eritrocitos55. Los indios Pima,
además de ser hiperinsulinémicos, tienen una sensibilidad a la
insulina disminuida, pero como ya se ha mencionado no presentan en su
población un porcentaje de hipertensos mayor que lo
normal48. Las mujeres con síndrome de ovario poliquístico también
suelen presentar
resistencia insulínica e hiperinsulinemia, y tampoco en este caso se
han encontrado
promedios de presión elevados56.
Parece ser, entonces, que la resistencia in-sulínica no está siempre
asociada con la hiper-
tensión. Parte de la discrepancia en los resultados descriptos se
debería a falta de ajuste con respecto a edad, sexo, obesidad o
distribución de la grasa corporal en los grupos estudiados. También
es necesario considerar las diferencias inte-rétnicas, ya que casi
todos los estudios que mostraron correlaciones entre hiperinsulinemia
y/o resistencia insulínica e hipertensión arterial se realizaron en
individuos de raza blanca2, 3. En otros grupos étnicos como los
indios Pima48, 57, pacientes de raza negra5, 7, grupos de nativos
polinesios58 o japoneses59 no se ha demostrado esa asociación.
2. Estudios in vivo de efectos de la insulina sobre la presión
arterial y el tono vascular
La infusión de insulina en dosis fisiológicas en humanos no
produce aumentos de la presión arterial9, 10 (en estos estudios no se
produce hipoglucemia porque se administra
simultáneamente glucosa) e incluso se ha descripto una caída del 3
al 5% en la presión
media6. Resultados similares se obtuvieron con perros11 en los que se
mantuvieron los
niveles de insulina en un rango del orden del hallado en los de
pacientes obesos hipertensos durante 7 o 28 días. La reducción de la
masa renal en un 70% no favoreció la aparición de hipertensión60.
En perros obesos insulino resistentes tampoco hubo un aumento de la
presión arterial por una hiperinsulinemia de 7 días, aunque en este
caso los efectos vasodilatadores periféricos de la insulina fueron
mucho menores61. En ratas, sin embargo, se han observado aumentos de
la presión arterial con la administración de dosis fisiológicas de
insulina62, postulándose para explicar las discrepancias con perros y
humanos que en las ratas las acciones vasoconstrictoras de la insulina
podrían ser más importantes que las vasodilatadoras, o que
presentarían hipertensión al administrarles insulina por poseer
cierto grado de insulinorresistencia. Sin embargo, en ratas con
diabetes inducida por estreptozotocina la administración de insulina
previno la aparición de hipertensión, aunque una vez
establecida ésta, la insulina no produjo una atenuación de la
presión63.
Las ratas Zucker obesas (ZOR) son un modelo experimental de
resistencia insulínica junto
con hiperinsulinemia e hipertensión arterial64 y las ratas
hipertensas espontáneas (SHR) son un modelo de hipertensión que
también presentan resistencia insulínica e hiperinsulinemia65
(aunque hay investigadores que dicen que las SHR tienen una
sensibilidad normal a la insulina66). La administración de drogas que
aumentan la sensibilidad periférica a la insulina produjo una
disminución de la presión en las ZOR pero no en las SHR65, 67,
aunque en otros estudios se ha visto una disminución de la presión
también en las SHR68. Se ha reportado que en las SHR el tratamiento
con compuestos del vanadio redujo la hiperinsulinemia y la presión
arterial66. La restitución de los niveles preexistentes de insulina
retornó la presión a niveles elevados, indicando que en esta cepa la
hiperinsulinemia podría tener una relación con el desarrollo de
hipertensión arterial66.
Numerosos estudios han descripto que la infusión de insulina en
humanos produce vasodi-
latación manifestada por un aumento del flujo sanguíneo en el
músculo esquelético6, 10, 69 y se ha reportado que aproximadamente
un 40% de este aumento es dependiente de óxido nítrico (NO). En
individuos obesos hay una disminución de este efecto vasodilatador6,
y las curvas dosis-respuesta para el flujo sanguíneo de los miembros
en función de la concentración de insulina administrada se
encuentran corridas hacia la derecha (valores mayores de insulina) en
el caso de estos pacientes, así como también en pacientes con
diabetes tipo II, indicando que hay una disminución de la respuesta
vasodilatadora a la insulina en casos de resistencia insulínica6. La
disminución de esta respuesta también se ha visto en pacientes con
hipertensión70, enfermedad que podría estar asociada a
insulinorresisten- cia2, 3. También se han reportado resultados en
los que no se ha podido comprobar vasodilatación en respuesta a la
insulina6, 71 y casos en los cuales se obtuvo mayor aumento en el
flujo del antebrazo en pacientes hipertensos obesos que en normotensos
magros72. Las discrepancias se atribuyen a diferencias en las técnica
utilizadas, a la gran variación biológica de los parámetros
evaluados y a la diversidad en el
estado de los pacientes6.
3. Estudios in vitro de efectos de la insulina sobre el músculo
liso vascular
Como se describió en los efectos hipotensores e hipertensores de
la insulina, hay varias
formas por las cuales esta hormona podría afectar el nivel del calcio
intracelular: estimulación de las Ca++-ATPasas del sarcolema y del
retículo sarco-plásmico, estimulación de la Na+/K+-ATPasa, que
modifica la actividad del intercambiador Na+/Ca++ y el flujo de Ca++ a
través de los canales de Ca++ operados por voltaje, y estimulación
del intercambio Na+/H+.
Los resultados experimentales tienden a sostener que los efectos in
vitro de la insulina son facilitadores de la relajación del músculo
liso vas-cular. En ratas insulinopénicas como las
diabéticas por estreptozotocina las respuestas contrác-tiles de
anillos de aorta estimulados
con fenilefrina y serotonina están aumentadas con respecto a las de
ratas controles73. La
respuesta a noradrenalina, sin embargo, no está afectada74, 75.
Por otra parte, hay evidencias de que la preincubación con insulina
atenúa tanto la
movilización de Ca++ intracelular como la respuesta mecánica de las
células de músculo liso vascular estimuladas con diversos agonistas.
Cuando se estudiaron los aumentos transitorios de Ca++ producidos por
agonistas presores, se vio que, en general, si las células se
prein-cubaban con insulina la cantidad de Ca++ puesto en juego durante
la contracción era menor que en los controles38, 40. Se midieron con
fura-2 los aumentos transitorios de Ca++ producidos por
angiotensina-II (Ang II), noradrenalina (NA) y arginina-vaso-presina
(AVP) en células de arteria mesentérica de rata en cultivo. Cuando
las células se colocaron en un medio con insulina y a los cinco
minutos se estimularon con estos agonistas, se observó que los
niveles de Ca++ medidos disminuyeron40. Resultados similares se
encontraron para células de arteria femoral canina preincubadas con
insulina durante 20 minutos o 7 días y estimuladas con serotonina (5-
HT)39, y para células de aorta de rata y células de arteria pulmonar
humana preincubadas por una hora con la hormona y estimuladas con Ang
II y AVP38. En este último estudio se midieron además las
velocidades con las que el Ca++ volvió a los niveles basales, y se
vio que éstas eran mayores en las células preincubadas con insulina
que en los controles. Se propuso que el aumento de la velocidad de
recuperación del Ca++ basal se podría deber a un aumento de la
expresión de las Ca++-ATPasas de sarcolema y de retículo
sarcoplás-mico, lo que está de acuerdo con los hallazgos previos de
que la insulina estimula la síntesis de estas bombas35.
De acuerdo con sus efectos sobre el calcio, se podría esperar que la
insulina atenuara las
respuestas mecánicas a distintos agonistas y, en efecto, se observó
una disminución en las
contracciones por Ang-II y 5-HT en células musculares lisas aisladas
de arteria femoral
canina39, en la contracción por noradrenalina en arteriolas de
resistencia humanas76 y en
arteria femoral de conejo77, así como se vio vasodilatación por
insulina y un corrimiento hacia la derecha en las curvas
dosis-respuesta a noradrenalina en antebrazo humano78. El grado de
contracción por AVP en anillos de aorta de rata fue disminuido por
insulina, mientras que en arteria mesentérica de rata la insulina
potenció los efectos de AVP, proponiéndose para esto último que
insulina aumenta la liberación de algún factor contrayente
endo-telial en estas arterias27. Es interesante notar que la
atenuación por la insulina de la respuesta vasoconstrictora a
fenilefrina se encuentra disminuida en las ratas obesas Zucker (ZOR),
y que esta cepa es conocida por presentar insulino-rresistencia40. En
concordancia con estos resultados in vitro se ha descripto un aumento
de la respuesta vasoconstrictora a la noradrenalina (debida a un
aumento de la respuesta a2) en pacientes con IDDM con
microalbuminuria, pero no en diabéticos sin microalbuminuria o en
individuos sanos79.
También se ha encontrado un aumento de la respuesta vasoconstrictora
a Ang-II in vivo en pacientes hipertensos esenciales, estableciéndose
una correlación positiva entre el aumento de esta respuesta y el
grado de insulinorresistencia80. En los hipertensos con sensibilidad
normal a la glucosa la respuesta a Ang-II fue comparable a la de los
controles normotensos. Conclusiones: De los resultados presentados en
esta revisión que son contradictorios en algunos aspectos, o al menos
no siempre unidirec-cionales sobre los efectos de insulina sobre la
presión arterial, podemos resumir a nuestro criterio:
1. La insulina puede tener tanto efectos que conducen a aumentar como
a disminuir la
presión arterial.
2. De estos efectos, los que parecen tener más importancia
fisiopatológica son los que
afectan directamente a los vasos (modificación de la actividad del
endotelio vascular, de las bombas y los transportes iónicos que
afectan la regulación del calcio citosólico en músculoliso
vascular).
3. De los efectos vasculares, los que inducen vasodilatación serían
predominantes (no en la rata) y la resistencia insulínica para ellos
causaría vasoconstricción y aumento de la presión arterial;
alternativamente, la hiperinsulinemia secundaria a resistencia
insulínica podría determinar que se manifiesten más los efectos
vaso-constrictores que los vasodilatadores.
4. La asociación de niveles altos de insulina y/o resistencia
insulínica con hipertensión arterial está avalada por estudios
epidemiológicos y experimentales ‘in vivo’ o ‘in vitro’ sobre
la base de lo expuesto en el punto anterior.
5. En el hombre, la hiperinsulinemia aislada no es suficiente para
inducir hipertensión arterial y requiere de otros factores asociados
a raza, y/o predisposiciones a obesidad, resistencia insulí-nica, o
herencia de patología hipertensiva para jugar un rol determinante en
la elevación de la presión arterial.
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