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EFECTO AGUDO DEL LORAZEPAM SOBRE LOS MUSCULOS RESPIRATORIOS EN
LOS PACIENTES CON EPOC ESTABLE
ENRIQUE JOLLY, LAURA AGUIRRE, ELISABET JORGE, CARLOS LUNA
División Neumonología, Hospital de Clínicas José de San
Martín, Universidad de Buenos
Aires
Palabras clave: lorazepam, benzodiacepinas, EPOC
Resumen
ECon el
objetivo de aclarar los efectos de las benzodiacepinas sobre los
músculos respiratorios en pacientes con sobrecarga crónica de los
mismos debida a enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), se
estudiaron 9 pacientes estables con EPOC avanzado (volumen espiratorio
forzado en 1 segundo - FEV1 - 0,91 ± 0,31 litros), en quienes, antes
y 1 hora después de la administración de lorazepam 1,5 a 2 mg
por vía sublingual, se evaluaron la capacidad vital forzada (FVC),
FEV1, ventilación voluntaria máxima (MVV), presión arterial de
oxígeno (PaO2), presión arterial de anhídrido carbónico (PaCO2),
volumen corriente (Vt), frecuencia respiratoria (f), ventilación por
minuto (Ve), tiempo inspiratorio/tiempo total (Ti/Ttot), flujo
inspiratorio medio (Vi), presiones bucales máximas: máxima presión
inspiratoria (MIP) y máxima presión espiratoria (MEP), presión
pleural máxima (Pplmax), presiones transdiafragmáticas durante
diferentes maniobras (Pdi) y mediciones de la fuerza y resistencia de
los músculos esqueléticos. Tras la administración del lorazepam no
se encontraron cambios en la espirometría (FVC, FEV1 ni FEV1/FVC),
aunque
sí existió una reducción del 20% en la Ve, debida a una
disminución en el Vt, que se
acompañó de un pequeño pero significativo incremento en la PaCO2.
La fuerza y resistencia de los músculos esqueléticos disminuyó
significativamente (22 y 50% respectivamente), al igual que la MIP,
MEP, MVV. Ppl y Pdi, que mostraron también reducciones
significativas. Se concluye que una dosis única de lorazepam por vía
sublingual, a la par que disminuye la ventilación, reduce la fuerza y
la resistencia de la musculatura respiratoria en pacientes con EPOC en
situación estable.
Abstract
Acute
effect of lorazepam on respiratory muscles in patients with chronic
obstructive pulmonary disease. Benzodiazepines are known to
cause muscle hypotonia, but their effects on respiratory muscle
function, particularly on diaphragm, have not yet been studied. Our
aim was to look for any effect of lorazepam on respiratory muscle
function in patients with chronic obstructive pulmonary disease
(COPD).
Nine stable COPD patients (mean ± SD forced expiratory volume in one
second (FEV1) 0.91 ± 0.31 l) were included in the study. The
following measurements were performed before and 1 hour after
lorazepam administration (doses: 1.5 to 2 mg) by sublingual route:
forced vital capacity (FVC), FEV1, maximal voluntary ventilation
(MVV), arterial oxygen tension (PaO2), arterial carbon dioxide tension
(PaCO2), minute ventilation (Ve), tidal volume (Vt), respiratoryrate
(f), inspiratory time/inspiratory plus expiratory time
(Ti/Ttot), mean inspiratory flow (Vi), maximal inspiratory (MIP) and
expiratory (MEP) pressures, maximal pleural pressure (Pplmax),
transdiaphragmatic pressures (Pdi) and skeletal muscle strength and
endurance.
As expected, no change was noted in FVC, FEV1, FEV1/FVC (Table 1).
Besides stability of expiratory flows, this denotes no change in
collaboration in spite of the sedative effects of lorazepam. There was
a 20% decrease in Ve, due to a Vt reduction and a small increase in
PaCO2. These could be explained by the central effects of
benzodiazepines. Skeletal muscle strength and endurance decreased
significantly (22 and 50% respectively - Table 2), in accordance with
the previously reported muscular actions of this pharmacological
group.
Respiratory muscle function parameters, MIP, MEP, MVV and Ppl showed
significant
reductions (10 to 20 per cent), as was the case with diaphragmatic
function measured by Pdi (Muller maneuver with abdominal protrussion
and maximal open-glottis expulsive maneuver) (Table 3).
This study demonstrates that a single loraze-pam dose reduces strength
and endurance of respiratory muscle in chronic stable COPD patients.
Recibido:25-X-1994 Aceptado: 10-VII-1996
Dirección postal: Dr. Enrique Jolly, Av. San Martín 2803,
1416 Buenos Aires, Argentina
La administración de benzodiacepinas, el grupo de drogas
ansiolíticas más frecuen- temente utilizado, está absolutamente
contraindicada en pacientes con dificultad ventilatoria aguda, tal
como los individuos con crisis de asma bronquial1 o los pacientes en
poussé aguda de bronquitis crónica2, dado su efecto depresor del
sistema nervioso central, capaz de reducir en forma crítica el
estímulo ventilatorio en estos pacientes.
Estas drogas asimismo reducen el tono muscular, y son reconocidas como
potentes
relajantes musculares3.
Puede especularse, ya que según nuestro conocimiento no ha sido aún
evaluado, que un
efecto relajante de la musculatura esquelética debería disminuir la
fuerza de los músculos
accesorios de la respiración y quizás también del diafragma, que es
un músculo esquelético de características particulares.
Esto podría ser especialmente importante en pacientes con sobrecarga
ventilatoria y uso
permanente de los músculos accesorios, como ocurre en la enfermedad
pulmonar obstructiva crónica avanzada. Es incluso posible que parte
del efecto adverso de este grupo farmacológico en pacientes con
compromiso ventilatorio crítico, sea debido a un efecto negativo de
las benzodiace-pinas sobre la fuerza o resistencia de los músculos
respiratorios, y no sólo a una acción depresora del estímulo
ventilatorio central.
El objetivo del presente trabajo ha sido valorar los efectos de las
benzodiacepinas sobre la función de la musculatura respiratoria en
los pacientes con sobrecarga de los músculos
respiratorios.
Material y métodos
El estudio se realizó en nueve pacientes ambulatorios con
diagnóstico clínico de enfermedad pulmonar obstructiva crónica. Los
criterios de inclusión fueron: 1) que el volumen espiratorio forzado
en el primer segundo no superara el 50% del teórico, y 2) que no
hubieran existido episodios de descompensación aguda en los últimos
2 meses. La presión parcial de CO2 en sangre arterial no fue criterio
de selección. Los pacientes dieron su consentimiento oral luego de
explicárseles las características del ensayo. No se modificó la
medicación con teofilina oral, agonistas b2 o bromuro de ipratropium
inhalados en quienes la recibían. Dentro de las benzodiacepinas se
seleccionó para el estudio al lorazepam por ser uno de los más
activos del grupo4 y ser efectivo por vía sublingual5, evitando tanto
la variabilidad farmacocinética de la vía oral como los riesgos, en
estos pacientes, de la vía intravenosa.
Los pacientes fueron inicialmente evaluados en sus parámetros
espirométricos: capacidad
vital forzada (FVC); volumen espiratorio forzado en el primer segundo
(fEV1); ventilación voluntaria máxima (MVV). El estímulo
venti-latorio central se estimó mediante la ventilación por minuto y
el flujo inspiratorio medio, en tanto que el patrón respiratorio en
reposo a través del volumen corriente, la frecuencia respiratoria y
la relación entre el tiempo inspiratorio y la duración total del
ciclo respiratorio. La adecuación de la ventilación alveolar a las
necesidades metabólicas se valoró por la presión parcial de
anhidrido carbónico (PaCO2). Las presiones bucales y la presión
pleural se utilizaron para establecer la fuerza y resistencia de los
músculos respiratorios en general; las presiones
transdiafragmáticas, las del diafragma en particular y la fuerza y
resistencia de músculos esqueléticos no respiratorios se estableció
en base a la fuerza y resistencia de los flexores del antebrazo sobre
el brazo. El esfuerzo impuesto por la ventilación en reposo sobre el
diafragma se evaluó por la relación entre la presión
transdiafragmática en respiración tranquila y la máxima
(Pdi/Pdimax) y por el índice tensión tiempo (TTI). Las condiciones
mecánicas del pulmón se estimaron por la relación entre el cambio
de volumen y el cambio de presión representados por el volumen
corriente y el respectivo cambio en la presión pleural (Vt/Ppl).
Los pacientes fueron estudiados antes y una hora después de la
administración de lorazepam sublingual, 1,5 mg en los pacientes de
menos de 60 kg de peso y 2 mg en los restantes.
Se midió la capacidad vital forzada (FVC), el volumen espiratorio
forzado en el primer
segundo (FEV1) y la relación FEV1/FVC. Asimismo se determinó la
ventilación voluntaria máxima en 12 segundos (MVV). Para ello se
empleó un equipo Medical Graphics (MR) (Clinical Pulmonary Function
Spirometry System CPF/S. Med Graphics Co.), totalmente computarizado y
que fue calibrado al comenzar cada sesión.
Para determinación de gases en sangre arterial se obtuvo la muestra
por punción de arteria radial y se la procesó en un equipo Radio
Meter (MR) (Acid Base Laboratory Radio Meter Copenhagen ABL 3)
totalmente automatizado, determinando la presión parcial de oxígeno
(PaO2), la presión parcial de anhídrido carbónico (PaCO2) y el
potencial de hidrogeniones (pH) de cada muestra.
Las presiones bucales máximas se midieron empleando una pieza bucal
conectada a un
trasductor Stathan (MR) (Gould P23-ID) y con un registrador gráfico
marca Dyne Arg Mod 690-5. La presión inspiratoria máxima (MIP) se
midió en volumen residual y la presión espiratoria máxima (MEP) se
midió en capacidad pulmonar total6.
La presión pleural (Ppl) se midió colocando un balón esofágico, de
las características
recomendadas7, conectado a un trasductor Stathan (MR) (Gould P23-ID) y
a un registrador gráfico marca Dyne Arg Mod 690-5 adecuadamente
calibrado. El cambio de presión pleural durante el volumen corriente
se registró durante la respiración tranquila, en tanto que para la
máxima presión pleural (Pplmax) se tomó la mayor deflección medida
en el registro de presión esofágica, ya fuera durante la maniobra de
Müller o de olfateo.
Las presiones transdiafragmáticas se midieron con la técnica
convencional7 empleando el
balón esofágico mencionado y un segundo balón colocado en el
estómago, ambos
conectados a trasductores Stathan Gould P23-ID (MR) y a un registrador
de 2 canales marca Dyne Arg Mod 690-5. La presión transdiafragmática
se obtuvo sustrayendo la presión esofágica de la gástrica
registrada simultáneamente. El valor de presión transdiafragmática
generado durante el volumen corriente (Pdi) se midió durante la
respiración tranquila. Para obtener los valores máximos (Pdimax) se
efectuaron las maniobras de Müller combinada con protrusión
abdominal (Pdimü), la maniobra de olfateo (Pdisniff) y la maniobra
expulsiva con glotis abierta (PdiOGE)3, seleccionando la mayor de
éstas para el cálculo de la relación entre la presión
transdiafragmática corriente y la máxima (Pdi/Pdimax).
Durante la determinación de los parámetros ventilatorios el paciente
respiraba a través de
una válvula de Rudolph cuyo extremo inspiratorio estaba abierto a la
atmósfera y el
espiratorio conectado a un ventilómetro (Wright Respirometer). A la
cámara de la misma
válvula se conectó una analizador infrarrojo continuo de CO2
(Capnograph - Oximeter Monitor - BCI International 9000 Monitors). En
forma simultánea se midió la ventilación por minuto (Ve) con el
ventilómetro, la frecuencia respiratoria (f) con un cronómetro y la
curva en tiempo real de la presión parcial de CO2 en el aire de la
cámara, obteniéndose así la duración relativa de la inspiración
con respecto a la duración total del ciclo respiratorio (Ti/Ttot). El
volumen corriente (Vt) resultó de la aplicación de la fórmula Vt =
Ve/f. El flujo inspiratorio medio (Vi) se estimó dividiendo el
volumen corriente por el tiempo inspiratorio obtenido con la fórmula
Ti = 60/f x Ti/Ttot.
Para estimar la fuerza de la musculatura esquelética se colocó al
paciente en decúbito dorsal y se probó, con una serie creciente de
pesas, el máximo peso que el paciente podía levantar flexionando el
antebrazo sobre el brazo hasta llegar a los 90º.
La resistencia de este grupo muscular se valoró en función del
número de veces que el
paciente podía levantar a 90º y llevar nuevamente a la horizontal, a
un ritmo de 20 veces por minuto, una carga correspondiente al 60% de
la fuerza máxima medida previamente.
Para el análisis estadístico los valores de las variables
analizadas, obtenidos antes y después de la administración del
lorazepam se presentan como media aritmética ± desvío estándar.
Esos valores fueron comparados mediante la prueba de Students para
muestras apareadas, considerándose como no significativa una
probabilidad mayor a 0,05.
Resultados
Se estudiaron 9 pacientes, 7 hombres y 2 mujeres, con enfermedad
pulmonar obstructiva
crónica avanzada; 6 de ellos eran normocápnicos (PaCO2 36,5 a 40,8;
media 38,97), y 3 hipercáp-nicos (46,6 a 55,4; media 51,53).
La administración de lorazepam fue clínica-mente bien tolerada, sin
que ninguno de los 9
pacientes manifestara efectos secundarios, excepto somnolencia en 5 de
ellos. En ningún
paciente se advirtió dificultad respiratoria.
Los resultados obtenidos se presentan en las Tablas 1, 2 y 3. Como
puede verse, los valores espirométricos basales fueron indicativos de
una obstrucción severa al flujo aéreo, no existiendo modificación
de los mismos con la administración del lorazepam.
Los datos de los gases en sangre arterial permitieron comprobar que
había existido un
aumento, pequeño pero significativo, en los valores de la presión
parcial de anhídrido
carbónico, aunque no se observó modificación del valor de la
presión parcial de oxígeno ni del pH.
Los parámetros empleados para valorar el estímulo ventilatorio
central (ventilación por minuto y flujo inspiratorio medio) mostraron
ambos una caída del 20%, que alcanzó el nivel de significación para
la ventilación por minuto. Esta reducción ocurrió a expensas de una
caída en el volumen corriente sin modificación de la fre-cuencia
respiratoria ni de la duración de la inspiración.
La fuerza y resistencia de los músculos esqueléticos, medidas en los
flexores del antebrazo, mostraron una significativa disminución tras
la administración del lorazepam.
Como puede apreciarse, tanto la presión inspiratoria máxima como la
máxima presión
negativa pleural testimonian una significativa disminución de la
fuerza de los músculos
inspiratorios, mientras que la presión espiratoria máxima muestra
una significativa
disminución de la fuerza de los músculos espiratorios. En cuanto a
la ventilación voluntaria máxima, un pará-metro de la resistencia
de los músculos respiratorios, experimentó también una caída
significativa.
La fuerza del diafragma considerado individualmente, que se valoró
con la presión transdiafragmática medida en diferentes maniobras,
mostró en algunas de ellas una disminución estadísticamente
significativa tras la administración del lorazepam.
La respiración tranquila se realiza en base al trabajo de los
músculos inspiratorios, los cuales en conjunto generan los cambios
cíclicos de la presión negativa endopleural. La magnitud de esta
presión negativa refleja la carga impuesta por la respiración
tranquila al conjunto de los músculos inspiratorios, así como la
magnitud de la presión transdiafragmática refleja específica-mente
la carga impuesta al diafragma. Ambos valores, tanto la presión
pleuralcomo la transdia-fragmática, se vieron reducidos tras la
administración del lorazepam, lo cual se acompañó también de una
disminución de la relación Pdi/Pdimax. La mecánica ventilatoria,
evaluada por la relación entre el volumen corriente y la variación
de la presión pleural en la respiración tranquila, permaneció
estable.
Discusión
La administración por vía oral de 10 mg de diazepam a voluntarios
sanos no produce cambios en la ventilación por minuto, la presión de
oclusión, la relación Ti/Ttot ni la relacion Vt/Ti9, aunque sí
reduce la respuesta ventilatoria y de la P0,1 al CO210. Administrado
por vía intravenosa en dosis de 10 a 20 mg el diazepam induce un
cambio en el patrón ventilatorio de los voluntarios sanos, con
disminución del volumen corriente y aumento de la frecuencia
respiratoria11, 12, además de producir una disminución en la
respuesta ventilatoria al CO213.
Nuestros resultados muestran que la administración de lorazepam a
pacientes con
enfermedad pulmonar obstructiva crónica severa estable induce, como
era de esperar, una disminución del estímulo ventilatorio central
demostrada por una caída significativa de la ventilación por minuto.
Esta caída de la ventilación por minuto, producida por una
disminución del volumen corriente sin que se altere la frecuencia
respiratoria ni la duración relativa de la inspiración, se
acompañó de una pequeña pero significativa elevación de la
presión parcial de anhídrido carbónico, única modificación
hallada en los gases en sangre. Esto es concordante con los efectos en
los pacientes con hipercapnia por EPOC de otras benzodiaze-pinas, tal
como el flunitrazepam y el triazolam, que producen una reducción en
la ventilación por minuto con aumento de la PaCO2 basal y una caída
en la respuesta ventilatoria y de la P0,1 al CO214.
Además de esta esperada acción central, nuestros resultados
evidencian también la
existencia de acciones sobre los músculos respiratorios.
En concordancia con su acción relajante muscular, la droga produjo
una caída en la fuerza y la resistencia de los flexores del
antebrazo, tomados como exponente de la musculatura esquelética no
respiratoria.
Como era previsible por carecer el lorazepam de efectos sobre el
calibre bronquial, los
valores espirométricos no se modificaron tras su administración.
Esto resulta particularmente importante ya que la capacidad vital y
especialmente el volumen espiratorio forzado en el primer segundo son
altamente dependientes de la colaboración del paciente, por lo cual
su estabilidad asegura que los cambios producidos en otras variables,
como la fuerza muscular, no se deben a una disminución en la
colaboración del paciente causada por el efecto sedante. Asimismo se
mantuvieron, como era lógico, las condiciones mecánicas del pulmón,
medidas por el cambio de volumen por cada centímetro de agua de
cambio en la presión pleural, parámetro que es función de la
compliance pulmonar y de la resistencia de la vía aérea, ya que no
fue medido en condiciones de flujo cero.
Por su parte, los datos obtenidos en múltiples parámetros de
función de los músculos
respiratorios confirman la hipótesis en estudio, ya que la
administración del lorazepam se
acompañó de una caída significativa de todos sus valores. La fuerza
global de los músculos respiratorios medida por las presiones bucales
máximas y la fuerza de los músculos inspiratorios en conjunto,
evaluada más precisamente por la máxima presión negativa pleural
generada experimentaron una reducción del 10 al 20% con respecto a
sus valores basales.
La resistencia de los músculos respiratorios puede ser medida por la
máxima ventilación
sostenible. Rochester15 ha sugerido que la misma puede ser estimada
clínicamente como el 70 a 80% de la ventilación voluntaria máxima
medida en 12 segundos, tanto en individuos normales como en pacientes
con EPOC. En los pacientes con EPOC severa tales como los que nosotros
estudiamos, el valor basal de la MVV está íntimamente ligado a la
obstrucción de la vía aérea. Sin embargo, el haber encontrado una
reducción del 19% en la MVV sin ningún cambio en el FEV1, nos hace
suponer que esta disminución se debe a una caída en la resistencia
de los músculos respiratorios, que acompaña a la disminución en la
fuerza muscular respiratoria.
Por ser el diafragma un músculo estriado particular, ya que está
sometido a un régimen de trabajo permanente que lo asemeja más al
miocardio que a la musculatura esquelética,
resulta particularmente interesante examinar los efectos producidos
sobre el diafragma con exclusión de los otros músculos
inspiratorios. El análisis de las presiones transdiafragmáticas
permite apreciar que la maniobra que usualmente arroja las máximas
presiones es la maniobra de Müller combinada con protrusión
abdominal, la que experimentó también una caída del 15 al 20%. Otra
maniobra, que para algunos autores refleja en forma más pura la
actividad del diafragma, la maniobra expulsiva con gotis abierta16,
confirmó tambien este resultado al mostrar una disminución de rango
similar en sus valores, que no llegó a objetivarse con la maniobra
del olfateo.
Estos resultados permiten afirmar que la administración de lorazepam
en particular y
probablemente de benzodiacepinas en general, resulta en una reducción
apreciable de la
fuerza y resistencia de los músculos respiratorios.
En nuestros pacientes, que se encontraban en una condición
clínicamente estable y sin un
compromiso ventilatorio agudo, el patrón respiratorio basal no era
por supuesto «fatigante» (TTI 0,09 para un máximo aceptable de
0,15). La administración del lorazepam, si bien indujo una caída de
la fuerza máxima del diafragma, se acompañó también de una
disminución del volumen corriente y por consiguiente de la presión
transdia-fragmática necesaria para generarlo, por lo cual la
relación Pdi/Pdimax y el TTI tendieron de hecho a alejarse de la zona
de fatiga diafragmática, aunque a costa de un aumento en la PaCO2. En
pacientes en situación ventilatoria crítica, esta reducción cercana
al 20% en la fuerza de los músculos respiratorios en general y del
diafragma en particular, producida por el lorazepam, puede representar
la diferencia entre poder o no poder sostener la ventilación en
reposo.
Se concluye que la administración del lora-zepam por vía sublingual
a pacientes con EPOC causa, además de un efecto depresor central, una
reducción significativa en la función de su musculatura
respiratoria. Este efecto se produce sin que existan cambios en las
condiciones mecánicas del pulmón ni en los índices de obstrucción
de las vías aéreas.
La reducción en la fuerza y resistencia muscular no es privativa de
la musculatura
respiratoria, ya que se demuestra también en los músculos
esqueléticos y puede, en
principio, ser atribuida a su acción farmacológica relajante
muscular.
A esta acción del lorazepam sobre la musculatura respiratoria, que no
había sido hasta ahora descripta, puede caberle un papel importante a
los efectos deletéreos que las benzodiacepinas poseen en pacientes en
condiciones ventilatorias críticas.
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TABLA 1.- Parámetros ventilatorios
Basal Lorazepam p
FVC (L) 2,28 ± 0,82 2,21 ± 0,74 NS
FEV1 (L) 0,91 ± 0,31 0,91 ± 0,29 NS
FEV1/FVC(%) 41 ± 7 42 ± 6 NS
PaO2 (mmHg) 71 ± 9 73 ± 11 NS
PaCO2 (mmHg) 44 ± 7 46 ± 8 p = 0,012
pH 7,41 ± 0,03 7,41 ± 0,04 NS
Ve (L) 10,9 ± 2,7 9,1 ± 2,4 p = 0,044
Vi (ml/seg) 412 ± 148 311 ± 69 NS
Vt (ml) 531 ± 76 461 ± 88 p < 0,009
f (resp x min) 21 ± 5 20 ± 4 NS
Ti/Ttot 0,41 ± 0,07 0,45 ± 0,06 NS
Vt/Ppl 61 ± 35 70 ± 37 NS
TABLA 2.- Paramétros funcionales de los músculos esqueléticos
Basal Lorazepam p
carga máxima (kg) 8,44 ± 2,8 6,58 ± 1,7 p = 0,0055
resistencia (veces) 37 ± 15 18 ± 19 p = 0,028
TABLA 3.- Parámetros funcionales de los músculos respiratorios
Basal Lorazepam p
MIP (cm agua) 55 ± 16 48 ± 13 p < 0,050
MEP (cm agua) 111 ± 26 100 ± 31 p = 0,010
MVV (L x min) 37 ± 14 30 ± 9 p = 0,027
Ppl max (cm agua) 62 ± 6 50 ± 13 p = 0,005
Pdi Müller 65 ± 27 54 ± 24 p = 0,021
Pdi sniff 49 ± 18 50 ± 21 NS
Pdi max 66 ± 26 59 ± 21 NS
Pdi OGE 64 ± 32 53 ± 36 p = 0,028
Pdi tidal 12,6 ± 5,9 9 ± 5,2 p = 0,009
Ppl 11,5 ± 6,3 8,4 ± 4,9 p = 0,004
Pdi/Pdi max 0,21 ± 0,1 0,16 ± 0,1 p = 0,034
TTI 0,09 ± 0,05 0,07 ± 0,04 NS
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