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TelOmeros y
telomerasa
TELOMEROS Y ACTIVIDAD DE TELOMERASA:
SU PARTICIPACION EN EL ENVEJECIMIENTO Y EL DESARROLLO NEOPLASICO
Alejandra
S. H. Cottliar, Irma R. Slavutsky
Departamento de Genética,
Instituto de Investigaciones Hematológicas, Academia Nacional de
Medicina, Buenos Aires
Resumen
Los
telómeros son regiones de ADN no codificante ubicadas en los extremos
de los cromosomas eucarióticos. Están constituídos por secuencias
de ADN altamente conservadas, repetidas en tandem (TTAGGG)n y
proteínas asociadas, y presentan una estructura especial que previene
la fusión y degradación telomérica. Cuando los telómeros alcanzan
un tamaño crítico tienen dificultades para separarse durante la
mitosis, generando asociaciones teloméricas (tas) e inestabilidad
cromosómica. Dicha instabilidad cromosómica estaría relacionada a
un aumento en la probabilidad de producir errores capaces de generar
cambios genéticos de importancia para el proceso de desarrollo
neoplásico, tales como amplificación génica y pérdida de
heterocigosidad. Los mecanismos que producen las tas son aún
desconocidos pero podrían estar asociados a fallas de la actividad de
la enzima telomerasa, ribonucleoproteína que sintetiza las secuencias
repetitivas de los telómeros, estabilizando así la longitud de los
mismos. Se ha observado una reducción progresiva del número de
repeticiones teloméricas in vitro, asi como en función del
envejecimiento celular, in vivo. Recientes estudios mostraron una
asociación entre la presencia de tas y el acortamiento telomérico,
asi como una correlación entre la reducción telómerica y el aumento
de los niveles de telomerasa en diferentes tumores sólidos y
neoplasias hematológicas. El hecho de que la mayoría de las
neoplasias humanas presenten actividad de telomerasa podría indicar a
dicha enzima como un marcador tumoral específico y prevalente,
constituyendo un muy buen blanco para realizar terapia anti-cáncer
utilizando inhibidores de la misma.
Palabras clave: telómeros, telomerasa, longitud
telomérica, envejecimiento, neoplasias humanas
Abstract
Telomeres
and telomerase activity. Their role in senescence and in neoplastic
development.Telomeres are specialized structures at the ends of
eukaryotic chromosomes, composed of tandem repeats of a repetitive DNA
sequence (TTAGGG)n and associated proteins. They have a number of
important functions including the protection of chromosomes from
end-to-end fusion and degradation. When telomeres become critically
short, telomere separation in mitosis cannot be performed properly
leading to metaphase telomeric associations (tas) and chromosome
instability. This instability can be relevant for neoplastic
transformation because it increases the probability of errors that can
generate genetic changes critical in the multistep process of
transformation, like gene amplification and loss of heterozygosity.
The mechanisms involved in tas are unknown, but it could be because of
failure in the enzymatic activity of telomerase, a ribonucleoprotein
enzyme with an RNA template that directs synthesis of telomeric
repeats at chromosome extremities, producing telomeric length
stabilization. A progressive telomere shortening with ageing has been
shown to occur both in vitro and in vivo. Recent studies have shown an
association between the presence of tas and telomeric shortening, and
also a correlation between telomere reduction and increased telomerase
activity in both solid tumors and hematologic malignancies. The
evidence that most human malignancies have telomerase activity would
indicate that telomerase could be a prevalent and specific tumor
marker, and thus may be a novel and excellent target for anti-cancer
therapy.
Key words: telomere, telomerase, telomeric length,
ageing, human neoplasias
Dirección postal: Lic. Alejandra Cottliar, Departamento
de Genética, Instituto de Investigaciones Hematológicas, Academia
Nacional de Medicina, Pacheco de Melo 3081, 1425 Buenos Aires,
Argentina
Fax: (54-11) 4803-9475 e-mail: lacuteci@intramed.net.ar
Recibido: 27-IX-2000 Aceptado: 18-X-2000
Los telómeros son regiones de ADN no codificante ubicadas en los
extremos de los cromosomas eucarióticos. Están constituídos por
secuencias de ADN altamente conservadas, repetidas en tandem (TTAGGG)n
y proteínas asociadas, y presentan una estructura especial que impide
su unión a los extremos de otros cromosomas, previniendo la fusión
telomérica1. Cumplen un rol esencial en la preservación de la
integridad cromosómica, protegiendo al ADN codificante de la acción
enzimática y la degradación, contribuyendo al mantenimiento de la
estabilidad cromosómica; median importantes interacciones entre los
cromosomas y la matriz nuclear, pudiendo además ejercer efectos sobre
la transcripción de genes situados en regiones subteloméricas e
interactúan con los mecanismos regulatorios del ciclo celular2, 3.
En contraste con las secuencias codificantes que tienen una
replicación semiconservativa, los telómeros sufren pérdidas
progresivas de sus secuencias repetitivas durante las sucesivas
divisiones celulares. Actualmente, se considera que se requiere un
mínimo de longitud telomérica para mantener la función de los
telómeros, y que cuando los mismos alcanzan un tamaño crítico
tienen dificultades para separarse durante la mitosis, generando
asociaciones teloméricas (tas) e inestabilidad cromosómica4,5. Dicha
inestabilidad cromosómica estaría relacionada a un aumento en la
probabilidad de producir errores capaces de generar cambios genéticos
de importancia para el proceso de desarrollo neoplásico, tales como
amplificación génica y pérdida de heterocigosidad6.
Las tas constituyen la unión de los extremos de dos o más cromosomas
sin pérdida aparente de material genético7 (Figura 1). El análisis
de tas es un método citogenético de reciente introducción en el
estudio de la inestabilidad cromosómica cuya presencia podría estar
asociada con el desarrollo neoplásico. La aparición de estas
fusiones aumentaría además con la evolución tumoral, según sean
lesiones primarias o metastásicas8.
Los mecanismos que producen las tas son aún desconocidos pero
podrían estar asociados a fallas de la actividad de la enzima
telomerasa, ribonucleoproteína que sintetiza las secuencias
repetitivas de ADN características de los telómeros, estabilizando
así la longitud de los mismos. Dicha enzima, cuyo rol es mantener la
integridad telomérica, estaría reprimida en el tejido somático
normal, a excepción de las células germinales y progenitoras
hematopoyéticas, y se reactivaría en el cáncer para mantener la
proliferación y el desarrollo de las células tumorales, sugiriendo
un rol importante de la reducción telomérica y de la actividad de
telomerasa en la carcinogénesis9-12.
Las células con un gran número de tas pueden perder regiones
repetitivas ricas en guanina, generando rearreglos cromosómicos que
constituirían cambios críticos para el proceso de transformación
neoplásica. Se ha propuesto también que la formación de tas
estaría asociada a replicaciones defectuosas de los telómeros, lo
que llevaría a una constante pérdida de las secuencias teloméricas
que favorecería las fusiones13.
Las tas han sido raramente encontradas en células normales, debido a
que los extremos intactos de los cromosomas no tienden naturalmente a
asociarse a expensas de los telómeros que los protegen de estos
eventos. Pueden ser de simple o doble cromátide14, no habiéndose
observado diferencias entre sexos15. Por el contrario, se las ha
observado en células infectadas por virus, tumorales o senescentes16
y en patologías de origen genético como ataxia telangiectasia17,
anemia de Fanconi18 y los síndromes de Thieberge-Weinssenbach19 y de
Turner20. Simultáneamente fueron descriptas en diferentes tipos de
cáncer22, tanto en tumores sólidos8, 14, 22-24 como en neoplasias
hematológicas25-28.
Acortamiento telomérico y actividad de telomerasa
La enzima telomerasa cuyo rol es mantener la integridad
telomérica, actuaría elongando los extremos cromosómicos
erosionados a expensas de un componente de ARN que contiene un dominio
que es complementario a la secuencia de ADN telomérico. Ese dominio
permite alinear la enzima con el sustrato y provee de un templado para
la adición de novo de deoxinucleótidos a las secuencias
teloméricas. Por retrotranscripción, la telomerasa genera una copia
de ADN de su propia copia de ARN, la cual es entonces fusionada al
extremo 3' del telómero. La extensión de los telómeros por la
telomerasa es requerida para llegar a la contracción normal que
ocurre después de cada replicación del ADN 22. Se detectó actividad
de telomerasa en las fases G1, S y G2 del ciclo celular, observándose
una represión cuando las células entran en G0 debido a la carencia
de factores de crecimiento, inhibición por contacto de la división
celular, inducción de la senescencia por reversión en una línea
celular inmortalizada o por diferenciación 3.
El tamaño de las secuencias teloméricas terminales, varía
dependiendo de diversos procesos biológicos. Se ha observado una
reducción progresiva del número de repeticiones teloméricas in
vitro, asi como en función del envejecimiento celular, in vivo4,13,
29. Después de un cierto número de divisiones celulares, la célula
adquiere una longitud telomérica crítica, pudiendo resultar en la
pérdida de secuencias de regiones subteloméricas que podrían llevar
a la muerte celular. La pérdida de estas repeticiones terminales
durante la proliferación celular debido a una incompleta replicación
puede ser contrarrestada por la elongación de los telómeros por
parte de la telomerasa.
Se han identificado cuatro genes que codifican proteínas que
controlan el equilibrio entre la elongación por la telomerasa y el
acortamiento debido a la actividad de exonucleasa. Una de las
proteínas más importantes es TRF130, ésta se une al ADN telomérico
doble cadena y regula negativamente la longitud telomérica31
manteniendo la estabilidad cromosómica. Recientemente se ha
identificado la proteína TIN2 que interactúa con TRF1 y es esencial
en la regulación de la longitud telomérica, demostrándose además
que TRF1 sola sería insuficiente para controlar la longitud
telomérica en células humanas32. Se ha sugerido que los telómeros
que llegan a una longitud mínima crítica no son capaces de reclutar
la proteína TRF2, dando como resultado fusiones entre los extremos de
los cromosomas33.
Existen distintas evidencias que indicarían que el acortamiento
telomérico durante el envejecimiento de células somáticas normales
in vitro jugaría un rol causal en la senescencia celular. Una
longitud telomérica crítica estaría asociada con un bloqueo en la
replicación característico de las células senescentes. Se estudió
la longitud telomérica en fibroblastos y linfocitos de personas sanas
centenarias, encontrándose un acortamiento telomérico durante la
propagación in vitro de los fibroblastos, así como una correlación
inversa entre las longitudes teloméricas y la edad del donante.
También se efectuó un análisis de expresión de genes inducidos
durante la senescencia, sólo la expresión de fibronectina mostró
una correlación positiva con la edad del donante. Estos resultados
sugirieron que el acortamiento telomérico podría jugar un rol
diferente en el envejecimiento de distintos tipos celulares34.
El modelo propuesto acerca del rol del acortamiento telomérico, en el
envejecimiento y la inmortalidad celular, involucra varios pasos. El
ADN telomérico protege a los extremos de los cromosomas de eventos de
recombinación y su longitud serviría como un “reloj mitótico”,
el cual permite la salida del ciclo celular cuando los telómeros
llegan a ser suficientemente cortos. La longitud de éstos, en
condiciones fisiológicamente normales, declina con las sucesivas
divisiones celulares llegando progresivamente a un estadio de
reducción crítica característico del proceso de senescencia. Las
mutaciones en los genes p53, Rb (Retinoblastoma) o la adición de
secuencias de ADN virales, conferiría la capacidad de saltear los
signos que ejercen el control del crecimiento celular que normalmente
llevan a un primer estadio de mortalidad. Además, el modelo sugiere
que las mutaciones producidas en genes que codifican proteínas que
actúan detectando anomalías cromosómicas o regulando el ciclo
celular, pueden permitirle a una población clonal escapar de la
senescencia y continuar proliferando, causando pérdidas teloméricas
continuas, inestabilidad cromosómica y tas. Las células que escapan
de ese primer estadio de mortalidad celular, llegarían a una segunda
etapa, denominada crisis. La mayor parte de las células que ingresan
a ese período, morirían, mientras que una pequeña subpoblación con
defectos cromosómicos sobreviviría a la misma por renovación en la
producción de telomerasa y la consecuente estabilización de sus
telómeros, que llevarían a una proliferación indefinida35.
Envejecimiento y telómeros
La senescencia celular es un proceso irreversible de declinación
de la proliferación en relación con la edad. Es un proceso activo,
genéticamente programado, que responde a una inducción dada por el
acortamiento telomérico, generando una señal semejante a la
producida por el daño en el ADN. Por el contrario, la quiescencia es
un proceso reversible que mediante una estimulación adecuada puede
resultar en la continuación de la proliferación36.
El inicio de la senescencia en células humanas involucraría
mecanismos comunes mediados por p53 y/o Rb, así como también p21,
postulándose que p16 limitaría el crecimiento37. En células
presenescentes se ha reportado la presencia de telomerasa
enzimáticamente activa, acompañada del mantenimiento de la longitud
telomérica y de una demora en el desencadenamiento de la
senescencia38.
En individuos normales se detectó una disminución de la longitud
telomérica con el avance de la edad, observándose variaciones entre
distintos tipos celulares desde 15000-20000 pb en células germinales,
10000 pb en adultos jóvenes y 5000-7000 pb en células de ancianos11.
Se sabe que el número de divisiones celulares correlaciona
positivamente con la longitud telomérica inicial habiéndose
observado una pérdida progresiva de secuencias teloméricas de entre
50 y 200 nucleótidos con cada duplicación de la población celular,
calculándose que la pérdida promedio de ADN telomérico en tejido
hematopoyético sería de 9pb/año7, 11. En células somáticas en
activa división, los telómeros pueden llegar a un acortamiento tal
que cese la capacidad proliferativa por disminución de la longitud
telomérica a niveles críticos (aproximadamente 2.5 Kb)21, situación
definida como punto límite de Hayflick39. Esas observaciones llevaron
a la hipótesis de que la longitud telomérica serviría como un reloj
biológico regulando la vida de las células normales.
Al presente se han postulado dos teorías que explicarían esta
capacidad replicativa limitada de células de mamíferos: 1)
acumulación gradual de mutaciones y 2) existencia de un reloj
molecular que controle el número de divisiones celulares, siendo
ésta última la más aceptada. En referencia al primer punto, sabemos
que en células humanas normales no ha sido observada una
inmortalización espontánea, siendo necesarias muchas mutaciones para
lograr esta situación, mientras que en células de roedores unas
pocas o una sola bastarían para producir proliferación indefinida36.
Por otro lado, se considera que si existiera un “reloj molecular”
que controlara las divisiones celulares, cuando éste “se quedara
sin cuerda”, generaría una señal que sería capaz de gatillar el
programa de senescencia. La expresión de determinados agentes podría
prevenir la senescencia sorteando la señal del reloj o interferiendo
con la maquinaria del envejecimiento. A pesar de existir períodos de
inmortalidad aparente, este programa permanece intacto y por remoción
del agente que anula la senescencia, es capaz de establecer un rápido
cese del crecimiento. Esta hipótesis del reloj molecular está
asociada a la degradación de los telómeros29.
Una observación importante es que células senescentes aún poseen
telómeros apreciables y que éstos continúan acortándose si se
produce una extensión de la vida celular4, 37. Las células en crisis
presentan telómeros con longitudes promedio de 3-4Kb, pero por una
heterogeneidad en el proceso de degradación, la mayoría de las
mismas probablemente contengan al menos un cromosoma con telómeros
críticamente acortados o ausentes, generando una inestabilidad
cariotípica característica de células en crisis. De hecho,
empleando un análisis cuantitativo de intensidad de fluorescencia, se
ha observado células en crisis con longitudes teloméricas de 1Kb o
menos. Asimismo, se ha sugerido que, como resultado del acortamiento
telomérico, se produciría una desrepresión de genes regulatorios
del crecimiento en regiones subteloméricas, situación que
protegería a la célula de la inestabilidad genómica36.
Metodología de estudio
El estudio de la longitud telomérica se realiza empleando el
análisis de los fragmentos de restricción terminal (TRF)29,
obtenidos mediante la digestión de ADN genómico con una enzima de
restricción de corte muy frecuente (HinfI), que no corta en el core
de las repeticiones teloméricas, sino que por digestión total llega
a clivar secuencias cercanas a las mismas. Esta digestión es seguida
de un Southern Blot en el cual se hibrida con una sonda complementaria
a este motivo, marcada radiactivamente, detectando de esta forma las
poblaciones de longitudes teloméricas de distintos tipos celulares.
El método de TRAP (Telomeric Repeat Amplification Protocol)9, basado
en la técnica de PCR, permite detectar la presencia de actividad de
telomerasa en extractos celulares utilizando primers de regiones
teloméricas. Bajo estas condiciones, en caso de existir enzima
endógena activa, la telomerasa sintetiza un producto de elongación,
el cual a su vez sirve como templado para los siguientes ciclos de
amplificación. De esta manera, se generan una serie de productos en
escalera que difieren en su longitud en múltiplos de
hexanucleótidos, producto de la presencia de diferente número de
repeticiones teloméricas, que pueden visualizarse en un gel.
Estas regiones teloméricas constituídas por ADN altamente repetitivo
pueden evaluarse también mediante técnicas de hibridación in situ.
El método de hibridación in situ con fluorescencia (FISH) empleando
sondas complementarias a las secuencias teloméricas ha permitido
detectar presencia o ausencia de telómeros, así como cuantificar los
mismos por célula y por grupo cromosómico. También el FISH
cuantitativo permite mostrar el tamaño aproximado de estas
secuencias. La metodología PRINS (Primed In Situ Syntesis) utiliza la
propiedad de la polimerasa de extender un segmento de ADN a partir de
primers complementarios con el agregado de deoxinucleótidos marcados,
permitiendo evaluar modificaciones de la longitud telomérica sobre
extendidos cromosómicos, mediante el empleo de un microscopio de
fluorescencia con los filtros adecuados40. Recientemente se
desarrolló un método denominado ‘flow FISH’ que utiliza la
citometría de flujo combinada con la técnica de FISH empleando como
sonda un PNA (peptide nucleic acid) pan-telomérico y que sería de
utilidad para medir, mediante intensidades de fluorescencia, las
longitudes teloméricas promedio de los extremos cromosómicos en
células individuales41.
Telómeros y neoplasias
Las asociaciones teloméricas son consideradas como un primer
evento en la generación de los rearreglos cromosómicos específicos
observados en células tumorales6. Dichas anomalías citogenéticas
ocurrirían como resultado de ciclos de ruptura y fusión entre los
centrómeros de cromosomas dicéntricos, los que presentarían
segregaciones defectuosas durante la mitosis, llevando a desbalances
de material genético e inestabilidad genómica35.
Asimismo, se sabe que la presencia de telómeros funcionales es
importante para una propagación estable de los cromosomas durante el
ciclo celular, función que es dependiente del número de secuencias
repetitivas y de las proteínas que se unen a las mismas. Normalmente,
en células en G1 y G2, los telómeros se asocian entre sí,
orientándose hacia la periferia del núcleo, debiendo activarse un
mecanismo específico para resolver dichas asociaciones al progresar
hacia la mitosis. Cuando los telómeros llegan a ser críticamente
cortos, su separación durante la mitosis no se produciría
adecuadamente, llevando a la formación de tas e inestabilidad
cromosómica 5. Estudios recientes con células de ratones deficientes
de telomerasa han provisto evidencias concretas de la relación
existente entre la pérdida de repeticiones teloméricas y la
predisposición a fusiones teloméricas42.
Diferentes reportes mostraron asociación entre la presencia de tas y
el acortamiento telomérico en diferentes tumores sólidos y líneas
celulares43-45, asi como correlación entre la reducción telómerica
y el aumento de los niveles de telomerasa en leucemias y
preleucemias9, 46, 47.
Asimismo, se ha observado una evolución clonal de las fusiones
teloméricas en diferentes neoplasias22, 28, 35, 48, alteraciones que
darían origen a una evolución cariotípica, pudiendo constituir
lesiones precursoras para otras anomalías estructurales tales como
translocaciones inestables, dicéntricos o anillos35. En la Tabla 1 se
detallan los estudios de tas, longitud telomérica y actividad de
telomerasa efectuados en diferentes tumores sólidos y neoplasias
hematológicas.
Estudios de nuestro laboratorio han permitido detectar la presencia de
inestabilidad cromosómica evidenciada por el incremento significativo
del porcentaje de tas y de células con tas en médula ósea de
pacientes con LNH y MM respecto de controles, independientemente del
patrón citogenético encontrado. Asimismo, se detectaron diferencias
significativas entre las frecuencias observadas en LNH respecto de MM,
lo que indicaría la existencia de patrones de inestabilidad
cromosómica característicos para cada entidad y permitiría sugerir
la presencia de acortamiento telomérico en las mismas15. Estos
hallazgos se correlacionarían con un incremento de la actividad de
telomerasa observado previamente en estas patologías10.
Por otra parte, hemos detectado un aumento significativo de la
frecuencia de tas en sangre periférica de pacientes con colitis
ulcerosa (CU) y pancreatitis crónica, respecto de los controles,
sugiriendo su asociación con la predisposición al desarrollo
neoplásico característico de ambas patologías49, 50. Estudios
realizados en la mucosa intestinal de pacientes con CU en estadios
avanzados, detectaron una disminución de la longitud de los
telómeros51, hallazgo que estaría relacionado con el aumento de tas
encontrado en nuestro trabajo.
Los estudios realizados en neoplasias hematológicas mostraron un
aumento de tas, con la presencia de tas clonales en leucemia
linfocítica crónica y leucemia prolinfocítica25, 27, 28,
detectándose además disminución de la longitud telomérica y
aumento de la actividad de telomerasa en estadíos avanzados11, 47. En
leucemias agudas se observó una importante reducción de la longitud
telomérica al momento del diagnóstico, con valores normales en la
remisión completa52. En leucemia mieloide aguda, se ha demostrado que
la actividad de telomerasa es inhibida durante el proceso de
diferenciación celular y que los pacientes con actividad de
telomerasa aumentada presentan anomalías citogenéticas de mal
pronóstico53. Un comportamiento similar se observó en pacientes con
sindromes mielodisplásicos, observándose además que la presencia de
telómeros cortos al diagnóstico estaría asociada con enfermedad
más agresiva54. Por otra parte, en leucemia mieloide crónica se
observó un incremento de la actividad de telomerasa durante la fase
blástica47.
En tumores sólidos se han detectado variaciones de la longitud
telomérica con predominio del acortamiento telomérico, asi como la
presencia de actividad de telomerasa en la mayoría de las neoplasias
estudiadas (Tabla 1). Sin embargo, en tumores testiculares de células
germinales, se observó un alargamiento de telómeros, sugiriendo un
alto potencial proliferativo55. Además, se detectó la expresión de
actividad de telomerasa en neoplasias de células germinales, en
contraste con teratomas maduros, donde se la vio reprimida. Dicha
actividad podría contribuir a una capacidad proliferativa limitada de
los teratomas maduros, sustentando la existencia de una relación
inversa entre la actividad de telomerasa y el estadio de
diferenciación en los tumores de células germinales56. Esto
permitiría concluir que no habría una tendencia general a la
reducción telomérica en tejidos malignos.
Por otra parte, en carcinoma hepatocelular se observó un acortamiento
progresivo de telómeros y actividad de telomerasa, concluyendo que la
expresión de telomerasa puede ser un marcador útil para la
detección temprana de la progresión de enfermedad maligna de
hígado57, mientras que en carcinoma renal no presentó valor
pronóstico58, indicando la importancia de realizar estos estudios en
las diferentes patologías.
El hecho de que la mayoría de las neoplasias humanas muestren
actividad de telomerasa podría indicar a dicha enzima como un
marcador tumoral específico y prevalente, constituyendo un muy buen
blanco para realizar terapia anti-cáncer utilizando inhibidores de la
misma.
Agradecimientos: El presente trabajo fue realizado con
fondos provenientes del Consejo Nacional de Investigaciones
Científicas y Técnicas (CONICET) y de la Agencia Nacional de
Promoción Científica y Tecnológica (ANPCyT).
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Figura 1: Metafase con técnica de bandeo G mostrando una
asociación telomérica (tas) de simple cromátide.
Tabla 1.- Asociaciones teloméricas, acortamiento telomérico y
actividad de telomerasa en neoplasias humanas
Neoplasia Aumento Acortamiento Actividad de
de tas Telomérico Telomerasa
TUMORES SOLIDOS
Carcinoma hepatocelular 57 57
Carcinoma colorrectal 13 65, 75
Carcinoma gástrico 74
Oseos a células gigantes 59 59
Próstata 61 61
Melanoma 62
Células germinales 56
Carcinoma renal 63 58
Gliomas 64
Meningioma 66
Astrocitoma 22, 70
Ependimoma 35
Tumores lipomatosos 67
Ovario 8, 22
Mama 24
Utero 24
Carcinoma de células
escamosas de laringe 14
Carcinoma escamoso de
epitelio oral 68
Pulmón 69
NEOPLASIAS HEMATOLOGICAS
SMD 54
LMC 12, 52, 71 52
LMA 72 47, 53
LLA 24, 25 12, 52, 60 9, 60
LLC/LPL 24, 27 47
Linfoma de Hodgkin 73
LNH 15 10
MM 15 10
tas: asociaciones teloméricas; SMD: sindrome mielodisplásico;
LMC: leucemia mieloide crónica; LMA: leucemia mieloide aguda; LLA:
leucemia linfoblástica aguda; LLC: leucemia linfocítica crónica;
LPL: leucemia prolinfocítica; LNH: linfoma no-Hodgkin: MM: mieloma
múltiple.
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