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ABSCESO OVARICO POR ACTINOMYCES SP
ABSCESO OVARICO POR ACTINOMYCES SP. EN AUSENCIA DE UN
DISPOSITIVO INTRAUTERINO
Silvia
C. Burlando, Leonardo A. Paz, Lucas G. De Feo, Guillermo Benchetrit,
Daniel Rimoldi, Silvia C. Predari
Instituto de
Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, Facultad de Medicina,
Universidad de Buenos Aires de la Universidad Nacional de Córdoba
Resumen
Los
procesos infecciosos causados por Actinomyces spp. suelen representar
un desafío diagnóstico. Se presenta un caso inusual de absceso
ovárico por Actinomyces sp. en una paciente sin antecedentes de uso
de DIU, que consultó por fiebre persistente. La ecografía
transvaginal mostró ovarios aumentados de tamaño, quísticos y con
sombras acústicas. Fue realizada una laparotomía exploradora con un
diagnóstico preoperatorio de teratoma quístico bilateral, infectado.
Se realizó una salpingooforectomía bilateral. La biopsia mostró
endometrioma y absceso ovárico con calcificación de la pared. En los
cultivos desarrollaron bacilos gram-positivos filamentosos
identificados como Actinomyces sp. Luego de la cirugía y del
tratamiento con penicilina, la fiebre desa-pareció y la evolución de
la paciente fue óptima. Se concluye: 1- la infección ovárica por
Actinomyces sp. puede presentar imágenes anexiales que pueden ser
confundidas con tumores (teratoma), conduciendo a errores
diagnósticos y terapéuticos; 2- es fundamental el estudio
microbiológico del material purulento extraído para lograr el
diagnóstico etiológico y orientar la terapia antimicrobiana; 3- la
actinomicosis pelviana, también puede manifestarse en pacientes sin
DIU o pesarios; 4- la prevención se basa en el estudio
microbiológico del material endocervical en toda paciente en cuyo
Papanicolaou se visualicen bacilos compatibles con Actinomyces spp.,
utilicen o no DIU.
Palabras clave:Absceso ovárico, Actinomyces sp,
teratoma
Abstract
Ovarian
abscess due to Actinomyces sp. in absence of an intrauterine
contraceptive device. The disease caused by Actinomyces spp. is
often of difficult diagnosis. Actinomyces spp. are anaerobic or
microaerophilic non-spore-forming gram-positive rods that may reach,
occasionally, the normal female genital tract. IUD and pessaries
facilitate the access of the microorganisms to the pelvis. We report
an unusual case of ovarian infection by Actinomyces sp. in a 41
year-old female without IUD, admitted at the Institute in November
1998, with persistent fever. She had had an early menopause 3 years
before, and had received hormonal replacement therapy. Usual and
unusual infections were discarded by microbiological and serologic
studies. Abdominal ultrasonography showed a slight left pyelocalycial
dilatation and a simple cyst in the left ovary; heart ultrasonography
was normal. Gynecological examination showed an enlarged uterus,
similar to an 8 week pregnancy, painless, and fixed anexial masses.
The transvaginal ultrasonography showed uterine myomas, one of them of
42 mm in the isthmus region, large ovaries, cystic, with acoustic
shadows, and the left one with a septum. The preoperatory diagnosis
was infected bilateral cystic teratoma. The procedure was an
exploratory laparotomy, followed by a bilateral salpingo-oophorectomy.
The specimen studies showed an endometrioma with calcium deposits in
the wall of the right ovary, and an abscess in the left ovary, also
with calcification of the wall. The sample from the left abscess
developed Actinomyces sp. After surgery, and treatment with
penicillin, the fever disappeared. It is important to remark that the
ovarian infection by Actinomyces sp. can also occur in patients
without an IUD or a pessary; it might cause anexial images that can be
interpreted as a tumour, inducing to erroneous diagnosis and
treatment.
Key words:ovarian abscess, Actinomyces sp., theratoma
Dirección postal: Dr. Leonardo A. Paz,
Instituto de Investigaciones Médicas Alfredo Lanari, Combatientes de
Malvinas 3150, 1427 Buenos Aires, Argentina
Fax: (54-11) 4514-8708 e-mail: lpaz@intramed.net.ar
Recibido: 15-VIII-2000 Aceptado: 16-VIII-2001
La actinomicosis es una infección bacteriana causada por
Actinomyces spp., que suele presentar dificultades diagnósticas.
Actinomyces spp. son bacilos-gram-positivos ramificados, no
esporulados, anaerobios facultativos o anaerobios estrictos,
considerados, primariamente, patógenos oportunistas y que pueden
constituir parte de la flora residente de la mucosa del tracto genital
femenino normal1. DIU y pesarios facilitan el ascenso de estos
microorganismos hacia la pelvis. Evans estimó que del 1.6 al 11.6% de
las portadoras de DIU sufren una infección por Actinomyces israelii
1. Clínicamente, exceptuando a la actinomicosis cervicofacial, el
resto de las distribuciones anatómicas de estas infecciones son
confundidas con tumores2. Motiva esta comunicación, la presentación
inusual de infección ovárica por Actinomyces sp., en una paciente
sin antecedentes de uso de DIU3.
Caso clínico
Paciente de 41 años, que consultó en el Instituto en noviembre de
1998, por fiebre de hasta 39°C remitente, de 16 días de evolución,
con astenia, adinamia, artralgias y pérdida de 6 Kg de peso, en el
último año. Presentaba constipación evaluada mediante colon por
enema, que no evidenció patología. La paciente era nulípara, con
pareja estable en los últimos tres años y no utilizaba DIU como
método anticonceptivo, sin gestas reconocidas. No refirió
dispareunia ni sinusorragia, eume-norreica hasta 3 años antes de su
internación y oligomenorreica desde entonces, evolucionó a la
amenorrea en junio de 1997, manteniendo tal condición hasta el
momento de la consulta. Inició tratamiento hormonal de reemplazo en
junio de 1998 con parches, ante el diagnóstico de menopausia precoz
en otra institución, el que fue suspendido al ingreso.
Los datos de laboratorio fueron: glóbulos blancos 13000 / mm3,
hematocrito 28%, hemoglobina 9.1 g/dl, volumen corpuscular medio 91,
ferremia 24 µg/dl (VN 70-130 µg/dl), capacidad total de transporte
de hierro 168 µg/dl (VN 250-350 µg/dl), saturación de transferrina
14% (VN 25-35%), eritrose-dimentación (ERS) 137 mm, GOT, GPT y FAL
dentro de valores normales, g glutamil transpeptidasa 70 U/l (VN hasta
24 U/l). Una punción aspirativa de médula ósea evidenció, como
única alteración, la ausencia de hierro de depósito. Los
anticuerpos (Ac) anti-ADN, factor antinúcleo y prueba de látex
fueron negativos. El nivel plasmático de complemento hemolítico
total fue normal. Los estudios endocrinológicos evidenciaron:
triiodotironina 124 ng/dl (VN 60-200 ng/dl), tiroxina 6.5 µg/dl (VN
4.5-12.5 µg/dl), tiroxina libre 1.2 ng/dl (VN 1-1.8 ng/dl) y
tirotrofina 16 µUI/ml (VN 0.2-3.5 µUI/ml método,
inmunorradiométrico). La determinación de anticuerpos antifracción
microsomal tiroidea fue positiva con título mayor de 1/6400. Los Ac
anti-mieloperoxidasa fueron positivos 5000 U/l. La hormona
folículoestimulante > 100 mUI/ml (VN en menopausia > 42
mUI/ml). La hormona luteinizante 38 mUI/ ml (VN en menopausia >
11mUI/ml) y el estradiol 6 pg/ml (VN hasta 47 pg/ml). Los estudios
serológicos para detectar infección por: Toxoplasma gondii,
Trypanosoma cruzi, Brucella spp; citomega-lovirus, virus de Epstein
Barr, virus de la inmunodeficiencia humana y virus de hepatitis B y C
fueron negativos. La prueba de PPD con 2 UT resultó negativa como
así también 3 hemocultivos seriados de 2 muestras cada uno y el
urocultivo. La ecografía abdominal mostró una leve dilatación
pielocalicial izquierda4. La ecografía ginecológica mostró un
quiste simple de 6 cm de diámetro en el ovario izquierdo. La
fibroendoscopía digestiva alta evidenció antritis leve. La biopsia
presentaba gastritis crónica, activa, fúndica, con metaplasia
intestinal focal. Durante su internación evolucionó afebril. Fue
dada de alta para seguimiento por consultorio externo de clínica
médica, endocrinología y ginecología, con los siguientes
diagnósticos: anemia ferropénica, tiroiditis de Hashimoto,
menopausia precoz y probable enfermedad de Still del adulto.
Durante el seguimiento, ante valores del marcador tumoral CA 125
negativos, reinició el tratamiento hormonal de reemplazo. Continuó
con febrícula intermitente y ERS elevada pero mejoró el estado
general. A los tres meses del alta se detectó un cambio en el examen
ginecológico: útero aumentado de tamaño como gesta de 8 semanas,
fondo de sacos duros, fijos e indoloros, ocupados por masas de
probable origen anexial bilateral. Una ecografía transvaginal reveló
el útero en AVF, aumentado de tamaño, ligeramente miohiperplásico
con mioma de 42 mm en itsmo, ovario derecho de 43 x 32 x 30 mm, con
formación líquida de 34 x 30 x 20 mm, con calcificación lineal en
su cara posterior, ovario izquierdo de 67 x 61 x 37 mm, con formación
líquida, tabicada, espesor del tabique de 4.9 mm, con una
calcificación de 5 mm en su base (Figura 1). Los hallazgos fueron
corroborados por una tomografía computada de abdomen y pelvis con
contraste oral y endovenoso no evidenciándose compromiso de otros
órganos (Figura 2). El diagnóstico presuntivo fue de teratoma
ovárico bilateral, infectado5. En abril de 1999 se realizó
laparotomía exploradora: las asas intestinales se encontraron
firmemente adheridas a la pelvis menor y a los ovarios, ambos
aumentados de tamaño. Se realizó lavado peritoneal. El ovario
derecho se abrió espontáneamente, drenando material achocolatado. La
biopsia por congelación fue negativa para células neoplásicas y
mostró quiste benigno endometrósico. El ovario izquierdo estaba muy
aumentado de tamaño, quístico, con paredes gruesas, lisas y
contenido líquido de aspecto purulento; fue aspirado y enviado a
Microbiología, siendo la biopsia por congelación negativa. La
exploración del hígado y del espacio subfrénico fue normal.
En el postoperatorio evolucionó afebril, resultando llamativa la
pronta resolución de la constipación luego de la cirugía.
Los hallazgos anatómicos fueron: ovario derecho de 5 x 4.5 x 3 cm,
superficie externa despulida, al corte con 2 formaciones quísticas
una de 3.2 y otra de 2.4 cm de diámetro, uniloculares de paredes
gruesas, el mayor con contenido achocolatado; la trompa se encontraba
anfractuosa y dilatada. Histológicamente fue una endometrosis
tubo-ovárica superficial, quiste achocolatado (endometrioma) de 3.2
cm con calcificaciones en la pared.
El ovario izquierdo era de 7.5 x 5.5 x 4.5 cm, superficie externa
despulida con depósito de fibrina, al corte un quiste unilocular de 5
x 4 cm de paredes gruesas, blanquecinas, irregulares con contenido
purulento amarillo verdoso y otros quistes pequeños con contenido
rojizo; trompa dilatada con serosa despulida, íntimamente adherida al
ovario. Histológicamente fue una salpingooforitis crónica
parcialmente supurada con absceso ovárico de 5 cm con calcificaciones
en la pared y endome-trosis tubo-ovárica superficial6. Ambos ovarios
mostraban ausencia de parénquima sano.
Los estudios microbiológicos del absceso ovárico izquierdo
mostraron, en la coloración de Gram, bacilos gram-positivos no
esporulados, ligeramente ramificados con algunos elementos bacilares
más cortos con tinción irregular que mimi-ficaban a las bacterias
corineformes. En los cultivos, incubados en anaerobiosis, se logró el
aislamiento en forma exclusiva, de un actinomicetal identificado
bioquímicamente, como Actinomyces spp., según el Manual of Clinical
Microbiology 7. La investigación de micobacterias, micoplasmas,
Chlamydia trachomatis, Ureaplasma urealyticum y el examen micológico,
resultaron negativos. En este caso, luego del tratamiento parenteral
con penicilina G sódica, 18 millones de unidades, durante 2 semanas,
se continuó con amoxicilina, 4 g/día por 6 meses. Los controles
realizados a los 6 meses, mostraron una buena evolución clínica. Una
tomografía computada de control a los 4 meses de tratamiento no
reveló colecciones.
Discusión
Actinomyces spp. son integrantes de la flora endógena de las
membranas mucosas de la cavidad oral y el tracto gastrointestinal1.
Algunas mujeres son portadoras de estos microorganismos en la zona
vulvovaginal; la colonización transitoria se produce a partir del
reservorio endógeno de los mismos, el intestino. La ruptura de las
barreras cutáneo-mucosas por traumas, cirugías o colocación de
algún dispositivo, es un paso fundamental en la patogenia de la
enfermedad. La actinomicosis es una infección crónica supurada, que
ocurre cuando estos comensales endógenos se diseminan e invaden los
tejidos de cara, cuello, pulmón o región ileocecal. La localización
pelviana es poco frecuente y usualmente se presenta en pacientes
portadoras de DIU2-5, el cual facilita el ascenso de los
microorganismos siendo el ovario el órgano mas afectado8. Los
síntomas son indistin-guibles de trastornos inflamatorios o
neoplásicos y el diagnóstico presuntivo puede hacerse en la
cirugía, siendo imprescindible el estudio microbiológico para lograr
el diagnóstico etiológico.
Los síntomas habituales son fiebre, pérdida de peso, dolor abdominal
y metrorragia o abundante flujo vaginal11. Una vez establecida la
enfermedad, se disemina por contigüidad ascendente desde la vagina y
descendente desde el intestino. La evolución es lenta y progresiva,
los planos tisulares no son respetados, pudiendo llegar a fistulizarse
con las asas intestinales10. En este caso, la destrucción del
parénquima ovárico provocó una menopausia precoz. Creemos que, en
un siguiente paso, la infección por Actinomyces le habría ocasionado
fístulas con las asas intestinales. La escasa especificidad
ecográfica simula procesos tumorales3-11. Con un CA 125 negativo,
aún en pacientes no portadoras de DIU, con tumoraciones anexiales
ecográficamente líquidas, síndrome febril prolongado, leucocitosis
y ERS elevada recomendamos tratamiento antibiótico con penicilina por
15 días y reevaluar los síntomas y las imágenes ecográficas. Con
ello algunos autores plantean que se podría evitar la cirugía12. De
todas maneras los principios para el manejo de la actinomicosis no han
variado y se basan en un tratamiento prolongado con antibióticos
junto al drenaje quirúrgico de los abscesos10. Las penicilinas son
las drogas de elección, se recomienda penicilina G sódica 10-20
millones de unidades por día intravenoso de 2 a 6 semanas, y luego
por vía oral hasta 12 meses adicionales, para las infecciones
profundas.
Considerando que hasta un 5% de mujeres sanas, asintomáticas, pueden
ser portadoras de Actinomyces spp. en el tracto genital inferior9, la
prevención de la actinomicosis pelviana puede lograrse a través del
cultivo del material endocervical en todas aquellas mujeres en cuyos
Papanicolaou se visualicen bacilos compatibles con Actinomyces spp.,
utilicen o no DIU. En las pacientes asintomáticas con cultivos
positivos se recomienda examen y ecografía ginecológicos cada 6
meses y mejorar los hábitos higiénicos y sexuales.
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Fig. 1.– Ecografía transvaginal. Masa ovárica quística, tabicada,
con depósitos cálcicos. Lado izquierdo: imagen correspondiente al
tabique. Lado derecho: imagen de las calcificaciones.
Fig. 2.– Tomografía axial computarizada con contraste oral y
endovenoso. Ovario izquierdo con imagen quística, heterogénea, con
calcificaciones. Las tres flechas señalan los márgenes de la masa
ovárica.
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