Actualizado 29 de marzo, 2017
El Senado de la Nación aprobó la ley que habilita el uso de cannabinoides con fines medicinales. La ley- su reglamentación es esperada a la brevedad- establece un marco regulatorio para los estudios científicos acerca del uso medicinal, terapéutico y paliativo de los cannabinoides. Se habilita a la ANMAT a importar el aceite de cannabis y su posterior distribución gratuita a las personas enfermas incorporadas a un registro. Las medidas para incentivar los cultivos de marihuana son destinadas en forma exclusiva a su uso medicinal y para la investigación de la misma. Aunque predominan las dudas sobre las certezas, las expectativas sobre su aplicación son muy importantes.
El cannabidiol, el principal cannabinoide de la planta, es un ejemplo de las denominadas “drogas sucias”, por sus variadas acciones celulares que abarcan desde la citotoxicidad, efectos analgésicos, antiinflamatorios y antioxidantes, antieméticos, efectos sedativos y anticonvulsivos. Russo (2017) aclara que el cannabidiol, a diferencia del tetrahidrocannabinol carece de efectos psicotrópicos y psicoactivos.
Desde hace mucho tiempo el uso medicinal del cannabidiol es impulsado en múltiples cuadros que van desde el dolor por causas oncológicas, trastornos psiquiátricos, espasticidad y en la epilepsia refractaria entre otros. Entre los estudios mejor realizados mencionamos el uso del cannabidiol para el tratamiento de la epilepsia refractaria, una entidad que representa cerca del 30 % del total de la epilepsia. El estudio prospectivo multicéntrico fue realizado en los EE.UU. (Devinsky y col.2016), el primero en gran escala, con un total de 162 personas de entre 1 y 30 años de edad con epilepsia refractaria de múltiples tipos, incluyendo enfermos con Síndrome de Dravet y Lennox-Gastaut, a los que se les agregó a las drogas antiepilépticas un aceite purificado con 99 % de cannabidiol. Se los estudió por un plazo mínimo de 12 semanas con el objetivo de monitorear los componentes motores delas crisis. El efecto del cannabidiol fue una reducción del 36 % en las crisis motoras. Sólo el 4 % de los estudiados no presentó crisis durante esas 12 semanas. Entre un 11 y 25 % se observaron leves a moderados efectos adversos como inapetencia, diarrea, fatiga, somnolencia e incluso status epiléptico, aunque por las características del estudio, el cannabidiol agregado a la droga antiepiléptica, no se puede saber sin ambigüedades, el origen de esos efectos o que sean consecuencia de la alta morbilidad de los cuadros estudiados. Las limitaciones del estudio son las de un ensayo abierto donde el efecto placebo puede ser muy importante, el seguimiento de 12 semanas, la falta de controles, la utilización concomitante de anticonvulsivantes y el hecho que el cannabidiol podría afectar el metabolismo hepático de los antiepilépticos elevando su concentración plasmática. El mecanismo de acción del canabbidiol no es conocido aunque parece que no actúa a través delos receptores CB1 y CB2 (Pertwee 2008).
El aceite de cannabis, un extracto del vegetal, se importa y es ofrecido en forma libre a través de varios sitios de internet con un precio de unos $4500 el frasco de 50 ml.
Devinsky O, Marsh E, Friedman D et al. Cannabidiol in patients with treatment-resistant epilepsy: an open-label interventional trial. Lancet Neurol 2016;15 :270-8.
Russo EB.Cannabidiol Claims and Misconceptions. Trends Pharmacol Sci 2017;38:198-201.
Pertwee RG.The diverse CB1 and CB2 receptor pharmacology of three plant cannabinoids: delta9-tetrahydrocannabinol, cannabidiol and delta9-tetrahydrocannabivarin. Br J Pharmacol 2008; 153:199-215.
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